Religión

Buenas, me gustaría su opinión sobre esta frase "en las sociedades industriales ha disminuido la conciencia de pecado"
Un saludo y gracias.

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Es timado IMsb8 es es muy cierto en el transcurso de los años no muchos han tomado conciencia y es a nivel global para más detalle permítame exponerle este articulo sobre los valores morales:
¿Qué ha sucedido con los valores?
En un discurso pronunciado en 1948 con motivo del día del Armisticio, el general Omar N. Bradley dijo: "Tenemos demasiados hombres de ciencia y muy pocos hombres de Dios. Hemos captado el misterio del átomo y hemos rechazado el Sermón del Monte. [...] El nuestro es un mundo de gigantes en el campo nuclear y enanos en el campo de la ética. Sabemos más de la guerra que de la paz, de matar que de vivir". También dijo: "La humanidad está en peligro de verse entrampada en este mundo debido a su inmadurez moral".
HUBO un tiempo en el que existían valores tradicionales basados en los principios bíblicos; pero ya no es así. Ahora se considera que esos valores están pasados de moda y son puestos a un lado. Están en boga nuevos estilos de vida. La "verdad" es relativa. El concepto del bien y del mal ya no existe. No hay que emitir juicios. Cada uno tiene su propio conjunto de valores, decide lo que a su juicio está bien y va a lo suyo. Se disculpa la fornicación. Se disculpa el adulterio. Se disculpa el divorcio. Se disculpa el descuidar a los niños. Y a nadie se le reprochan las consecuencias: la creciente cantidad de adolescentes embarazadas, los millones de abortos, el elevado número de niños con la vida destrozada. Así que, como no se comete ninguna falta y a nadie se le reprocha nada, no existe ningún sentimiento de culpabilidad. El mundo ha repudiado los verdaderos valores como si fueran basura.
La primera pareja humana decidió determinar por sí misma lo que estaba bien y lo que estaba mal. (Génesis 2:17; 3:5.) Hoy día, millones de personas han adoptado el criterio de que el bien y el mal no existen. Impulsadas por el deseo de hacer lo que les plazca, echan a un lado los valores tradicionales y exclaman: "¡Por fin somos libres! ¡Todo es admisible!". Sin embargo, de lo que están libres es de las restricciones, no de los ayes que vienen después.
En una prestigiosa revista apareció el siguiente titular: "¿Una nación de mentirosos?", y a continuación se resaltaron las siguientes frases: "Funcionarios gubernamentales fingen ser lo que no son. Científicos falsifican sus investigaciones. Trabajadores modifican sus credenciales profesionales para conseguir empleos. ¿Qué es lo que ocurre? Como teme un número cada vez mayor de críticos sociales, la respuesta es que el concepto básico de honradez está decayendo de forma alarmante".
Otra importante revista publica una serie de artículos sobre la ética en los que aparecen desconcertantes noticias relativas a negocios marcados por el escándalo, actos que socavan la confianza popular y transgresiones que manifiestan todo el espectro de las debilidades humanas. Se admite que se cometen faltas, pero no faltas graves, y nada tan execrable que pueda ser considerado un pecado.
Dicha serie de artículos termina con las siguientes palabras: "Si los americanos desean conseguir una ética verdaderamente equilibrada, puede que necesiten reexaminar los valores que de manera tan seductora exhibe ante ellos la sociedad: un empleo importante, poder político, atractivo sexual, un apartamento de lujo o una casa en un terreno situado a las orillas de un lago, una magnífica operación en la bolsa. El verdadero desafío estribaría en redefinir los anhelos para que repercutan no solo en el bien de uno mismo, sino también en el de la sociedad, de modo que se establezca un solo conjunto de normas éticas que al mismo tiempo que consigue unos fines justos, encauce también los medios para conseguir dichos fines".
En el periódico The New York Times apareció el siguiente titular: "Funcionarios públicos de todo el estado aceptaron ciento cinco de los ciento seis sobornos que les ofrecieron, dice el FBI". ¿Significa esto que el soborno número 106 le fue ofrecido a un hombre honrado? No, "él opinó que la cantidad que le ofrecían no era suficiente".
Matthew Troy, anterior concejal y líder del partido democrático del barrio de Queens (Nueva York), habló a una clase de universitarios sobre el tema: "La corrupción e integridad en el gobierno", y dijo que los sobornos son una cosa común. Los votos del Parlamento estatal se trocan por judicaturas. "El precio habitual de una judicatura en el Tribunal Supremo del estado era de 75.000 dólares, mientras que los cargos en tribunales inferiores oscilaban alrededor de los 35.000 dólares."
El novelista James A. Michener pone de relieve una serie de actividades dudosas: oportunistas de las finanzas meten grandes cantidades de dinero de otros en su propio bolsillo; traficantes de información confidencial provocan escándalos; greenmailers (revendedores con plusvalías) procuran apoderarse de empresas; movimientos religiosos van descaradamente a la búsqueda de dinero; terroristas menoscaban el buen funcionamiento de la sociedad; políticos arruinan parques nacionales y consienten desastres ecológicos; una administración vende armas a un enemigo declarado y luego encauza ilegalmente las ganancias hacia una revolución en América Central; además de todo esto, el SIDA aterroriza a las masas.
Michener llegó a la siguiente conclusión: "En vista de las muchas cosas desagradables que han salido a la luz, la década de los ochenta tendrá que ser recordada como la Década Deplorable". Y todo debido a una sencilla tendencia: se han repudiado los valores verdaderos.
Cuando era ministro de Educación de Estados Unidos, William J. Bennett criticó el hecho de que no se enseñasen valores morales en las escuelas, y detalló algunos problemas a los que se enfrentan los adolescentes por causa de esta falta de orientación:
"Alrededor del cuarenta por ciento de las jóvenes que hoy tienen catorce años quedarán embarazadas por lo menos una vez antes de cumplir los veinte, y más de la mitad de esos nacimientos serán ilegítimos.
"El suicidio entre adolescentes ha llegado a niveles exorbitantes y ocupa el segundo lugar entre las principales causas de defunción de adolescentes.
"Estados Unidos es el país del mundo industrializado que tiene un mayor porcentaje de jóvenes consumidores de drogas.
"¿Pueden 'resolver' estos problemas nuestras escuelas? No. ¿Pueden ayudar? Sí. ¿Están haciendo todo lo posible por ayudar? No.
"¿Por qué? En parte, porque son reacias a orientar sus esfuerzos hacia una de las principales metas de la educación: la educación moral. Puede ilustrar esto un artículo reciente en el que se citan las palabras de varios educadores de la zona de Nueva York que proclaman que 'ellos deliberadamente evitan decir a los estudiantes lo que está bien o lo que está mal desde un punto de vista ético'.
"El artículo menciona una sesión concreta de asesoramiento en la que estaban presentes quince estudiantes de edades comprendidas entre los dieciséis y los dieciocho años. Durante la sesión, los estudiantes llegaron a la conclusión de que una compañera había sido tonta por devolver 1.000 dólares que se había encontrado en la escuela dentro de una cartera." El consejero explicó la razón por la que no había juzgado aquella conclusión: "Si introduzco el concepto de lo que está bien y lo que está mal, entonces no soy su consejero".
Bennett comentó lo siguiente: "Hubo un tiempo en que los consejeros ofrecían consejo. Asesoraban a los estudiantes sobre muchas cosas, y entre ellas, sobre lo que está bien y lo que está mal".
El fracaso de los hogares, las escuelas y las iglesias
En lo que se refiere a enseñar valores, el hogar se está convirtiendo rápidamente en un erial. La desintegración familiar convierte al hogar en una escuela deficiente: familias en las que tanto el padre como la madre trabajan fuera de casa; divorcios; familias que solo cuentan con uno de los padres, quien, además, trabaja fuera de casa; niños dejados al cargo de una "canguro" (persona contratada para cuidar niños en ausencia de sus padres), en la guardería o hasta solos en casa con la única compañía de la televisión, en la que ven programas que fomentan el sexo por puro placer y enseñan que la violencia es el modo de solucionar los problemas. Norman Podhoretz, columnista que escribe para varios periódicos, comenta sobre los resultados de dicho fracaso: "Uno de los efectos es el incremento del comportamiento delictivo: aumenta el consumo de drogas y de alcohol; aumentan los embarazos entre adolescentes, los abortos y las enfermedades venéreas; aumenta el índice de mortalidad juvenil por causas violentas (homicidio, accidentes de tráfico, suicidio). Lo único que parece haber disminuido es el éxito en los estudios".
Podhoretz continúa: "Dos sociólogos encuentran datos innegables para lo que todos sabemos con simplemente echar un vistazo a nuestro alrededor. Cada vez encuentran a más personas para quienes la realización de sus propias ambiciones tiene prioridad sobre todos los demás valores. Cada vez encuentran a menos personas que sean partidarias de sacrificarse o de sacrificar su conveniencia personal a favor de las necesidades y demandas de sus hijos. Dos terceras partes de todos los padres americanos -una cifra asombrosa- opina que 'los padres deberían tener la libertad de vivir su propia vida aunque eso signifique pasar menos tiempo con sus hijos'".
Cuando era decano de instrucción de la universidad estatal de Fort Hays (Kansas, E.U.A.), John D. Garwood comentó lo siguiente sobre la pérdida de los verdaderos valores: "El fracaso de nuestros hogares, escuelas e iglesias a la hora de transmitir un sistema de valores sólido y duradero a las personas sobre las que ejercen influencia, ha producido muchos de los problemas que padecemos hoy día. El famoso historiador británico Arnold Toynbee ve en el mundo occidental de nuestros días cada vez menos honradez, falta de metas nacionales y un desastroso énfasis en lo material, menos sentido de orgullo por el trabajo bien hecho, un afán por un elevado nivel de consumo en el que se resalta la gratificación personal. Ve en los estilos de vida de nuestra nación muchos de los factores que condujeron a la caída del Imperio romano".
Debido a haber rechazado los valores auténticos, el mundo se ha encontrado en una inútil carrera en pues de más y más cosas materiales. El hombre, rico en posesiones pero pobre de espíritu, se ha quedado tambaleando y sin rumbo. La única salida que tiene es regresar a la fuente de los verdaderos valores.
Cualquier duda solo pregunte y no cierre esta pregunta

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