Sigo sin conseguir concentración en el equipo

Estoy siguiendo todos los pasos que me dices pero aún así no consigo que los niños se concentren en los ejercicios. Necesito 10 minutos para cada ejercicio que planteo y aún así siempre hay alguno que distrae a los demás. ( El otro día se pusieron dos niños a cambiar cromos, como reaccionó ante esta situación) Se quejan por casi todo y los que quieren aprender al final se aburren y se desaniman, normal porque yo ya empiezo a estar desanimada. Ya no sé cómo reaccionar con los que no se lo toman mínimamente en serio y desequilibran todo el entrenamiento

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Respuesta
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Una vez que has puesto los medios, no estés a cada paso haciendo advertencias, etc., sino que una vez que empieza el entrenamiento, si ves que dos se ponen a cambiar cromos, tú sigues a lo tuyo. Si tú interrumpieses el entrenamiento, por ejemplo, sí que sería imposible para todos. Si tú haces tu parte, les puedes servir de ejemplo. Y ya verás su reacción; y tampoco consiste en que al final del entrenamiento les recrimines, sino que permite que ellos lleguen a sus propias conclusiones, y sufran las consecuencias de su conducta dentro de lo conveniente. En al apartado reservado para ello, ya harás las recomendaciones que consideres, que pueden ser para todos, no personalizando (sobre todo si ves que el personalizar puede ser perjudicial). No pierdas en absoluto el objetivo del bien de verdad de todos.

No te desanimes, sino que tómatelo como una oportunidad para hacer el bien y aprender.

Hola

Es justo lo que hice, dejarlos y luego decidieron volver al entrenamiento.

Pero si por ejemplo estoy explicando un ejercicio, que actitud he de tener cuando les cuesta atenderme?

Crees que debería ignorar a los que se distraen y seguir como si nada con los que si quieren aprender?

Que hago cuando planteo un ejercicio y algunos no quieren hacerlo?

Me hablas de consecuencias, para ti cuales podrían ser?

Sabes, es que no sé si es por la edad pero en lugar de ser compañeros, se meten unos con otros, que si eres malo, que si eres chupón, que si no pasas el balón y están más pendiente de los demás que de ellos mismos.

Mi compañero del otro equipo Benjamín me dice que me ha tocado un grupo difícil.

Gracias por todo y te voy a hacer caso para no desanimarme, pero necesito orientación.

Gracias de nuevo y espero impaciente tu respuesta.

La explicación no las debes interrumpir, al menos a cada paso, y sin un motivo concreto. Una vez terminada la explicación, en el tiempo de preguntas digamos, pueden los alumnos preguntar, si quieren por ejemplo. Y luego tú, aparte y si la situación lo requiere, discretamente, les puedes repetir individualmente algo (algo lo puedes repetir como si fuera para todos); algo que tú veas que lo necesitan para seguir el hilo (pero sin recriminación, la cual, si es continua, es cansina tanto para ti, como para ellos).

Si planteas un ejercicio y algunos no quieren hacerlo, como sería ya algo repetitivo el volver a advertirles en ese momento, y sabes, de antemano, que no vas a hacer más que cansarte si insistes, y que eso no va a servir de nada, dejas que no lo hagan (dejas para otro momento, el poder decir o hacer algo, quizá para el próximo día, con lo cual ya dejas que ellos solos lo piensen; en ese momento, no interrumpes la clase; divides la clase en instrucción y entrenamiento; el entrenamiento no lo interrumpas, a no ser por algo excepcional que te hiciera considerar su oportunidad, pero no por algo que ya sabes que va a ocurrir).

Sobre las consecuencias, una de ellas podría ser que se aburran finalmente, que no progresen si esto les importa, que no estén con sus amigos jugando.

Si se ponen a hablar entre ellos, y estás en el entrenamiento, no intervienes; se lo debes a los que sí quieren entrenar. Sigues con la clase, sin darle mayor importancia. Ellos realmente no interrumpen la clase, sino que sin duda que se interrumpirá más si tú intervienes en cada ocasión, por ejemplo.

En resumen, hay un espacio en el que ya no es tiempo de advertencias, sino que de actuar. No te digo que no hubiera una circunstancia muy excepcional, pero si hay algo que corregir, se reserva para su momento. Date cuenta, además, de que tú no les puedes corregir la distracción, si precisamente tú te distraes con ellos. Por lo que te decía, que cuando llegue el momento, no hay que distraerse, sino actuar.

Piensa que todo debe dirigirse a su bien, por encima de ciertos logros en el fútbol. No se trata de obtener ciertos resultados como sea. Pon los medios, y confía.

¡Gracias! 

Hola

Esta tarde ha sido un desastre el entrenamiento.

La verdad es que tengo un equipo complicado, son 10, el primero de ellos no para de insultar y pegar, el segundo no está de la vista y no ve bien por lo que da patadas a los compañeros sin querer y falla mucho, los compañeros se enfadan con él y no paran de decirle lo malo que es, el tercero es el portero que no se decide del todo y cuando no lo dejo jugar de delantero se pone a llorar, el cuarto que si el ejercicio  no le gusta no lo hace, el quinto que no para de decir de la posición que quiere jugar, el sexto que juega de lateral y se conforma  con todo pero en los partidillos parece que no está y se distrae solo, me quedan 4 que se enfadan porque dicen que el resto no saben jugar. Normalmente jugamos partidillos con el otro equipo benjamín, son un año más grande pero les ganábamos, aunque cada vez nos cuesta más y hoy hemos perdido, entonces se enfadan y mis niños me reconocen que han dejado de hacer lo que yo les explicaba al principio, que solo quieren meter gol y que se distraen pero yo ya no sé que hacer para tener un entrenamiento normal y que hagan lo que les explico sin tener que perder tanto tiempo y presten atención.

Puedes decirme algo más.

Gracias

De lo que se me ocurre, para tu consideración:

Cada día un propósito bueno (que puede hacer cada uno en privado; el primer día se da un minuto; y luego lo traen de casa pensado).

Por ejemplo, un día (o ya pones tú el propósito para el primer día): responder bien a los insultos. Cada buena respuesta a un insulto vale más que un gol.

Responder bien, y pensando en el bien del compañero, sin juzgarlo, ya que uno no sabe la causa de su comportamiento. Las veces que han respondido bien son trofeos aunque nadie los note. Por supuesto que responder bien no es responder para obtener algo como quedar lucido, o algo así, sino que se trata de hacer el bien de verdad, aunque eso signifique un esfuerzo. O sea responder bien por fuera, pero también por dentro con buena intención.

Al que da patadas, no sé si se le podría ubicar en un sitio en el que no dé patadas; ver si podría estar en la portería, por ejemplo. Se evitarían las patadas; a lo mejor habría más goles, que a lo mejor animaban a alguien; un día podría beneficiar a unos y otro a otros. Si a él le gusta este puesto. Y si no está en la portería, que procure no darle mucho al balón; o que los demás se separen de él (si es posible.. Al tercero lo pones de delantero (y de portero al segundo, por ejemplo, si le gusta); el cuarto, nada, no decirle nada, al menos de momento; luego, si es un ejercicio muy importante, ya se vería; se le podría explicar la importancia, etc.; el quinto es el primero que elige posición (por lo menos uno contento); el sexto, de momento nada; ver si alguna distracción se le puede evitar, y nada más; quizá cuando vaya mejorando, mejore esto; los otros cuatro, que hagan el primer ejercicio, y esto ya les llevará a no enfadarse (no se trata solo de no enfadarse por fuera, sino de tener buena intención por dentro)..

Que no les preocupe tanto ganar, sino que hacer lo que pueden, lo que está en su mano, bien encaminado. Y se puede aprovechar este partido jugado con otro equipo, por ejemplo para ver en qué cree cada uno que puede mejorar. Que cada uno lo piense, pero recalcándole que se trata de pensar en la parte que depende de cada uno (tanto en el momento, como en la preparación del entrenamiento), y no meramente en pensar que se quieren obtener ciertos resultados (para lo cual ya hacen falta muchos pasos, quizá, así como factores que ya no dependen de uno).

También pueden pensar en lo que pueden mejorar como equipo (distribución de puestos, etc.); incluso algún día puede ponerse al frente del equipo uno de ellos (por ejemplo uno de los que más saben); por lo menos dejarlo unos 5 minutos; siempre se puede ver algo; y mientras puedes separarte un poco, de tal manera que los veas, pero sin influirles demasiado. Y luego que cuenten, o que lo piensen ellos por su cuenta, qué les ha parecido. Y en espacios de 5 minutos pueden ir mandando todos; o los que quieran; siempre pueden ver otro punto de vista. También se pueden ir cambiando los puestos. Otro día pones a uno de los mejores, a ayudarle a entrenar por ejemplo al cuarto; a otro de los mejores en el fútbol, a ayudar al sexto. A otro de los buenos, que evite por ejemplo en algún partido, las patadas del segundo. Otro que ayude al que llora; y también otro día, a los demás; quizá esto durante un rato, no todo el tiempo. También otro día puede ser al revés, al que llora se le pone la tarea de intentar ayudar a uno de los buenos, en lo que él crea; etc.

Por cierto, que hoy es el día de Santa Lucía, que intercede en las enfermedades de la vista.

https://www.youtube.com/watch?v=ZlTXfppelcQ

Aquí está el mismo vídeo en español:

https://www.youtube.com/watch?v=UCSrJk5VBvo 

Respuesta

A ver no existe un clave exacta porque cada grupo es diferente. Yo como te dije y me parece lo prioritario de que a los niños hay que engañarles aun haciendo los ejercicios transformando esos ejercicios en juegos de alguna forma.

En cuanto al comportamiento, tiene que hablar seriamente con ellos antes del entrenamiento, pero en tono serio que lo van a entender y les preguntas porque han decidido ir a futbol, y si de verdad quieren ser futbolistas. Dependiendo lo que hagan alguna castigo de dar vueltas al campo tampoco esta mal, siempre se ha hecho.

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