¿Qué tan bueno es hacerse la masturbación seguido y como puedo dejármela de hacer?

Quiero dejar la masturbación y no se como hacerlo, y si es bueno hacerse la masturbación en exceso

Respuesta
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Depende de lo que tú entiendas por hacerla en exceso. ¿Con qué frecuencia?

¿Qué edad tienes?

¿Tienes relaciones sexuales?

7 a 8 al dia                                                                                                                                                               16 años                                           

No

Necesito ayuda no se como parar esto, esto no me ayuda a comunicarme más con las personas

chimichi . .

7 a 8 veces al día

16

No

Pero necesito ayuda no se como parar

No es necesario que te confirme lo que ya sabes: puedes estar dentro de lo que llamamos los psicólogos una adicción, en tu caso concreto, una masturbación compulsiva.

Estás en una etapa del desarrollo (adolescencia) en que es normal y natural satisfacer de alguna manera el fuerte instinto sexual del momento, pero una práctica con esta frecuencia de 7/8 veces al día implica el aislamiento de tu entorno y encerrarte en tu mundo de manera exclusiva. Todo ello al margen de posibles secuelas que puedan afectar a tu vida sexual adulta o en tu futura relación de pareja. Esta frecuencia te lleva a buscar en la masturbación el momento de la eyaculación de forma rápida, favoreciendo lo que podría convertirte en eyaculador precoz o tener dificultades para conseguirla mediante la penetración con tu pareja futura.

Para tratar y hacer frente a toda adicción hay tres cosas muy importantes:

a) Buscar alternativas que te distraigan y alejen de dicha adicción.

b) Evitar situaciones o acciones que favorezcan la adicción.

c) Potenciar la autoestima personal, valorarte y quererte más a ti mismo.

Para conseguir el objetivo primero, tienes que fomentar tus relaciones sociales: salir con amigos/as; buscar la evasión en el deporte y actividad física; centrarte en tus estudios.

Para conseguir el segundo objetivo es muy importante evitar el consumo de pornografía, así como utilizar las redes sociales con la finalidad de buscar el placer sexual.

En cuanto al objetivo tercero, es más difícil trabajarlo sin ayuda externa, pero puedes encontrar en la red infinidad de ejercicios que refuercen la seguridad y confianza en ti mismo ya que una adicción suele estar asociada a inseguridades, baja autoestima y necesidad de conseguir el afecto de otras personas.

Obviamente al mismo tiempo que vas intentando alcanzar estos objetivos, hay que trazar un plan de actuación para ir reduciendo progresivamente tus masturbaciones. No se trata de suprimirlas (es imposible e innecesario a tu edad) sino de reducirlas. Por ejemplo, durante una semana eliminar una o dos masturbaciones. Si se cumple el objetivo, seguir avanzando y así hasta dejarlo en una frecuencia normal para tu edad.

Me puedes consultar o informar para hacer el seguimiento de tus avances, dificultades, retrocesos, etc.

¿Notas qué se haya resentido tu salud o estado físico?

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Fíjate Andrés, puedo entenderte muy bien y te felicito por tu interés en querer superar ese mal hábito que ha ido destrozando tu salud emocional, mental, espiritual y física a largo plazo si no lo controlas y finalmente abandonas. Son muy oportunas las recomendaciones que te dio Chimichi, muy, muy buenas, claras y prácticas. Trata de usarlas tal como te ha dicho. Por ser menor de edad te recomiendo hablar, con el corazón en la mano con uno de tus padres, sinsérate y pídeles tu ayuda y comprensión.

Por otro lado, en la adolescencia o pubertad, que es la etapa en la que te encuentras, los impulsos sexuales se vuelven tan fuertes que hacen que muchos jóvenes caigan en la masturbación. Habrá quien te diga que no es tan grave, que nadie sale perjudicado. Sin embargo, existen buenas razones para que evites esta práctica. Y mis recomendaciones las baso en lo espiritual, mas bien en los consejos de la Biblia sin caer en el fanatismo religioso que no me gusta.

Medita  en la recomendación que hizo el apóstol San Pablo: “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo [...] en cuanto a [...] apetito sexual” (Colosenses 3:5). Lo cierto es que la masturbación ni amortigua ni elimina el apetito sexual, sino que lo aviva. Pero eso no es todo lo que hace, ese mal hábito también resulta en lo siguiente:

● Fomenta actitudes totalmente egocéntricas. La persona se centra solo en su propio placer.
● Convierte a las personas del sexo opuesto en objetos, o simples herramientas, para satisfacer los deseos sexuales.
● Provoca una forma de pensar egoísta que dificulta tener relaciones sexuales satisfactorias en el matrimonio.
De modo que es mejor tratar de desarrollar autocontrol que masturbarte para aliviar los deseos sexuales reprimidos. Entonces, ¿cómo puedes controlarte? Evitando a toda costa, pase lo que pase, todas las situaciones que puedan excitarte. Tal vez hayas intentado dejarlo y no has tenido éxito. No te des por vencido Andrés y concluyas que nunca serás capaz de vivir limpio de todo eso. Todos hemos pasado por esa mala práctica. Eso creía un joven llamado Pedro. “Me sentía muy culpable cuando recaía —confiesa—. Creía que no había nada que compensara lo que había hecho. Ni siquiera podía orar.”
Si tú te sientes igual, no te derrumbes. No eres un caso perdido. Tanto jóvenes como adultos han logrado superar ese hábito. Y si ellos lo han conseguido, tú también podrás. Otras buenas cosas que puedes hacer son las siguientes:

Vigila tus pasatiempos. ¿Ves películas y programas de televisión o visitas páginas de Internet que avivan tus deseos sexuales? Fíjate en lo que uno de los escritores de los Salmos le pidió a Dios en oración: “Haz que mis ojos pasen adelante para que no vean lo que es inútil” (Salmo 119:37).
Oblígate a pensar en otra cosa. Sigue la sugerencia de un joven llamado William: “Antes de irte a dormir, lee algo sobre temas bíblicos. Es fundamental que tus últimos pensamientos del día estén relacionados con Dios y la Biblia”.
Confíale a alguien tu problema. Por mucha vergüenza que te dé, cuéntaselo a tus padres, ellos son quienes te conocen mejor que todos los que te demos consejos por aquí. Eso te ayudará a ir venciendo el hábito poco a poco. Así hizo un chico llamado David: “Decidí hablarlo con mi padre. Nunca olvidaré sus palabras. Dándose cuenta de lo difícil que había sido para mí contárselo, me sonrió y me dijo: ‘Estoy muy orgulloso de ti’. Nada podría haberme animado tanto. Me resolví a cambiar como fuera.

Por favor, Andrés, déjame saber cómo vas y qué hiciste.

Aprecio mucho tu aceptación de la sugerencias. ¿Cómo te ha ido con el hábito?

Quiero expresarte mi agradecimiento por seguir mis comentarios amigo Andrés. ¿Cómo te ha ido con la situación? ¿Qué te llama la atención de mis comentarios? ¿Necesitas orientación adicional?

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