Mi hijo de 8 años es muy agresivo y desobediente.

Tengo un hijo de 8 años, casi 9, el cual es muy tierno y dulce, pero cuando se enfada se pone muy agresivo, grita, golpea puertas, tira cosas.

En casa nunca hemos reaccionado así, por eso no entiendo porque lo hace.

Apenas va en tercero de primaria y ya ha pasado por 7 colegios, por este tema; antes era solo con los niños pero ahora también se enfrenta a.los adultos y en dos ocasiones a agredido a profesores (diferentes personas).

Fue diagnosticado hace 3 años. Con TDHA por una neuropsicologa, pero la terapeuta ocupacional y el neuropsicologo que lo tratan ahora dicen que no es así porque él tiene periodos de atención prolongados en algunas actividades que ellos hacen, incluso teniendo estímulos externos que lo llevarían a dispersarse.

En la prueba de CI salio con 111, un poco mas arriba del promedio normal pero no alcanza el umbral de superdotado. Los profesores siempre han dicho que es muy inteligente, despierto, activo y colaborador; que su problema es la disciplina y que agrede y no sigue instrucciones.

En casa no se había enfrentado a mi madre o a mi y ahora lo está haciendo.

Vamos a empezar esta semana con una psicóloga infantil a ver como nos va, pero en verdad es una situación muy difícil.

En este colegio sólo ha agredido los niños que lo agreden antes, pero ya le he dicho que eso no es asi que debe contar a los profesores lo que pasó y no agredir a nadie.

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Es cierto, es una situación difícil, sobre lo que dices antes, si bien he visto chicos, que tienen rabieta o atacan, y algo de esto lo tienen de un padre o de los dos, no siempre es así, no es matemático la herencia, de modo que lo único que se puede hacer, y se debe hacer, es buscar ayuda profesional, no siempre dan en la tecla, pero eso pasa también con la medicina normal, la física, no hay otra manera .

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La conducta impulsiva normalmente se arrastra desde el origen de su carácter, aunque debe ser controlada por sus criadores (normalmente los padres) por medio de consecuencias a su actitud, que vayan regulando su impulsividad, hasta que se quede en un punto que no limite su vida diaria, sobre todo de adulto, donde las consecuencias de gestos impulsivos pueden ser peores. Esta regulación debe estar basada en lo que los psicólogos llamamos "coste de respuesta". Es decir, que si a esa edad no ha reducido todavía sus reacciones impulsivas, es porque no se han aplicado castigos y premios de forma adecuada. Muchas veces regañamos, castigamos de forma inconsistente y cuando lleva un tiempo que no pasa nada, no reforzamos adecuadamente su "no reacción". En muchas ocasiones, regañarle y ser el protagonista de conflictos, suele representar para ellos un premio más que un castigo (aunque sea de forma no consciente), ya que esto le refuerza su sensación de "ser alguien" frente a los adultos.

Habría que determinar las causas por las que se siente a gusto dentro del conflicto: factores como tener un hermano menor, padres ausentes por situaciones puntuales o trabajo, separación de los padres, y en general cualquier situación familiar que "diluya" su presencia o papel dentro del marco familiar.

La parte más positiva es que a su edad está muy a tiempo para corregir sus reacciones. Con mis pacientes (que en estos casos son más los padres que los niños, je je), solemos trazar un plan de actuación que suele generar cambios relativamente pronto.

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