Examen

Pido explicación breve y para tontos.
-¿Qué significa la afirmación hegeliana "lo verdadero es el todo"?
-¿Por qué la metafísica tradicional es ideología, desde el punto de vista marxista?
-¿Cómo es el espacio según el paradigma newtoniano?

1 Respuesta

Respuesta
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... Ya vimos al principio que, al definir al sujeto universal como pensamiento puro, Hegel abstrae de él su actividad práctico-sensible. Como consecuencia lógica de este criterio, el ser que corresponde al pensamiento no es un ser real sino una categoría filosófica: el concepto. Según este criterio, de la actividad del sujeto humano entendido como puro intelecto, surgen las categorías, porque es lo concreto pensado, no lo concreto real. Así, El concepto, según Hegel es el pensamiento objetivo, o sea, el pensamiento universal que, al pensarse a sí mismo, se objetiva, se determina, o se da una existencia o realidad efectiva en y para sí.
El pensamiento que se objetiva es el pensamiento que tiene una esencia, y no una esencia en sí sino una esencia que le determina como ser para sí, ese es el concepto, es el pensamiento que se objetiva. No que se objetiva en cualquier categoría sino que es una categoría que apunta a una realidad pero como pensada, pero no desde el punto de vista de su forma de manifestación, sino de su esencia, y no solamente de su esencia como realidad actual sino como realidad efectiva, es decir, como concepto, como ser para sí. Nosotros estamos siguiendo a Hegel y decimos que, para Hegel, el sujeto universal es el pensamiento puro, esto supone que cuándo define al sujeto universal, en este caso es el ser humano, no lo define como un complejo de empiria y razón sino como pura razón, el pensamiento puro, por lo tanto abstrae de él su actividad práctico-sensible. Entonces la verdad no consiste en lo que el sujeto hace prácticamente sino en lo que piensa o hace teóricamente, por eso después Marx en las tesis sobre Feuerbach va a decir que la verdad o no verdad de una proposición es ante todo un problema práctico, es en la práctica donde el hombre debe demostrar la verdad, la realidad, y la terrenalidad de su pensamiento.
Si el sujeto universal es pensamiento puro y no actividad, sólo pensamiento puro y no también actividad práctico sensible, como consecuencia lógica de este criterio el ser que corresponde al pensamiento no es un ser real, sino una categoría, es decir, cuando el sujeto piensa la realidad lo que hace es deliberar sobre la forma de manifestación de la realidad, y a partir de la forma de manifestación de la realidad llega a la esencia de esa forma de manifestación, y entonces llega al pensamiento objetivo, y el pensamiento objetivo no es la realidad misma, es lo concreto pensado, no lo concreto real, entonces son categorías.
Por lo tanto no es que el pensamiento se convierte en una cosa sino que se concreta u objetiva en el sentido de que se corresponde con la realidad, pero como pensada, no como realidad. Cuando Hegel se limita a pensar la realidad la deja como está, no propone su transformación y eso, para él, es el concepto. El concepto, según Hegel, es la incondicional o libre unidad del pensamiento y de la racionalidad. Es el pensamiento objetivo...
... Este pensamiento objetivo es la COSA. La COSA es, pues, el concepto, la unidad abstracta, teórica o meramente especulativa del pensamiento y de la racionalidad...
... Y no puede ser de otra manera, porque si yo defino al sujeto universal como puro pensamiento, lo objetivo, para mi, no puede ser lo concreto real sino lo concreto pensado. Ahora, si yo defino al sujeto, no solamente como pensamiento sino como práctica social que supone el momento de la teoría, entonces el concepto es la unidad entre el sujeto social real y la racionalidad de sus medios de producción de nuevas realidades efectivas. Esto es lo que diferencia a Hegel de Marx.
Para Hegel, la actividad del sujeto universal es actividad del pensamiento, no concibe otra actividad trascendente que no sea la actividad del puro pensamiento. El sujeto de
Siento no haberte contestado antes pero no he podido conectarme hasta hoy. Me parece que las otras 2 preguntas no las has contestado, ¿no?
Gracias por tu dedicación
La causalidad lineal del modelo newtoniano encuentra su mejor reflejo en la metáfora del crecimiento y se identifica con la tendencia hacia el máximo de producción y consumo. El sistema newtoniano sufre su mayor declinación en el corazón de la física, primero con la teoría de la relatividad y más tarde con la teoría cuántica. De la imagen de un mundo mecánico sólido, estable y regular, se pasa a la visión de un mundo relativo, paradojal, indeterminista. Si el paradigma newtoniano fue de simplicidad, orden y previsibilidad, desde mediados del siglo XX los problemas son, por el contrario, de complejidad, caos y probabilidad.
Sin embargo, las nuevas metáforas producidas por la ciencia de fines de Siglo XX, no han hecho perder total vigencia al sistema de valores que sustenta el paradigma newtoniano; ¿De allí que algunos hablen en este comienzo de siglo de un estadio? ¿Pre paradigmático?.
En algo coinciden muchos estudiosos del tema, los nuevos paradigmas son resonancia de ciertas palabras: probabilidad contra certeza, relatividad, incertidumbre, auto-organización, estructura, holos (totalidades), historicidad. Desde el punto de vista de la educación, nos interesa destacar el concepto de procesos de cambio no lineales y algo que se autoafirma cada vez más en esta integración armónica: la coexistencia de la diversidad y la ética de la convivencia.
Desde los nuevos paradigmas a los temas de educación
El estadio preparadigmático descripto deja lentamente la causalidad lineal, alternándola con la concepción de un mundo complejo y probabilística donde se enfatiza la diversidad. Esto remarca en educación algunas líneas y temas:
a) Un énfasis en el aprender a aprender y la apertura de un abanico de posibilidades tanto para el acceso a la información como para la consideración de nuevas ideas.
b) La valoración de una tarea docente que desde temprana edad equilibra la insistencia en el conocimiento externo con la asistencia al mundo interno del mismo.
c) La búsqueda de estrategias pedagógicas flexibles (no existe un solo camino para la enseñanza de un tema) y eficaces que favorezcan la integración del saber.
d) ¿La utilización de actividades y técnicas que comprometan tanto el pensamiento racional junto con el fortalecimiento de la llamada? ¿Inteligencia emocional?.
e) El desarrollo de proyectos educativos que desde el nivel inicial fomenten la participación de la comunidad y promuevan la creatividad en un sentido amplio y pleno.
He dejado deliberadamente para el final la mención de la creatividad. Sin duda la creatividad debe teñir toda la tarea de enseñanza y formación, pero ella debe ser entendida en los tres estadios que señalan los estudiosos del tema:
El pensar creativo
La resolución creativa de problemas
El vivir creativo.
'Durante tres siglos la ciencia ha estado dominada por los paradigmas newtoniano y termodinámico que presentaban al universo bien como una máquina estéril, bien como un estado degenerado y desintegrado. Actualmente existe un nuevo paradigma, el del universo creador, que reconoce el carácter innovador y progresista de los procesos físicos. Este nuevo enfoque pone énfasis en los aspectos colectivos y organizadores de la naturaleza. Su perspectiva es sintética e integradora mas que analítica y reduccionista...Existe la creencia muy extendida entre los físicos de que su ciencia está a punto de experimentar una revolución. Deben existir unos principios generales, por encima de las leyes físicas, aun por descubrir'.
El físico teórico británico Paul Davies considera al reduccionismo de la ciencia, convencional, ya derrotado en lo esencial entre las vanguardias científicas, aunque no llegue al predestinismo de gentes como el biólogo Robert Shapiro que comparte la creencia de un plan preconcebido. Intenta encontrar nuevas teorías científicas en lugar de apelaciones místicas y trascendentes. El mismo deja claro que su posición no descarta la posible existencia de Dios, pues 'detrás de todo existe algo marchando, la impresión de diseño es irresistible'
'El nuevo paradigma emergente augura la transformación radical de la forma de pensar sobre el universo y de nuestro lugar en él...La ciencia ha estado dominada durante varios siglos por el paradigma newtoniano que veía al universo como un mecanismo, reducible en última instancia al comportamiento de las partículas individuales bajo control de fuerzas deterministas...Las leyes termodinámicas reintrodujeron la noción de flujo o cambio, pero la reconciliación entre los paradigmas newtoniano y termodinámico sólo dio lugar a la Segunda Ley, que insiste en que cualquier cambio no es más que un aspecto de la inexorable degeneración y desintegración del cosmos que culminará con la muerte térmica'.
'El paradigma emergente reconoce, por el contrario, la posibilidad de autoorganización de los sistemas capaz de originar de forma repentina y espontánea estructuras más elaboradas cuyas formas finales son impredecibles'. Así que 'la esterilidad del pensamiento reduccionista ha llevado a mucha gente al holismo, hay un resurgimiento creciente del pensamiento holista en Sociología, Medicina y Física'. Pero, 'holismo y reduccionismo son dos paradigmas complementarios, es una simplificación descomunal considerar a uno como acertado y al otro como erróneo'.
Davies reconoce que la Ciencia no tiene en este momento respuestas para las grandes preguntas pero confía en que podrá encontrarlas descubriendo leyes físicas de rango superior aplicables a la vida y los seres vivos, que no entren en contradicción con las leyes mecánicas pero que puedan explicar lo que éstas parece ya claro que no podrán explicar nunca por más vueltas que se las dé.
Más allá de la física
Según Karl Popper, entidades del mundo 1 son los objetos, entidades del mundo 2 son los fenómenos mentales y entidades del mundo 3 son el mundo de la cultura, instituciones sociales, obras de arte, religiones, teorías científicas, literatura y demás entidades abstractas que trascienden las experiencias mentales individuales y representan el logro evolutivo del conjunto de la sociedad. Pues bien, ¿es éste el extremo superior de la escalera? ¿Podremos llegar más allá?
La respuesta es, según Davies, sí. El Universo podría seguir siendo habitable durante billones de años y por tanto 'se plantea la posibilidad de que pueda cruzarse un nuevo umbral de complejidad, desatando un nivel de organización mayor aun, con cualidades nuevas y leyes genuinas. Podría surgir actividad colectiva de una naturaleza abstracta difícilmente inaginable, que tal vez podría estar más allá de nuestra capacidad de comprender. Incluso podría ser que este límite ya haya sido cruzado en alguna parte y que no lo reconozcamos como tal'.
Davies repasa una serie de opiniones polémicas de científicos situados en el filo de la metafísica, como W.M.Elsasser, que en 'Individuality in biological theory', habla de leyes biotónicas desconocidas que regulen la vida y no entren en contradicción con las leyes físicas, o el célebre David Bohm, en 'La totalidad y el orden implicado', que considera a la física cuántica como la piedra de toque de una nueva concepción, con muchos paralelismos con la filosofía oriental, más allá de los procesos subatómicos abarcando la vida e incluso la consciencia: un orden implicado que se encuentran plegado en la naturaleza y que se despliega gradualmente a medida que evoluciona el universo, haciendo que emerja la organización.
EugeneWigner, físico cuántico y premio Nobel, considera que puesto que la materia actúa sobre la mente, produciendo sensaciones por ejemplo, también la mente será capaz de actuar sobre la materia (The Logic of Personal Knowledge). Para Paul Davies esto es mística y no ciencia.
Niels Bohr introdujo el principio de complementariedad para explicar la facultad de los objetos cuánticos para poseer propiedades aparentemente incompatibles o contradictorias (La teoría atómica y su descripción de la naturaleza) la famosa dualidad onda-partícula de un electrón.
El biólogo teórico Robert Rosen dice que el mismo concepto de ley física es innecesario y restrictivo para tratar sistemas complejos como son los organismos vivos.
Paul Davies cree que los electrones en realidad no existen, son algoritmos matemáticos. También que toda partícula está realmente entretejida con el resto del universo. Parece que la proteína conoce de alguna forma la estructura final y se encamina hacia ella.
La sincronía es juzgada como extravagante, y dice que no ha sido tomada en serio por los científicos que consideran las coincidencias notables como un efecto de la selección del sujeto: por cada sueño que se cumple, hay millones que no lo hacen; de vez en cuando se cumple un sueño y éste será el que se recuerde. Como es sabido, la teoría de la sincronicidad fue desarrollada por Carl Jung gracias a la colaboración de Wolgang Pauli, uno de los fundadores de la mecánica cuántica y es formulada así 'La causalidad es la forma de explicar el nexo entre dos acontecimientos sucesivos. La sincronía designa el paralelismo de tiempo y significado entre los sucesos psíquicos y psicofísicos que el conocimiento científico ha sido incapaz de reducir a un principio común desde hace tiempo'.
También juzga como muy especulativa la teoría de los campos morfogénicos de Rupert Shheldrake. Y sobre estas dos últimas personalidades, Jung y Sheldrake, dice: ' Ilustran la persistente impresión de científicos y profanos de que el universo ha sido organizado de forma que es difícil explicar desde el punto de vista mecanicista y que, a pesar de los tremendos avances de la ciencia fundamental, todavía existe la fuerte tentación de refugiarse en algún principio superior'.
El pensamiento marxista surgido en el seno de la Europa del siglo XIX es aun hoy a pesar de sus detractores el paradigma teórico al que no puede renunciar ninguna teoría crítica de la realidad social. La dimensión revolucionaria que significó la nueva perspectiva socio histórica del análisis social, político, económico de la realidad, de la historia y la sociedad humana; contribuyó a un despliegue de los esfuerzos hasta hoy actuales, en el desarrollo, profundización y diversificación de los estudios e investigaciones de los temas antropológicos, sociológicos, axiológicos y epistemológicos de las ciencias históricas y sociales.
Las circunstancias históricas y políticas que acompañaron los movimientos y procesos revolucionarios de este siglo, iniciados con la Gran Revolución Socialista de Octubre, significaron retos prácticos y teóricos al pensamiento revolucionario y plantearon la necesidad inmanente de la constante validación de la capacidad crítica de la teoría. Hoy es significativamente esencial que se haga un balance del proceso de crisis y de derrumbe del socialismo histórico de este siglo, que invierta el sentido que se le ha otorgado de premisa a la conclusión falaz de la ideología apocalíptica de los fines. Por el contrario, el saldo fundamental de estas experiencias históricas es que la contrariedad, complejidad y sentido de totalidad concreta que como principios deben regir toda dimensión epistemológica crítica marxista ha resultado más evidente y fehaciente.
El pensamiento único que se presenta como la pretensión de racionalizar el mundo irracional que distribuyen con sus fórmulas económicas neoliberales los centros del poder de las grandes transnacionales, excluye en sus presupuestos teóricos la exigencia de la perspectiva crítica de la teoría social. La teoría marxista se esgrime como argumento negativo y desacreditativo para con él validar lo que se deba considerar conocimiento social hoy. Invertir ese sentido es hoy una exigencia vital, y no sólo teórica, que ubica nuevamente a la teoría revolucionaria ante lo que siempre constituyó su sentido más profundo, el de ser una herramienta cosmovisiva de cambio radical de las condiciones de dominación humana desde una dimensión histórico concreta y con un sentido de emancipación universal del hombre.
La realidad social que nos acompaña hoy de hegemonismo económico, político y cultural, los desafíos del proceso de mundialización, la necesidad vital de que una acción solidaria de lucha por el rescate del sentido de la vida de la humanidad y de las luchas reivindicativas por la justicia de los pueblos del mundo, debe ser acompañada y dar cuenta de ella una teoría social crítica marxista que tenga como su principal compromiso la verdad histórica y teórica.
En relación con los destinos de la filosofía moral hoy desde el paradigma teórico marxista nos colocamos ante tres desafíos teóricos interpretativos esenciales:
Explicar y desarmar la lógica maldita con que se argumenta la crisis del marxismo como totalitarismo agotado hoy. Marx es la no figura teórica que desacredita como máxima autoridad falsa todo pensamiento sobre la supuesta realidad sistémica. Esto es una variación del recurso tradicional de un pensamiento escolástico y especulativo. Es necesario deshacerse de la argumentación por autoridad y restaurar la referencia por respeto en evaluación de la realidad misma y de la historia y no hacia una verdad preconcebida y despótica.
Es necesario la ofensiva analítica contra el establecimiento de una conciencia de la imposibilidad de una alternativa así como la critica a la racionalidad irracionalizada de una utopía que sigue como visión dominante hasta hoy. La significación del marxismo está en una postura urgente desconstructiva ante la conciencia de la imposibilidad de una alternativa, desde el centro mismo de la concepción marxista de la crítica a toda idolatría. Esto significa enfrentar la mercantilización del imaginario, es decir la ética funcional del sistema que parcializa los modos de vida, funcionaliza los valores al sistema, externaliza la ética al ámbito privado y la legaliza en el sentido de la razón del estado. Tal situación, como antes, desacredita la historia y destierra del análisis de la realidad misma la perspectiva de los límites de la condición humana. La visión del materialismo histórico de Marx descansa sobre el análisis de los efectos no intencionales de la acción humana y la constante subversión del orden que desde una concepción determinista pretende totalizar un desorden. La constatación por el marxismo de las leyes que se establecen a espalda de los actores a partir de la acción humana fragmentaria se constituye en una teoría crítica del propio orden que aparece como efecto no intencional de la acción intencional y que son dominados por leyes que son efectos no intencionales de la acción intencional. El automatismo del mercado es el centro de la crítica del fetichismo y de la idolatría que propone Marx en tanto implicaciones que resultan de la claudicación de la acción humana ante la acción compulsiva de los hechos. El resultado que se obtiene es por tanto la tendencia permanente a socavar y destruir los mismos fundamentos de la vida humana. La acción humana autónoma es entendida en los marcos contradictorios de una ética heterónoma con la que se contrapone constantemente. El reclamo de la solidaridad que se escucha hoy tiene un alcance más allá de una propuesta valorativa de buenas intenciones. Se trata aquí siguiendo el sentido critico del pensamiento de Marx de disolver esta idolatría de la compulsividad de los hechos. La tarea de las ciencias sociales hoy esta en el reconocimiento de la advertencia marxista en cuanto a la postura critica ante toda ilusión trascendental que pretende construir un orden apriorístico y determinista como coordinación a priori de una meta por realizar. El problema de las alternativas hoy es por tanto no un problema estricto de cálculo de posibilidades ni de ejercicios de falibibilidad infinitos sino de cambiar el estado de cosas sin recaer en la tentación constante de la compulsividad de los hechos, en la pretensión de construir un orden determinista a priori. La veneración del plan y del crecimiento económico en las experiencias del socialismo histórico recalaron en este pecado original. Es por esta razón que el problema del análisis critico de la sociedad hoy es en tanto una economía, una ética. Marx señalaba que el comunismo es la producción de las mismas relaciones de producción.[1] En el plano de la ética es la consecución de la autonomía del individuo como solidaridad frente a las leyes que se imponen de espalda a él .Hoy más que nunca el problema de la ética se centra en la relación entre necesidad y libertad. Nuevamente por tanto retorna la necesidad de una relación crítica con el mundo de lo utópico.[2]
Un ismo marxista, pretendidamente autoridad, excomulgó a la utopía del legado clásico. En el espacio de esta reflexión es necesario hacer un pequeño ejercicio de justicia.
Consideramos falsa la afirmación que el marxismo niega de plano el papel y la función reguladora critica de la utopía en contraposición al conocimiento científico social. Para dar argumentos a esta afirmación nos remitimos no a los clásicos propiamente, sino, a uno de los continuadores del marxismo más controvertido, problemático y por consiguiente más útil. Nos estamos refiriendo a Antonio Gramsci. En el año 1918 la revista del Partido socialista italiano publicaba un artículo de éste, titulado Utopía. Una primera y apresurada lectura del texto pudiera dejar la impresión que el comunista italiano arremete contra la utopía, conformándonos entonces con el principio de autoridad por argumento. Todo lo contrario sucede si nos ajustamos al sentido explícito e implícito del texto gramsciano. Gramsci enfrenta con armas de la crítica la acusación opositora de utopismo a la Revolución Socialista de Octubre. Las descalificación del proceso social de organización del nuevo estado de obreros y campesinos rusos en los soviets, lidereado por el partido bolchevique se hace en nombre de un realismo político, que Gramsci distinguirá en el texto como filisteismo. El hecho histórico en sí que significó la gran revolución socialista rusa contradecía y negaba para el juicio del político realista el curso teleógico del desarrollo social, en tanto los pueblos no podían saltar las etapas naturales del devenir histórico.
Gramsci reclama la utopía que significó y significa la Revolución Rusa, contraponiéndola a la versión esquemática, abstracta y genérica del utopismo en que derivó una interpretación tanto de derecha como de izquierda del sentido moderno del desarrollo lineal e invariable. Estas anatemizaron y descalificaron como utopía la Revolución Rusa en nombre de la utopía del utopismo filisteo, del realismo político. Para el italiano éste venera la ley y es verdugo de las utopías.
Las sentencias póstumas de la utopía hoy son precisamente los actos políticos contemporáneos de una ideología- utopía del fin de la historia, del totalitarismo y el hegemonismo cultural del sistema ya desvestido de toda añoranza romántica he instalado en la " cínica figura" del "sucio egoísmo".
Los ataques de Gramsci a la utopía en el texto que comentamos, son dirigidos a la utopía del utopismo del filisteo que sujeta a la historia a un futuro perfilado e hipotecado, a planes establecidos y únicos, limitándose sólo a moverse en el plano del reformismo político y desembocando en la añoranza del pasado. Para el italiano y político orgánico la experiencia del pueblo ruso y de su vanguardia en la revolución es la expresión de la libertad humana por aspirar a encontrar las instituciones y mediaciones no permanentes aunque si jerárquicas, no autoritarias aunque si directrices, no entrópicas y cerradas, aunque si integradas continuamente. En tal sentido el valora la relevancia histórica de la dictadura del proletariado y de su vanguardia política los soviets. La dimensión que nos da Gramsci de la utopía es la vivencia misma del ideal, no sólo es el intento posible y deseable, sino actuado y vivido de la búsqueda infinita de la elevación humana continua. Este supuesto orden, que significara la joven revolución socialista rusa, es la utopía vivenciada en la cotidianidad a través de sus múltiples contextos culturales, ¿es lo que interpela al? ¿Orden por el desorden? Del falaz naturalismo de la sociedad capitalista. Para Gramsci el socialismo .." no se impone con un fiat mágico, el socialismo es un desarrollo, una evolución de movimientos sociales cada vez más ricos en valores colectivos"[3]
La utopía en Gramsci es la permanente superación humana en el orden de su libertad, su antítesis es el utopismo que recorta al esquematismo, la apología y el fideismo la vivencia utópica.
Acercarse a la figura y las ideas del comunista italiano es hoy necesario porque este ubica el problema en el único contexto posible hoy, la historia y su concreción sociopolítica y económica y en el ejercicio de la critica al pensamiento utópico del utopismo que desvincula del análisis de las condiciones realmente existentes en las que estas utopías, esos espacios inacabables y esas infinitas aspiraciones se fraguan. Es por esta razón que el problema central hoy es del un compromiso universal ético.
El otro reto que referimos es la necesidad de invertir la pretendida presentación del marxismo como univocidad de la economía. Hoy cuando ya es lugar común en muchos ámbitos teóricos y en otros que parecería algo inaudito en tiempos pasados de negar por absoluta y omnipresente y en consecuencia totalitaria (calificativo al cual, al parecer, nadie quiere verse adscrito hoy), la teoría marxista de la comprensión materialista de la historia, nos arriesgamos a la sospecha sobre tal estado de cosas.
La critica al marxismo es parte de un zafarrancho contra la llamada tradición moderna del racionalismo, historicismo, humanismo, e ilustración. En esta se encuentra uno de las figuras más emblemáticas y aunque con una utopía instrumentalizada de la sociedad abierta, culpaba al marxismo de un esencialismo economicista, que sustituía la idea hegeliana por el papel determinante del factor económico en la historia, donde la actividad humana deviene, nuevamente en apariencia fenoménica que trasluce la acción de la economía. De tal modo que aquí se está presentando al marxismo como una inversión de la metafísica anterior. Aunque de alguna manera las experiencias del socialismo histórico resultaron ser precisamente una sociedad totalmente subordinada al principio de la primacía del factor económico en la lógica del plan único.
El marxismo, según Popper, uno de sus crítcos más furibundos, ha cometido los más grandes pecados, y esencialmente uno, el del historicismo; como el mayor enemigo de la sociedad abierta. El historicismo, plantea Popper, parte del dualismo alma-cuerpo, esencia fenómeno, sacrificando la realidad fenoménica a la realización de una esencia puesta por encima de todo. En tal sentido, señala, el sujeto deviene peón de la economía, no rebasando Marx la demagogia del principio del espíritu de Hegel. La historia continua siendo, para Popper dentro del esquema de Marx una objetivación, realización, aplicación de las fuerzas económicas subyacentes, que conllevaría a una nueva metafísica de la historia. En tal sentido toda la filosofía del marxismo se convertiría en justificación retrospectiva de la eficiencia de la economía. La actividad, por tanto que el marxismo propugna acerca del cambio se convierte en espera acomodaticia y vil engaño de fe exclusiva en las leyes económicas. Y por consiguiente propuesta fáctica de construcción del infierno prometiendo el cielo.
Seria justo reconocer aquí que ciertas versiones manualescas del marxismo han motivado estas simplificaciones. En ellas se asume la esquemática vacía de la base y superestructura, reduciendo toda la riqueza de los procesos sociales al despotismo categorial de la base económica, y de esta forma la dialéctica era convertida en un artificio de sortilegio a través del cual todo podía ser explicado. De tal forma el marxismo en manos de esta vulgata era plasmado en los mismos cánones del materialismo del siglo XVIII. Todo lo contrario es la propuesta de Marx, que podemos ver a través de sus obras. En ellas centra su punto de mira teórico precisamente en el reducto metafísico de la filosofía hegeliana y de la propuesta de Feurbach, radicalizando la exigencia de muerte a la especulación que este ultimo formulara. La comprensión materialista de la historia supone respecto a todo esencialismo una ruptura y esta no es posible explicarla con la fórmula tan manida de la inversión de la dialéctica hegeliana. El sentido de inversión que implica esta propuesta teórica de Marx es de mucho más alcance y se refiere fundamentalmente a un lógica de interpretación que permite develar prospectivamente el curso real de los acontecimientos. La inversión en Marx significa ante todo, com ya hemos señalado, cambiar el mismo metabolismo del método.
La comprensión materialista de la historia no reconoce el principio de determinación de los procesos sociales en la recámara de la historia.. Su único lugar de residencia es lo histórico condicional, desde donde se constituye en fuerza determinante como resultado de la interacción de la totalidad que conforma la realidad social. Para Marx la revelación del aspecto económico tiene un sentido mucho más allá de cualquier intención de estructurar la sociedad. Marx considera que la reivindicación es de lo más singular y del movimiento constitutivo de ese singular, el proceso de producción y reproducción de la vida. En tal caso Marx no se propone imponer a lo real ningún esquema intelectualizante, pero de igual manera no se somete a un empirismo miope que no es capaz de levantarse por encima de la inmediatez de los hechos. La realidad dentro del marxismo, aparece a través de la interpretación teórica del principio de vida, donde la necesidad se establece a través de la tendencia objetiva de los hechos, no como entidades objetuales, sino relacionales de la praxis humana. La determinación conceptual elaborada por Marx sobre los modos de producción históricos - determinados de los hombres implica el reconocimiento del principio esencial de la realidad, el de la vida. Estos modos de producción no resultan por tanto coyundas aprióricas a las que debe someterse el análisis histórico, sino que son "... un determinado modo de actividad de estos individuos, un determinado modo de manifestar su vida, un determinado modo de vida de los mismos"[4]
Marx en carta a Arnold Ruge indicaba: " Nuestra consigna debe ser pues: reforma de la conciencia, no por medio de dogmas, sino por el análisis de la conciencia mística, oscura, bajo su forma religiosa o política. Entonces se verá que, el mundo posee en sueños desde hace mucho tiempo aquello de lo que sólo le falta tener conciencia para poseerlo realmente. Se verá que no se trata de una ruptura de pensamiento entre el presente y el futuro, sino de la realización del pensamiento del pasado. Se verá, en fin, que la humanidad no emprende una tarea nueva, sino que sólo realiza su tarea antigua en forma consciente. Podemos resumir en una palabra la función de la revista: toma de conciencia por parte del tiempo presente, de sus luchas y de sus anhelos. Es esta una tarea para el mundo y para nosotros, qué sólo puede ser realizada por fuerzas unidas. Sólo se trata de una confesión. Para hacerse perdonar los pecados, la humanidad no tiene más que explicarlos como lo que son.?.[5]
La novedad que supuestamente se le imprime a un estado epocal hoy de derrumbe, de fragmentación, de descreimiento, de lúdica advertencia a que todo es energía agotada, ignora que la tarea humana es infinita, aunque su existencia este sujeta a la temporalidad y el espacio.
Por eso tenemos que estar de acuerdo con el escritor cuando planteaba:
"El hombre nunca sabe por quien padece y espera. Padece y espera, y trabaja por gentes que nunca conocerá, y que a su vez, padecerán y esperarán y trabajarán para otros que tampoco serán felices, pues el hombre ansía siempre una felicidad situada más allá de la porción que le es otorgada. Pero la grandeza el hombre está precisamente en querer mejorar lo que es. En imponerse tareas. En el reino de los cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de tareas, hermosos dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas; el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de Este mundo."[6]
Espero que esta vez salga todo, no se porque se corto mi contestación. Espero haberte ayudado, leelo todo con mucha atención y saca tus propias conclusiones es la mejor manera de entenderlo. Nadie como tú mismo para comprender, expresar y tomar conciencia de todo lo expuesto anteriormente.

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