Problemas de ansiedad y agresividad

Mi problema es que llevo como unos 3 años más o menos con ansiedad generalizada y ataques de pánico . Tuve una depresión con agorafobia y respecto a la agorafobia me cure . Pero la ansiedad sigue, controlo los ataques de pánico.
Pero mi problema es que no consigo relajarme, cuando me enfado o altero me cuesta mucho controlarme, no pego ni hago daño a nadie ... Pero me entran muchas ganas de pegar y es como si sintiera que tengo que explotar, luego me calmo un poco, pero es que ha veces me cuesta controlar los nervios.
Yo antes de la depresión no era así, era una persona tranquila y casi no me alteraba. Pero a raíz de la depresión estoy mal con los nervios.

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Algo que creo que te vendrá bien para aquello por lo que preguntas, así como para tu estado en general, será el ir mejorando la forma de afrontar los acontecimientos, y la vida en general.
Y para que lo veas claro, te diré que habría tres grandes formas de reaccionar frente a los acontecimientos, siendo sólo una de ellas válida.
La primera forma inválida, sería reaccionar con conducta externa incorrecta (por ejemplo si fuera ante una agresión, insulto o desprecio, con lo mismo), y, por dentro, también no abrigando buena intención (tanto con rabia u odio, o bien indiferencia; es decir, que no te importe lo que le ocurra a la otra persona, o bien, en el peor de los casos, que le desees el mal).
La segunda forma inválida, que mucha gente cree que es válida, sería, así como la primera, en resumen sería mal por fuera y mal por dentro, esta sería aparentemente bien por fuera, pero mal por dentro; es decir no hacer nada malo en sí mismo (como sería la agresión, insulto, mentira, etc.), pero teniendo los mismos sentimientos internos que en la primera forma; y te decía que mucha gente puede pensar que esto está bien, cuando no está bien, ya que la falta de amor nunca está bien, el no tener interés auténtico en lo que le ocurre a otra persona, nunca está bien. En este caso, las formas externas pueden ser un mero aguantar, por propio interés, pero no viéndole un sentido a la situación (como ahora veremos, el cual sólo se puede ver con real buena intención), sino que sólo viéndola como un estorbo o similar, ya que se mira sólo desde la perspectiva de los propios intereses. En esta postura no se tiene buena intención hacia la otra persona, o personas implicadas; y dependiendo del caso, uno podría llegar a "estallar", en cuanto a su conducta externa, y en algunos casos, con conductas graves en sí mismas; cuando a veces se oye que alguien aparentemente debuta con una conducta muy grave, quiere decir, no que antes estuviese reaccionando bien, aunque aparentemente no hiciese nada aparentemente malo en sí mismo, ya que, como te decía, si uno reacciona sin buena intención hacia el prójimo, ya está actuando mal, y esto va produciendo sus efectos; entre otros, facilitaría el recargarse de tensión o rabia, y como la persona actuaría sólo dependiendo de los propios intereses superficiales (y no del amor), pues ya su conducta dependería de ello, escapándosele de las manos con mucha facilidad. Cuando una persona no hace el bien que puede, no tiene estabilidad en sí misma, en el plano natural, sino que pretende poner su estabilidad donde ésta no está: en las circunstancias o en la conducta de otra persona, lo cual ya no depende de él; pero es habitual que uno se guíe o bien por acciones propias o por resultados, dependiendo de si actúa en la vida guiándose por hacer el bien que puede, o bien vive de acuerdo a sus particulares intereses.
Entonces la tercera forma de reaccionar ante los acontecimientos o agresiones externas, la única válida, sería el actuar siempre, por fuera con conducta correcta y buena en sí misma, y, por dentro, con auténtica buena intención (es decir, pensando en el bien real, no sólo material, de las personas implicadas, por encima de los particulares intereses superficiales). Con esto se podría ver un auténtico sentido (y aceptar, lo cual no es lo mismo, que "soportar", es decir aguantar una circunstancia pero viéndole sólo lo negativo, ya que se ve desde los propios intereses particulares, y no desde la generosidad) a los acontecimientos y actuar siempre de la mejor manera que uno vaya pudiendo (si a uno le pudiesen los nervios en este sentido, nunca daría lugar a conductas graves, y uno se recuperaría fácilmente, sabiendo que uno no es perfecto, pero va haciendo lo que va pudiendo).
Es decir, que lo que te recomiendo es guiarte, en el plano natural me refiero, por lo que depende de ti, no por lo que no depende; mirar todos los acontecimientos desde la generosidad de vida, no desde los particulares intereses superficiales, o egoísmo; encaminarte, ante un acontecimientos, a hacer el mayor bien posible a todos los implicados, y confiar, conformarte con los resultados que ya no dependen de ti, y seguir mirándolos desde la generosidad, y también respondiendo con conducta buena en sí misma.
A la hora de afrontar un acontecimiento, tienes que pensar en el bien real de todos, y curiosamente esto es lo que permitirá a uno el superar, o sobreponerse, a los particulares intereses egoístas; por el contrario, si a la hora de afrontar un acontecimiento, uno sólo pensase en el "beneficio" de una parte, pues no superaría los propios intereses, su visión sería muy limitada (a lo material sólo), y realmente no le haría bien de verdad a nadie, sino que, todo más, satisfaría ciertos intereses superficiales de unos cuantos, pero no les haría nunca el bien real como auténticas personas.
Si uno se decide a afrontar bien un acontecimiento, lo cual tiene su cierta dificultad, ya que requiere hacer lo que realmente está bien, y no, por ejemplo, lo que podría satisfacer superficialmente, o interesar, o complacer superficialmente a otras personas o a uno, como lo que lleva a quedar bien, etc. (tendría pues cierta dificultad ya que se busca el bien real, no la mera complacencia de nadie), pues esta actitud llegará a abarcar toda su vida, y a toda la humanidad (el auténtico amor siempre es universal y abarca toda la propia vida); con ello cada vez ser iría ampliando el horizonte de las personas a las que uno se decide a hacer el bien, y con ello iría aumentándose la propia visión sobre el asunto, y creciendo uno como persona.
En este sentido, también te dejo el blog de actitudes saludables y las recomendaciones de abajo.
Y, por supuesto, que no se trata de intentar hacer el bien con lo que no se tiene, sino que mi consejo es empezar a actuar desde como uno se encuentra (tanto en cuanto a estado de ánimo o ansiedad), o habiendo uno cometido las equivocaciones que hubiera cometido. El pretender aplazar el empezar a actuar a cuando cambien las circunstancias externas, o aquellas circunstancias personales que ya no dependen directamente de uno (como el estado de ánimo, etc.), es un error, y por esa vía es posible que se terminase la vida terrena, sin hacerlo, además de que uno tampoco mejoraría, por esta vía, su estado de ánimo, etc. Hay que saber que para hacer el bien sirve todo, incluso la limitación (con la que, entre otras cosas, se aprenden tantas cosas), y que a nadie le van a pedir más de lo que puede (si uno pretende hacer más, generalmente es porque no hace lo que realmente es mejor y puede, sino que pretende hacer quizá aquello que le complacería más o con lo que quedaría más lucida). Cualquier persona si realmente hace el bien que puede (y esto siempre es en la mejor dirección, es decir, de forma generosa), siempre hace muchísimo (aunque estuviera, por ejemplo, encamada).
También releyendo tu mensaje te diré que las personas con predisposición a los ataques de pánico pueden ser personas a las que les gusta tenerlo todo controlado, teniendo en las circunstancias o en ciertos resultados puesta su confianza; esto podría cambiar cuando uno deja de vivir para uno, deja de mirar los acontecimientos desde los propios intereses, sino que ya todo lo enfoca hacia hacer todo el bien que puede, con lo cual dejará de querer tener controlados todos los resultados (además de que entiende que esto es un imposible, y que tampoco es su misión, sino que es hacer la parte que le corresponde con la m´´as recta intenci´´on), sino que va haciendo lo que pueden con la mejor intención, sabiendo que de esta manera se derivarán los mejores resultados, en lo que a su parte respecta.
Yo te diría que mires tu respuesta involuntaria como quien mira la temperatura en un termómetro, sabiendo que es en la causa (en relación con la actitud más voluntaria) en lo que, fundamentalmente, uno tiene que poner los medios para intentar mejorar más directamente, y ya, digamos que, "soltar" en cuanto a la parte más involuntaria de los resultados, en el sentido de ya no poner la confianza en ellos, no pensar que es lo que directamente uno debe intentar cambiar, y que son consecuencia de algo sobre lo que sí uno puede hacer algo, en un sentido positivo (una auténtica intención de mejorar las cosas, y mejorar lo que ve, ya sabiendo de antemano uno que no todo depende de uno, y no desesperándose cada vez que uno lo comprueba en términos prácticos, sino que seguir respondiendo desde su buena intención).
Como te decía, controlar los nervios no es sólo, ni principalmente, la parte externa, sino que es fundamentalmente la parte interna, el fomentar la buena intención ante cualquier situación que pueda presentarse (y para ello procurar ya tenerlo muy pensado, y prepararse de antemano, y continuamente, para intentar depurar la propia intención).

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