¿Qué hago con este profundo dolor?

Hola, soy colombiana, tengo 30 años, llevo 8 años y medio de casada y dos niñas preciosas.
Mi esposo y yo trabajamos en la misma empresa, aunque él es el jefe de personal. Desde hace varios años, he descubierto chats de mi esposo con otras mujeres... Obviamente siempre me ha evadido, saca pretextos, supuestamente han sido pura curiosidad, cosas sin importancia... Lo amo tanto, que siempre he pasado por alto todas esas cosas... A pesar que sumado a eso, esta poco tiempo en casa, su tiempo libre lo dedica a sus amigos, el fútbol, los caballos o el licor...
Pasa muy, muy poco tiempo con nosotras y cuando lo hace, esta de mal humor, estresado etc... Siempre le he llorado, he peleado, he reclamado... Para que cambie su actitud... Pero todo ha sido en vano... Solo lo hace por poco tiempo y vuelve de nuevo a lo mismo. El año pasado, descubrí un chat con una mujer, que me lastimo mucho... Porque era una conversación muy intima entre los dos... Y depravada... Que a pesar de mi ira... Le perdone... Pero hace ya 8 días... Y por una horrible casualidad y error que el cometió, leí nuevamente su correo... Y encontré en los historiales del chat, una conversación con una mujer que yo conozco hace muchos años... Que también trabaja en la misma empresa que nosotros. Era una conversación asquerosa, aberrante, depravada... Demasiado sexual e intima...
Esto ha causado un dolor tan profundo en mi... No quiero trabajar, no quiero hablar con nadie, no me hallo, no encuentro paz... Las palabras de ese chat, dan vueltas y vueltas en mi cabeza... Aunque quiero borrarlas ellas vuelven de nuevo y me invaden de angustia... De ira... Quisiera acabar con los dos... Mil cosas han pasado por mi mente... Aún vivimos en la misma casa, porque no quiero ver a mis hijas sufrir por la ausencia de su padre... Yo viví eso en mi infancia... Y me dolería que ellas pasen por lo mismo... Pero no se, que precio tengo que pagar, por verlas felices... Lo veo a el... Y me da asco... Ya hemos hablado... Y pienso que lo que más me duele es que yo nunca fui una mujer santurrona... Conozco muy bien su fantasías sexuales y sus locuras... Sus gustos, sus aberraciones... Y siempre estuve dispuesta a complacerlo... Precisamente para que no buscara nada en la calle... Pero me duele, darme cuenta, que no se sentía satisfecho... Siempre quería más y lo buscaba en otro lado... Ahora me llora, me ruega, me suplica perdón... Pero siento que estoy vacía por dentro... Que mi corazón ha dejado de palpitar... Siento que no puedo continuar con el... Pero por mis hijas, no lo hago...
Por favor ayúdenme... No se que hacer... Quiero salir corriendo y esconderme en el hueco más profundo para llorar y gritar... Llevo un profundo dolor en mi alma... Y en mi corazón...

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En primer lugar te felicito, porque te has sabido comportar como una mujer responsable (por tus hijos y por tu marido) y sensata.
Por desgracia lo que te ha pasado a ti le pasa a más mujeres, casos literalmente iguales que el tuyo. La causa profunda del mal es una sociedad sin valores humanos, donde los "dioses" son el dinero, el poder y el sexo. Esos "dioses", como son falsos no satisfacen en absoluto al que los adora, como es el caso de tu marido. Todo el aspecto psicológico y moral de la persona: su capacidad de amar, de sacrificarse, de ser amable, de ser responsable, de cumplir los compromisos personales, de ser fiel, de dominar sus instintos animales bajo la ley de la razón, etc queda reducido a cero. Es como si una escoba fuera utilizada barriendo con el palo, del revés.
El orden justo y lógico es: primero Dios; segundo el hombre en sus potencias de hombre (inteligencia, voluntad, raciocinio, espiritualidad); tercero el hombre en sus potencias animales (comer, beber, dormir, sexo, adquisición de cosas materiales con dinero, etc.).
Para ser felices, el tercero ha de estar sometido al segundo, y éste al primero. Por desgracia en nuestra sociedad hay gente como tu marido que es gobernado por el tercero, y el segundo y el primero no rigen a su persona. Estos son esclavos de lo menos valioso del hombre. Y por eso son infelices, porque son gobernados por lo que menos vale, y su inteligencia les dice que querrían liberarse de esta esclavitud, pero no pueden. Es como estar enganchado a drogas, tu mente quisiera hacer una cosa, pero su cuerpo les obliga a hacer otras.
Para darte respuesta a tu pregunta, te diré que en primer lugar HAS DE CUIDARTE TU. Esto significa cuidar tu mente y tu cuerpo. Sé virtuosa: amable, simpática, paciente, optimista, solidaria, respetuosa con los demás, sencilla, etc. Nunca te muevas de ese camino de perfección personal tuyo. Los vaivenes de la vida de otras personas, de tu marido o de cualquier otro no han de influir en tu deseo de mejora personal. Es un reto tuyo contigo misma, no lo olvides. También cuida tu cuerpo. Come y duerme saludablemente.
El primer y más importante objetivo eres tú. Respétate como persona y que no te haga vacilar en la consecución de tus metas personales las caídas al fango de otras personas.
Una vez garantizado eso, cuida de tu hijo, dale buenos ejemplos (más que palabras). Dale todos aquellos ejemplos que desearías que la mejor madre del mundo te diera a ti. Lo importante no es que le des regalos (materiales) caros. No hagas a tu hija esclava del dinero, del egoísmo, de la soberbia, de la vanidad, de la necedad. Enséñala a ser feliz con las cosas buenas que tenemos todos los días a nuestro alrededor: el sol, el aire, la vida, la sonrisa de un niño, la capacidad de amar y ayudar ... ESO ES LO QUE MÁS VALE, el desarrollo del espíritu. Lo material, con lo mínimo para vivir decentemente, es suficiente.
Respeta a todo el mundo que se cruce contigo cada día en le camino de tu vida. No existen las casualidades. El Poderoso autor de la vida y de tu vida permite a veces males para que aprendamos a buscar los verdaderos bienes. Con esta experiencia de tu vida mejorarás como persona y puedes hacer felices a muchas personas de tu alrededor. A tu marido trátale siempre con amor, con respeto. Aunque una y otra vez te devuelva mal por bien. No te rindas siempre dale bienes, no le pagues con la misma moneda que él usa contigo.
Te recomiendo que frecuentes lecturas positivas para tu moral que te ayuden a ver la luz en esta sociedad tan oscura de valores y tan llena de odio, desamor, traición, soberbia, inmadurez y muerte.
Te recomiendo que leas un libro que se llama "Para Salvarte" de Jorge Loring. Si buscas allí te dará criterios sobre el matrimonio, los hijos y muchas otras cosas. Puedes visitar las páginas de internet: www.arconet.es/loring.
También te recomiendo el catecismo de la iglesia católica que puedes adquirir en cualquier librería católica, que te dará formación para muchos temas tuyos, incluyendo la formación para tus hijos y para la situación que estás viviendo ahora. Puedes consultar o descargar el catecismo en www.vatican.va 
Por último, pero no menos importante, puedes visitar www.interrogantes.net. Ya verás qué consejos más buenos para mujeres, par relaciones con los hijos, para matrimonios, etc.
Un cordial saludo
Hola mariana0443:
En primer lugar te felicito, porque te has sabido comportar como una mujer responsable (por tus hijos y por tu marido) y sensata.
Por desgracia lo que te ha pasado a ti le pasa a más mujeres, casos literalmente iguales que el tuyo. La causa profunda del mal es una sociedad sin valores humanos, donde los "dioses" son el dinero, el poder y el sexo. Esos "dioses", como son falsos no satisfacen en absoluto al que los adora, como es el caso de tu marido. Todo el aspecto psicológico y moral de la persona: su capacidad de amar, de sacrificarse, de ser amable, de ser responsable, de cumplir los compromisos personales, de ser fiel, de dominar sus instintos animales bajo la ley de la razón, etc queda reducido a cero. Es como si una escoba fuera utilizada barriendo con el palo, del revés.
El orden justo y lógico es: primero Dios; segundo el hombre en sus potencias de hombre (inteligencia, voluntad, raciocinio, espiritualidad); tercero el hombre en sus potencias animales (comer, beber, dormir, sexo, adquisición de cosas materiales con dinero, etc.).Para ser felices, el tercero ha de estar sometido al segundo, y éste al primero. Por desgracia en nuestra sociedad hay gente como tu marido que es gobernado por el tercero, y el segundo y el primero no rigen a su persona. Estos son esclavos de lo menos valioso del hombre. Y por eso son infelices, porque son gobernados por lo que menos vale, y su inteligencia les dice que querrían liberarse de esta esclavitud, pero no pueden. Es como estar enganchado a drogas, tu mente quisiera hacer una cosa, pero su cuerpo les obliga a hacer otras.
Para darte respuesta a tu pregunta, te diré que en primer lugar HAS DE CUIDARTE TU. Esto significa cuidar tu mente y tu cuerpo. Sé virtuosa: amable, simpática, paciente, optimista, solidaria, respetuosa con los demás, sencilla, etc. Nunca te muevas de ese camino de perfección personal tuyo. Los vaivenes de la vida de otras personas, de tu marido o de cualquier otro no han de influir en tu deseo de mejora personal. Es un reto tuyo contigo misma, no lo olvides. También cuida tu cuerpo. Come y duerme saludablemente.
El primer y más importante objetivo eres tú. Respétate como persona y que no te haga vacilar en la consecución de tus metas personales las caídas al fango de otras personas. Una vez garantizado eso, cuida de tu hijo, dale buenos ejemplos (más que palabras). Dale todos aquellos ejemplos que desearías que la mejor madre del mundo te diera a ti. Lo importante no es que le des regalos (materiales) caros. No hagas a tu hija esclava del dinero, del egoísmo, de la soberbia, de la vanidad, de la necedad. Enséñala a ser feliz con las cosas buenas que tenemos todos los días a nuestro alrededor: el sol, el aire, la vida, la sonrisa de un niño, la capacidad de amar y ayudar ... ESO ES LO QUE MÁS VALE, el desarrollo del espíritu. Lo material, con lo mínimo para vivir decentemente, es suficiente.
Respeta a todo el mundo que se cruce contigo cada día en le camino de tu vida. No existen las casualidades. El Poderoso autor de la vida y de tu vida permite a veces males para que aprendamos a buscar los verdaderos bienes. Con esta experiencia de tu vida mejorarás como persona y puedes hacer felices a muchas personas de tu alrededor. A tu marido trátale siempre con amor, con respeto. Aunque una y otra vez te devuelva mal por bien. No te rindas siempre dale bienes, no le pagues con la misma moneda que él usa contigo. Te recomiendo que frecuentes lecturas positivas para tu moral que te ayuden a ver la luz en esta sociedad tan oscura de valores y tan llena de odio, desamor, traición, soberbia, inmadurez y muerte. Te recomiendo que leas un libro que se llama "Para Salvarte" de Jorge Loring. Si buscas allí te dará criterios sobre el matrimonio, los hijos y muchas otras cosas. Puedes visitar las páginas de internet: www.arconet.es/loring. También te recomiendo el catecismo de la iglesia católica que puedes adquirir en cualquier librería católica, que te dará formación para muchos temas tuyos, incluyendo la formación para tus hijos y para la situación que estás viviendo ahora. Puedes consultar o descargar el catecismo en www.vatican.va 
Por último, pero no menos importante, puedes visitar www.interrogantes.net. Ya verás qué consejos más buenos para mujeres, par relaciones con los hijos, para matrimonios, etc.
Esta respuesta es exactamente la misma que le habías enviado a otra usuaria hace algún tiempo, ya que esta publicada abiertamente y tuve oportunidad de leerla... precisamente eso hizo que me atreviera a preguntar. Pero de todas formas gracias, lo tendré en cuenta.

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