Pastor vasco que tiene costumbre de morder

Tenemos un pastor vasco de casi 8 meses y que desde muy pequeño tiene la fea costumbre de morder todo, incluso a nosotros o a las personas que llegan a casa (sin agresividad). No creemos que lo haga con mala intención ya que es muy juguetón y más bien lo hace jugando pero no sabemos ya cómo quitarle la manía. Para tratar de evitarlo y que deje de hacerlo, solemos cogerle el morrito presionando un poco (no le gusta nada!) O le ponemos la mano abierta para que no pueda morderla pero ya busca ella la forma de hacerlo! ¿Andamos ya tarde para quitarle la manía?
Y, por otro lado, y aprovechando la pregunta, cuando lo sacamos a la calle hay veces en que coge la correa con la boca como resistiéndose a que la llevemos atada (está acostumbrada a ir con correa...) y cuando se la sacas de la boca se tira a morder rebelándose (es verdad que, en general, tiene un carácter bastante rebelde).
¿Puedes ayudarnos?

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Es normal que un cachorro de 8 meses sea un poco rebelde. Lo de que os muerda las manos, es normal, seguramente se ha acostumbrado a ello desde que era más pequeño pero ahora es molesto porque hace daño. La solución es bastante fácil, pero hay que ser muy constante. Lo primero es que os debéis mentalizar que nunca debéis jugar con el perro directamente con las manos, para evitar que os haga daño. Si el perro quiere jugar y te muerde, pegas un grito como si te la hubiera arrancado (algo muy exagerado, que la perra piense que vas amorir después de eso) e inmediatamente te das la vuelta y dejas de hacerle caso durante unos segundos. Tiene que pensar que eres de mantequilla. Si es necesario, te vas a otra habitación. Después de ese tiempo, sigues jugando con él de otra manera, con un juguete por ejemplo. Nunca debes empezar tu el juego usando las manos, pero cuando el lo haga empleamos esta técnica. Tenemos que gritar aun cuando no nos haya hecho daño, pues debe aprender que la presión que puede hacer con la boca sobre nuestro cuerpo es muy inferior a la que nos puede doler. Así evitamos que pueda haber "accidentes". Al final, el objetivo es que el perro aprenda cual es el nivel tolerable de mordida, pero además si lo acostumbramos a jugar de otra manera reduciremos el número de veces que nos muerde las manos. Si nos muerde más fuerte de lo que es tolerable, se queda sin juego. Es importante recordar que después del tiempo de no hacerle caso (lo que se llama "time out") debemos darle una alternativa, es decir: me has hecho daño y dejo de jugar contigo, pero después te enseño un juego distinto que nos gusta a los dos.
Otra cosa: si nos muerde y nos hace daño, nunca debemos apartar al perro con la mano, pues para el puede significar que le estamos siguiendo el juego. Es mejor darle la espalda o levantarnos y cambiarnos de habitación, incluso cerrar la puerta para que no pueda seguirnos.
En cuanto a lo de la correa, es normal que a algunos perros no les guste la sensación de llevar eso en el cuello. No le molesta el sentirse atada, lo que le molesta es la tensión que siente en el cuello cuando quiere ir en una dirección y tu se lo impides. Aquí lo importante es tener en cuenta la tensión. Si tiras de la correa y la perra la muerde, debes aflojar la tensión de la correa para que no se ponga más nerviosa. A lo mejor puedes probar a llevarla con una más larga para tener más margen de movimientos (nunca una extensible) pues aflojar la tensión de la correa si es muy corta es complicado. Si quieres cambiar de dirección y la perra no, es mejor que la llames y lo intentes por la buenas, evitando el tirón. Puedes llamarla u ofrecerle algo mientras andas hacia atrás, con esto suelen hacer caso. Si la muerde, nunca se la intentes quitar de la boca por la fuerza. Lo que puedes conseguir es que al final te muerda a ti. Intenta hacer que la suelte a cambio de un premio. Esto es válido para que suelta cualquier objeto, pero primero debes practicar en casa. Cuando tenga algo en la boca que quieres que suelte, dale la orden "suelta" y después le ofreces algo muy apetitoso de comer o un juguete que le guste. Cuando suelte el objeto, le das su premio. Cuando en casa te haya salido, empiezas a probarlo en la calle. Es más fácil esto que quitarle algo por la fuerza, pues si no estamos haciendo que el perro vea como normal el uso de la violencia para conseguir lo que quiere. Cuando esté más acostumbrada, dejará de morder la correa.
Ojo: nunca uséis su correa para jugar, pues si no confundiréis al perro. Eso también se aplica a aque la perra tire para un lado y nosotros tiremos para quitársela. Esto es muy divertido para ella y estamos reforzando ese comportamiento. Si esto ocurre, aflojamos la tensión y le ofrecemos otra cosa. Una correa sin tensión es como una "presa muerta", no tiene el mismo interés que algo que se mueve e intenta escapar.
Bueno, después de esta parrafada, espero haberte aclarado un poco las dudas. Si no es así, no dudes en preguntarme.
Has confirmado lo que queríamos oír y nos has hecho darnos cuenta de que no tenemos un "demonio" sino un cachorrín rebelde que sigue buscando su sitio y al que debemos seguir enseñando. Gracias!

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