¿Debo alejarme de mi pareja?

Yo llevo una relación de tres años con un hombre 10 años mayor que yo y tiene dos hijos (uno de 5 y el otro de 3) cuando yo lo conocí el no mencionó nada de sus hijos ya cuando estaba locamente enamorada de él me entere y pues obviamente no quise alejarme de él estaba cegada de amor, y comenzamos un negocio juntos nos iba bien siempre andábamos juntos para todo lado al segundo año yo quede embarazada y bueno cambie de carácter era muy sensible y comenzamos a discutir de todo cuando nació mi hija a los 7 días decidimos darnos tiempo ya que no dejábamos de discutir el regreso a los 15 días un poco diferente ya no sentía tanto amor... Estuvimos juntos hasta que mi hija tenga 5 meses y nuevamente decidimos darnos tiempo, pero estaba vez yo lo vete de lo casa y no le hable por un mes cuando decidí retomar la comunicación el estaba diferente y me enteré que estaba saliendo con su ex pareja que hasta ella le proposu para que se casarán, el me dijo que me amaba a mi que si lo hacía era por yo le bote, me duele que en vez de que trate de buscarme el ahiga estado saliendo con ella pero bueno ahora pareciera que regresamos nos vemos en el trabajo nos besamos y hay veces que viene en las noches a mi casa y estamos juntos pero el no quiere regresar a vivir con migo me pidió tiempo, yo la verdad aun lo amo pero no se si sea buena ida seguir insistiendo a lo mejor debo dejar que el sea feliz con su ex. No se que hacer...

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Eso de ir y venir, y pedir tiempo, no parece llevar a nada, cuando en una pareja hay problemas, se tiene generalmente que solucionar juntos, con alguna excepción, solo tu puedes decidir tu vida, pero esa relación, al menos, parece muy insegura, por la actitud de el, primero te oculto lo de los hijos, luego tiene problemas, luego sale con la ex, me parece que es demasiado, pero como te dije, vos decidís. Sds.

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Es una situación en la que deben sentarse a hablar con franqueza y respeto amiga Noemí. Tenga la bondad de leer el siguiente resumen que parece atinado para su caso y extraiga lo que más aplique.

El amor es una necesidad humana. Sin él, el matrimonio, la familia o la amistad no subsistirían. Por tanto, es lógico que el amor sea esencial para nuestra salud mental y nuestra felicidad. Pero ¿de qué amor estamos hablando?

No hablamos del amor romántico, que, por supuesto, también es importante, sino de un amor superior que hace que mostremos interés sincero por el bienestar de los demás hasta el punto de sacrificarnos por ellos. Es un amor que se rige por principios bíblicos, pero eso no significa que carezca de afecto y ternura.

Fíjese en esta hermosa descripción del amor: “El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha, no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses, no se siente provocado. No lleva cuenta del daño. No se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todas las cosas las soporta, [...] todas las espera, todas las aguanta. El amor nunca falla” (1 Corintios 13:4-8).

Ese amor “nunca falla”. Siempre existirá. Es más, puede hacerse aún más fuerte con el paso del tiempo. Y como es sufrido, bondadoso y sabe perdonar, es “un vínculo perfecto de unión” (Colosenses 3:14). Por lo tanto, las relaciones personales que se basan en un amor como ese son estables y felices, a pesar de las imperfecciones. Pensemos, por ejemplo, en el matrimonio.

Unidos por “un vínculo perfecto”

Jesucristo enseñó importantes principios sobre el matrimonio. Él dijo: “‘El hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne’ [...]. Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre” (Mateo 19:5, 6). Aquí se destacan por lo menos dos principios fundamentales.

“Los dos serán una sola carne”. El matrimonio es la relación más íntima que existe, y el amor puede protegerlo de la infidelidad, es decir, puede evitar que cualquiera de los cónyuges llegue a ser “un solo cuerpo” con otra persona (1 Corintios 6:16; Hebreos 13:4). La infidelidad hace añicos la confianza y quizás haga naufragar el matrimonio. Y, si la pareja tiene hijos, el daño tal vez sea aún mayor, pues ellos pueden pensar que nadie los quiere o sentirse inseguros o hasta resentidos.

“Lo que dios ha unido”. El matrimonio también es una unión sagrada. Los cónyuges que lo ven así hacen lo posible por fortalecer su relación. No buscan una salida fácil a los problemas. Como su amor es fuerte, superan juntos todas las dificultades y se esfuerzan por vivir en paz y armonía.

Lo mejor que pueden hacer los padres por sus hijos es amarse de forma abnegada. Una joven llamada Jessica comentó: “Mis padres se quieren mucho y se respetan. Cuando veo que mi madre respeta las decisiones de mi padre, siento que quiero ser como ella”.

El amor es la principal cualidad de Dios. De hecho, la Biblia dice que “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Por lo tanto, no nos sorprende que a Jehová se le llame además el “Dios feliz” (1 Timoteo 1:11). Nosotros también seremos felices si nos esforzamos por imitar sus cualidades, sobre todo su amor. Efesios 5:1, 2 nos aconseja: “Háganse imitadores de Dios, como hijos amados, y sigan andando en amor”.

Para detalles más amplios de lo que puede hacer la Palabra de Dios en su relación, tenga la bondad de ver siguiente vídeo http://www.jw.org/es/video-por-qu%C3%A9-estudiar-la-biblia/

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Por lo que cuentas tienes un conflicto contigo misma y dudas acerca de si seguir o no con la relación que tienes.

Una parte de ti quiere aquellas cosas buenas que han tenido y darse una nueva oportunidad, pero la otra parte de ti se plantea los conflictos que tienen, las separaciones por las que han pasado, el hecho que haya estado con su ex y el que ahora no quiere vivir contigo.

¿Te he entendido correctamente?

¿Es esto lo que te pasa?

Respuesta

Un viejo proverbio chino dice: "es de necios insistir en sacar agua de un pozo seco"

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