Mi sobrino es rebelde. No prueba la comida caliente con cuchara. Llora y los castigos no funcionan.

Tengo un sobrino que tiene unmal genio, no come bien y quiere él dominar sobre nosotros. La comida caliente de cuchara no la prueba y se coge unos sofocones de miedo. Lo hemos intentado todo pero nada funciona ni siquiera el dejarlo, ni castigándole ni nada. Además esta continuamente llorando por todo. Llega a agotarnos. Solo tiene 3 años.
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Pues aunque suene a tópico, lo que suele funcionar es que todos los que tengáis contacto con él cuando pilla esas rabietas os comportéis de la misma forma, es decir, si es retirarlo a un lugar donde no se pueda hacer daño y dejarle allí hasta que se tranquilice, pues todos igual, tíos, padres, abuelos, etc. En el momento en que el niño detecte que alguno cambia o se pone nervioso y le hace caso cuando se comporta así, pues seguirá tomando la táctica de la rabieta, porque se ha dado cuenta que es donde triunfa.
Lo que se suele hacer es cuando se ponga con las rabietas, intentar no ponerse nervioso uno mismo (la parte más complicada), explicarle que no se le va a hacer caso hasta que no deje de llorar y quitarse uno de en medio y que sea el niño el que tenga que buscarte. Previamente, se debe quitar de en medio todo lo que pueda lesionar al crio y se le deja hasta que se le pase. Y por supuesto, nunca discutir los mayores respecto a la conducta del crio delante de él porque habrá triunfado con su actitud.
En el caso de la comida, igual. Si el niño no come, se le retira el plato cuando haya pasado un tiempo razonable (30 ó 45 minutos) y no se le da ninguna comida más hasta la siguiente comida que toque (merienda, cena o desayuno, inclusive). Cuando él se de cuenta de que no hay alternativas a la comida que se pone en la mesa, verás como él sólito cambia de actitud. Pero insisto, eso debe hacérsele en todos los sitios donde coma: en la guarde se lo harán seguro, en casa o en casa de abuelitos y tíos es donde debéis poneros de acuerdo.
En fin, no te descubro nada nuevo en el horizonte. Lo que los niños necesitan es conocer que va a ocurrir si ellos hacen o no hacen algo y que siempre sea la misma respuesta aunque los participantes sean diferentes. Eso les crea seguridad.

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