A veces amo a mi pareja y otras no.

Hola, tengo esta duda, hace no mucho estoy con mi pareja, apenas llevamos juntos nueve meses, al inicio era una explosión de amor hacia todos lados, creo que es normal por el tema del enamoramiento inicial... Resulta ser que vamos juntos a la universidad, estamos estudiando lo mismo en el mismo curso, y hace un par de meses he empezado a sentirlo más como un amigo que como pareja, a sentir que mis sentimientos por el se me escapan como arena por los dedos y he llegado a dejar de sentir ese "gusto" por él. No sé si será por la monotonía y verlo tanto, pero ambos recordamos muy bien cuando fue el día que mi switch con él, fue un día en que nos asustamos mucho porque pensamos que yo podría estar embarazada, desde allí todo cambio, me fui alejando lentamente, sin quererlo.
He intentado analizar las razones por las cuales esto se tornó así, de hecho incluso me ha asustado pensar que podría ser que no lo amo realmente y que solo estoy con el por no estar sola...
Pero otras veces es todo tan lindo, es un sentimiento que no puedo expresar con palabras, como una emplosion en mi pecho... Cuando llegamos a conectarnos. Entonces en esos momentos no dudo quererle o amarlo porque mi amor por él es grande.
Hemos intentado comenzar de nuevo y "tener citas" como para recobrar en mi ese gusto por él pero ya no está funcionando, no sé que hacer, por favor ayuda.

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Estimada (xxxxxx) como saber si estas enamorada mira lee esta infoprmacion muy apropiada para que te autoanalices a la luz de la saviduria superior que se expone en la Palabra de Dios después que lo lea detenida mente y lo medite
¿Cómo sé que es amor verdadero?
PARA los soñadores románticos el amor es una sensación misteriosa que se apodera de uno, un éxtasis que solo se experimenta una vez en la vida. Creen que el amor es asunto del corazón únicamente, algo que no se puede comprender, sino solo experimentar. El amor vence todos los obstáculos, y es eterno...
Esas son las descripciones comunes del amor romántico. Y sin duda el enamorarse puede ser una experiencia singularmente hermosa. Pero ¿qué es, precisamente, el amor verdadero?
¿Amor a primera vista?
David conoció a Janet en una fiesta. Se prendó enseguida de su hermosa figura y del efecto del cabello al caerle sobre el ojo cuando reía. Janet quedó fascinada con los ojos castaño oscuro y con la amena conversación de David. ¡Parecía un caso de amor a primera vista!
Por las siguientes tres semanas David y Janet fueron inseparables. Entonces, cierta noche Janet recibió una llamada telefónica de un joven que había sido novio de ella, y quedó muy deprimida. Por eso, llamó a David en busca de consuelo. Pero David vio en aquello una amenaza y, confundido, respondió con frialdad. El amor que los dos creían que duraría para siempre murió aquella misma noche.
Las películas, los libros y los programas de televisión pudieran hacerte creer que el amor a primera vista dura para siempre. Hay que reconocer que por lo general el atractivo físico es lo que al principio crea un interés mutuo entre dos personas. Como dijo cierto joven: "No es fácil 'ver' la personalidad de nadie". Pero ¿de qué se "enamora" uno cuando solo ha conocido a alguna persona por unas cuantas horas o unos días? ¿No es de la imagen que proyecta? En realidad, uno no sabe mucho de los pensamientos, las esperanzas, los temores, los planes, los hábitos, las aptitudes o habilidades de esa persona. Solo conoce el exterior, no a "la persona secreta del corazón". (1 Pedro 3:4.) ¿Cuánto puede durar un amor como ese?
Las apariencias engañan
Además, las apariencias pueden engañar. La Biblia dice: "El encanto puede ser falso, y la belleza puede ser vana". La hermosa envoltura de un regalo no le indica a uno lo que hay dentro. De hecho, la envoltura más elegante pudiera cubrir un regalo inútil. (Proverbios 31:30.)
Un proverbio dice: "Como nariguera de oro en el hocico de un cerdo, así es la mujer que es bella, pero que está apartándose de la sensatez". (Proverbios 11:22.) Las narigueras eran adornos populares en los tiempos bíblicos. Eran obra exquisita, por lo general de oro macizo. Naturalmente, un adorno como ese sería la primera alhaja que uno notaría en una mujer.
Apropiadamente, el proverbio compara con una "nariguera de oro en el hocico de un cerdo" a la mujer de hermosa apariencia que carece de "sensatez". La belleza sencillamente no cuadra con una mujer insensata; en su caso resulta un adorno inútil. A la larga, ¡No la hará más atractiva de lo que una bella nariguera hermosea a un cerdo! Entonces, ¡Qué error sería 'enamorarse' de la apariencia de alguien y pasar por alto lo que la persona en verdad es interiormente!
"Nada hay tan engañoso"
Sin embargo, algunos piensan que el corazón es infalible cuando emite juicios sobre lo romántico. 'Haz caso a tu corazón', es lo que dicen. '¡Cuando sea amor verdadero, lo sabrás! ' Desgraciadamente, los hechos contradicen esa teoría. En una encuesta, 1.079 jóvenes (entre las edades de 18 y 24 años) informaron haber tenido hasta entonces un promedio de siete relaciones amorosas. La mayoría admitió que sus experiencias románticas anteriores habían sido simple encaprichamiento, apasionamiento, una emoción pasajera. ¡Pero esos mismos jóvenes "invariablemente dijeron que su experiencia del momento era amor"! Con todo, algún día en el futuro la mayoría considerará sus relaciones actuales como consideró las del pasado: un simple encaprichamiento.
Lo trágico es que cada año miles de parejas se casan con la ilusión de que están 'enamorados', solo para descubrir, poco después, que han cometido un error. El encaprichamiento "engaña a hombres y mujeres y los lleva a formar matrimonios desdichados; parecen ovejas que van al degüello", dice Ray Short en su libro Sex, Love, or Infatuation (Atracción sexual, amor o capricho).
"El que confía en su propio corazón es estúpido." (Proverbios 28:26.) Con demasiada frecuencia sucede que el juicio que emite nuestro corazón es erróneo o nos lleva por mal camino. De hecho, la Biblia dice: "Nada hay tan engañoso [...] como el corazón". (Jeremías 17:9, La Biblia al Día.) Sin embargo, el proverbio antes mencionado pasa a decir: "Pero el que anda con sabiduría es el que escapará". Tú también puedes evitar los peligros y las frustraciones que les han sobrevenido a otros jóvenes si aprendes a reconocer la diferencia entre un encaprichamiento y el amor que se describe en la Biblia... el amor que nunca falla.
Contraste entre el amor y el encaprichamiento
Calvin, un joven de 24 años, reconoce lo siguiente: "El encaprichamiento es ciego y eso es lo que prefiere ser. No percibe la realidad". Una joven de 16 años llamada Kenya añadió: "Cuando una se encapricha con alguien, cree que todo lo que esa persona hace es perfecto".
El encaprichamiento es un amor falso. Es irreal y egoísta. Las personas que se hallan en esa condición tienden a decir: 'Me siento realmente importante cuando estoy con él. No puedo dormir. No puedo creer lo fantástico que es todo esto', o: 'Nadie me hace sentir lo que siento cuando estoy con ella'. ¿Notaste lo mucho que la persona habla de sí misma y de lo que la complace? ¡Una relación que se basa en el egoísmo va encaminada al fracaso! Pero nota la descripción que la Biblia da del amor verdadero: "El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha, no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses, no se siente provocado. No lleva cuenta del daño". (1 Corintios 13:4, 5.)
Puesto que "no busca sus propios intereses", el amor basado en los principios bíblicos no es egocéntrico ni egoísta. Es cierto que dos jóvenes quizás tengan sentimientos románticos muy intensos y se sientan atraídos mutuamente. Pero la razón y un profundo respeto a la otra persona ayudarán a equilibrar esos sentimientos. Si lo que sientes es amor verdadero, entonces te interesas en el bien y la felicidad de la otra persona al mismo grado que te interesas en tu propio bien y felicidad. No permites que emociones arrolladoras destruyan tu buen juicio.
Un ejemplo de amor verdadero
El relato bíblico de Jacob y Raquel ilustra claramente esto. Ellos se conocieron en un pozo al que Raquel acudió para abrevar las ovejas de su padre. Jacob se sintió atraído a ella inmediatamente, no solo porque fuera "de hermosa figura y de hermoso semblante", sino porque también adoraba a Jehová. (Génesis 29:1-12, 17.)
Después de pasar un mes en la casa de la familia de Raquel, Jacob dijo que estaba enamorado de Raquel y que quería casarse con ella. ¿Fue eso un simple encaprichamiento romántico? ¡De ninguna manera! Durante aquel mes él vio a Raquel en su ambiente natural y notó cómo trataba a sus padres y a otras personas, cómo efectuaba su trabajo de pastora, y lo serio que tomaba la adoración de Jehová. Sin duda pudo verla en sus "mejores momentos" y en sus "peores momentos". Por lo tanto, el amor que sentía por ella no fue desenfrenado, sino un amor desinteresado basado en la razón y en respeto profundo.
Por eso Jacob pudo decir que estaba dispuesto a trabajar siete años para el padre de Raquel a fin de casarse con ella. ¡De seguro el encaprichamiento no habría durado tanto tiempo! Solo el amor genuino, un interés altruista en la otra persona, habría hecho que aquellos años parecieran "como unos cuantos días". Debido a aquel amor genuino, él y Raquel pudieron mantenerse castos, puros, durante aquel período. (Génesis 29:20, 21.)
¡Requiere tiempo!
El paso del tiempo no tiene mal efecto en el amor verdadero. De hecho, la mejor manera de poner a prueba lo que sientes por otra persona es dejar que pase algún tiempo. Además, como mencionó una joven llamada Sandra: "Nadie te entrega su personalidad con solo decir: 'Yo soy así. Ahora sabes todo lo que se puede saber sobre mí'". No; también se requiere tiempo para llegar a conocer a la persona en quien te interesas.
El tiempo también permite que examines tu interés romántico a la luz de la Biblia. Recuerda, el amor "no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses". ¿Se interesa la otra persona en el éxito de tus proyectos, o solo en los suyos? ¿Respeta tus puntos de vista y tus sentimientos? ¿Ha ejercido presión en ti para que hagas cosas que son realmente 'indecentes' para satisfacer sus deseos egoístas? ¿Tiende a rebajarte delante de los demás, o a ensalzarte? El que te hagas preguntas como esas puede ayudarte a evaluar tus sentimientos de manera más objetiva.
Un enamoramiento o apasionamiento precipitado puede resultar en desastre. Jill, una joven de 20 años, explicó: "Sencillamente me enamoré, de repente y con locura". Se casó después de un agitado idilio amoroso de dos meses. Pero entonces comenzaron a salir a la superficie faltas ocultas. Jill empezó a desplegar inseguridad y egocentrismo. Su esposo, Rick, perdió el encanto romántico y se hizo egoísta. Un día, tras de dos años de casada, Jill le gritó a su esposo que él era "tacaño", "holgazán" y "un fracaso". En respuesta, Rick la golpeó en la cara. Jill salió llorando de la casa... y del matrimonio.
No hay duda de que el seguir el consejo bíblico les habría ayudado a salvar su matrimonio. (Efesios 5:22-33.) ¡Pero cuán diferente habría sido la situación si se hubieran conocido mejor antes de casarse! No se habrían enamorado de una "imagen", sino de la verdadera personalidad, con sus cualidades buenas y malas. Habrían tenido esperanzas más realistas.
El amor verdadero no surge de la noche a la mañana. Y no tiene que ser que el mejor cónyuge para ti sea una persona que te parezca sumamente atractiva. Por ejemplo, Barbara conoció a un joven que, como ella reconoce, al principio no le atrajo mucho. Pero "según lo fui conociendo mejor -recuerda Barbara-, todo cambió. Noté el interés de Stephen en otras personas, y que siempre anteponía a sus intereses los de los demás. Yo sabía que esas cualidades lo harían un buen esposo. Esto me atrajo a él y empecé a tenerle amor". El resultado de esto fue un matrimonio duradero.
Por eso, ¿cómo puedes conocer el amor verdadero? Puede que tu corazón te indique algo, pero confía en tu mente entrenada en los principios bíblicos. Trata de conocer más que únicamente la "imagen" externa de la persona. Hay que darle tiempo a la relación para que alcance desarrollo pleno. Recuerda, el encaprichamiento sube rápidamente como una fiebre, pero entonces se desvanece. Con el correr del tiempo el amor genuino se hace cada vez más firme y se convierte en "un vínculo perfecto de unión". (Colosenses 3:14.)
Y vea estas dos tablas y compárelas:
EL AMOR                                                             EL ENCAPRICHAMIENTO
1. Es interés altruista en                                1. Es egoísta, restrictivo.
    los intereses de la otra                                  Uno piensa: '¿Qué me da
    persona                                                          esto a mí?'
2. A menudo el interés                                   2. La atracción romántica
    romántico empieza lentamente;                    crece rápidamente, quizás
    puede tomar meses o años                           en  unas  horas o unos días
3. Uno se siente atraído por                         3. Uno se siente muy
    el total de la personalidad                            impresionado o atraído por
    y las cualidades espirituales                         la apariencia física de la
    de la otra persona                                        otra persona. ('¡Tiene unos
                                                                          ojos tan encantadores!'
                                                                        '¡Tiene tan hermosa figura!')
4. El efecto en uno es que                                Tiene efecto destructivo
    lo hace mejor persona                                  y desorganizador
5. Uno ve a la otra persona                              No es realista. La otra
    de modo realista y nota sus                         persona parece perfecta. Se
    defectos; con todo, la ama                           pasan por alto dudas
                                                                         persistentes sobre ciertos
                                                                         defectos graves de la
                                                                         personalidad
6. Se tienen desacuerdos,                               Las disputas son frecuentes.
  Pero se descubre que se pueden Los problemas no se solucionan
considerar y resolver realmente. Muchas riñas se
                                                                         "resuelven" con un beso
7. Uno desea dar de sí mismo                          El énfasis se pone en
   a la otra persona y compartir                          conseguir u obtener,
   con ella                                                            especialmente en lo que toca
                                                                        a satisfacer los impulsos
                                                                        sexuales
cualquier pregunta me la hace y no cierre la pregunta si quiere seguir preguntando sobre este tema
Gracias por tu rápida respuesta, le leí con atención y no con mucho agrado... debo decirlo, tengo cierto rechazo con el cristianismo... Pero, lo que vi es que tomaste mi pregunta como lo haría cualquiera por el hecho de que me olvidé de un pequeño y muy importante detalle, tengo un trastorno bipolar, que estaba controlado cuando lo conocí. Y cuando ocurrió esta pseudo crisis de pareja en la que me asusté mucho con el supuesto embarazo no deseado se despertó y los ataques me han dado más seguido producto del estrés en la universidad... Realmente era un detalle muy importante que olvidé escribirlo, lo siento.
Por cierto, me siento mucho mejor leyendo tu respuesta, sobretodo la ultima parte, porque ahora estoy muy segura de que realmente es amor y no algo pasajero, siento que realmente lo amo. =) Leí los puntos del encaprichamiento y me doy cuenta de que nada de eso se refleja en nuestra relación, por el contrario los puntos del amor me hicieron sentir muy identificada, entre nosotros hay mucha comunicación, conozco la mayoría de sus defectos y lo amo con ellos, y más que su apariencia física me conquistó su forma de ser, su personalidad...
Muchas gracias por la respuesta, creo que me sirvió mucho. Creo que podrías opinar algo sobre la bipolaridad, no se como controlarla y no solo me causa problemas con mi relación, si no también con mi familia y amigos.
Estimada (xxxxxx) comprendo que tengas tus recervas con las religuiones. Yo no te hablo de religuión sino de Dios que el no es de ninguna religuion si te acercas a el el te ayudara buscalo es la mejor ayuda pues te sanara la mente y el espíritu. El que tantas religuiones sean tan corruptas e ahipocritas, que no sean ellas las causantes de que tomes la decisión de que Usted no se acerque al DIios verdadero.
Mi esposa misma tiene una enfermedad más grave que esa y ha podido salir a delante a pesar de que no le daban esperanzas de superación.
En la revista despertad del 8 de enero de 2004 aparece extraje esta información que quiero que la leea detenidamente y me comente:
Vivir con un trastorno del ánimo
ES ALARMANTE lo difundidos que están los trastornos del estado de ánimo. Se calcula, por ejemplo, que hay en el mundo más de trescientos treinta millones de casos de depresión grave, patología que ocasiona tristeza abrumadora y pérdida de placer en las actividades diarias. Según las previsiones, esta afección ocupará dentro de veinte años el segundo lugar después de las dolencias cardiovasculares. Con razón se la ha llamado "el resfriado común" en el campo de las enfermedades mentales.
En los últimos años, el público en general ha oído hablar más del trastorno bipolar, entre cuyas características figuran grandes cambios de humor, con alternancia de depresión y manía. "En la fase depresiva -explica un reciente libro de la Asociación Médica Americana-, las ideas suicidas pudieran convertirse en una obsesión, mientras que en la maníaca tal vez se pierda el buen juicio y la capacidad de ver los peligros que encierran ciertos actos."
Se cree que un 2% de la población de Estados Unidos sufre bipolaridad, lo que representa millones de afectados tan solo en ese país. Por supuesto, las cifras no bastan para describir el suplicio de vivir con tales trastornos.
La depresión: una tristeza insufrible
La mayoría de las personas pasan por rachas de tristeza que remiten con el tiempo, tal vez al cabo de horas o días. Pero la depresión clínica es mucho más grave. ¿En qué sentido? El doctor Mitch Golant lo explica así: "Quienes no estamos deprimidos sabemos que los vaivenes emocionales terminan en algún momento, mientras que el deprimido vive los altibajos y cambios bruscos de sus sentimientos como si viajara en un tren descontrolado, sin conocer ni cómo ni cuándo se bajará, o si logrará siquiera hacerlo".
La depresión clínica adopta muchas modalidades. Una de ellas es el trastorno afectivo estacional, que se manifiesta en cierta época del año, por lo general el invierno. "Los aquejados dicen que la depresión se agrava cuanto más al norte vivan y más nublado esté el cielo -indica un libro de la People's Medical Society-. La dolencia se relaciona sobre todo con los días grises de invierno, y en algunos casos, con los lugares de trabajo cerrados y oscuros, los períodos nubosos anormales para la estación y los problemas de la vista."
¿Cuál es la causa de la depresión clínica? No se sabe con certeza. Aunque en ocasiones haya un componente genético, parece que en la mayoría de los enfermos influyen mucho las vivencias. Se ha señalado, además, que el diagnóstico es el doble de frecuente en la mujer que en el hombre. En el caso de los varones, se calcula que entre el 5 y el 12% sufrirán depresión clínica en algún momento de su vida.
Este tipo de depresión repercute en casi todos los aspectos de la vida. Una paciente llamada Sheila lo describe así: "Te zarandea hasta lo más íntimo de tu ser y te mina la confianza, la autoestima y la capacidad de pensar con claridad y tomar decisiones, y cuando ha penetrado bien adentro, te da unos cuantos estrujones para ver si aguantas".
En ocasiones, el afectado obtiene gran alivio hablando de sus sentimientos con una persona compasiva (Job 10:1). No obstante, hay que admitir que cuando entran en juego desequilibrios bioquímicos, no basta con adoptar una actitud positiva para superar la depresión. El paciente es incapaz de controlar la melancolía, y a menudo está tan confundido como sus familiares y amigos.
Tomemos como referencia el caso de Paula, cristiana que atravesó rachas de angustiosa tristeza antes de que le diagnosticaran depresión. "A veces -confiesa- salía corriendo al automóvil nada más acabar las reuniones de la congregación y me echaba a llorar sin ningún motivo. Sencillamente me invadía una terrible sensación de soledad y dolor. Aunque todo me indicaba que tenía muchos amigos que se preocupaban por mí, era incapaz de verlo."
Semejante es el caso de Ellen, quien hubo de ser hospitalizada por su depresión. "Tengo a mi lado gente que me quiere muchísimo: mis dos hijos, dos nueras extraordinarias y mi esposo", admite. La lógica debería dictarle que la vida es bella y que su familia la valora. Pero en la lucha con la depresión prevalecen las ideas pesimistas que, por irracionales que sean, dominan al paciente.
No debe pasarse por alto el gran impacto que puede tener la depresión de una persona en el resto de la familia. "Cuando un ser amado está deprimido -señala el doctor Golant-, los que lo rodean probablemente vivan en constante incertidumbre, pues nunca saben cuándo se repondrá de la crisis o entrará en una nueva. No es raro que sientan una enorme pérdida, incluso tristeza y rabia, al ver que su vida ha perdido, tal vez de forma permanente, la normalidad."
Es común que los niños detecten la depresión de los padres. "Los hijos de madres deprimidas se vuelven muy sensibles al estado emocional de estas, y observan con sumo cuidado la más mínima variación", señala Golant. La doctora Carol Watkins destaca que los hijos de una persona deprimida son "más propensos a tener problemas de conducta, dificultades en el aprendizaje y roces con sus compañeros, así como más proclives a deprimirse".
El trastorno bipolar: lo único estable es la inestabilidad
La depresión clínica ya plantea de por sí una difícil problemática. Pero si además entra en el cuadro la manía, nos encontramos con una situación aún peor, el trastorno bipolar, en el que "lo único estable es la inestabilidad", según lo define una enferma llamada Lucia. En la fase de la manía, afirma The Harvard Mental Health Letter, el paciente "tal vez resulte insoportable por entrometido y dominante, y su euforia infatigable y temeraria a veces pasa de golpe a la irritabilidad o la furia".
Lenore explica cómo era la fase eufórica, es decir, la manía: "Rebosaba de vitalidad. Muchos decían que era una supermujer y que les gustaría parecerse a mí. Solía sentirme llena de fuerzas, capaz de realizar cuanto me propusiera. Hacía ejercicio frenéticamente y me las arreglaba durmiendo solo dos o tres horas. Aun así, despertaba con tanta energía como antes".
Pero al cabo de un tiempo aparecían negros nubarrones: "Cuando llegaba a la cima de la euforia -agrega-, sentía en un rincón del alma la agitación de un motor que se negaba a detenerse. De la noche a la mañana adoptaba un carácter agresivo y destructivo. Agredía verbalmente a mis familiares sin motivo. Sentía furia y odio, y perdía el control al grado de asustar a todo el mundo. De repente quedaba extenuada, rompía a llorar y me hundía en la depresión, creyéndome inútil y mala. Aun así, podía recuperar de repente mi asombrosa alegría como si no hubiera pasado nada".
El comportamiento imprevisible del bipolar sume en la confusión a los familiares. Mary, cuyo marido encaja en este cuadro, comenta su caso: "Es desconcertante ver que tu esposo está contento y comunicativo y, de pronto, se pone triste y se encierra en sí mismo. A todos nos cuesta mucho aceptar que apenas puede hacer nada para evitarlo".
Irónicamente, la enfermedad suele angustiar al paciente tanto o más que a sus seres queridos. "Envidio a quienes llevan una vida equilibrada y estable -dice Gloria-. La estabilidad es un lugar donde los bipolares solo vamos de visita; ninguno de nosotros vive allí."
¿Qué orígenes tiene este desequilibrio? Un factor implicado, a mayor grado que en los casos de depresión, es la genética. "Según varios estudios científicos -señala la Asociación Médica Americana-, cuando alguien en la familia es bipolar, la probabilidad de que los parientes inmediatos (padres, hermanos e hijos) terminen padeciendo el mismo trastorno es de ocho a dieciocho veces mayor de lo habitual, al tiempo que aumenta la propensión a sufrir depresión grave."
A diferencia de la depresión, la bipolaridad parece afectar por igual a hombres y mujeres. Por lo general se declara a comienzos de la edad adulta, aunque a veces se diagnostica en la adolescencia o incluso en la niñez. No obstante, no es fácil -ni siquiera para el especialista- analizar sus síntomas y llegar a una conclusión certera. "Es el camaleón de los trastornos psiquiátricos, pues los síntomas cambian de un paciente a otro y de una crisis a otra, incluso en el mismo paciente -admite el doctor Francis Mark Mondimore, de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins-. Es un fantasma capaz de aparecérsele a la víctima envuelto en las tinieblas de la melancolía y luego desaparecer por años, para regresar más tarde con el ropaje resplandeciente, pero abrasador, de la manía."
Es patente, pues, que resulta difícil diagnosticar los trastornos del estado de ánimo y más aún vivir con ellos. Pero hay esperanza para los pacientes.
Existe esperanza
EN EL pasado se acostumbraba rehuir a los afectados por trastornos del estado de ánimo, lo que en muchos casos los convertía en marginados sociales. En efecto, algunos sufrían discriminación laboral y otros eran evitados hasta por su propia familia. A menudo, lo único que se conseguía con ello era agravar su estado y privarlos de ayuda.
En las últimas décadas se han realizado grandes avances en el entendimiento de la depresión clínica y el trastorno bipolar. Sin embargo, aunque es de conocimiento general que estas dolencias tienen tratamiento, no siempre es fácil recibirlo. ¿Por qué razón?
Interpretar los síntomas
Para diagnosticar un trastorno del estado de ánimo no sirven los análisis de sangre o las radiografías. Más bien, hay que hacer un seguimiento de la conducta, ideas y criterios de la persona durante cierto tiempo, y ver si esta manifiesta varios síntomas del trastorno. El problema radica en que los familiares y amigos no siempre saben reconocer los indicios. "Aun si aceptan que el comportamiento en cuestión se aparta de lo normal -escribe el doctor David J. Miklowitz-, pueden formarse opiniones muy dispares sobre las causas."
Además, es posible que la familia entienda la gravedad del caso pero no logre convencer al enfermo de que necesita atención médica. O si es uno mismo el afectado, puede que se resista a buscarla. Es como indica el doctor Mark S. Gold: "Quizás usted cree, sinceramente, en lo que piensa cuando se siente deprimido: que no sirve para nada y que, por lo tanto, no tiene sentido buscar ayuda, pues para personas como usted no hay esperanzas. Tal vez le gustaría consultar con alguien al respecto, pero cree que estar deprimido es algo de lo que cabe avergonzarse, que todo es culpa suya. [...] O quizá no sabe, siquiera, que lo que siente es depresión". No obstante, es indispensable que la depresión grave sea atendida por un médico.
Es cierto que todos nos hemos sentido abatidos en algún momento, y no tiene por qué deberse a un trastorno del ánimo. Pero ¿qué hay si los sentimientos son más intensos que en un mero bajón, persisten más de lo habitual (dos semanas o más) o nos impiden actuar normalmente en el trabajo, los estudios o en nuestras relaciones con los demás? En tal caso es aconsejable visitar a un especialista en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos depresivos.
Si hay desequilibrio químico, seguramente recetará fármacos, mientras que en otros casos recomendará algún tipo de terapia de apoyo para aprender a afrontar el padecimiento. A veces da buenos resultados combinar ambas vías. En fin, lo importante es buscar ayuda. "A muchos pacientes les da miedo y vergüenza la situación en que se encuentran -señala Lenore, bipolar citada en el artículo anterior-. Lo triste es que sospechan que tienen un problema pero no buscan la ayuda que tanto necesitan."
Lenore habla por experiencia propia: "Llevaba un año sin salir apenas de la cama. Un día que me sentí con algo más de fuerzas, decidí llamar a un doctor y pedirle cita". Fue un punto de inflexión en su vida el que le diagnosticaran trastorno bipolar y le recetaran fármacos. "Cuando los tomo -explica-, me siento normal, aunque a cada paso tengo que recordarme que si los dejo, volverán los síntomas."
Un caso similar es el de Brandon, aquejado de depresión. "En la adolescencia -relata- pensé muchas veces en suicidarme, dominado por sentimientos de inutilidad. Cuando acudí al doctor por primera vez, ya tenía treinta y tantos años." Al igual que Lenore, se medica, pero hace algo más, como él mismo explica: "Contribuyo a mi bienestar general ocupándome de mi mente y de mi cuerpo. Descanso, cuido la dieta y lleno la mente y el corazón con ideas positivas sacadas de la Biblia".
Ahora bien, Brandon destaca que la depresión es un problema médico, y no espiritual, hecho que resulta fundamental entender para recuperarse. "En cierta ocasión -recuerda-, un compañero cristiano me dijo con la mejor intención que, dado que Gálatas 5:22, 23 incluye al gozo en el fruto del espíritu santo, seguramente estaba deprimido porque estaba haciendo algo que me privaba de dicho espíritu. Ese comentario me hizo sentir aún más culpable y abatido. Lo cierto es que tan pronto como comencé a recibir ayuda dejé de verlo todo tan negro. Ahora me siento mucho mejor. ¡Ojalá hubiera buscado ayuda antes!"
Están ganando la batalla
Aun después de que se haya diagnosticado el trastorno e iniciado el tratamiento, es de esperar que sigan planteándose desafíos. Kelly, quien lucha contra la depresión grave, agradece la atención médica recibida. Por otro lado, considera fundamental el apoyo de quienes la rodean. Al principio se resistía a pedirlo para que no la viesen como una carga. "Tuve que aprender a buscar ayuda y a aceptarla -admite-. Al abrirme a los demás, logré frenar la espiral de la depresión."
Dado que es testigo de Jehová, se reúne con sus hermanos cristianos en el Salón del Reino. Pero hay ocasiones en las que hasta estas alegres reuniones le plantean dificultades. "Muchas veces -dice Kelly- no soporto las luces, el movimiento de gente y el ruido. Luego me invade la culpa y me deprimo más, pues pienso que el trastorno es un indicio de falta de espiritualidad." ¿Cómo lidia con esta situación? "He aprendido -señala- que la depresión es una enfermedad con la que hay que luchar, y no un indicativo de cuánto amo a Dios o a mis hermanos en la fe. No, en realidad no tiene nada que ver con mi grado de espiritualidad."
Lucia, a quien se mencionó anteriormente, agradece la excelente atención médica que ha recibido: "Ponerme en manos de un especialista en salud mental fue decisivo, pues me enseñó a afrontar con éxito las oscilaciones anímicas de mi enfermedad". También hace hincapié en el valor del descanso: "El sueño es esencial para combatir la manía, pues cuanto menos duermo, más eufórica me pongo. Y aunque no logre conciliar el sueño, me he acostumbrado a seguir acostada para poder descansar".
Sheila, mencionada también antes, ha visto útil expresar sus sentimientos en un diario personal. Aunque ha notado una sensible mejoría en su actitud, todavía tiene sus retos: "Por una razón u otra, el agotamiento deja que entren en mi mente ideas negativas. Pero he aprendido a acallarlas, o al menos a bajarles el volumen".
Consuelo de la Palabra de Dios
Para muchas personas que viven asediadas por "pensamientos inquietantes", la Biblia es una fuente de ánimo (Salmo 94:17-19, 22). Cherie, por ejemplo, encuentra muy alentador el Salmo 72:12, 13, que contiene esta promesa sobre Jesucristo, el Rey designado por Dios: "Librará al pobre que clama por ayuda, también al afligido y a cualquiera que no tiene ayudador. Le tendrá lástima al de condición humilde y al pobre, y las almas de los pobres salvará". También la confortan las palabras del apóstol Pablo consignadas en Romanos 8:38, 39: "Estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni gobiernos, ni cosas aquí ahora, ni cosas por venir, ni poderes, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra creación podrá separarnos del amor de Dios".
Para Elaine, paciente bipolar, su relación con Dios es un ancla. Encuentra gran alivio en estas palabras del salmista: "Un corazón quebrantado y aplastado, oh Dios, no lo despreciarás" (Salmo 51:17). "Me consuela mucho saber que Jehová, nuestro amoroso Padre celestial, me entiende -señala-. Recibo fuerzas siempre que le oro, sobre todo cuando me invaden la ansiedad y la congoja."
Como vemos, vivir con un trastorno del ánimo plantea retos singulares que, como descubrieron Elaine y Cherie, pueden afrontarse mejor gracias a la oración, la confianza en Dios y el debido tratamiento médico. Ahora bien, ¿qué respaldo pueden brindar los familiares y amigos a quienes padecen trastorno bipolar o depresión?
Es innegable que los parientes y amigos que brindan apoyo significativo contribuyen mucho al bienestar del enfermo. "Creo que ahora controlo bastante bien mi vida -dice Lucia-. Mi esposo y yo hemos luchado juntos para salir adelante, y ahora estamos mejor que nunca."
Muchos afectados de diversos males psíquicos comprenden que la lucha será larga. Pero la Biblia promete que Dios traerá un nuevo mundo donde "ningún residente dirá: 'Estoy enfermo'" (Isaías 33:24). En efecto, habrán desaparecido las angustiosas dolencias que afligen a gran parte de la humanidad. Es reconfortante reflexionar sobre la promesa divina del nuevo mundo, del cual se habrán ido para siempre todos los padecimientos, incluidos los trastornos del estado de ánimo. Como dice la Biblia, en aquel tiempo no habrá lamento ni clamor ni dolor (Revelación [Apocalipsis] 21:4).
Si tiene una biblia lea las citas y vera que más le ayudara a superar su enfermedad y nuestro Padre celestial ta ayuda mediante su palabra
Tambioen meustrele esta informacion a au novio para que el tambien sepa como ayudarla y comprenderla mejor.
Cualquier pregunta aqui estare

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