Para que se pueda transmitir el VIH, se tienen que dar tres circunstancias de forma simultánea: 1. Persona con VIH y con carga viral detectable. 2. Cantidad perceptible y evidente de fluido infeccioso reciente. 3. Puerta de entrada: mucosas (relaciones sexuales) o herida abierta y profunda (compartir jeringuillas). Las prácticas de riesgo para el VIH son, las penetraciones anales y vaginales y el sexo oral activo, cuando se hacen sin preservativo o con rotura o mal uso del mismo, así como compartir material de inyección con personas que tengan VIH. Los fluidos con capacidad para transmitir el VIH son: sangre, semen, fluidos vaginales y la leche materna en el caso de los lactantes. Los demás fluidos del organismo, no tienen capacidad infecciosa: orina, saliva, lágrimas, sudor, mucosidades, heces (siempre que no vayan acompañados de sangre).