Siento que mi carácter está cambiante últimamente!

Estoy por cumplir 32 años y no se si esto me está implicando una serie de emociones incluido mi carácter cambiante, mi pareja no tiene la culpa pero siento que aveces me porto muy mala también siento que no soy del todo sincera hay muchas cosas que no me gustan por ejemplo vivir en la casa de mis suegros esto porque no tengo con quien dejar a mi bebé por la pandemia se ha echo complicado todo esto se ha único al igual que tengo que ir que trabajar y estar fuera más de 8 horas lo que hace que me irrite más aveces me siento con energía pero otras veces de la nada me pongo sensible y otras en cambio siento que tengo muchas irás y trato de reprimirlas pero me frustran y me desquitó con quién aveces no tiene la culpa, ¿será qué tengo que acudir algún especialista o es normal a mi edad estos cambios de humor? Pienso también que ahora todo se ha vuelto rutinario!

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I. Hola señora Anahi, esos cambios se han hecho cada vez más comunes desde que empezamos el confinamiento debido a la pandemia. Usted no es la única, sin embargo le compartimos una información muy oportuna relacionada con la situación. Intente buscar todos los textos en una Biblia.

Cómo combatir la fatiga pandémica

¿Qué es la fatiga pandémica?

La fatiga pandémica no es una enfermedad. Este término describe la reacción natural de las personas ante la situación prolongada de incertidumbre y cambio que ha provocado la pandemia. Todas las personas son diferentes y cada una reacciona de manera distinta, pero estos son algunos de los síntomas más comunes:

  • Falta de motivación

  • Cambios en la alimentación y el sueño

  • Irritabilidad

  • Estrés por tareas que antes no representaban ningún problema

  • Dificultad para concentrarse

  • Falta de esperanza

¿Por qué es tan peligrosa la fatiga pandémica?

La fatiga pandémica es una gran amenaza para nosotros mismos y para los demás. Si no luchamos contra ella, poco a poco podríamos empezar a descuidar las medidas de protección contra el COVID-19. Aunque el virus siga extendiéndose y matando, con el tiempo podríamos empezar a bajar la guardia y dejar de darle importancia. Cansados de vivir con tantas restricciones, puede que busquemos más libertad, y eso nos pondría en riesgo a nosotros y a los demás.

Durante esta época tan dura, muchos han comprobado en carne propia lo ciertas que son estas palabras de la Biblia: “Si te desanimas en los momentos difíciles, te faltarán las fuerzas” (Proverbios 24:10). Pero en la Biblia hay principios que pueden ayudarnos a hacerles frente a situaciones tan desesperantes como esta pandemia.

¿Qué principios de la Biblia pueden ayudarlo a combatir la fatiga pandémica?

  • Respete la distancia física, pero no se aísle emocionalmente

    Lo que dice la Biblia: “El verdadero amigo [...] es un hermano en tiempos de angustia” (Proverbios 17:17).

    Por qué es importante: Los amigos de verdad nos levantan el ánimo (1 Tesalonicenses 5:11). Pero estar solos mucho tiempo pone en riesgo nuestra salud (Proverbios 18:1).

    Intente esto: Esté en contacto con sus amigos ya sea por teléfono, videollamada, correo electrónico o mensajes de texto. Si tiene un mal día, llámelos. También pregúnteles con frecuencia cómo están, cómo les va. Intercambien ideas sobre lo que les está ayudando a sobrellevar esta pandemia. ¿Por qué no intenta hacer algo bueno por un amigo? Verá que los dos se sentirán mejor.

  • Vea el lado bueno de la situación y aprovéchelo

    Lo que dice la Biblia: Aprovecha “el tiempo de la mejor manera” (Efesios 5:16).

    Por qué es importante: Porque usar bien el tiempo puede ayudarlo a ser positivo y a no preocuparse demasiado (Lucas 12:25).

    Intente esto: En vez de estar pensando en lo que ya no puede hacer, piense en las cosas buenas que sí puede hacer. Por ejemplo, tal vez ahora por fin tenga tiempo para algún hobby o proyecto personal. O quizás ahora pueda pasar más tiempo con su familia.

  • Mantenga una rutina

    Lo que dice la Biblia: “Háganlo todo de forma [...] ordenada” (1 Corintios 14:40).

    Por qué es importante: A muchas personas tener una rutina las hace sentir mejor y les da estabilidad.

    Intente esto: Hágase un horario adaptado a su situación actual. Programe horas específicas para las tareas de la escuela, para su empleo y para las labores del hogar. Y no olvide dedicarle tiempo a su espiritualidad. Incluya también otras actividades buenas para usted, como pasar tiempo con su familia, salir a tomar aire y hacer ejercicio. Cada cierto tiempo revise su horario y haga los cambios que sean necesarios.

I. Hola señora Anahi, muchísimas gracias por aprecia la información y que bueno que le fu útil. Para ampliar un poco más sobre información relacionada le comparto lo siguiente.

GÁNELE LA BATALLA AL ESTRÉS

“Me sentía como un ratón corriendo en su rueda sin llegar a ningún lado. Trabajaba dieciséis horas al día y raras veces tenía un fin de semana libre. Me enfurecía no poder ver casi nunca a mi hijita despierta. El estrés estaba acabando conmigo.” (Kari, de Finlandia)

KARI no es el único que se siente así. Según una organización benéfica del Reino Unido para la salud mental, 1 de cada 5 británicos ha enfermado por el estrés laboral, y 1 de cada 4 ha llorado en el trabajo por causa de la tensión. En el 2009, año de crisis económica, hubo un aumento sin precedentes en la venta de antidepresivos.

¿Qué cosas le producen estrés?

  • La inseguridad económica y de otros tipos

  • Una rutina agotadora

  • Los problemas interpersonales

  • Una experiencia traumática

¿Cómo le afecta el estrés?

  • Problemas de salud

  • Desgaste emocional

  • Dificultades para dormir

  • Depresión

  • Deterioro de sus relaciones personales

El estrés activa el asombroso sistema de emergencia del cuerpo, el cual libera hormonas que elevan el ritmo respiratorio, la frecuencia cardíaca y la presión arterial. También aumenta la concentración de glóbulos y glucosa en la sangre. Este conjunto de reacciones prepara al cuerpo para enfrentarse a la fuente de estrés. Una vez que el estrés baja, el cuerpo vuelve a la normalidad, pero si no disminuye, puede provocar tensión crónica; es como si el cuerpo fuera un motor que está siempre acelerado. De modo que, para estar saludables física y mentalmente, tenemos que aprender a manejar el estrés.

Cómo manejar el estrés

El estrés en sí no es malo. La Asociación Americana de Psicología lo compara a la tensión de la cuerda de un violín. Si hay muy poca tensión, el sonido será apagado y desafinado; si hay demasiada, será estridente o la cuerda se romperá. Además comenta: “El estrés puede ser el beso de la muerte o la sal de la vida. La cuestión reside realmente en cómo manejarlo”.

Por otro lado, las personas tienen temperamentos distintos y algunas son más saludables que otras. Lo que le provoca tensión a una persona quizás no afecte a otra. Sin embargo, si su rutina lo tensa tanto que no le permite relajarse ni reaccionar bien ante situaciones difíciles, lo más seguro es que padezca estrés crónico.

Hay quienes recurren a las drogas, el alcohol o el tabaco para “manejar” su estrés. Otros modifican sus conductas alimentarias o pasan mucho tiempo frente al televisor o la computadora. No obstante, nada de esto ataca la raíz del problema; al contrario, podría empeorarlo. Entonces, ¿cuál es la manera correcta de manejar el estrés?

A muchos les han servido los principios de la Biblia. ¿Pueden estos consejos de probada eficacia ayudarle a usted? Para responder a esta pregunta, veamos tres fuentes de estrés.

1 LA INSEGURIDAD

La seguridad total no existe. La Biblia dice que “el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos” (Eclesiastés 9:11). ¿Cómo puede mantener bajo control los sentimientos de inseguridad? Pruebe con estas sugerencias:

  • Hable con algún familiar o amigo en el que confíe. Diversos estudios demuestran que el apoyo de los seres queridos nos protege de enfermedades relacionadas con el estrés. Sí, un amigo verdadero “ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia” (Proverbios 17:17).

  • No piense siempre en lo peor; lo único que logrará es desgastarse emocionalmente. Además, lo más probable es que las situaciones terribles que imagina nunca sucedan. Por eso, la Biblia aconseja: “Nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes” (Mateo 6:34).

  • Aprovéchese del poder de la oración. “[Echen] sobre [Dios] toda su inquietud —dice 1 Pedro 5:7—, porque él se interesa por ustedes.” Dios demuestra su interés dándonos paz y asegurándonos que nunca nos abandonará si acudimos a él en busca de consuelo y apoyo (Hebreos 13:5; Filipenses 4:6, 7).

2 UNA RUTINA AGOTADORA

Trabajar, estudiar, viajar todos los días, cuidar a los hijos, a los padres... Estas son cosas que suelen disparar el nivel de estrés, y sin embargo tenemos que realizarlas (1 Timoteo 5:8). ¿Qué hacer entonces?

  • Trate de encontrar momentos para relajarse y descansar. La Biblia dice: “Mejor es un puñado de descanso que [dos] de duro trabajo y esforzarse tras el viento” (Eclesiastés 4:6).

  • Ponga sus prioridades en el orden debido y lleve una vida sencilla (Filipenses 1:10). Si es posible, reduzca sus gastos o pase menos tiempo trabajando (Lucas 21:34, 35).

Kari, mencionado anteriormente, empezó a estudiar la Biblia y eso lo llevó a analizar su vida. “Me di cuenta de que tenía un estilo de vida egoísta”, escribió. Vendió su negocio y consiguió un empleo que le permitía estar más tiempo en casa. Él admite: “Aunque ya no pudimos mantener el nivel de vida que teníamos, mi esposa y yo nos liberamos del estrés. Ahora pasamos más tiempo con nuestros familiares y amigos. No cambiaría la paz que siento por ninguna oportunidad de negocios”.

 3 LOS PROBLEMAS INTERPERSONALES

Los problemas con otras personas, especialmente en el lugar de trabajo, pueden generar mucho estrés. Si esto le ocurre, piense en las siguientes sugerencias:

  • Cuando alguien lo ofenda, trate de mantener la calma. No le añada leña al fuego. “La respuesta, cuando es apacible, aparta la furia”, dice Proverbios 15:1.

  • Intente resolver las diferencias en privado. Trate con dignidad y respeto a la otra persona (Mateo 5:23-25).

  • Trate de entender los sentimientos y puntos de vista de quien lo ofendió. Ponerse en los zapatos de la otra persona lo ayudará a calmarse (Proverbios 19:11). También es útil pensar en cómo lo ven los demás.

  • Perdone. El perdón es algo hermoso... y una buena medicina. Según un estudio realizado en el 2001, no perdonar aumenta significativamente el ritmo cardíaco y la presión arterial, mientras que hacerlo reduce el estrés (Colosenses 3:13).

    El mejor comienzo para aliviar el estrés

    “Hacer ciertos cambios en el estilo de vida es el mejor comienzo” para aliviar el estrés, aseguran los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. “Empiece por [tener] una alimentación saludable y bien balanceada —aconsejan—, al igual que dormir bien y hacer ejercicio. También reduzca la cafeína y la ingesta de alcohol y no use nicotina, cocaína ni otras drogas psicoactivas.” Además, recomiendan tomar días libres, pasar tiempo con familiares o amigos y aprender alguna manualidad o a tocar un instrumento.

Espero saber de usted nuevamente y le reitero nuestro apoyo incondicional desde la República dominicana, sus amigos, Francisco y Daisy.

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Me imagino que estás cansada y no conforme con tu vida; de lo que dices, parece que no estás casada, y esto es fundamental, y realmente creo que es mejor que te afecte visiblemente a que no lo hiciese (la afectación moral siempre iba a existir; y la afectación física puede hacer reaccionar y rectificar).
Si ambos estáis solteros, yo te recomendaría, si así lo consideráis, pasar a vivir un noviazgo como Dios manda, y ver si queréis contraer matrimonio. Una vez decidido lo primero, te recomendaría acudir a la Confesión Sacramental, para recuperar la gracia de Dios; y después disponerte a vivir la caridad, que es el amor de verdad.
No vivas para ti misma, sino que piensa en hacer todo el bien de verdad que puedas. Mira las contrariedades de la vida no según los particulares intereses inmediatos, sino que según lo que es bueno de verdad. El esfuerzo que uno considera realmente inútil cansa más que el que uno considera útil, independientemente de los resultados aparentes, que uno seguirá mirando generosamente.

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