Como dejar de tener miedo y adaptarme a los cambios

Hace poco perdí mi casa y pues tuve que irme a vivir con un familiar y pues allí encontré un trabajo el cual no pagan tan bien y no tengo más familiares pues ahora me voy a mudar rente una habitación en la cual me cobran mucho y tengo miedo porque no se si podré pagarla y tengo miedo de si me botan del trabajo que voy a hacer si eso sucede la verdad es que me da muchísimo miedo y no se como sobrellevar esto ya que no tengo ayuda y estoy casi completamente sola en un lugar desconocido

3 Respuestas

Respuesta

I. Hola señora, lamento muchísimo esa situación, no tengo experiencia para poder ayudarla completamente pero hace un tiempo leí el artículo adjunto dedicado a los jóvenes. Puede que encuentre sugerencias prácticas que pueda usted aplicar a su situación. Por favor, analice con cuidado y meditación. Me deja saber qué le pareció.

Cómo adaptarse a los cambios

EL PROBLEMA

  • Por el trabajo de tu padre, tu familia debe mudarse lejos.

  • Tu mejor amiga se va a vivir a otra ciudad.

  • Tu hermano mayor se va a casar y se marcha.

¿Te adaptarías con facilidad a estos cambios?

Los árboles que se doblan con el viento aguantan mejor las tormentas. Del mismo modo, tú puedes “doblarte” cuando llegan cambios sobre los que tienes poco o ningún control. Pero antes de ver cómo hacerlo, analicemos algunas cosas que debes saber sobre los cambios.

LO QUE DEBES SABER

Los cambios son inevitables. La Biblia reconoce una verdad fundamental sobre los seres humanos: “El tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos” (Eclesiastés 9:11). Tarde o temprano, comprobarás lo ciertas que son estas palabras. Por supuesto, no todo lo inesperado es malo. Algunos cambios que al principio parecen malos podrían acabar siendo buenos. Aun así, la mayoría de las personas se sienten cómodas con su rutina, con lo que conocen; mientras que los cambios, sean buenos o no, les causan ansiedad.

Para los adolescentes es especialmente difícil. ¿Por qué? “Ya estás experimentando cambios internos —comenta un joven llamado Alex—. * Los cambios externos no hacen más que aumentar el estrés”.

Otra razón es que, al enfrentarse a un cambio, los adultos ya cuentan con un “libro” lleno de experiencias que pueden consultar para ver qué hicieron en situaciones parecidas. Sin embargo, los jóvenes apenas tienen unas pocas páginas escritas.

Es posible adaptarse. La resiliencia es la capacidad para adaptarse a los cambios y superar las adversidades. Una persona con esta cualidad no solo aguanta las nuevas circunstancias, sino que también ve cómo sacar partido de las dificultades. Por esa razón, es menos probable que los jóvenes resilientes caigan en las drogas o el alcohol cuando se sienten abrumados.

LO QUE PUEDES HACER

Acepta la realidad. Seguro que te gustaría tener el control de tu vida, pero eso es sencillamente imposible. Tus amigos se irán lejos o se casarán; tus hermanos crecerán y se marcharán de casa, o tu familia se mudará y tendrás que dejar atrás a tus amigos y todo lo que conoces. Es mejor aceptar la realidad que permitir que tus pensamientos negativos te abrumen (texto bíblico clave: Eclesiastés 7:10).

Mira al futuro. Pensar todo el tiempo en el pasado es como conducir por una autopista sin dejar de mirar al espejo retrovisor. Echar un vistazo atrás es bueno, pero debes concentrarte en la carretera, en lo que tienes delante de ti. Lo mismo ocurre cuando te enfrentas a los cambios. Intenta concentrarte en el futuro (Proverbios 4:25). Por ejemplo, ¿qué objetivo podrías ponerte para el próximo mes o para los próximos seis meses?

Concéntrate en lo positivo. “La resiliencia tiene que ver con la actitud —afirma una joven llamada Laura—. Búscale el lado bueno a tu situación actual”. ¿Puedes mencionar algo positivo de tus nuevas circunstancias? (Texto bíblico clave: Eclesiastés 6:9).

Una mujer joven llamada Victoria recuerda que durante su adolescencia todos sus amigos se mudaron lejos. “Me sentía muy sola. Quería que las cosas fueran como antes —comenta—. Pero al mirar al pasado, siento que fue justo entonces cuando empecé a madurar. Me di cuenta de que crecer es cambiar y de que estaba rodeada de personas que podían llegar a ser mis amigos” (texto bíblico clave: Proverbios 27:10).

Pensar todo el tiempo en el pasado es como conducir por una autopista sin dejar de mirar al espejo retrovisor

Haz cosas por los demás. La Biblia nos dice cómo lograrlo: “No vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás” (Filipenses 2:4). Un buen antídoto contra nuestros propios desafíos es ayudar a los demás con los suyos. Anna, de 17 años, dice: “Al crecer, me di cuenta de que me sentía mucho mejor cuando ayudaba a alguien que estaba pasando por una situación igual o peor que la mía”.

TEXTOS BÍBLICOS CLAVE

  • “No digas: ‘¿Por qué ha sucedido que los días anteriores resultaron ser mejores que estos?’” (Eclesiastés 7:10).

  • “Vale más lo que se ve con los ojos que lo que se imagina con el deseo” (Eclesiastés 6:9, El libro del Pueblo de Dios).

  • “Mejor es un vecino que está cerca que un hermano que está lejos” (Proverbios 27:10).

JUAN

“Los jóvenes pueden ser resilientes si analizan la situación a la que se enfrentan y se dan cuenta de que los cambios son parte de la vida. Cuanto antes lo aceptes, más fácil te será seguir adelante. Las cosas mejorarán”.

CARISSA

“Cuando el problema ya ha pasado, intento no darle más vueltas. Simplemente me concentro en lo que sigue. Creo que ser resiliente implica mirar hacia adelante y no hacia atrás”.

Respuesta

Si quieres dejar de tener esos miedos, te diría que no pongas tu seguridad en mantener ese trabajo, o esas circunstancias, sino que lo que te recomiendo es guiarte por el bien, hacer las cosas bien, y no pretender controlar las cosas más allá de lo conveniente, sino que confiar en Dios, al hacer Su Voluntad claro.

Respuesta

Vale que tengas miedo a los cambios... si no lo tuvieras serías un ser de otra dimensión porque todos tememos a los cambios. Para enfocar mi respuesta te pongo en antecedentes no creo en sacerdotes, monjas, monjes, predicadores, avatares o testigos del divino miembro; no me importa trasero que practiquen la religión católica, mormona, tibetana, mahometana, adventista, gnóstica, agnóstica o veneren la bendita rajadura, pero que Dios existe, ¡EXISTE!. Y Dios es Dios, es universal, es infinito. El asunto es que cada religión coge un pedazo de ese Dios y lo acomoda a sus necesidades convirtiéndolo en un dios de bolsillo o de acuerdo las necesidades de sus directores espirituales. Como diría un gran Maestro: "Todas las religiones son perlas sagradas engarzadas en el hilo de oro de la divinidad". SAW.

Aclarado esto pasemos al asunto de fondo que es "el pánico a los cambios" que impiden afrontar nuevas circunstancias y no tengo otro aporte que mi oración preferida para ese Dios que es único y de el cual acabo de expresarme: "Padre mío, Señor mío y Dios mío póngame donde usted me necesite y me dice que tengo que decir o que tengo que hacer... pero me lo explica con plastilina porque yo soy tan tarado, tan torpe, tan pendejo, tan Troilo que va y la embarro porque no le entiendo". Acompaño esta oración con mi firme propósito de decir la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad, además de una oración de agradecimiento al acostarme por el día que me regaló y así mismo al despertarme. Hasta el sol de hoy no he tenido la menor duda de que mi oración siempre es escuchada.

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