Violín

Necesitaba saber como es la competencia del mercado entre luthiers, en relación con la construcción de violines, estoy haciendo un proyecto de investigación en el instituto y estoy algo atascada, porque en el buscador de internet no encuentro nada, me siento desesperada... Y un poco inútil, jejej, cuanto más rapido me conteste, mejor.

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Francamente, he dado vueltas a tu pregunta una y otra vez y francamente... no sé a que te refieres.
<¿competencia de mercado entre luthiers...?> <¿en relación con la construcción de violines...???>
Por favor: Aclárame de que va que no me entero!
Venga: escríbeme de nuevo. ¿Ok?
Haber
La pegunta exacta es
Competencia de mercado en la sección de conflictos internos en el trabajo. Es fácil, quiero saber si la competencia es alta o baja, porque como hay pocos luthiers, sseguramente sera alta, que me expliques un poco sobre eso.
GRACIAS! Esta perfecto, aunque dejame que te diga, yo que solo se tocar la flauta, podría distinguir un violín de luthier de uno de serie, porque con todo lo que he investigado... un beso!
Haber
Hola de nuevo:
Sigo viendo la pregunta un poco borrosa pero voy a contestarte a lo que puedo y creo entender.
De entrada, tendremos que diferenciar el luthier que desarrolla su trabajo en una fábrica, al luthier que trabaja en un "cuarto de reja".
Hay luthiers que pueden realizar mecánicamente con unos pocos empleados, hasta trescientos instrumentos en un mes (y más). Hay luthiers -ese es mi caso-, que realizamos prácticamente de un a dos instrumentos al mes.
Yo, básicamente, soy constructor de guitarras (guitarrero), suena mal, pero este es el adjetivo adecuado. Por lo tanto, le tengo respeto a la palabra "luthier", pero... no me identifico mucho con ella. No soy amante de tener que recurrir a palabras extranjeras cuando poseemos unos maravillosos idiomas dentro de nuestra península.
Luego, por encargo, realizo el instrumento que me pidan siempre y cuando sea de madera y de cuerda.
Yendo a lo que quieres saber <creo>, a los que son como yo, osea, constructores de cuarto de reja, (no fabricantes), me atrevería a decir que no tenemos competencia. Tal como suena. En primer lugar, generalmente, estamos distanciados el uno del otro y las relaciones entre nosotros suele ser, por desgracia, bastante escueta. Por otro lado, es un trabajo tan personal que el comprador del instrumento, sabe casi de antemano, como trabajamos cada constructor. Todo eso, refiriéndome a consumidores de un nivel medio-alto.
A parte de que, como yo, la mayoría nos ganamos más la vida restaurando que construyendo.
El consumidor de nivel medio-alto, osea, el instrumentista semi-profesional/profesional, sabe diferenciar perfectamente un instrumento realizado en serie o hecho totalmente a mano. Por lo tanto, sabe que si un instrumento se tarda un mes en su realización, tiene un valor de coste muy elevado.
Yo me he dedicado prácticamente a la construcción de la guitarra -clásica y flamenca-, por ser más comercial.
Te puedo decir que, en general, la diferencia de ventas guitarra-violín es de 100 a 5.
Un violín bueno cuesta mucho de vender. Una guitarra buena... no cuesta tanto de vender. Te garantizo que hay muchos más guitarristas que violinistas (diríase que hay una guitarra en cada casa) y es más consciente de lo que vale un instrumento el guitarrista que el violinista.
Resumiendo: Competencia de mercado sí que la hay para el fabricante que su producción es en serie y elevada. La competencia y la lucha por vender a altos niveles con grandes producciones, es como la de cualquier empresa. Aquí no hay sentimientos ni sensibilidades artísticas... Aquí lo que hay es el factor "don dinero". Para el luthier individual... no. Pero ojo: me refiero al fabricante de guitarras, bandurrias, laudes e instrumentos de mucha salida.
Violines, xelos, violas, contrabajos, tiples, instrumentos barrocos..., todo esto, casi el 100% es de importación, sobre todo, de países del este y Japón y de una calidad... casi casi muy correcta.
Conflictos internos en el trabajo... ¿qué conflictos...?. Precisamente, para el que desarolla este trabajo, le es más una terapia que propiamente un trabajo.
No es hacer demagogia, pero muchas veces me identifico con una frase que dijo el propio Stradivarius: "-A tres metros del banco de trabajo, es donde comienza mi aburrimiento-".
Es un placer ver como se va construyendo un instrumento. Desde la obtención de la madera hasta que le arrancas los primeros sonidos.
Y luego... el dolor de tener que desprenderte de él. Pero claro: Hay que comer!.
Bueno, espero que te haya servido esta disertación para tu cometido.
Si para ti no es suficiente, ¡Tengo "rollo" para rato!.
A tu disposición para cuando quieras.
Un abrazo. Ricard.-

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