Creo que estoy sufriendo de ataques de pánico
Desde hace un tiempo, siento que el mundo se desvanece.
No solo lloro, sino que me sofoco, como si algo me estuviese presionando el pecho.
He vivido una situación poco traumática y siento que aún estoy en ella. Me imagino allí y un temblor me recorre desde las piernas hasta las manos, sudando levemente. Me genera vértigo, y la columna sale por unos segundos de mi cuerpo y me genera desequilibrio.
Obviamente lo que relato es lo que siento. Intenté ser lo más explícita, pero creo que aún faltan sensaciones por comentar.
Además, deje la facultad, no salgo a la calle y me siento muy enferma con dolores, y ya los especialistas comentan que físico, no hay nada.
Tengo miedo, duermo con miedo, no dejo de pensar y jamás descanso.
¿Algún experto podrá guiarme?
2 respuestas
Sí, estuve medicada cuando sucedío todo, pero después de 2 años, me ha vuelto el recuerdo y me siento en la misma situación. Ya estoy camino a un profesional. Jamás hay que dejarse estar. Gracias !
Seguro, no hay nada como una actitud positiva y el no rendirse.
Con toda seguridad, pronto lograras deshacerte del fantasma que te atormenta.
Describes manifestaciones de ansiedad, no propiamente ataques de pánico, que serían como episodios más recortados en el tiempo y con varios síntomas de mayor intensidad de la que pareces describir.
Dices que has vivido una situación traumática. Yo te recomendaría la forma de afrontar la vida y la forma de afrontar los acontecimientos, incluido este que has pasado. Todos los acontecimientos, aún los pasados, se pueden ver de mejor forma, para superarlos. Si se reacciona mal, aunque se pretendan olvidar, sería, entre otras cosas, como resguardar algo a presión.
Te recomiendo no vivir para ti misma, sino que enfocar tu vida hacia hacer todo el bien de verdad que puedas. Ante los acontecimientos responde siempre con conducta buena en sí misma, y con auténtica buena intención hacia todos. No se trata de responder ni con conducta externa mala, ni tampoco con simple indiferencia hacia el bien del otro. Con esto también evitarás poner la seguridad en los acontecimientos exteriores, que pueden ser muy variados, pero lo que es cierto es que uno siempre puede responder bien, por supuesto que con la gracia de Dios.