El invierno pasado efectúe una poda a un olivo ya viejo y creo que fue demasiado severa ya que en las pocas ramas superiores que le deje no ha echado ningún brote en primavera, nada más que han retoñado chupones en la parte inferior, ¿qué puedo hacer para estimular su restablecimiento? Si no es irreversible.
Sin ver el árbol es difícil decirte algo sobre la manera en que podaste tu olivo. No obstante, si dejaste algunas ramas superiores, lo más probable es que vuelvan a brotar; puede que el sustrato y las condiciones del árbol no fueran las más idóneas para una poda severa, así que dale tiempo. Para estimularlo puedes realizar algunos cortes en dichas ramas, que provoquen la acumulación de savia favorable para los rebrotes. También podrías abonarlo y añadirle un sustrato enriquecido. A una anterior pregunta sobre podas de olivos contesté con un texto muy interesante encontrado en la red; el artículo es más extenso (puedes leerlo consultando las respuestas que he contestado, titulada "olivos"), por lo que reproduzco sólo lo referente a las podas drásticas: "Rejuvenecimiento de los olivos Ha llegado el momento de aplicar la poda de renovación o rejuvenecimiento. Con la edad, los olivos van acumulando madera, lo que lógicamente produce un descenso paulatino en la relación hoja/madera, incluso cuando se han realizado podas de producción correctas. Como consecuencia se produce un descenso de las cosechas medias, así como una mayor alternancia en las producciones y un menor tamaño de las aceitunas. Un escaso crecimiento vegetativo de los brotes del año, hojas pequeñas y de color verde poco intenso e incluso la defoliación de ciertas ramas son síntomas que indican al podador cuando una rama debe ser sustituida. En este momento hay que comenzar el proceso de renovación total de la copa, operación que no debería hacerse de una forma drástica, sino escalonada, dosificando convenientemente las operaciones de poda de rejuvenecimiento, dando al olivo la oportunidad de regenerar rápidamente la zona suprimida. El olivo tiene una gran cantidad de yemas latentes en la madera vieja que, cuando sea necesario y de forma natural o estimuladas debidamente por la poda, evolucionan como yemas de madera, produciendo brotaciones vigorosas que con el tiempo son capaces de convertirse en ramas y regenerar el árbol. Precisamente en esta capacidad de autorregeneración están basadas las diferentes técnicas de poda de renovación continuada, empleadas con gran éxito en Andalucía, en donde incluso los olivares centenarios muestran un buen estado vegetativo y productivo, con una alta relación hoja-madera, similar a la de los olivos jóvenes. Cuando una rama ha dado muestras de envejecimiento, es normal la reacción del árbol emitiendo chupones o brotes adventicios a partir de las yemas latentes presente en la madera vieja. Es muy importante conservar estos brotes, en especial cuando están bien situados, lo que permitirá sustituir la rama envejecida, para lo cual el podador tratará de darles luz y espacio, favoreciendo así su rápido crecimiento. Esto se consigue mediante las oportunas supresiones de ramas secundarias cercanas a los propios brotes de renovación. Cuando estos brotes están ya bien desarrollados, se procederá a la supresión total de la rama agotada. Si la reacción de la rama envejecida no se produce, para provocarla, se le castiga cortándole ramas secundarias fundamentalmente aquellas que dan sombra a la zona de brotaciones deseada y sobre esta zona se práctica una incisión que provoque la acumulación de savia que facilite las brotaciones. Si a pesar de esto no se produjeran brotaciones, no habrá más remedio que suprimir alguna de las ramas principales practicando un corte de arroje, lo que normalmente induce la brotación vigorosa de yemas latentes que sustituirán a la rama eliminada. Las renovaciones se harán siempre de un modo escalonado y en cada uno de los troncos del árbol. Cuando se trate de olivos de un solo tronco, se actuará sobre las ramas principales, buscando conseguir el espacio suficiente donde las ramas de sustitución puedan desarrollarse sin competencia por la luz. En muchas regiones, en especial en las de suelo y clima más agraciado, es frecuente aplicar sistemas drásticos de rejuvenecimiento total de la copa del olivo. El sistema más empleado es el afrailado, práctica que consiste en eliminar totalmente la copa del olivo manteniendo únicamente el tronco principal. Este sistema es poco recomendable en olivares cultivados en suelos pobres y en zonas o años de baja pluviometría, ya que además de mermar la producción, en muchos casos puede comprometer irreversiblemente el vigor del árbol."