Anónimo
¿Qué tan bueno es ser diferente al resto de gente que me rodea?
Desde pequeño e incluso ahora, faltándome solo medio año para llegar a los 20 años, he sido considerado siempre un tipo bonachón y diferente al resto de jóvenes. En lo que algunos hombres jóvenes prefieren tomarse algunos temas como una broma, yo prefiero mantenerme discreto, escuchar a la gente en sus problema y preocupaciones aun si estos pueden llegar a parecerme ridículos, quizá una razón por la que muchas amigas y compañeras de la universidad me han contado asuntos suyos e incluso temas privados sin ocultar nada. Mientras los hombres de mi edad o similares consideran las fiestas y el alcohol como un estilo de vida, yo prefiero mil veces reunirme en un punto especifico con amigos de confianza y estar ahí por horas hablando de lo que sea. En fin, son bastantes cosas que no creo que sea bueno ponerlas todas, para no terminar alargando esto.
Pero al lado de las virtudes, vienen los defectos. Si bien puedo ser considerado como buena gente, el problema es que sin demostrarlo, a veces siento que soy una persona envidiosa. La verdad es que muchas veces envidio el estilo de vida típico de los jóvenes de ahora: Alcohol, fiestas hasta el amanecer, sexo y a veces drogas. Ellos siempre se divierten y nunca están solos, siempre tienen a alguien a lado, amigos de copas, amigos legítimos o una pareja fugaz o verdadera. Yo muchas veces me siento solo y solo pocas personas saben que mi actitud jovial es solo una tapadera, ya que a menudo me siento deprimido.
La razón de sentirme deprimido es que en toda mi vida nunca he tenido una pareja, para algunos puede ser un tema superficial, pero yo considero esto como algo serio. Muchas veces he querido sentir que se siente amar a una persona y que esta reciba tus sentimientos, ser su compañía, ver juntos una película mientras ella posa su cabeza en mi hombre, poner mi cabeza sobre el regazo de la persona que me ama, dormir juntos, darle el mejor regalo de todos en cada aniversario, cada san valentín y cada cumpleaños, pero simplemente no. No me pasa, incluso he aplicado "soluciones" como hacer ejercicio, higiene personal, de todo, pero simplemente nada, incluso descarto ser feo, ya que muchas veces me han dicho que hasta soy guapo.
¿Es mi actitud diferente a la del resto el problema? ¿De verdad después de lo dicho ser diferente al resto es bueno? Yo considero que no, es más, incluso pienso que si hubiera sido uno del montón me hubiera ido social y amorosamente mucho mejor de lo que me va ahora.
3 respuestas
En tu caso, por lo que comentas, lo recomendable es ser práctico. Si te consideras una persona apta y dentro de lo normal, probablemente no has encontrado pareja porque no eres capaz de mostrarte con naturalidad y confianza en situaciones de cortejo. Trata de aprender sobre ello, ensayar y poner en práctica en la vida real. De esta manera habrá avances seguro.
Si, por el contrario, tu problema tiene que ver con un apego inseguro en la infancia en la relación con tu madre, entonces puede que sea más profundo, e inconscientemente tengas miedo al compromiso por la posibilidad de ser abandonado o rechazado. Reflexiona sobre tu historia personal y ponte manos a la obra. Ánimo.
Creo que tu forma de ser ha podido protegerte de graves errores. Y así como ves que en tu vida hay cosas que son aparentes, tienes que ver que de eso que te gustaría, al menos en algún aspecto, también estás viendo su mera apariencia.
Yo lo que te recomiendo es poner los medios auténticos que te van a conducir a todo lo mejor. Pon los medios para amar de verdad. Te recomiendo para ello estar en gracia de Dios, cumplir los Mandamientos de Dios y de la Iglesia, frecuenta rlos Sacramentos y hacer oración. No vivas para ti mismo, para encontrarte más o menos a gusto, o similar, sino que piensa en hacer con tu vida todo el bien de verdad que puedas. Con las personas piensa en su bien de verdad, y que esto esté por encima de los intereses vanos o desordenados. No te dejes llevar por ejemplo por quedar bien, por tener una compañía, etc., sino que piensa en hacer el bien de verdad, y confía que eso será lo mejor aunque a alguien no le agrade si no satisface sus intereses desordenados. El bien y lo bien hecho siempre actúa y siempre tiene sus efectos, aunque implique renuncias para uno, y no satisfaga ciertos intereses que en definitiva son perjudiciales, como si por ejemplo no alimentas un orgullo enfermizo en alguna persona; es posible que no le agrade, pero si te vences, y te arriesgas a no agradar por hacer el bien, eso tendrá sus efectos, aunque esa persona no quiera volver a comentarte nada si no le dices lo que quiere oír, etc. El buen ejemplo siempre quedará ahí, incluso para ella, además de que podrás ir creciendo en el amor de verdad, etc. Nunca pienses que es mejor actuar mal para lograr ciertas apariencias, ya que eso no es bueno.