Primero, los medicamentos se han de administrar tal y como está indicado porque, dependiendo de como van a acceder al nuestro cuerpo, han de tener unas u otras características. Ignorar estas indicaciones puede tener efectos secundarios graves, dependiendo del fármaco y de sus propiedades.
Igual que un supositorio de paracetamol no es apto para ser ingerido, una pastilla de paracetamol no es apta para introducirla vía rectal, un analgésico que está preparado para su introducción vía intramuscular, no puede ser inyectado vía intravenosa. Eso sí, algunos medicamentos que son preparados para ser administrados vía venosa, pueden ser inyectados vía intromuscular (esto ya decide un medico), pero nunca lo contrario.
Segundo, todo lo que se inyecta directamente a la vena, llega directamente a nuestro sistema sangineo y provoca el efecto inmediato. En cuanto si la inyección es vía intramuscular, el fármaco va a tardar unos cuantos minutos para hacer el efecto pero mucho menos que si tomásemos una pastilla (porque ésta tendría que pasar primero por el sistema digestivo y el camino sería aún más largo).