Si la humanidad no tiene en sucorazón el conocimiento del amor ágape.jamás podrá brindar un sentimiento sincero yduradero?

Tipo de amor 1: EROS

Un amor intenso, carnal y generalmente efímero, más relacionado con la idealización del momento, con la pasión y el impulso del deseo carnal: es el motor básico del sexo casual y las infidelidades.

Tipo de amor 2: PHILIA

Solidaridad, hermandad y amor por el prójimo son algunas de las premisas fundamentales de este tipo de amor. Es la máxima expresión amorosa y con frecuencia sirve como motor para que un individuo busque el bien común, por lo que se desdobla en aspectos como el respeto, la gentileza y la cooperación.

Tipo de amor 3: ÁGAPE

Se refiere a la frecuencia más profunda del amor. Su vehículo es la pureza, la incondicionalidad e incluso la devoción. Esta forma de amor es universal, como el amor por una deidad, por la naturaleza o por la humanidad completa. El profesar este tipo de amor suele enriquecer a la persona y quizá sea parte de la esencia misma del ser humano.

Respuesta

I. Hola Luna, ese es un tema sumamente interesante ahora que vivimos en un mundo dominado por el yoismo. Creo que así real y efectivamente es. Quien no conoce todo lo que implica el amor agape se le hace muy difícil brindar un sentimiento verdadero y creo que no podría expresa las otras clases de amor que mencionas. Me gustaron mucho los comentarios que hace una enciclopedia bíblica sobre el amor. Aquí comparto un poco sobre eso el amor desde el punto de vista bíblico. Si tienes una Biblia te animo a buscar los textos que se citan en la información. A ver qué te parece.

AMOR
Afecto profundo o apego hacia una persona; cariño. También se designa con este término el afecto benevolente que Dios siente hacia sus criaturas o el afecto reverente que estas le deben a Él. Amor también es la atracción afectiva y apasionada hacia una persona del sexo opuesto, que constituye el incentivo emocional para la unión conyugal.

Las Escrituras Griegas Cristianas emplean principalmente formas de las palabras a·gá·pē, fi·lí·a y dos palabras derivadas de stor·guḗ. A·Gá·pē aparece con más frecuencia que los otros términos, mientras que é·ros, amor sexual, no se emplea.
El Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento (de W. E. Vine, 1984, vol. 1, pág. 87) dice sobre el sustantivo a·gá·pē y la forma verbal a·ga·pá·ō: “El amor sólo puede ser conocido en base de las acciones que provoca. El amor de Dios se ve en la dádiva de Su Hijo, 1 Juan 4:9, 10. Pero es evidente que no se trata de un amor basado en la complacencia, ni afecto, esto es, no fue causado por ninguna excelencia en sus objetos, Romanos 5:8. Se trató de un ejercicio de la voluntad divina en una elección deliberada, hecha sin otra causa que aquella que proviene de la naturaleza del mismo Dios, Deuteronomio 7:7, 8”.
Con respecto al verbo fi·lé·ō, Vine comenta: “Se debe distinguir de agapaō en que phileō denota más bien un afecto entrañable [...]. Además, amar (phileō) la vida, en base de un deseo indebido de preservarla, con olvido del verdadero propósito de vivir, se encuentra con la reprobación del Señor, Juan 12:25. Al contrario, amar la vida (agapaō) tal como se usa en 1 Pedro 3:10, significa considerar el verdadero motivo de vivir. Aquí, la palabra phileō sería totalmente inapropiada”.
La Exhaustive Concordance of the Bible (de James Strong, 1890, págs. 75, 76) hace la siguiente observación en la sección del diccionario griego bajo el término fi·lé·ō: “Ser un amigo de (tener cariño a [un individuo o un objeto]), es decir, sentir afecto por (en el sentido de apego personal, bien por sentimiento o emoción; mientras que [a·ga·pá·ō] es más amplio, y abarca especialmente la decisión de amar después de un juicio y asentimiento deliberado sobre la base de los principios, el deber y el decoro [...])”. 
Por lo tanto, a·gá·pē conlleva el significado de amor basado o gobernado por principios. Tanto puede ser que incluya afecto y cariño, como que no, aunque en muchos pasajes está claro que sí lo incluye. En Juan 3:35 Jesús dijo: “El Padre ama [a·ga·pái] al Hijo”, y en Juan 5:20 afirmó: “El Padre le tiene cariño [fi·léi] al Hijo”. Ciertamente el amor que Dios siente por Jesucristo está lleno de afecto. Jesús también explicó: “El que me ama [a·ga·pṓn] será amado [a·ga·pē·thḗ·se·tai] por mi Padre, y yo lo amaré [a·ga·pḗ·sō]”. (Juan 14:21.) A este amor del Padre y del Hijo lo acompaña un tierno afecto hacia esas personas que les muestran amor. Los adoradores de Jehová deben amar a Jehová y a Jesucristo, y amarse unos a otros, de la misma manera. (Juan 21:15-17.)
Por lo tanto, aunque a·gá·pē se distingue por su respeto a los principios, no es insensible; de otro modo, no se diferenciaría de la justicia fría. No obstante, no lo gobiernan la emoción o el sentimentalismo; nunca pasa por alto los principios. Los cristianos correctamente muestran a·gá·pē a otros hacia quienes quizás no sientan ningún afecto o simpatía, pero lo hacen por su bienestar. (Gálatas 6:10.) Ahora bien, aunque no les tienen afecto, sienten compasión e interés sincero por tales seres humanos, pero dentro de los límites y a la manera que permiten y mandan los principios justos.
Sin embargo, si bien a·gá·pē se refiere al amor gobernado por principios, estos pueden ser buenos o malos. Cabe la posibilidad de expresar una clase incorrecta de a·gá·pē, guiado por principios malos. Por ejemplo, Jesús dijo: “Si ustedes aman [a·ga·pá·te] a los que los aman, ¿De qué mérito les es? Porque hasta los pecadores aman a los que los aman. Y si hacen bien a los que les hacen bien, ¿de qué mérito, realmente, les es a ustedes? Hasta los pecadores hacen lo mismo. También, si prestan sin interés a aquellos de quienes esperan recibir, ¿de qué mérito les es? Hasta los pecadores prestan sin interés a los pecadores para que se les devuelva otro tanto”. (Lucas 6:32-34.) El principio por el que estas personas actúan es: “Trátame bien y te trataré bien”.
El apóstol Pablo dijo de uno que había sido su colaborador: “Demas me ha abandonado porque ha amado [a·ga·pḗ·sas] el presente sistema de cosas”. (2 Timoteo 4:10.) Puede ser que el amor de Demas por el mundo se haya basado en el principio que permite suponer que tal amor resulta en compensaciones materiales. Por otra parte, Jesús dijo: “Los hombres han amado [ē·gá·pē·san] la oscuridad más bien que la luz, porque sus obras eran inicuas. Porque el que practica cosas viles odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean censuradas”. (Juan 3:19, 20.) Ellos aman la oscuridad, porque es una verdad o principio innegable que tal oscuridad les sirve de amparo para sus obras inicuas.

Jesús mandó: “Continúen amando [a·ga·pá·te] a sus enemigos”. (Mateo 5:44.) Fue Dios mismo quien estableció este principio, pues Pablo dijo: “Dios recomienda su propio amor [a·gá·pēn] a nosotros en que, mientras todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros [...]. Porque si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios mediante la muerte de su Hijo, mucho más, ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida”. (Romanos 5:8-10.) Un ejemplo sobresaliente de ese amor se ve en los tratos de Dios con Saulo de Tarso, quien llegó a ser el apóstol Pablo. (Hechos 9:1-16; 1Timoteo 1:15.) Por lo tanto, el amar a nuestros enemigos debería regirse por el principio que Dios ha establecido, y ese amor debería ejercerse en obediencia a sus mandamientos, tanto si entraña cierto cariño o afecto, como si no.

¿Ayuda a entender lo que dijiste en tu pregunta la información compartida? Bueno Laura, espero saber tu opinión. Muchas gracias anticipadas por el aprecio y valoración de la información.

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