Síndrome de Romeo y Julieta (león, Mexico)
El hermano de mi esposa, masculino de 19 años, con novia de 16 años y 1 año de relación, padre y madre de entre 50 y 60 años jubilados, familia monógama original de 9 miembros (primer grupo de hermanos, edades 33 femenino casada, 32 femenino, 31 masculino casado; segundo grupo y al que pertenece 23 femenino, 22 femenino y 19 masculino, finalmente y de 12 años masculino con síndrome de down sordo mudo), de con fuerte dirección matriarcal en declive, salta a la vista que sus padres están dedicados la mayor parte del tiempo con el hermano menor de 12 años. Le diagnosticaron "síndrome de Romeo y Julieta" por psicólogo, se presentó, a dos sesiones de análisis y ya no quiso asistir, ya no habla con su familia, vive pegado al celular en llamadas con su novia la mayor parte del día, su rendimiento personal escolar bajo de 10 a 7.5, sus hermanas 3 mayores a él, le han insistido y reclamado su actitud, se perfila como músico y cantante, pero también los miembros de su grupo de rock han manifestado su bajo rendimiento. Tanto él como su novia no se dejan a sol ni a sombra, ya sea por teléfono o físicamente. ¿Cómo se puede contribuir a solucionar ésta situación y salvar al hermano?
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Respuesta de anavr
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En principio, la disminución del rendimiento puede estar justificada por esta situación de noviazgo, tanto por cómo lo vive, así como por el tiempo que le dedica.
El problema no dependería tanto del número de hermanas como de la salud y la actitud de la familia. Muchas veces cuando eclosiona un problema en una familia, su solución no sólo tiene que circunscribirse al tema concreto, sino que la solución ideal siempre es más amplia, y, como cualquier aviso, también puede hacer reflexionar a todos los miembros de la familia. El problema muchas veces eclosiona en el más débil, pero no es sólo de él.
Yo, en principio, evitaría cualquier recriminación al chico, e intentaría enfocarlo por la vía positiva, fomentando su buena conducta y su buena actitud frente a la vida y frente a su novia. Le ayudaría a enfocar la relación de noviazgo, no de forma egoísta, hacia pasar el rato, sino de hacer el bien a su novia; enfocar la vida también generosamente, hacia hacer el mayor bien posible con ella (abajo te dejo una dirección para leer un resumen sobre actitudes saludables), ayudar a su novia a lo mismo, y ver la relación englobada en esta actitud generosa. Alentar su generosidad dentro de su relación de noviazgo; decirle que el enamoramiento es algo involuntario, pero que no se puede dejar llevar egoístamente por lo que le apetece, sino que tiene que ya hacer crecer voluntariamente el amor, el desear y procurar el bien real, no su mera complacencia, de la novia, con lo cual estaría descartada cualquier mala conducta en sí misma. También ayudarle a organizarse en esta situación, aunque sin forzar ya que sin una buena motivación no se logra nada; si quiere comenzar a quererla también tiene que hacer lo que es mejor para todos (lo cual puede incluir su propia formación).
No hay nada que ponga las cosas tanto en su sitio como actuar bien, y realmente si el chico actúa bien verá realmente la autenticidad de la relación, o bien la hará crecer en el mejor sentido.
Como cosas concretas, se me ocurren muchas, que expongo como ejemplo: invitar a él y a la novia un día a un café o una comida, y ayudarles a enfocar su noviazgo de la forma más sana y enriquecedora posible. Ser generosos y pensar en el bien de ambos, partiendo de la situación en la que se encuentren.
Saludos.
Ana Vázquez
El problema no dependería tanto del número de hermanas como de la salud y la actitud de la familia. Muchas veces cuando eclosiona un problema en una familia, su solución no sólo tiene que circunscribirse al tema concreto, sino que la solución ideal siempre es más amplia, y, como cualquier aviso, también puede hacer reflexionar a todos los miembros de la familia. El problema muchas veces eclosiona en el más débil, pero no es sólo de él.
Yo, en principio, evitaría cualquier recriminación al chico, e intentaría enfocarlo por la vía positiva, fomentando su buena conducta y su buena actitud frente a la vida y frente a su novia. Le ayudaría a enfocar la relación de noviazgo, no de forma egoísta, hacia pasar el rato, sino de hacer el bien a su novia; enfocar la vida también generosamente, hacia hacer el mayor bien posible con ella (abajo te dejo una dirección para leer un resumen sobre actitudes saludables), ayudar a su novia a lo mismo, y ver la relación englobada en esta actitud generosa. Alentar su generosidad dentro de su relación de noviazgo; decirle que el enamoramiento es algo involuntario, pero que no se puede dejar llevar egoístamente por lo que le apetece, sino que tiene que ya hacer crecer voluntariamente el amor, el desear y procurar el bien real, no su mera complacencia, de la novia, con lo cual estaría descartada cualquier mala conducta en sí misma. También ayudarle a organizarse en esta situación, aunque sin forzar ya que sin una buena motivación no se logra nada; si quiere comenzar a quererla también tiene que hacer lo que es mejor para todos (lo cual puede incluir su propia formación).
No hay nada que ponga las cosas tanto en su sitio como actuar bien, y realmente si el chico actúa bien verá realmente la autenticidad de la relación, o bien la hará crecer en el mejor sentido.
Como cosas concretas, se me ocurren muchas, que expongo como ejemplo: invitar a él y a la novia un día a un café o una comida, y ayudarles a enfocar su noviazgo de la forma más sana y enriquecedora posible. Ser generosos y pensar en el bien de ambos, partiendo de la situación en la que se encuentren.
Saludos.
Ana Vázquez
