El motor parece que patine cuando presiono fuerte el acelerador

Voy a ver si consigo explicar bien cual es el problema.

Tengo un coche con motor 1.8T (180 cv) que me ha dado algún problema con la mariposa de la admisión (no sé si tendrá algo que ver). La cuestión es que desde hace un tiempo me pasa que, por ejemplo, yendo en carretera en 5ª a 120, he tenido que adelantar, he acelerado a tope, y el coche como que de momento se queda retenido (como si hubiera cortado inyección) y a la que levanto el pié del acelerador, y vuelvo a acelerar con menos brusquedad, aumenta tranquilamente, aunque huele un poco a quemado... Esto me pasa con diferentes marchas y a diferentes velocidades, es un poco como si patinara y le costara cogerse, aunque si es cierto que el olor a quemado solo lo he notado con marchas altas.

Hay veces que incluso saliendo de una curva en segunda, acelerando a tope, empieza a subir bien, pero al poco de estar acelerando me hace esa "parada", levanto el pie, vuelvo a apretar (sin darle a fondo), y sigue yendo con tranquilidad.

Espero haberme explicado bien o, al menos, haberme hecho entender.

Gracias de antemano a aquellos que sepáis un poco de esto, y dedicáis vuestro tiempo a echarnos un cable a los que no.

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Es el embrague.

Así que a continuación, voy a informarte sobre los distintos tipos de síntomas que podemos percibir relacionados con el sistema de embrague y el significado que tienen, de esta forma podrás detectar una posible avería del sistema con la suficiente antelación y evitar así un disgusto mayor.

E igualmente, de la misma forma que el médico de turno posee unas herramientas para poder detectar la enfermedad que padecemos a través de los síntomas, también te mostraremos una forma fácil de descubrir si nuestro coche sufre de alguna enfermedad del sistema de embrague.

Deslizamiento

Se manifiesta cuando el motor sube de vueltas pero el coche no gana la velocidad que debería conforme a ese régimen de subida. Como se dice popularmente, lo que ocurre es que el embrague patina, por lo que aunque el motor aumente su régimen de giro, dicha velocidad no llega a la transmisión y coche no incrementa su velocidad.

Esta situación suele notarse sobre todo en sitios donde demandamos un extra de potencia, como un adelantamiento o una subida, y se refleja más cuanto más larga sea la marcha y más pisemos el pedal del acelerador. Así que tan pronto detectes este síntoma, hasta llegar a un taller, hay que conducir con suavidad, sin abusar del acelerador, a menos de 100 Km/h si es posible, para evitar acelerar el desgaste y haciendo las aceleraciones con cuidado; más vale que nuestro coche tarde en acelerar a que no acelere.

Olor a quemado

Cuando la temperatura del embrague aumenta demasiado, ya sea por conducir agresivamente o por dejar el pie apoyado en el pedal, los revestimientos se pueden sobrecalentar y comenzar a arder, desprendiendo un olor peculiar. Si no hay ninguna oportunidad de que el embrague se enfríe, se puede arruinar el volante y/o el plato de presión.

Ruidos

Un ruido extraño es la pesadilla de todo conductor, más aún si no tenemos ni idea de donde puede provenir y si está relacionado con una posible avería de importancia. El embrague no es una excepción, y éste puede avisarnos de algún fallo dependiendo del tipo de ruido que transmite:

  • Sonido de rozamiento cuando embragamos: puede significar que el mando de transmisión no está bien ajustado o no ha sido bien instalado.

  • Chirrido al mantener pisado el embrague: si se trata de un crujido, lo más probable es que se trate del desgaste de la rótula de la horquilla de embrague, mientras que si se trata de un sonido similar al que produce un grillo, se está desgastando en exceso el rodamiento de empuje.

  • Ruido que aumenta al pisar lentamente el pedal: se detecta también al ir a velocidades bajas o aparcando en marcha atrás y suele indicar la necesidad de reemplazar el collarín.

  • Ruido en punto muerto: generalmente desaparece cuando pisamos lentamente el pedal de embrague sin acelerar. Aquí es probable que se trate también de un deterioro de la horquilla de embrague.

  • Incapacidad para desembragar tras embragar de forma ruidosa: suele producirse por embragar siempre a muy altas revoluciones, lo cual desgasta el amortiguador del disco hasta quedar completamente destruido.

Problemas con el cambio de marchas

Suelen deberse también a varias causas y evidentemente son fácilmente detectables, ya que nos costaría más de la cuenta engranar la marcha que queremos y el cambio vendría acompañado de un molesto ruido. Normalmente, el problema suele derivarse de una fuga en el sistema hidráulico del embrague o de algún enlace mecánico mal ajustado.

Prueba para saber si nuestro embrague está gastado

A parte de todos estos síntomas que se pueden manifestar a consecuencia de un embrague en mal estado, tenemos la posibilidad de comprobar el estado de nuestro embrague a través de una sencilla prueba que te detallamos a continuación.

Con el coche parado y el freno de mano puesto, engranamos una marcha intermedia –3ª ó 4ª– y vamos soltando poco a poco el embrague a la vez que aceleramos. Si el coche ha tardado mucho tiempo en calarse, entonces es mal síntoma y nuestro embrague está desgastado. Ten en cuenta también que no es recomendable abusar de esta prueba, ya que podrías dañar el volante motor del embrague a causa de un recalentamiento.

Como habrás comprobado, existen numerosos síntomas que nos pueden indicar que el embrague de nuestro vehículo está defectuoso, siendo lo peor de todo que en este tipo de reparaciones lo más aconsejable es sustituir por completo el sistema en vez de la pieza dañada, ya que el coste de la mano de obra es elevado por la cantidad de horas que conlleva, así nos evitaremos el volver al taller en un largo periodo de tiempo.

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