Miedo a volar

Cariño te cuento que siempre que me monto en un avión me muero del miedo cuando este comienza a temblar, siempre es normal que allá turbulencias y cuando e verdad me tengo que preocupar .

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Es normal que el avión tiemble, como lo hace un coche aunque como estamos acostumnbrados, no lo notamos. Cuando llega a determinada altura, los motores dejan de sonar fuerte, y parece que se pararan, pero es normal, porque dejan de "hacer fuerza" para subir y ya simplemente van en horizontal, casi.
Las turbulencias se producen más en verano que en invierno, porque con las altas temperaturas se producen bolsas de aire caliente que hacen "saltar" al avión, pero es como ir por una carretera mal asfaltada, sin ningún peligro.
Cuando las turbulencias son por tormenta, no hay problema alguno, porque los aviones pueden volar en distintas aerovías y alturas (como carreteras que llevan a un mismo punto), y los pilotos, al encontrar esa incomodidad, piden permiso para cambiar de altura y lo hacen. Si a cualquier altura hubiera mal tiempo, pues se aguanta, pero no es peligroso.
Antes de cada vuelo, a los pilotos les entregan un exhaustivísimo informe meteorológico, visual y perfecto, de las condiciones que van a encontrar. Por incómodo que te parezca el vuelo, si no es seguro, no se hace. No hay sorpresas meteorológicas jamás, así que si estás en un avión con tormenta, no sufras, que no es un sorpresa: se vuela así porque no hay problema, sólo incomodidad.
Piensa que el avión es sumamente resistente: las alas son tan flexibles que se pueden poner paralelas ¿a qué es increíble? Y aunque un trueno impactge en el avión, aparte del susto, no pasa NADA.
Hay cursos en Iberia para vencer el miedo a volar, si te interesa tratarlo en serio.
El perfil de las personas que tienen miedo a volar es el de gente muy controladora, acostumbrada a entender y poder dominar todo cuanto le rodea (en el sentido de control, no de manipulación), inteligente y siente mucha ansiedad cuando la situación depende de otros, cuando todo se les escapa de las manos.
Me resulta difícil ponerme en tu lugar, pero como azafata, sé que es mejor que el pasajero que tiene miedo lo diga a la tripulación, y así le sientan donde pueden atenderle mejor. Sé que los que sufrís ese miedo teméis "montar el número", pero no e preocupes, somos discretos y cariñosos.
Más de una vez me he llevado a algún pasajero a despegar a mi lado y le he ido explicando lo que iba a sonar, para que no pensara que algo iba mal, y acabamos hablando de otras cosas. No hay que tener vergüenza de decirlo, aunque sea a tu compañero de asiento.
Tengo una idea que parece tonta, pero es muy útil si se prueba: colorear. Ya sé que no se puede despegar bi aterrizar con la mesita bajada, pero sí puedes colorear en un papel sobre tu periódico, sobre una carpeta o un libro.
Colorear es una actividad que requiere cierta concentración para elegir los colores y "no pasarse de las líneas". Sé que piensas que, aterrorizada o ansiosa es imposible colorear, pero cuando tengas que viajar, elije antes del vuelo lo que vas a colorear, hazlo con interés, imaginando qué lápices llevarás, cómo quedará...
No hace falta que vayas como si fueras al Prado a hacer una réplica de "Las meninas", cuatro colores y un dibujo complejo para complicar bastan. Mezcla los colores como cuando eras pequeña, para lograr naranja pintando rojo con amarillo...
Es muy, muy relajante y nadie se va a reír de ti, te lo aseguro.
Si te tomas en serio mi sugerencia, te recomiendo pintar mandalas, que son unos dibujos simétricos dentro de círculos. Quedan preciosos y la necesidad de lograr la simetría (que no se impone, sino que el dibujo la va pidiendo) te ayuda a tranquilizarte.
Venden libros de mandalas, que son dibujos típicos del Tibet, que los lamas hacen con arena para concentrarse en el rezo y lograr la paz espiritual o mental. Al colorear, así como al hacer un puzzle (esto sí que sería imposible), la mente queda casi en blanco.
El miedo no va a desaparecer, tú lo sabes, y temerás que el miedo se apodere de ti, pero el hecho de saber que tienes un recurso de control te ayudará, y si el avión "tiembla", como tú dices, saca tus lápices y céntrate en el dibujo. Si puedes pintar antes de que te entre el miedo (o empiece la turbulencia), hazlo, y ya verás como puede tu interés por el dibujo a tu temor al movimiento.
Además, ¿no ves que la mitad de las veces, aunque se mueva, nosotras seguimos de acá para allá? Pues eso es porque no pasa nada. A veces me gusta que haya turbulencia, porque me siento y leo algo o hablo con mis compañeros, fíjate si será inofensivo el movimiento.
Besos y a ver qué te parece mi idea.

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