Tengo dos gatas y una perra. Me regalan un macho siamés. ¿Como hago para que se lleven bien?

Tengo dos gatas y una perra en casa y me van a regalar un gato siamés que es macho ¿cómo le hago para que las gatas y mi perra no lo rechacen?

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Será más fácil que lo acepte tu perra que tus gatas, los gatos son muy territoriales y cualquier cambio en su normalidad les afecta. ¿El macho está castrado? Los animales castrados muestras menor territorialidad. Por otro lado, si es un gatito, menos de 6 meses, será más fácil que se acepten antes.
Hay una normas de presentación que no debes obviar nunca.
Cuando llegues a casa con el nuevo inquilino no los presentes de golpe NUNCA, ya que esto será por lo general el principio de una mala relación o de una relación que tardará mucho más en consolidarse como buena, además de llevarse los dos unos cuantos arañazos o, cuando menos, bufidos y disgustos.
* Deja al gato nuevo en el trasportín y que el dueño de la casa se acerque a olerlo durante unos minutos.
* Después de esta presentación preliminar déjalos en partes separadas de la casa de modo que puedan olerse por debajo de la puerta, pero sin poder verse ni atacarse. Esto durante un periodo mínimo de 2 semanas.
* Mientras cada gato esté en esta fase de confinamiento separado, intercámbiales la arena, pon la de uno (con caquitas y todo) en el sitio del otro y viceversa. Así se irán acostumbrando a sus nuevos olores.
* Tenlos sólo juntos cuando alguien esté presente y les pueda vigilar y hazlo de forma gradual (cada vez más tiempo, según veas que se toleran). Cuando no estés en casa tenlos en cuartos separados hasta que la aceptación del uno por el otro sea total y absoluta.
* Los animales esterilizados son menos territoriales, esterilízalos y evitarás futuras peleas.
* Dales premios cuando se porten bien el uno con el otro. En especial al gato que ya tenías, para que no se sienta desplazado por el nuevo y mímales mucho más de lo habitual.
Incítales a jugar juntos participando tú al principio con una cuerda o similar.
Si les gusta la malta, úntales un poco la boquita o alguna patita con ello para que el otro le lave y creen vínculos. Esto sólo en caso de que ya se medio acepten, claro, porque de lo contrario puedes empezar una pelea.
Tendremos que tener en cuenta que los gatos son muy exagerados y muchas veces lo que parece una gran pelea es simplemente un intercambio de maullidos y chillidos que, si bien nos asustan, son tan sólo intentos de intimidar al otro gato sin llegar al ataque.
Los enfrentamientos a veces son necesarios cuando el orden está sin establecer en casa. Si los separas, lo único que consigues es aplazar esto y a veces perpetuarlo. Si te metes en su enfrentamiento, pueden empezar a utilizar esto como arma para conseguir tu apoyo, o sea: gritar más para que tú vengas a defender a alguno.
Sólo si ves que el enfrentamiento es MUY serio se puede intervenir, con un spray de agua, una palmada seca, o, en casos más extremos, echándoles una manta encima pero nunca les grites.
* Condicionamiento positivo: cuando estén juntos sin gruñirse ni nada, les das premios (golosinas, malta o lo que les guste), juegas con ellos a algo que puedan jugar juntos (con una cuerda, un plumero, un láser... no con algo que uno se pueda llevar y pelearse por ello los dos). También les dices cositas, les haces más mimos... Es muy importante que sólo les des premios cuando pase esto, si se los das en alguna otra ocasión no van a discriminar que es por portarse bien, van a generalizarlo.
* También es recomendable el uso del Feliway y, sobre todo, flores de Bach, van genial.
* Feromonas (truco de la gasita): compra gasas en la farmacia y frota con una la parte de debajo de la mandíbula, donde acaba y se une con el cuello (en los lados), con la que ellos se frotan contra los muebles y contra nosotros. Ese frotado no son mimos, como a veces pensamos, es que nos marcan como suyos, ya que por esa zona sueltan feromonas. Frotas la gasita lo que te deje (sin hacerle daño, claro, suave pero con firmeza), mejor en el que sea más dominante de ambos, y luego, con esa misma gasa frotas todo el cuerpo del otro. De este modo, el nuevo gato va a oler más al dominante, y éste le aceptará mejor. Esto lo haces todas las veces que puedas sin que se harten.
* Contacto visual: hay un método que consiste en colocar una red en una puerta, para que se vean pero no se puedan atacar, para que se relajen en presencia del otro. Les pones la red y les das latita, o jamón o lo que sea a cada uno en su lado (al principio más lejos de la red y según pasen los días más cerca).
* Distraer al miedoso: si uno de los gatos huye siempre del otro tenemos un problema, porque de ese modo está reforzando el comportamiento agresivo del que persigue (yo amenazo y él se va), así que se debería intentar desviar la atención del miedoso cuando esto pase para que no se vaya (sin comida, eso sí, no sea que piensen que cada vez que se encaran hay premio).
* Terapia de desensibilización sistemática: consiste en (sin red) ponerles el plato de comida al principio lejos del otro gato (unos 3 metros), pero sin comida. Cuando los dos se comporten de manera relajada ante la presencia (aunque lejana) del otro, les echáis un poco de comida. Acercáis el plato gradualmente al otro gato, siempre teniendo en cuenta que nunca debe subir el umbral de miedo ni de agresión. En cuanto veas que uno se pone nervioso, gruñe o algo así, volvéis un paso atrás y seguís igual: comida sólo mientras estén a gusto viéndose. Así vais acercando cada vez más el plato, y no os deis prisa, esto lleva mucho tiempo. Si la cosa se complica, podéis hacer lo mismo pero con ellos dentro de transportines y les dais alguna golosina a través de la puerta si según os acercáis están tranquilos viéndose. O con un arnés.
IMPORTANTE: ninguno de estos premios ha de darse fuera de estas sesiones para que aprendan a discriminar que sólo cuando se toleran hay premio.
Con paciencia y tranquilidad lo lograrás.
No hace mucho presenté a una gata de 2 años con unos de un mes. Te dejó aquí el diatrio que elaboré para otro foro:
Día 1.
Fase 1.
Dejo a Roget en el transportín y esperable reacción de Lleida. Después del asombro inicial bufidos. Mucho ruido y pocas nueces. El peque no para de gritar. Menudos pulmones. Cometo el error de querer coger a la gata y me llevo un arañazo. La dejo estar y se aleja bufando, así que aprovecho para meter al peque en la habitación preparada para él. La gata no se atreve si quiera a acercarse pero un poco de latita y tarda 10 minutos en venir a comer. Me bufa si huelo al nuevo pero no hace intención de atacar.
Fase 2.
Roget se ha acomodado en el rincón más pequeño que ha podido encontrar. Le dejo arena, comida de latita y un poco de agua pero aún está muy asustado, al menos ha dejado de maullar. Imagino que le costará un poco comer aún.
Lleida empieza a cercarse y a olisquear por debajo de la puerta y tratar de mirar a ver qué es esa cosa. No bufa. Creo que las cosas van según lo previsto.
Día 2
La bolita revoltosa está super espabilada, más que Lleida cuando llegó y tenían la misma edad. En un descuido ha salido a inspeccionar la casa y se ha encontrado con la reina. Lleida lo miraba expectante pero apenas le ha bufado, sólo cuando el peque se ha acercado más de la cuenta, pero no ha tratado de atacarle en ningún momento. Se toleran en la misma habitación pero guardando las distancias. Creo que eso es bueno.
Mientras uno inspeccionaba el comedor, la otra ha ido a olisquear el cuarto del nuevo y a mearse en su arenero. Si huelo al nuevo, ya no me bufa e incluso deja que la toque y juega conmigo. Ya no tengo que restregarme en su manta después de tocar al peque.
Tiene el plato de comida cerca de la habitación de Roget y ayer apenas se acercaba a comer pero hoy ya va cada vez que le apetece un bocado. Mira por debajo de la puerta al otro pero no le bufa. Entonces le doy un poquito de latita o de hígado. Y se lo come sin dejar de mirar por debajo de la puerta.
Creo que las presentaciones van mejor de lo que pensaba. No he comprado feliway pero tal vez sería conveniente para cuando me los lleve a casa; ahora están en casa del brujo que hay más espacio. El pequeño acusó mucho la separación de la madre y el cambio de olores; y me sabe mal que vuelva a pasar por lo mismo otra vez.
Día 3
Se toleran y se bufan cada vez menos. Ahora mismo está el pequeño durmiendo en su cojín y la grande a su bola jugando. A Lleida le gusta controlarlo pero no que él vaya hacia ella, entonces le bufa pero ells si que va tras él.
Esta mañana ha habido un conato de boxeo porque el pequeño se ha erizado y Lleida iba a darle un tortazo pero no ha ido a más. Esta tarde se olían los morritos y se tocaban las cabezas con la patita.
Es curioso que Lleida no saque las uñas, tiene que saber que es pequeño. Sólo los junto cuando hay alguien delante y a la reina destronada muuuuuuuuchos mimos y latita. Jejejj
Día 4
Anoche pasamos la fase de "pasa, pasa, que te voy a arrear un capón". Nada preocupante porque en ningún momento se bufaron ni le sacó las uñas al enano. Supongo que era una forma de decirle que sitio ocupa cada uno, es que el pequeño nos ha salido valiente y le planta cara. Pelea
Ya no le bufa pero ahora al volver del vete, entre los maullidos que pegaba dentro del transportín y el olor, Lleida le ha pegado un bufido; pero nada preocupante. Esta mañana se han estado persiguiendo.
DÍA 5 (viernes tarde)
No íbamos al pueblo y cada gato en su transportín. Chute de feliway y al coche. El peque maulló un rato pero se calmó. Casi me muero de risa cuando la grande, que está más que acostumbrada al transportín, se puso a maullar. Así que a coro los dos. Suerte que sólo fue una horita y media.
Al llegar como la diversión era la casa se hicieron poco caso, ningún bufido, con lo que no habíamos atrasado.
Por la noche durmieron juntos en la cama, creo que LLeida no sabía que el peque estaba debajo de las sábanas.
Día 6
Carreras de buena mañana. Se perseguían por todo el pasillo. Una risa verlos. Algún mamporro porque el pequeño trataba de acercarse demasiado.
A media mañana le dio por coger el rabo a la otra, lo cual pues mucha gracia no le hizo... y más maporros. Pero esta vez el enano se defendió y empezamos con el boxeo. Nada grave porque ni chillaron ni bufaron. Me daba pena por Roget porque se llevaba todos los capones pero sabía que si no los dejaba hacer sólo iba a alargar lo inevitable.
Por la tarde los dejamos solos, juntos. No sé que hicieron. Cuando llegamos estaba cada uno en su lado de la casa y no había nada roto ni la sangre no llegaba a la puerta.
Volvieron a dormir juntos. Y de nuevo un cachete cuando Roget quiso apoderarse de la manta de la reina. Pa' que aprendas que no estuya.
Día 7
Los juegos ya son constantes. Escaleras para arriba, carreras por el pasillo. Pero Lleida juega con ventaja porque Roget aún no se sube a las sillas y ella lo observa des de lo alto. Entonces como le cuelga el rabo...
Lleida se tira al juego panza para arriba. Muy buena señal. Roget sigue con la idea de "cazar la cola". Lleida lo tolera más y se tocan (pero poco), así que el pequeño coge confianza y... se tira en plancha sobre la gata. Reacción: tortazo. Creo que el pequeño ahí le mordió. Porque Lleida gritó y le bufó. Pero en poco de vuelta a las andadas.
Por la tarde durmeron a dos centímetros. Se tocaban con la punta de las patitas!

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