Nunca me hecho aretes ¿Cuales son los riegos?

Quiero compartir un poco de historia sobre el asunto amiga María. La idea de fijar joyas al lóbulo de la orejas o de la nariz no es ninguna novedad. Ya en tiempos bíblicos, una joven devota llamada Rebeca utilizaba nariguera (Génesis 24:22, 47). Y cuando salieron de Egipto, los israelitas llevaban aretes en las orejas (Éxodo 32:2). Ahora bien, se desconoce si tales joyas iban insertadas en orificios de la oreja y la nariz. Sin embargo, a los esclavos fieles sí se les agujereaba la oreja como símbolo de la lealtad que profesaban a su amo (Éxodo 21:6). Las perforaciones corporales también revistieron importancia en otras culturas de la antigüedad. Los aztecas y mayas se atravesaban la lengua por motivos espirituales. Entre algunos indígenas africanos y sudamericanos aún está muy difundida la horadación labial, y algunos habitantes de Melanesia, la India y Paquistán se traspasan habitualmente la nariz con ornamentos.

En el mundo occidental, las perforaciones se han limitado hasta hace solo unos años a los lóbulos de las orejas femeninas. De modo que en la actualidad es una costumbre popular en casi todo el mundo y no tiene nada de malo. Sólo que hay que tomar medidas de seguridad de quién te hará el orificio e higiene para no tener una infección.

¿Cuáles pueden ser algunos riesgos? Según muchos médicos, no todas las perforaciones son peligrosas. Desde luego, hacérselas uno mismo es arriesgado. Y también pudiera ser peligroso acudir a los supuestos profesionales de la perforación corporal, cuya preparación suele ser muy superficial por haber aprendido el arte de sus amigos o con revistas o vídeos. Mejor te convendría ir a un hospital o clínica y preguntar antes de hacértela.

Los médicos señalan que la horadación del cartílago de la nariz o las orejas es más peligrosa que la que se realiza en el lóbulo de la oreja. Un boletín de la Academia Estadounidense de Cirugía Plástica y Reconstructiva Facial dice lo siguiente: “Los orificios múltiples practicados alrededor de la parte superior de la oreja son especialmente preocupantes, pues, de producirse infecciones graves, podría perderse toda la curva superior. Los pendientes de tornillo nasales también son peligrosos, pues una infección en el área pudiera extenderse al cerebro mediante los vasos sanguíneos”. El boletín concluye indicando que “lo ideal sería limitar [las perforaciones] al lóbulo de la oreja”.