¿Has ido al médico? Debes consultar un psicólogo clínico o un psiquiatra. Es el primer paso para tener un perfil de la realidad que estás experimentando. Entre las cosas que debes identificar en tu conducta para decir que tienes personalidad múltiple son los siguientes:
Comportamiento: automutilación, comportamiento autodestructivo o impulsividad
Estado de ánimo: altibajos emocionales, ansiedad o sensación de desconexión con uno mismo
Psicológicos: depresión, escena retrospectiva o estado alterado de conciencia
También comunes: amnesia o laguna mental
¿Experimentas algunos de esos síntomas? El trastorno de identidad disociativo (anteriormente llamado trastorno de personalidad múltiple), suele presentarse como reacción a una situación traumática que permite que una persona evite los malos recuerdos. El trastorno disociativo de la identidad se caracteriza por la presencia de dos o más personalidades distintas. Cada una puede tener un nombre, una historia y características personales propias. El tratamiento es la terapia conversacional. Si bien el tratamiento puede ayudar, esta enfermedad no tiene cura Crónicas: pueden durar años o toda la vida. Requiere diagnóstico médico. No se requieren análisis de laboratorio o estudios de diagnóstico por imágenes.
En otro orden de ideas, mientras vas al médico. Mel, una sugerencia que podría ayudarte a vencer esa situación es identificar una necesidad muy importante que todos tenemos. Para vivir, todos tenemos que respirar, comer y beber. ¡Hasta los animales lo necesitan! Pero nosotros precisamos algo más para ser felices: comprender cuál es el sentido de la vida. Y el único que puede satisfacer esa necesidad es el Creador.
Se le ha llamado: NECESIDAD ESPIRITUAL. Cuando la satisfagas de la manera correcta se te hará más fácil enfrentar todo eso. ¿Cómo se logra? Pues meditando en el consejo de Jesús cuando señaló cuál es la clave de la verdadera felicidad, puede cambiar nuestra manera de ver las cosas. Dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Solo seremos verdaderamente felices si damos los pasos para satisfacer nuestra mayor necesidad: la sed de saber la verdad sobre Dios y sobre su propósito para nosotros. Esa verdad se encuentra en la Biblia, y conocerla nos ayuda a determinar lo que es realmente importante y lo que no. Cuando dejamos que la Biblia guíe nuestras decisiones y nuestros actos, la vida cobra más sentido. Fíjate como en otra ocasión afirmó: Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:28).
Te invito a analizar el siguiente vídeo de 1 minuto y 17 segundos titulado: ¿Por qué estudiar la biblia?
https://www.jw.org/es/publicaciones/videos/#es/mediaitems/AllVideos/pub-wsb_2_VIDEO