¿Qué puedo hacer para que mi perro no dañe por celos a mi hijo?

Hola Albeitar:
Tengo un problemón y espero que me puedas ayudar.
Con mi pareja criamos un coker spaniel, que hoy tiene un poco más de 4 años, él era nuestro bebé... Hasta que nació el verdadero bebé, que ahora tiene 1 año y ya camina.
El asunto es que Agapy (así se llama nuestro perro) detesta al bebé y busca cualquier excusa para intentar morderlo, llegó a morderlo en el dedo, por suerte no fue de consideración. Entendemos lo de los celos y todo eso, pero la verdad es que ya se nos complica bastante la cosa, el bebé busca al perro y no le teme y el perro también busca al bebé, pero para gruñirle y ladrarle.
Hemos intentado mantenerlos separados, pero preferiríamos que pudieran estar juntos en armonía.
Agradeceremos tus consejos. De antemano muchas gracias.

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Pues la verdad es que si es un problema grave si y me temo que a estas alturas no os va a quedar más remedio que llevar a Agapy a un/a etólogo/a o psicólogo/a canino pues las medidas a tomar para evitar celos deberían de haber empezado ya desde el embarazo...
Nos en contramos ante un trastorno de conducta grave en el perro debido a una suma de disminución del grado de atención, excesivo mimos al perro, un animal probablemente de carácter inquieto y vivo, posible errores en el trato hacia el perro con respecto al bebé(p. e. Que el note que cuándo no está el bebé delante recibe mayores atenciones que cuando está presente y pasa a segundo plano etc).
Os encontráis ante el típico caso, que también se da en humanos, del "síndrome del príncipe destronado".
La llegada de un niño a casa supone de forma irremediable que el perro reciba menos atención por parte de sus propietarios.
En su afán por evitar que el animal se sienta abandonado, los dueños aprovechan aquellos ratos en los que el niño está dormido o en otra estancia para colmar de atenciones al perro.
Aunque hecho con buena intención, este comportamiento puede ser el desencadenante de los celos del perro, que analiza la situación de una forma muy diferente a la nuestra. En tan sólo unos días el perro advierte que sus dueños le dedican menos tiempo cuando el niño se encuentra presente, mientras que cuando no lo está vuelve a recuperar el grado de atención que recibía antes.
El perro por lo tanto aprende a ver al niño como un competidor por el afecto de sus dueños. En esta situación los celos no van a tardar mucho en aparecer.
Los perros que ven al niño como un competidor intentan interponerse continuamente entre sus propietarios y el bebé. Algunos lloran y ladran frente a los propietarios y en algunos casos saltan e intentan separar al niño de sus padres
Si la actitud del perro es algo brusca podemos frenar su ímpetu utilizando alguna golosina para distraer su atención. Si se acerca al niño y se comporta de forma tranquila deberemos premiarlo y acariciarlo.
Siempre que el niño esté presente debemos intentar dispensarle al perro la mayor atención posible. De ese modo, el animal aprenderá a relacionar al niño como un indicativo atención, y no como un competidor.
Cuando el niño no está "en escena" deberíamos intentar reducir el grado de atención que le damos al perro. De ese modo, reforzamos aún más en la mente del perro la idea de que la llegada del bebé no es un elemento de competencia por la atención de los propietarios.
Nunca dejar al perro y al niño juntos sin supervisión directa.
Os recomiendo encarecidamente que acudáis a un pícologo canino con Agapy cuanto antes. No se donde vivís pero podéis intentar localizar a uno/a llamando al Colegio oficial de veterinarios de vuestra provincia o también. A la facultad de veterinaria más próxima y ver si allí pueden ayudaros con Agapy. O también hablad con vuestro/a veterinario/a habitual a ver si puede localizar a alguien.
Cuanto antes lo hagáis mejor para todos porque si vosotros lo estáis pasando mal esta situación, creedme, es un atuéntico infierno para Agapy, que ha manifestado su depresión afectiva por medio de la agresividad pues ve en vuestro hijo un enemigo y las causas deben ser analizadas y estudiadas de cerca para corregir el problema. El cree que ya no le queréis y le habéis dejado de lado por desde que llegó el beé. Ha asociado estos hchos y por eso ataca al niño. No es que sea un aniaml peligroso, es que intenta recuperar lo que era suyo y lo hace como haría un perro con otro que intenta "robarle" su lugar: Atacando al bebñe al que ve como un cachorro que debe someterse a él y acatar la jerarquía hasta entonces establecida en vuestro hogar.
Siento que os esté ocurriendo esto pero, ánimo¡, que todo tiene arreglo si se pone paciencia y buena voluntad. Os hará falta muchísima paciencia y mucha "mano izquierda" pero podéis consegurilo:)

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