Termas romanas

Mi nombre es martin y soy estudiante de arquitectura en argentina. Mi interés pasa por las termas ramanas. Estoy preparando un trabajo sobre las mismas y necesito información, especialmente sobre las de DIocleciano y las de caracalla.
Cualquier cosa que tengan me puede servir
Desde ya muchas gracias por escucharme y espero noticias suyas
Atentamente Martin Arbeletche

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Las termas de Caracalla fueron construidas fundamentalmente bajo este emperador, que reinó del 211 al 217 d. C., aunque fueron terminadas por Alejandro Severo unos 20 años más tarde. Los elementos esenciales de este edificio son los de todos los baños romanos, pero enormemente complicados. El edificio principal estaba rodeado por unos jardines, un estadio y unos depósitos de agua. A los lados este y oeste había bibliotecas y otras estructuras. El edificio principal era un simétrico complejo de habitaciones y espacios abiertos de diversas alturas, algunos de más de una planta. La exacta utilización de algunos de ellos todavía no se conoce. La gran sala rectangular que está en el centro del edificio principal se pensó que sería el tepidarium, pero carece de sistemas de calefacción, por lo que es más probable que fuera el apodyterium o vestuario. Sus dimensiones interiores son de 52 x 25 metros. Desde el punto de vista arquitectónico, lo más interesantes son las cúpulas. La mayor de todas, de unos 35 metros de diámetro, cubría el caldarium, una gran sala circular muy mal conservada. Descansaba sobre ocho pilares unidos por arcos, así como por una segunda serie de arcos más abajo. Las caras interiores de los pilares eran curvas, pero todos los arcos eran rectos, y la transición al círculo de la curva se realizaba por medio de toscas pechinas. La superficie interna de la cúpula estaba recubierta de tejas planas, y para reducir el peso de la cúpula se empotraron en ella cacharros de barro vacíos. Este caso será el primer ejemplo importante de este sistema para aligerar el peso de la cúpula, sistema que fue desarrollado científicamente más tarde, a comienzos de la época bizantina en Rávena.
Las termas de Diocleciano, construidas a principios del siglo IV d. C., llegaron al Renacimiento prácticamente intactas, y fueron convertidas por Miguel Ángel en la iglesia de Santa María de los Ángeles entre 1560 y 1570, con las consiguientes transformaciones. Miguel Ángel subió el suelo unos dos metros por encima de su nivel original y dotó a las columnas de falsas basas que echan a perder la proporción.
La decoración, en su mayor parte perdida, sería de gran magnificencia, pero quedaría eclipsada por la excelencia científica del esquema total. La cubierta de la gran sala del caldarium, que mide unos 61 x 24 metros, descansa sobre ocho grandes pilares y consiste en tres tramos de bóvedas de arista, con poderosas costillas de ladrillo a lo largo de las aristas. En realidad, la bóveda parece arrancar del entablamento que sobresale sobre ocho imponentes columnas monolíticas de granito egipcio, de unos 15 metros de alto por 1 y medio de diámetro. Se discute si estas columnas tenían realmente función estructural. Era muy difícil para un arquitecto pronosticar cuáles iban a ser en realidad todos los empujes y tensiones de una estructura con bóveda o cúpula. Los ocho pilares de la sala estaban unidos por arriba, a lo largo de los cuatro lados del rectángulo, por arcos de la altura de la bóveda, así como por un grupo más bajo de arcos que abrían a una serie de habitaciones intercomunicadas de menor altura. El espacio entre los arcos superiores y los inferiores estaba cubierto por un muro con amplios ventanales, divididos cada uno en tres vanos por parteluces verticales. Las tres habitaciones de cada nave lateral estaban separadas por grandes muros con grandes vanos cintrados, muros que servían de contrafuertes a los pilares principales. Cada habitación lateral estaba cubierta por una bóveda de cañón independiente, perpendicular al eje principal de la sala, de modo que no hubiera presión sobre sus muros externos. Los muros-contrafuerte subían por encima de las cubiertas de las habitaciones laterales para encontrar el arranque de las costillas diagonales de la bóveda principal. Terminaban de forma diferente en ambos lados, pero las partes visibles de los dos grupos, sobre las cubiertas laterales, estaban perforadas por arcos, lo que les daba cierto aspecto de arbotantes. El arquitecto no debió quedar satisfecho coon la resistencia de estos grandes muros, porque en cada caso colocó contra su cara externa un estribo adicional; algunos de éstos cumplían además la función de torres con escaleras. Los extremos de la gran sala y de sus naves laterales estaban reforzados por la yuxtaposición de habitaciones más bajas con bóvedas de nervios.
Como ves, me he limitado a describirte en cada caso la parte más interesante del edificio. Una descripción completa sería demasiado larga y no es ese el tipo de consulta para el que se ha pensado esta página.

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