Ayuda con la educación de un niño para que coma y deje de llorar por todo

Tengo un niño de 2.5 años de edad y ya no se que hacer para que no llore, ya que llora cuando se le prohíbe alguna cosa (ej. No te mojes)en conclusión llora por todo, además que no quiere comer, y es muy enojon, he tratado de no utilizar la violencia, solo que en algunas ocasiones me desespera y le doy sus nalgadas, cuando esta con otros niños llega a ser muy dejado de ellos, ya que le pegan y el no se defiende, apenas recibe un golpe aunque este no sea duro y se tira al suelo a llorar y es lo único que sabe hacer al suelo y a llorar. Quiero que que me de un buen consejo ya que no se que hacer, ¿Acaso lo esta´re educando mal?...

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Bien, es cierto que el planteamiento ante una mala conducta de un niño, es el de que somos los adultos los que no lo estamos haciendo bien; y de hecho así es, pero se puede aprender a hacerlo mejor.
Para empezar tienes que entender que el llanto es el primer, y durante mucho tiempo el único, recurso de un niño para comunicarse con el mundo que le rodea, ya que cuando es un bebé no tiene ningún otro medio de expresarse, pero cuando se va haciendo mayor, debemos enseñarle a encontrar otros recursos, a través del lenguaje.
De este modo ante un llanto incesante debemos preguntarle que le ocurre, e invitarle a que nos lo cuente con palabras, insistiendo en que debe hacerlo SIN LLORAR, ya que si no no podemos entenderle.
En cuanto al llanto producido ante una negativa nuestra (no te mojes, ahora toca irse a dormir...)hay que mantenerse firmes, y no permitirle hacer lo que quiere aunque llore mucho. Se puede intentar fascinarlo con cualquier otra cosa para que deje de llorar, aunque ya es un poco mayorcito para esto, pero sobretodo debemos recurrir al "chantaje emocional". Cuando un niño llora porque quiere conseguir algo, está intenando chantajearnos, así que nosotros debemos adelantarnos y proponérselo: "Tu quieres un caramelo? Pues sin llorar, pídemelo sin llorar" cuando creemos que aquello que nos pide se lo podemos conceder. A veces podemos tener la sensación de que estamos cediendo, dándole aquello que pide, pero creo que lo primero en el caso de tu hijo es que aprenda otros recursos de comunicación además del llanto. Cuando esta situación vaya pasando y el niño vaya pidiendo las cosas de otro modo, entonces nos iremos mostrando más firmes en nuestras decisiones, ya que el niño tiene que saber que quienes mandan son los adultos y no él.
Con todo esto le estaremos ayudando a madurar, a defenderse por si mismo, y a recibir las cosas que los adultos consideren sin llorar.
Es una tarea dura y que requiere de mucha paciencia, pero que con constancia siempre da sus frutos.
Bien, recapitulando: los adultos son los que mandan y el niño debe obedecer, debe transmitir sus necesidades hablando y no llorando, y no debemos permitirle que nos chantajee.
Por ejemplo, supongamos que el niño quiere que se le compre un caramelo, no accedemos y coge una pataleta. Nuestra actitud debe ser firme y ante su intento de chantaje le propondremos otro: "no te voy a comprar el caramelo, pero tu querías ir al parque. ¿Quieres que vayamos al parque? pues sin llorar. Si el niño insiste en el llanto debemos cumplir lo que hemos dicho, y no comprarle el caramelo ni ir al parque. En ese momento debemos insistir: Sin llorar, las cosas se dicen sin llorar. Si el niño va cediendo en el llanto, entonces le concederemos alguna de sus peticiones, porque ha hecho lo que le hemos mandado: dejar de llorar. Aunque acabe consiguiendo el caramelo, en realidad no ha sido él quien se ha salido con la suya, sino nosotros, ya que le estamos enseñando a pedir las cosas sin llorar y por lo tanto a madurar. Cuando hayamos conseguido esto, le iremos enseñando que no siempre se consigue lo que se quiere, aunque no llore, y que si no obedece o coge una pataleta; de esas que ya habían desaparecido, entonces obtiene un castigo.
En este sentido el castigo debe ser proporcional y sobretodo inmediato, además de simbólico: Cara a la pared, con nuestra mano sobre su cabeza, contamos 1,2,3 Yo te quiero mucho, pero si haces... me enfado. Y le damos un beso.
Aunque parezca increíble, y al principio nos cueste mucho, es el castigo más efectivo, y con el que el niño más va a aprender.
Bueno, ánimo, espero haberte servido de ayuda y que la actitud de tu hijo mejore, estoy segura de que con constancia lo conseguirás y recuerda: la que mandas eres tú.

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