Mi hijo

Entiendo realmente tu desesperación, pues la adolescencia es una de las etapas más difíciles de afrontar para los padres. He estado trabajando en un colegio y resulta increíble el cambio que se opera en chicos y chicas al llegar a los 12-13 años.
El problema no es siempre una actitud incorrecta de los padres, ya que muchas veces estos se desviven por intentar hacerlo bien -como seguramente es vuestro caso- pero no consiguen acertar.
Nadie mejor que vosotros puede conocer a vuestro hijo, pero sabéis que en su educación están implicadas más personas, como los profesores y sus compañeros, de los que se aprende, a los que se intenta agradar y a los que se imita. Eso hace más difícil todo, pues para un adolescente lo más importante es gustar a las personas que ellos consideran sus modelos a imitar.
Os tengo que dar la enhorabuena porque vais por el buen camino ya que reconocéis abiertamente que tenéis un problema que no sabéis como afrontar. Quizá te sorprendería saber cuántos padres ignoran esta situación y piensan que es pasajera.
Bajomi opinión, el sistema de castigos es bueno, pero si se acompaña de un buen sistema de incentivos, es decir, premiar a vuestro hijo por las cosas que hace bien. Aunque consideréis que hay ciertas cosas que son su obligación, él seguramente no lo vea así y se niegue a ellas, así que la mejor manera de conseguir que las haga es premiándole. ¿Cómo? Eso lo sabéis vosotros que sabéis cuáles son las cosas que pueden atraerle. Eso sí, sin caer en el consentimiento.
El problema del estudio es bastante peliagudo, pues todavía debe aguantar en el colegio 3 años más y a esa edad todavía no son conscientes de lo que quieren hacer con su futuro ni aprecian tampoco el valor del saber. Bueno, averiguad qué es lo que le gustaría ser de mayor, para hacerle entender que igual necesita una carrera universitaria. O sino, informaros sobre los ciclos formativos que se pueden adecuar a lo que él quiere ser.
A veces de verdad están interesados en algo y cuando ven lo que se necesitan para ello, se fijan ellos mismos el objetivo. Y sino planteadle abiertamente que cuando cumpla 16 podrá dejar de estudiar si quiere y ponerse a trabajr, pero que mientras tanto tiene que sacarlo y hasta entonces jugad con el incentivo-castigo. Y si luego no quiere estudiar, pues que trabaje, ya veréis cómo igual la idea de tener que subirse al andamio todos los días no le parece atractiva.
Ese es quizá el truco, hacerle atractivos sus horizontes.
De todas formas, hay que aceptar que los adolescentes antes escuchan a cualquier persona antes que a sus padres. "Los padres sólo echan sermones y lo que quieren es fastidiarme", es lo que piensan la mayoría. Pues pensad en una persona -tío, primo, amigo, profesor- al que él admire y que le pueda hacer llegar estas cosas. Seguro que hay alguien.
La conversación en casa, no obstante, es también muy importante. Aunque a veces sea necesarias o inevitables las peleas y los gritos, lo mejor es intentar que vuestro hijo no vea que os saca de vuestras casillas o que os desespera, pues lo puede utilizar como arma. Pero en cambio, si ve que os preocupa, que os pone tristes su actitud, que os defrauda se puede sentir culpable e intentar cambiar por no veros así.
Ah! Y no lo ridiculicéis delante de amigos o familiares vuestros. No hay nada que provoque más rebote ver que tus padres dicen a otros "Es que no sé qué hacer con él", "No se hace la cama", "Es un desastre" o "Si sigue así no será nada en la vida".
No sé Soriketes si te habré ayudado. De todas formas te digo que no desesperes. Ante todo hay que ue tener mucha paciencia. Todavía le quedan 5 años de adolescencia por delante y aunque parezca un tópico es la edad más difícil, no sólo para vosotros, sino también para vuestro hijo, ya que es en estos años cuando adquiere su verdadera personalidad y se está formando.
Un beso y si quieres cualquier otra cosa, aquí estoy.