Carlos I de España.

Me han comentado que en una conferencia médica se expuso la teoría de que el Emperador Carlos I de España, enfermo de sífilis, había escogido el retiro del monasterio de Yuste por su proximidad a Guadalupe, lugar donde se encontraban los mejores especialistas de la época para el cuidado de este mal. ¿Tiene alguna justificación esta teoría sobre un Carlos I sifilítico? ¿De qué murió realmente el emperador?

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Respuesta
El estado de salud de Carlos V era ya bastante precario cuando se retiró a Yuste. Cuando murió llevaba ya treinta años padeciendo de gota, con ataques cada vez más dolorosos que le habían convertido en un tullido, casi incapaz de andar y de manejarse con sus manos. Por otra parte, padecía también de hemorroides. Una y otra agravadas por el régimen alimenticio del emperador, que consumía grandes cantidades de carne, cerveza en todas las comidas, etc. Además, la falta de dientes le impedía masticar bien, por lo que a sus copiosísimas comidas seguían difíciles digestiones. Estos males, conocidos por todos, no ocasionaron su muerte, pero lo debilitaron mucho, lo que facilitó la labor de la enfermedad que realmente acabó con él, que fue el paludismo.
Las fiebres palúdicas eran entonces muy frecuentes en la comarca de la Vera, donde se encontraba Yuste. Se manifestaron el 31 de agosto de 1558 a las cuatro de la tarde, con un fuerte dolor de cabeza, pesadez de estómago y mucha sed. Al día siguiente aparecieron los escalofríos y la fiebre alta. El remedio de la época, las sangrías, sólo contribuyó a debilitarlo más. Murió finalmente el 21 de septiembre.
En cuanto a la elección de Yuste como lugar de retiro, fray José de Sigüenza, en su Historia de la Orden Jerónima, cuenta que ya en 1542 Carlos V había ordenado que una comisión eligiese un sitio y un convento adecuados para retirarse del mundo. Se examinaron varios, y al final se decidieron por Yuste por estar suficientemente apartado y por el buen clima de la zona. El emperador estaba ansioso de vivir en un lugar donde el sol entrara en las habitaciones y donde al mismo tiempo hubiera agradables sombras por donde pasear en verano. Es posible que Luis de Ávila y Zúñiga, compañero de armas del emperador en la guerra de Alemania, que tenía un palacio en Plasencia, le hablara a Carlos V de aquella zona que conocía tan bien. Por otro lado, los reyes estaban muy vinculados a la orden jerónima, algunos de cuyos monjes habían sido consejeros de los reyes de Castilla durante muchas generaciones, por lo que es lógico que escogiera este monasterio y no otros.
En cuanto a la posibilidad que apunta de recibir atención médica desde Guadalupe, no tiene mucho sentido, porque el emperador sólo confiaba en su médico particular que le acompañaba desde hacía tiempo (el doctor Mathys). Cuando surgieron las fiebres palúdicas acudió otro antiguo médico suyo desde Valladolid para ayudarlo (el doctor Cornelio). En ningún momento se requirió la presencia de más médicos.
Espero haber solucionado sus dudas. Por favor, si no desea más aclaraciones, no se olvide de finalizar la pregunta y puntuar la respuesta.
Cararanda.

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