Tratamiento antipsicóticos

¿Tratamiento antipsicóticos cuales son los neurolépticos que se emplean?

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Esquizofrenia
Medicación para la esquizofrenia
Los primeros fármacos eficaces para el tratamiento de la esquizofrenia fueron desarrollados a mediados de los años 50. Hay cierto número de fármacos antipsicóticos 'convencionales'. Parece ser que funcionan principalmente reduciendo los efectos de la dopamina neurotransmisora en el cerebro. Son beneficiosos principalmente para tratar de los síntomas positivos de la esquizofrenia, y permiten que muchos pacientes no tengan que ser hospitalizados y se comporten bien en la comunidad. Sin embargo, no parecen ser muy eficaces contra los síntomas negativos de la esquizofrenia, o síntomas del estado de ánimo (síntomas afectivos). Además, algunos pacientes podrían responder mal, o nada, a todos estos fármacos. Los neurolépticos convencionales también tienen diversos efectos secundarios desagradables, y es posible que los pacientes tengan que tomar medicinas adicionales para combatirlos. Los efectos secundarios pueden contribuir a que los pacientes no tomen su medicación (incumplimiento terapéutico), lo que podría conducir a recaídas en los síntomas esquizofrénicos.
En la década pasada se han introducido diversos medicamentos eficaces para la esquizofrenia, con pocos y menos efectos secundarios severos que los medicamentos más antiguos. Parece ser que los nuevos fármacos antipsicóticos bloquean los efectos de la serotonina y de la dopamina y, como resultado, parecen tener efecto en una gama más amplia de síntomas. Son eficaces en el tratamiento de la psicosis, incluyendo las alucinaciones y los delirios, y también pueden ayudar en el tratamiento de los síntomas negativos de la enfermedad, tales como la motivación disminuida, o la expresión emocional embotada.
La gran mayoría de las personas con esquizofrenia presentan una mejoría sustancial cuando son tratadas con fármacos antipsicóticos. Algunos pacientes, sin embargo, no reciben mucha ayuda de la medicación y unos pocos parecen no necesitarlos. Es difícil predecir qué pacientes corresponderán a cada una de estas dos categorías y cómo distinguirlos de la amplia mayoría que se benefician del tratamiento con fármacos antipsicóticos.
A veces, los pacientes y familiares se preocupan por los fármacos antipsicóticos utilizados para tratar la esquizofrenia. Además de inquietarse por los efectos secundarios, podrían preocuparse de que estos fármacos puedan dar lugar a adicción. Sin embargo, los medicamentos antipsicóticos no producen la sensación de estar 'colocado' (euforia) o un comportamiento adictivo en las personas que los toman. Otro concepto erróneo sobre los fármacos antipsicóticos es que actúan como una especie de control mental, o como una 'camisa química de fuerza'. Si se utilizan en la dosis adecuada, los fármacos antipsicóticos no 'entontecen' a las personas ni les privan de su voluntad. Mientras estos fármacos puedan tener un efecto sedante, y mientras este efecto pueda ser útil cuando se comienza con el tratamiento, especialmente si un individuo está muy agitado, su utilidad no se debe a la sedación sino a su capacidad para reducir las alucinaciones, la agitación, la confusión, y los delirios de un episodio psicótico. De esta forma, los fármacos antipsicóticos deberán, con el tiempo, ayudar a las personas con esquizofrenia a enfrentarse con el mundo de forma más racional.
Los fármacos antipsicóticos reducen el riesgo de que se produzcan futuros episodios psicóticos en pacientes que se han recuperado de un episodio agudo. Incluso con un tratamiento continuado, algunas personas que se han recuperado todavía sufrirán recaídas. Cuando se interrumpe la medicación se observan índices de recaídas mucho más altos. En la mayoría de los casos, no sería exacto decir que un tratamiento continuado "evita" las recaídas; más bien, reducen su intensidad y frecuencia. El tratamiento de los síntomas psicóticos severos requiere generalmente mayores dosis que las utilizadas en los tratamientos de mantenimiento. Si los síntomas reaparecen con dosis más bajas, un aumento temporal de éstas puede evitar una verdadera recaída.
Debido a que la recaída es más frecuente cuando se interrumpen las medicaciones antipsicóticas, o se toman de forma irregular, es muy importante que las personas con esquizofrenia trabajen conjuntamente con sus médicos y sus familiares para mantener su plan de tratamiento. Esto implica tomar, cada día, la medicación prescrita en la dosis correcta y en los momentos adecuados, acudir a las citas con el médico y seguir cuidadosamente otras pautas del tratamiento. Mientras que esto suele ser difícil para las personas con esquizofrenia, puede resultarles más fácil con la ayuda de diversas estrategias y mejorar así su calidad de vida.
Efectos secundarios
Los fármacos antipsicóticos, al igual que prácticamente todos los medicamentos, tienen efectos indeseados al mismo tiempo que los efectos beneficiosos esperados. Durante las primeras fases del tratamiento con fármacos, los pacientes podrían padecer efectos secundarios tales como somnolencia, inquietud, espasmos musculares, temblores, sequedad en la boca, o visión borrosa. Muchos de ellos pueden corregirse reduciendo la dosis o pueden controlarse con otros medicamentos. Diferentes pacientes tienen distintas respuestas al tratamiento y efectos secundarios a diversos fármacos antipsicóticos. Un paciente puede mejorar con un fármaco más que con otro.
Los efectos secundarios a largo plazo de los fármacos antipsicóticos pueden plantear un problema considerablemente más serio. La disquinesia tardía (DT) es un trastorno caracterizado por movimientos involuntarios que afectan, en su mayoría, a la boca, labios y lengua y, a veces al tronco y otras partes del cuerpo, como los brazos y piernas. Se produce en aproximadamente el 15 al 20% de los pacientes que han estado tomando los antiguos fármacos antipsicóticos durante muchos años, pero la DT también puede desarrollarse en pacientes que han tomado estos fármacos durante períodos de tiempo más reducidos. En la mayoría de los casos, los síntomas de la DT son leves, y el paciente podría no ser consciente de sus movimientos. Los medicamentos antipsicóticos más recientes parecen presentar mucho menor riesgo de producir DT que los fármacos de mayor antigüedad. Sin embargo, el riesgo no es cero, y pueden tener sus propios efectos secundarios, como el aumento de peso. Además, si se dan en dosis demasiado altas, los nuevos fármacos pueden llegar a producir problemas tales como el retraimiento social y algunos síntomas similares a los de la enfermedad de Parkinson, un trastorno que afecta al movimiento. No obstante, los nuevos antipsicóticos representan un paso adelante en el tratamiento, y su óptima utilización en las personas que padecen esquizofrenia está siendo objeto de numerosas investigaciones.
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