Problema en relación de pareja (estabilidad y futuro)

En primer lugar me gustaría describir mi situación. Tengo 26 años y llevo casi un año y medio con mi pareja. Él es 6 años menor que yo (tiene 20). Cuando nos conocimos yo no quería iniciar ninguna relación y no quería volver a creer en el amor, ni siquiera que alguien mucho más joven que yo sintiese todo lo que él me demostraba. Con el paso del tiempo vi que era real, se preocupaba siempre por mí, me demostraba ganas de verme, que yo le gustaba demasiado, todo su entorno le decía que había cambiado (el jamás ha estado saliendo con ninguna otra ni se había enamorado), jamás dejaba una discusión a medias y hacía todo por solucionarlo al momento. No soportaba estar disgustado conmigo, podría mandarme mil mensajes hasta arreglarlo. A día de hoy y después de mil discusiones, yo sigo queriéndole y pienso que el a mí también pero creo que tenemos una concepción muy diferente sobre qué es una pareja. Él trabaja de lunes a viernes y madruga mucho. Yo estudio unas oposiciones y todo estoy alejada de mis amigas y todo el día en casa estudiando. Hablamos a lo largo del todo día y nos contamos todo pero siento que apenas tiene tiempo para mí, es decir, para mí mi prioridad después de estudiar es él. A mi me gusta salir y estar con mis amigas y yo quiero que él haga lo mismo pero la situación no es así. Apenas me saca un rato de tiempo entre semana para vernos y casi siempre tengo que acompañarle a sus quehaceres, pero no me importa porque al fin y al cabo paso tiempo con él. El problema es cuando llega el fin de semana, sus dos días libres. Si hay alguna fiesta en el pueblo o en los alrededores el tiene que ir a esa fiesta. Yo tengo que conformarme con verle la tarde-noche del viernes casi siempre. Con suerte algunos fines quedamos y hacemos algún otro plan pero casi siempre sale de mí. La rabia que me da es que yo saco un tiempo que debería dedicar al estudio para pasar tiempo y hacer cosas con él que mantengan la relación, pero para él parece que lo primero es irse a la fiesta que haya y luego pues ya quedar cuando sea conmigo. La situación me desespera porque son todos los fines de semana y yo no puedo más. Me siento más como un "rollete" que como su pareja. Ayer volvimos a discutir por esto mismo y él me dice que soy una niña pequeña por estos comportamientos, que a el le apetece salir, que yo no veo todo lo que hace por mí, que tiene 20 años, etc. Etc. Pero yo sigo pensando lo mismo. Para mí lo normal después de toda una semana trabajando y tener dos días libres lo que me apetece es pasar tiempo con mi pareja y con mis amigos, pero siento que siempre voy lo último. Que lo primero para él son las fiestas y luego un rato para mí. Le he dejado porque me hace sentir que no le importo, que lo que le apetece es salir (hasta las 7 u 8 de la mañana además cada fiesta) y encima su actitud es de pasotismo hacía mí y para hacerme sentir mal y que piense que la que hace las cosas mal soy yo. No sé si alguien ha vivido algo parecido pero bajo mi punto de vista él es un egoísta que solo piensa en lo que le apetece hacer y que yo me amolde o me aguante y listo. Me gustaría ver que ocurriría si fuese al revés. Quizás sea cierto eso de que no se valoran las cosas hasta que se pierden. Pero yo llevo ya muchos meses así, lo he hablado con él mil veces y ya creo que es que lo que es así no se puede cambiar. Quizás he tomado la decisión más acertada alejándome de él por mucho que me duela y por sacrificar los buenos momentos, pero siento que no puedo seguir así cada semana y viendo y sintiendo que cada vez le importo menos. No sé si alguien compartirá su opinión respecto a mi situación pero al menos siento el desahogo de escribirlo.

1 Respuesta

Respuesta

Fíjate amiga Car, para que una relación funcione bien deben darse varios factores tales como amor, respeto e intereses en común. Se nota que la diferencia de edad entre ustedes es un problema. Puede que él te vea más como una madre que como su pareja sentimental y los sentimientos estén distorsionados. Necesitas un hombre de más edad que tú, con madurez física y emocional. No te aferres a una relación que no funciona y donde no hay un 50% de cada uno. Los intereses de ese joven han cambiado, se ha acostumbrado a ti por algunos beneficios que logra pero en lo más profundo de la relación no siente un compromiso como debe tener una pareja que lucha por objetivos comunes.

El compromiso exige esfuerzo y espíritu de sacrificio. Hay que estar dispuesto a dejar a un lado las preferencias personales para complacer al otro. Desde luego, hoy día son pocos los que ceden a los deseos de alguien sin esperar nada a cambio. Algunos hasta lo consideran totalmente inadmisible. Lo habitual es preguntarse: “¿Y qué gano yo con eso?”. Pero piensa: ¿Cuántas personas egoístas conoces tú que tengan una relación de pareja realmente feliz? Seguramente muy pocas, por no decir ninguna. ¿Y por qué? Porque quienes solo piensan en sí mismos no suelen permanecer con su pareja cuando es necesario sacrificarse, especialmente si creen que las pequeñas concesiones que quizás deban hacer no les reportarán beneficios inmediatos. No importa cuánto romanticismo hubiera al principio: si no hay verdadero compromiso, el amor terminará enfriándose. Eso es lo que veo entre ustedes.

La Biblia es realista y reconoce que estar casado supone mucho esfuerzo. Señala que “el hombre casado se inquieta por las cosas del mundo, en cuanto a cómo ganar la aprobación de su esposa” y que “la mujer casada se inquieta por las cosas del mundo, en cuanto a cómo ganar la aprobación de su esposo” (1 Corintios 7:33, 34). Por desgracia, aunque estemos dispuestos a hacer sacrificios, no siempre somos capaces de comprender las preocupaciones de nuestra pareja o de valorar lo que hace por nosotros. Si ustedes no se demuestran cuánto se aprecian, es muy probable que sufran mayor “tribulación en la carne” (1 Corintios 7:28).

Para que ustedes puedan superar los malos momentos y se fortalezca durante los buenos, es vital que ambos vean su relación como algo duradero. Necesitas apartar tiempo a solas, fuera de la casa, para examinar con cuidado lo positivo y lo negativo de la relación. Haz dos listas, luego compáralas para que veas los resultados. Al final, si te parece que son más los puntos negativos que los positivos, tienes que tomar una decisión radical para lograr tu felicidad sin él.

Añade tu respuesta

Haz clic para o

Más respuestas relacionadas