Control de esfínteres

Tengo un niño que cumple tres años en julio. Le intenté quitar el pañal el año pasado por consejo de la educadora, aunque no conseguí ningún resultado. Ahora estoy intentándolo de nuevo, pero "odia" el water y cualquier otro dispositivo que le recuerde que tiene que hacer pipí. El caso es que en la guardería sí lo hace, aunque no todas las veces, pero al menos lo intenta. En mi casa no quiere hacerlo de pie, ni sentado, ni de ninguna forma... En fin, he pensado en comprarle un water que venden con música, que es lo único que me queda por probar, pero creo que tampoco resultaría, ya que lo que le tiene es pánico. Para colmo, cuando se hace pipí o caca encima, no le molesta. Espero recibir algún consejo que nos ayude a superar esta etapa. Un saludo.

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No se alarme. Le explico.
El control de esfínteres no se aprende. Se adquiere cuando el niño está maduro para ello. Caminar, hablar, comer, son funciones que se adquieren, cuando los niños están lo suficientemente maduros. Son adquisiciones paulatinas, lentas, que llevan mucho tiempo.
Aunque la estimulación puede influir en algunos niños, lo cierto es que todos intentarán caminar alrededor del año, comer alrededor de los 6 meses, y controlar esfínteres entre los 2 1/2 y 3 años. No hay ningún apuro, puesto que la edad para comenzar a hacer todas estas cosas, no tiene relación alguna con el desempeño posterior en la vida adulta, y a nadie le van a preguntar en la universidad, a qué edad aprendió a caminar. Los adultos deberíamos preguntarnos qué nos pasa que estamos tan apurados por conseguir logros en nuestros hijos.
Al haber fijado como "normal" la edad de 2 años para el control de esfínteres, nos hemos creado un problema y sobre todo, se lo hemos creado a nuestros hijos.
Es frecuente escuchar a las mamás excusando a sus hijos que se lo hicieron encima, diciendo "estaba tan entretenido jugando, que se olvidó", o preguntando millones de veces antes de salir de cada lugar, si quieren hacer pis, o limitando la ingesta de líquidos a la noche para que aguante sin mojar la cama. Cuando el control de esfínteres está adquirido, estas escenas son infrecuentes.
Proceso:
-Esperar a que llegue el verano. Perseguimos entonces a los niños incansablemente preguntándoles si tienen ganas de hacer pis, les tocamos las ropas, los sentamos en el inodoro sin ganas, e invertimos preciosas horas en comunicarnos en este nueva escala de valores donde lo más importante, lo que pone feliz o triste a mamá, es "si me lo hice o no me lo hice", le hablamos, preguntamos, le contamos cuentos, le damos un libro, para que se entretenga y vea que le acompañan y entonces convertimos ese momento, en un momento placentero, como si fuera una rutina más.
-El placer de los niños al poder decidir casi por primera vez, si retienen su pis o su caca, y hacerlo donde y cuando lo desean; la delimitación de una zona de autonomía, de la cual quedamos excluidos. Es un espacio de poder, donde son ellos quienes deciden y les causa placer estrenar esta capacidad de hacerlo por sí mismos. Nos cambia radicalmente de lugar: aquí no podemos ordenar, ni forzar, ni apurar las cosas. Cada uno lo hace cuando quiere.
-El niño debe estar de acuerdo y saber exactamente qué está ocurriendo, qué se espera de él ("como hace varias noches que no mojas el pañal, ¿te gustaría probar dormir sin él? Te pondré un plástico debajo de la sábana para que no te preocupes si te haces pis, y probaremos. Si no quieres, probamos más adelante")
-Como todo proceso, el control de esfínteres no es algo lineal, sino que habrá muchos avances y retrocesos. Esto es parte de lo esperable, y lo más importante es que nuestros hijos sepan que los acompañamos en este proceso y lo esperaremos todo lo que haga falta.
-En cualquier orden de la vida, el reforzamiento positivo es beneficioso ("qué bien lo hiciste, estoy orgullosa de ti", "casi llegamos al baño esta vez, la próxima será mejor aún"). Bajo ningún concepto es aceptable que retemos al niño, que lo humillemos, que lo ridiculicemos o comparemos con otros amigos o hermanos que ya han logrado el control de esfínteres. Recordemos que no hay nada que él pueda hacer para controlar. No depende de que se acuerde, de que esté atento, ni de nada de eso. Se debe estar maduro para eso, y humillarlos o pretender acelerar el proceso es tan ridículo e infructuoso como gritarle a una oruga pretendiendo que se convierta en mariposa.
-Una pregunta muy frecuente en las mamás que consultan, es que temen darle un doble mensaje a su hijo si le vuelven a poner el pañal una vez que se lo han quitado. Siempre se puede volver atrás. Los papás consultan atemorizados porque su hijo se ha vuelto "regresivo". No se puede hablar de regresión en un niño de 2 ó 3 años, porque no se puede regresionar a un lugar del que nunca se ha salido.
-Es común que lleguen al consultorio chicos con un diagnóstico de enuresis secundaria (que quiere decir que se hacen pis o caca luego de haber adquirido el control de esfínteres), cuando en realidad, indagando, invariablemente son chicos a quienes se les ha "sacado el pañal" demasiado pronto, y nunca han adquirido verdaderamente el control de esfínteres. En estos casos, sin importar la edad de quien consulta, la solución pasa por volver a usar el pañal, por el tiempo que sea necesario, sin vivirlo como algo humillante, como un retroceso o como un castigo, sino simplemente entendiendo que esta función debe terminar de adquirirse, y como adultos, acompañaremos todo el tiempo que haga falta.
-Algo comenzará a cambiar cuando dejemos de decir "le saqué la teta, le saqué el pañal, lo saqué de nuestra habitación", y podamos tener la paciencia suficiente como para esperar a que sean ellos quienes nos indiquen el camino a seguir.
Como conclusión. No importa la edad y si hay que volver atrás, todo el mundo cuando llega su momento de madurez ha aprendido a controlar los esfínteres, preste mayor atención, dedicación y tiempo, tomeseló como una rutina más y disfrute con el de los cambios.
Una cosa más: comience con un orinal y después cuando haya cogido el hábito se pasa al water.
Le agradezco su respuesta, pero la verdad es que mi preocupación no es que el niño vaya retrasado fisiológicamente hablando, sino que me esté retando de alguna manera, ya que sí que controla el pipí en la guardería, aunque no del todo.Es en mi casa donde no quiere hacerlo. A mí no me ha importado volver a ponérselo, ya que es la segunda vez que lo intentamos, pero sí que creo que si ahora volvemos otra vez al pañal y es un reto lo que nos está haciendo, pensará que lo ha conseguido y aún cuando ya esté preparado, tal vez se vuelva cómodo y no quiera que se lo quitemos. El caso es que cuando se hace pipí le da igual permanecer mojado y le ocurre lo mismo con la caca. Muchas gracias por su colaboración. Un saludo.
Le podría decir mil formas para trabajar en casa el control de esfínteres de su hijo pero todo lo que se es del tipo que le sugerí anteriormente. Todo trata de relacionarse, métodos para hablarle, convencerle, entretenerle.. etc
Creo que lo más conveniente, ya que cada niño es un mundo y quien mejor que su educadora, profesora que lo conoce como nadie en ese tema, sería que hablara con ella. Que ella también trabaje en la estimulación de que el niño debe de hacerlo también en casa, comentarle que al día siguiente le preguntará a sus padres si lo ha hecho correctamente... etc
La situación que usted me comenta suele pasar con frecuencia, no solo en el control de esfínteres sino en todo en general, se escucha en los padres la típica frase: "Eso conmigo o en casa no lo hace" porque en el cole delante de los demás niños se encontraría fuera de lugar o mal por no conseguirlo como lo de más, también porque los niños tienen a la profesora como un cariño, respeto diferente a los padres, por lo que se aprovechan de ustedes, también el ver a los demás niños eso le estimula...
Hable con la educadora de su hijo y con una atención individual y personalizada a su hijo le indique que es lo más correcto. Ya que en ella, como le dije, también está en su mano, su colaboración.
Solo desearle suerte pues por mi parte no puedo ofrecerle nada más.
Muchas gracias. Seguiré en el intento. La verdad es que con la educadora no tengo ninguna queja, el trato es individual y pone de su parte. Tendré paciencia y supongo que al final lo conseguiremos. Un saludo.

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