¿Es esto obsesión?

La historia es ésta:
Margarita camina por una calle central de Margaritacity. Se acerca a un joven que vende libros religiosos para saber de qué tratan. Es instantánea la magia que siente con él. Mientras éste explica el contenido de los libro, ella oye y lo observa atenta, comentando lo que le causa mayor interés. El nombre del joven es Claudio y proviene de Claudioland que dista mil kilómetros de Margaritacity. Intercambian correos electrónicos para que Margarita pueda enterarse de posibles conferencias religiosas en las cercanías de su ciudad. A los pocos días Margarita recibe la información y acude al lugar. Esta vez la magia es aun más fuerte y, al igual que en la primera ocasión, siente que es mutua, pero no puede quedarse mucho tiempo. Desde entonces, no puede dejar de pensar en él. Ya se han dado los teléfonos y hablan seguido. A Margarita le gusta Claudio, pero sabe que sus creencias le impiden tener una relación de entrega total con ella. Después de pensarlo bastante, decide decirle lo que siente, ya que han generado gran confianza. Él dice que siente lo mismo, pero no quiere confundirse, sus creencias son muy estrictas y son su propia vida. Le dice cuánto le agrada escuchar su voz y a veces le hace comentarios típicos de una persona celosa al enterarse sobre amigos de ella, más no deja de introducir el tema religioso a sus comentarios, quizá como un modo de no sentir que está dejándolo de lado, e intenta llevar una no simple amistad con ella a veces siendo frío, otras veces estando accesible y emocionado. Margarita pasa por momentos de depresión debido a problemas familiares y uno de sus grandes apoyos emocionales es Claudio. Ambos sienten que su relación de amistad a distancia es muy extraña, porque sólo se han visto dos veces, pero planean verse en las vacaciones próximas (un año después de la primera vez que se ven). Claudio no escribe ni llama con tanta frecuencia, según él, por causa de sus estudios y falta de dinero. Margarita siempre lo tiene en su mente y siente que se ha convertido en una obsesión. Le da la impresión de estar más interesada ella en él que viceversa o que los dos en igual medida. Le hace saber lo que piensa, le pregunta si es que todo ha sido una ilusión suya. Claudio no puede creer que ella lo tome como eso e insiste en que la magia ha sido mutua. Finalmente vuelven a encontrarse, ésta vez en Claudioland. Quieren aclarar el rumbo de su amistad. Él parece tener todo claro: prefiere dejarlo como amistad para no interferir con su religión. Margarita queda decepcionada y triste, pero siente que aún quedan las semillas del ramo de ilusiones arrancado de su corazón. Pensó que ya no quedarían ilusiones, pero sigue pensando en él como un posible "algo más". Siente que en vez pensar tanto en él en muchas ocasiones, podría hacer algo más productivo, pero no lo puede evitar. Incluso estando muy ocupada, él está internamente presente. Emocionalmente ha mejorado, pero le vienen recaídas. Y los líos con su familia no acaban. Pero la pregunta "¿es lo que siento por él una obsesión?" es lo que le aqueja en este preciso momento. El ramo quiere volver a crecer.

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La verdad responder si lo que sientes es una obsesión o no es muy complicado, en el estricto sentido de la palabra esto seria una obsesión UNICAMENTE si estuviera afectando seriamente tu vida, si te provocara continua tristeza o depresión, o si ahora tu vida estuviera centrada exclusivamente en esa persona, por lo que me mencionas parece que primero esta persona ha creado sentimientos de esperanza en ti, y el hecho de que vivan alejados pues hace que en realidad pienses mucho en el pero no todas las esferas de tu vida giren alrededor de el, así que teniendo esto en cuenta podría atreverme a decirte que NO es una obsesión.
Partiendo de ese hecho, mi recomendación es que simplemente le des tiempo al tiempo y tengas paciencia, la diferencia de religiones y la distancia son grandes inconvenientes para que una relación de pareja pueda establecerse, así que tendrías dos caminos a escoger, o bien simplemente cortas cualquier contacto con el y tratar de evitar volver a verse o encontrarse para cerrar ese ciclo, o bien decides seguir con este lazo, pero viéndolo desde un punto de vista "platonico".
Me explico, no te preocupes por pensar o no en el, pero cuando lo hagas miralo como una persona que te hace bien pero que no puede estar contigo, lo que debes cultivar no es la esperanza de que algún día estén juntos, sino la alegría de contar con alguien especial que te apoya y que te escucha, eso es mucho más de lo que mucha gente puede decir encuentra en su pareja y es por eso que debes valorar esa relación.
Hola Doctor Ayuda:
Disculpe por no saludar en el mensaje anterior, me di cuenta de que no lo hice después de haberlo enviado. Muchas gracias por su consejo. La verdad es que no es para mí, tampoco lo expliqué en el mensaje anterior, pero me parece muy clara su opinión. Espero que a "Margarita" le sirva. Sea como sea, le agradezco que se haya tomado el tiempo para responder.
Que esté bien.
Adiós.

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