Vomito con sangre

Quisiera que me ayudara, mi madre tuvo malestar estomacal vomitó y el ultimo vomito fue sangre. Estoy realmente preocupada en que puede repercutir esto en su salud. Agradezco sus comentarios
Gracias
Adriana

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Hematemesis es la expulsión de sangre por la boca, en forma de vómito, procedente del aparato digestivo.
Cualquier lesión del aparato digestivo, desde la boca hasta los intestinos, puede desencadenar una hematemesis. Por ejemplo, en los abusadores de alcohol, las cicatrices en el hígado hacen que las venas esofágicas se dilaten, formándose varices (como las de las piernas) que son fáciles de romper. Los problemas en el órgano no se manisfiestan en primera instancia, si no que también puede ser un daño que aumenta con el paso del tiempo y también se produce en caso de úlcera péptica cuando ésta toca un vaso sanguíneo o erosiona profundamente la pared del estómago (úlcera gástrica) o duodeno (úlcera duodenal).
La hematemesis es una urgencia médica. El origen de la lesión debe detectarse y corregirse a la mayor brevedad. También debe reponerse la sangre perdida en caso necesario.
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http://es.wikipedia.org/wiki/Hematemesis
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Ella tiene 62 años, y le diagnosticaron Ulcera Gástrica pero es primera vez que presenta estos síntomas. No ingiere bebidas alcohólicas y es diabética. ¿Con este cuadro puede complicarse la enfermedad?
¿Qué debe comer o tomar mientras va al medico?
¿Qué exámenes se recomiendan con estos síntomas?
Gracias
Úlcera Gástrica
¿Qué es?
La úlcera gástrica supone una erosión que ocurre en las paredes del estómago. La úlcera péptica es una destrucción a modo de erosión de la pared interna del intestino o el estómago que va excavándose progresivamente y atravesando las distintas capas pudiendo llegar a perforar totalmente la víscera. Esta lesión puede ocurrir en diversas localizaciones del aparato digestivo pero lo más frecuente es que asiente en el duodeno o el estómago.
La incidencia de la Úlcera gástrica es similar en ambos sexos y suele aparecer con más frecuencia entre los 50 y 60 años de edad.
Su evolución suele llevar a la cicatrización espontánea y posteriormente a la aparición de recurrencias, siendo el 80-90% de estas recaídas en los dos años posteriores al primer episodio. Las úlceras suelen ser más grandes y profundas que las úlceras duodenales y gracias a las medidas terapéuticas actuales el pronóstico suele ser bueno habiéndose reducido claramente las complicaciones.
¿Cómo se produce?
En general la aparición de la úlcera suele responder a un desequilibrio entre los factores que suponen una agresión para el revestimiento interno del estómago y las defensas de las que cuenta dicho revestimiento. Como consecuencia de el desequilibrio a favor de los factores agresores se da lugar a una erosión en la mucosa digestiva lo que conlleva la muerte de las células que forman esa capa (necrosis) y aparición de una respuesta inflamatoria mediada por el sistema inmune en un intento por controlar la agresión que producirá a su vez una mayor agresión celular. Esto puede llegar a ocasionar varias complicaciones como la hemorragia digestiva, la perforación del estómago con posterior peritonitis o la obstrucción del paso del alimento del estómago al intestino a través del píloro.
Existen varios factores que van a favorecer ese disbalance. El factor más importante parece estar asociado a una bacteria que anida con frecuencia en el estómago y el duodeno denominado Helicobacter Pylori, el cual se encuentra en el 70% de estas úlceras, aunque no todas aquellas personas que tienen esa bacteria desarrollan la enfermedad, lo que sugiere que pueden existir otros factores asociados a la bacteria en la génesis de esta patología.
Los Antiinflamatorios No Esteroideos o AINEs (aspirina, diclofenaco, naproxeno, piroxicam, etc.) también parecen relacionarse con el desarrollo de la úlcera gástrica, con mayor frecuencia que en el caso de la úlcera duodenal, especialmente en aquellos en los que además tomas corticoides o han presentado previamente algún episodio de úlcera péptica.
Otros factores involucrados en la generación de la úlcera incluyen el consumo del tabaco o en pacientes con acidez gástrica aumentada (por ejemplo el Síndrome de Zollinger-Ellison). Algunos casos se denominan como idiomáticos debido a que no se puede demostrar una causa clara. A veces la presencia de una úlcera pone de manifestación un tumor gástrico subyacente.
El estrés o el café en principio no se consideran como factores de asociación clara con la generación de úlceras duodenales, sin embargo el consumo excesivo de alcohol de forma mantenida puede favorecer la aparición de úlceras.
Existen tres tipos de Úlcera gástrica: Tipo I (localizadas únicamente en el estómago), Tipo II (localizadas en estómago y que se asocian a otra úlcera en el duodeno) y Tipo III (localizadas en la región del estómago inmediatamente antes del píloro que es la válvula del estómago que regula el paso de alimento hacia el intestino.
Sintomatología
El síntoma predominante es el dolor abdominal localizado en la región superior del abdomen que aparece entre 2 y 3 horas tras la comida y que suele aliviar con la ingesta, especialmente leche, o la administración de antiácidos. Suele empeorar en situaciones en las que hay más ácido gástrico, como en el ayuno. Clásicamente se hacía referencia a un dolor de las mismas características que aparecía por la noche entre las 12h y las 3h de la madrugada despertando al paciente. Sin embargo la sintomatología de la úlcera gástrica sigue un patrón típico menos frecuentemente que en las úlceras duodenales.
Otros síntomas acompañantes incluyen náuseas, vómitos (con mayor frecuencia que la úlcera duodenal), pérdida de peso, sensación de acidez en el estómago, pérdida de apetito entre otros.
Si existen complicaciones como la hemorragia digestiva ésta puede mostrarse de forma indolora con aparición de heces negras o sanguinolentas, palidez, hipotensión y shock. En el caso de perforación puede añadirse un dolor abdominal súbito, muy intenso, seguido de peritonitis, hipotensión y shock. Por ello cualquier cambio en las características del dolor debe poner en sobre aviso y sospechar una posible complicación. En ocasiones pueden aparecer vómitos continuos con gran distensión del abdomen por obstrucción al paso de alimentos a nivel del píloro.
En ocasiones la úlcera gástrica se manifiesta de forma asintomática, lo que ocurre con cierta frecuencia, especialmente en las recurrencias.
Diagnóstico
La exploración física suele ser normal aunque a veces puede revelar dolor a la palpación en la región superior del abdomen. El examen físico puede reflejar la existencia de complicaciones como la presencia de palidez cutánea lo que sugiere una hemorragia, la palpación de un abdomen rígido como "una tabla" reflejará la existencia de una perforación con peritonitis, o en ocasiones una gran distensión abdominal dolorosa sin ruidos abdominales en la auscultación puede poner en evidencia una obstrucción pilórica. La exploración física puede evidenciar también signos de enfermedades asociadas, en especial cardíacas, respiratorias o hepáticas que aumentan el riesgo de complicaciones quirúrgicas en estos pacientes.
Las pruebas diagnósticas empleadas para el diagnóstico de la úlcera gástrica son similares a la de origen duodenal, la más utilizada incluye la Endoscopia que consiste en un tubo flexible que se introduce por la boca o nariz con un material de fibra óptica en su extremo que hace de cámara de video y que es trasladada a una televisión donde es valorada por el especialista que maneja el endoscopio. Es una prueba muy fiable y permite visualizar la úlcera, tomar muestras para analizar e intervenir de forma terapéutica en caso de complicaciones como la hemorragia digestiva cerrando el punto de sangrado.
Otras pruebas implican el uso de medios de contraste y posteriormente radiografías seriadas permitiéndonos observar imágenes características que sugieran la presencia de una úlcera, tiene el inconveniente de que no permite tomar muestras ni emplear medidas terapéuticas. Otras pruebas radiológicas como el TC (scanner) o la Ecografía de Abdomen se usan en ocasiones para detectar complicaciones.
El diagnóstico de infección por Helicobacter Pylori se puede realizar de múltiples maneras, la forma más fiable supone la toma de una muestra de la úlcera y la realización posterior de una prueba de ureasa sobre ella, o bien la observación al microscopio o su cultivo. Otras pruebas de detección de Helicobacter Pylori incluyen el estudio sexológico y el test de la urea con Carbono radiactivo en aliento, aunque esta última se emplea preferiblemente tras el tratamiento de erradicación de la bacteria para valorar si ha sido efectivo.
El análisis de sangre suele ser normal, en caso de complicaciones puede detectarse anemia por sangrado digestivo o signos de infección severa por perforación. A veces se puede emplear un estudio de acidez gástrica, donde la presencia de una cantidad de ácido gástrico disminuida con evidencia de una úlcera puede indicar el diagnóstico de un tumor.
Tratamiento
En general es importante saber que las úlceras gástricas tardan más en cicatrizar que las duodenales.
La dieta debe ser blanda, evitar alcohol y aquellos alimentos que desencadenen los síntomas. Los fármacos involucrados suelen ser los antisecretores, antiácidos y protectores de la mucosa, donde existen múltiples tipos. Los más potentes conocidos son los antisecretores de la familia de los Inhibidores de la Bomba de Protones como el omeprazol, pantoprazol y lansoprazol que actúan las 24 horas y se deben ingerir media hora antes de la ingesta una vez al día u ocasionalmente dos. Los antagonistas de los receptores H2 son también inhibidores de la secreción ácida, incluyen la ranitidina, famotidina, cimetidina entre otros. Algunos antiácidos como el hidróxido de aluminio o de magnesio no son antisecretores pero ayudan a neutralizar el ácido aliviando el dolor y deben tomarse una hora tras las comidas. Los protectores de la mucosa como el sucralfato o el bismuto también pueden ser usados aunque pueden interferir con otros fármacos. Existen algunos fármacos que tienen propiedades de protección de la mucosa y antisecretoras, son la Prostaglandinas como el misoprostol.
En el caso de úlcera activa y demostración de infección por el Helicobacter Pylori se debe comenzar con el tratamiento erradicador de la bacteria mediante la combinación de múltiples fármacos. Los más usados son la combinación de omeprazol, amoxicilina y claritromicina. También se puede usar ranitidina bismuto, metronidazol, o tetraciclinas. Este tratamiento persigue el evitar las recidivas y acelerar la cicatrización de la úlcera.
En casos refractarios al tratamiento médico y muy recidivantes se puede elegir la cirugía programada mediante la sección de los nervios implicados en la estimulación de secreción ácida, o bien la resección de una parte del estómago. En caso de complicaciones severas puede ser necesaria la cirugía urgente.
Medidas Preventivas
En general la dieta debe evitar el alcohol, y las comidas que sienten mal. Se debe dejar el hábito tabáquico y tener mucha precaución en el uso de antiinflamatorios no esteroideos que deben ser consumidos por una indicación clara y valorado por su médico.
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