Sueños

Te explico:
Ultima mente (hace 3 años aproximadamente) sueño que estoy encerrado y me levanto de la cama buscando una salida ( eso dormido), dando golpes en las paredes o abriendo la ventana, una vez rompí la persiana porque la empuje hacia arriba. Normalmente me despierto cuando veo luz o alguien me despierta (como es el caso de mi novia, que ya se a pegado un par de sustos con migo).
Esto me pasa 3-4 veces al año, más o menos.
¿A qué puede ser debido? ¿Y qué puedo hacer para no soñar con eso?
Porque yo no e sido sonámbulo nunca, asta que he empezado a soñar que estoy encerrado y no encuentro salida.
Gracias por su respuesta.

2 Respuestas

Respuesta
1
Sabes quizá lo que sueñas es por es estrés o en algunas ocasiones los problemas pueden ocasionar esto, porque lo que sueñas es que te sientes encerrado y quieres salir, quizá lo que tu inconsciente te quiere decir es que te sientes encerrado por los problemas o preocupaciones y quieres salir, piensa en los días que has soñado, ¿has estado preocupado? ¿O te has sentido encerrado? Sea por problemas o estrés.
Cuando te sientas así, solo trata de expresarlo, eso te ara sentirte más tranquilo, es bueno hablarlo, porque de lo contrato soñarías que estas encerrado y te paras para buscar una salida, y despiertas y ves que realmente te levantastes, yo creo que en la vida real te sientes así, y en el sueño buscas una salida, solo pon atención a tu vida y lo que sientes trata de eliminar las tensiones y preocupaciones y una panera de hacerlo es expresándolo una y otra vez.
Respuesta
-1
Los sueños no los podemos controlar. Lo más probable es que en tu inconsciente quedara alguna imagen de la vigilia que te hiciera soñar con las cosas que dices. Estas cosas son TOTALMENTE NORMALES durante el sueño.
Yo creo que la interpretación de los sueños no es relevante en tu caso, porque no padeces ninguna enfermedad y no debes darle más vueltas a los sueños. Lo que sí debería hacer es preocuparte por tu vida de vigilia. Hacer cosas buenas y positivas en tu vida.
Te puedo proporcionar algunos consejos para dormir bien:
1)No tomes drogas, ni fumes, ni tomes productos dañinos para la salud (somníferos, antidepresivos u otros medicamentos).
2)Procura reservar para el sueño al menos 8 horas al día
3)Procura no programarte para justo antes de dormir cosas que reclaman mucho esfuerzo mental: contestar e-mails, trabajos con el ordenador o similares. Procura leer algún libro, pasear, oír música o charlar con alguien 30 minutos antes de dormir.
4)No bebas mucho líquido antes de ir a dormir.
5)Procura dormir en un sitio silencioso y con suficiente oscuridad y ventilación
6)Si sueñas, no te preocupes, es normal soñar cosas como las que describes. Si te despiertas por la noche, ves al lavabo y vuelve a la cama.
7)Tienes que tener la conciencia tranquila. No ser un ladrón, un estafador, o cualquier otra cosa que te causa una tensión psíquica. Por la noche tu psique no acepta las obras que hiciste durante el día y se "rebela" con agitaciones y temores. Por tanto tienes que disfrutar de la vida, sentirte orgulloso contigo mismo. Ser útil a los demás, ayudar a construir un mundo mejor, ser trabajador, ser generoso, ser solidario, te ayudarán a sentirte a gusto contigo mismo. También es importante salir un poco de sí mismo, de nuestros problemas, de nuestras enfermedades, de nuestros temores, etc. Y PREOCUPARSE POR LOS DEMÁS. Escuchar a los que tienen problemas y ayudar a los que lo necesitan.
Te recomiendo que visites www.interrogantes.net y www.encuentra.com Te formarás bien y te capacitarás para afrontar tu vida con criterios rectos y justos.
Un cordial saludo,
Nota: Te adjunto unas lecturas que me van muy bien para antes de dormir. Si quieres recibir lecturas similares cada día en tu e-mail, dímelo y te diré la dirección donde las puedes conseguir.
El novio está con ellos
Lectura del santo evangelio según san Marcos 2, 18-22
En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús:
-«Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?»
Jesús les contestó:
-«¿Es qué pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar.
Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día si que ayunarán.
Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos. » Palabra del Señor
Para meditar:
"Un acto de bondad en sí mismo es un acto de felicidad" (Conde Maurice Maeterlinck)
Para leer:
El regalo de los reyes magos
Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
- ¿Papá?
- Sí hija, cuéntame.
- Oye quiero... que me digas la verdad.
- Claro hija. Siempre te la digo.- Respondió el padre un poco sorprendido.
- Es que...- titubeó Elenita.
- Dime hija, dime.
- Papá, ¿existen los Reyes Magos?
El padre de Elenita quedó en silencio y miró a su mujer intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
La nueva pregunta de Elenita le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no se, papá, que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tu no me engañas, pero como las niñas dicen eso...
- Mira hija efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero...
- ¿Entonces es verdad?-, cortó la niña con los ojos humedecidos.- ¿¡Me habéis engañado!?
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen,- respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Elenita.
- Entonces no lo entiendo papá.-
- Siéntate, cariño, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla.- Dijo el padre mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.
Elenita se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto y el Niño se puso tan contento, y parecía tan feliz, que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo para hacerles tan felices como a él.
- ¡Oh, sí! - Exclamó Gaspar.- Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer.
No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito...
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su sueño.
El Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños del mundo?
- ¡Oh, Señor!- Dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño, que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero... no podemos tener tantos pajes. No existen tantos.
- No os preocupéis por eso - dijo Dios - yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! ¿Pero cómo es posible? - Dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben de querer mucho a los niños?- Preguntó Dios.
- Sí claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿Verdad qué esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños para saber que regalo es el que más le conviene a cada niño?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje - respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes, ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.
Cuando el padre de Elenita hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.
Ánimo. Espero haberte ayudado. Si quieres consultarme algo más no dudes en hacerlo.
Un cordial saludo con mis mejores deseos para tu felicidad.
Hola (xxxxxx):
Los sueños no los podemos controlar. Lo más probable es que en tu inconsciente quedara alguna imagen de la vigilia que te hiciera soñar con las cosas que dices. Estas cosas son TOTALMENTE NORMALES durante el sueño.
Yo creo que la interpretación de los sueños no es relevante en tu caso, porque no padeces ninguna enfermedad y no debes darle más vueltas a los sueños. Lo que sí debería hacer es preocuparte por tu vida de vigilia. Hacer cosas buenas y positivas en tu vida.
Te puedo proporcionar algunos consejos para dormir bien:
1)No tomes drogas, ni fumes, ni tomes productos dañinos para la salud (somníferos, antidepresivos u otros medicamentos).2)Procura reservar para el sueño al menos 8 horas al día3)Procura no programarte para justo antes de dormir cosas que reclaman mucho esfuerzo mental: contestar e-mails, trabajos con el ordenador o similares. Procura leer algún libro, pasear, oír música o charlar con alguien 30 minutos antes de dormir.4)No bebas mucho líquido antes de ir a dormir.5)Procura dormir en un sitio silencioso y con suficiente oscuridad y ventilación6)Si sueñas, no te preocupes, es normal soñar cosas como las que describes. Si te despiertas por la noche, ves al lavabo y vuelve a la cama.7)Tienes que tener la conciencia tranquila. No ser un ladrón, un estafador, o cualquier otra cosa que te causa una tensión psíquica. Por la noche tu psique no acepta las obras que hiciste durante el día y se "rebela" con agitaciones y temores. Por tanto tienes que disfrutar de la vida, sentirte orgulloso contigo mismo. Ser útil a los demás, ayudar a construir un mundo mejor, ser trabajador, ser generoso, ser solidario, te ayudarán a sentirte a gusto contigo mismo. También es importante salir un poco de sí mismo, de nuestros problemas, de nuestras enfermedades, de nuestros temores, etc. Y PREOCUPARSE POR LOS DEMÁS. Escuchar a los que tienen problemas y ayudar a los que lo necesitan.
Te recomiendo que visites www.interrogantes.net y www.encuentra.com Te formarás bien y te capacitarás para afrontar tu vida con criterios rectos y justos.
Un cordial saludo,
Nota: Te adjunto unas lecturas que me van muy bien para antes de dormir. Si quieres recibir lecturas similares cada día en tu e-mail, dímelo y te diré la dirección donde las puedes conseguir.
El novio está con ellos Lectura del santo evangelio según san Marcos 2, 18-22En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús:-«Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?»Jesús les contestó:-«¿Es qué pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día si que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos. » Palabra del Señor Para meditar: "Un acto de bondad en sí mismo es un acto de felicidad" (Conde Maurice Maeterlinck) Para leer: EL REGALO DE LOS REYES MAGOS Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo: - ¿Papá? - Sí hija, cuéntame. - Oye quiero... que me digas la verdad. - Claro hija. Siempre te la digo.- Respondió el padre un poco sorprendido. - Es que...- titubeó Elenita. - Dime hija, dime. - Papá, ¿existen los Reyes Magos? El padre de Elenita quedó en silencio y miró a su mujer intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente. - Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad? La nueva pregunta de Elenita le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo: - ¿Y tú qué crees, hija? - Yo no se, papá, que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tu no me engañas, pero como las niñas dicen eso...- Mira hija efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero... - ¿Entonces es verdad?-, cortó la niña con los ojos humedecidos.- ¿¡Me habéis engañado!? - No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen,- respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Elenita.- Entonces no lo entiendo papá.- - Siéntate, cariño, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla.- Dijo el padre mientras señalaba con la mano el asiento a su lado. Elenita se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos: Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto y el Niño se puso tan contento, y parecía tan feliz, que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo: - ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo para hacerles tan felices como a él.- ¡Oh, sí! - Exclamó Gaspar.- Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo. Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría comentó: - Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito... Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su sueño. El Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal: - Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños del mundo? - ¡Oh, Señor!- Dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño, que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero... no podemos tener tantos pajes. No existen tantos.- No os preocupéis por eso - dijo Dios - yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo. - ¡Sería fantástico! ¿Pero cómo es posible? - Dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración. - Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben de querer mucho a los niños?- Preguntó Dios. - Sí claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes. - Y, ¿Verdad qué esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños para saber que regalo es el que más le conviene a cada niño?- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje - respondieron cada vez más entusiasmados los tres. - Pues decidme, queridos Reyes, ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres? Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando cuando la voz de nuevo se volvió a oír: - Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices. Cuando el padre de Elenita hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo: - Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado. Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.

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