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Debemos los cristianos estar viviendo esta fiesta, celebración, la cual es la pascua, con fe y alegría, guardando en nuestras mentes y corazones la memoria de nuestro señor Jesucristo haciendo la cena con sus apóstoles antes de morir por nosotros, sus ovejas, en la cruz. Debemos recordar la partición del pan no solo en la celebración que se hace en la iglesia, sino también en nuestras casas, con nuestra familia, bendiciendo nuestros alimentos en el nombre de nuestro señor para conservar siempre en nuestros corazones su memoria. Como buenos cristainos, celebremos con dicha y gozo esta fiesta, viviéndola en familia como hermanos, pues, en ella el señor nos bendice y nos une a él para siempre.
Cada que compartimos a la mesa nuestra alimentación estamos asumiéndolo como eso, pero a propósito de ello hace poco una prima hizo una oración que me movió hasta los huesos y parecida a esta:
Padre, te agradecemos porque nos bendices con estos alimentos. Porque muchos tienen y no pueden. Muchos otros pueden, pero no tienen... Nosotros que tenemos y podemos te damos infinitas gracias Señor.
Así mismo Padre bendice las manos que quienes sembraron, las manos que lo cuidaron hasta la cosecha, las manos de quienes lo que lo cosecharon, las manos de quienes lo trajeron a nuestra casa, las manos de quienes lo prepararon y las manos de quienes nos lo sirvieron. Amén, amén, amén.