I. Hola Sebastián, realmente nada que ver. Estoy muy de acuerdo con los demás que respondieron. Por otro lado, encontré unos buenos comentarios. Analízalos con cuidado a ver qué te parecen. De ante mano, gracias por tu tiempo y aprecio de la información.
La lectura tarot también está relacionada con la astrología. El libro How the Tarot Speaks to Modern Man explica que los que leen tarot “basan su interpretación de las barajas en la estructura del universo, particularmente el sistema solar simbolizado por la Cábala Santa.” La “Cábala” (un conjunto de doctrina oculta judía) divide el universo en tres elementos (fuego, aire y agua), siete planetas y los doce signos del zodíaco —22 en total— que corresponden con los 22 naipes triunfos de la baraja tarot.
Hay muchos otros métodos de adivinar por medio de agüeros, incluso la forma que toman al asentarse las hojas del té en el fondo de una taza, las configuraciones de gotas de aceite sobre la superficie del agua y la caída de los dados o fichas del dominó.
¿Una base científica?
¿Tiene una base científica esa investigación o averiguación para conocer rasgos de la personalidad de alguien o el futuro por medio de agüeros o presagios? Carece completamente de evidencia. El libro The Biological and Social Meaning of Race dice: “El número posible de diferentes combinaciones de genes que un solo ser humano podría heredar es mayor que el número de átomos del universo.” Los rasgos de un individuo, su modo de pensar y las decisiones que gobiernan su futuro también envuelven su ambiente y cultura.
¿Pudiera haber alguna correspondencia significativa entre la personalidad de alguien o su futuro y la caída de un par de dados (que presenta solo 36 posibilidades), la disposición de las hojas del té o cualquier otra ocurrencia al azar? Y puesto que la herencia en el momento de la concepción es lo que mayormente determina la personalidad, este hecho descarta cualquier “influencia” de parte de cuerpos celestes en el momento del nacimiento de uno.
Hay otro problema: A causa de la “precesión de los equinoccios,” que se debe a un leve “bamboleo” de la Tierra al girar sobre su eje, el Sol ahora cruza el ecuador cada primavera en la constelación llamada Piscis en vez de Aries. Esto hace que estén desalineados por una sección entera en los cuadros de astrología tradicionales que dan las fechas en que pasa el Sol por las doce constelaciones del zodíaco.
“Lo que se infiere de esto es claro,” hace notar Christopher McIntosh en The Astrologers and Their Creed. “O la tradición astrológica se hizo anticuada luego que la precesión de los equinoccios empezó a afectar el alineamiento de los signos y constelaciones, o de otro modo las cualidades atribuidas a los signos no están relacionadas con las estrellas en absoluto.”
Naturalmente, otros métodos de adivinación que están relacionados con la astrología (como ciertos tipos de lectura de los naipes o de las palmas de la mano) carecen igualmente de base científica. Es por eso que las predicciones de los adivinos muy a menudo resultan equivocadas.