Características del semen humano
El volumen promedio de semen de una eyaculación es de 2 a 4 mililitros, con un máximo de 5 ml tras un periodo de abstinencia de 3 a 7 días. 6 Depende mucho de la abstinencia sexual previa y del nivel de excitación durante la actividad sexual.
El cuerpo humano elimina por sí mismo el semen almacenado que no se evacúa mediante la estimulación de los genitales. Si no se eyacula durante un tiempo, se suelen producir poluciones nocturnas.
El color del semen es normalmente blancuzco o blanco lechoso o levemente amarillento, por las flavinas provenientes de la vesícula seminal. Si el líquido eyaculado presenta un color anaranjado o rojizo, es posible que contenga sangre, signo que se conoce como hematospermia, que puede indicar un trastorno urológico.
El semen suele tener una consistencia de coágulo, debido a la facilidad de solidificación que posee gracias al fosfato de espermina y otras proteínas similares al fibrinógeno. Es frecuente la aparición de grumos más sólidos, pero ello no es indicativo de ninguna clase de problemas.
El olor es peculiar y variable en cada individuo, en función de múltiples factores. Se trata de características que incluyen un fuerte componente subjetivo y emocional. Para unas personas es desagradable y para otras es excitante. Algunas personas reconocen un leve sabor dulce y afrutado, debido a las proteínas alcalinas. El aroma puede ser muy intenso.
El pH del semen es de alrededor de 7,5. Esta ligera alcalinidad favorece a los espermatozoides cuando se encuentran en la vagina, donde el pH es ácido.
Menos del 10% del volumen del semen de una eyaculación corresponde a los espermatozoides.
Más del 90% del volumen del semen de una eyaculación corresponde al líquido seminal.
La densidad normal de los espermatozoides en el semen varía de 50 a 150 millones por mililitro, por lo que cada eyaculación contiene entre 20 a 150 millones por centímetro cúbico de espermatozoides.
El semen humano no ha sido motivo todavía de una utilización industrializada de sus propiedades (como si lo ha sido, por ejemplo, la placenta).
Entre los componentes del sémen están la glucosa y algunas proteínas; sin embargo, la ingestión de semen difícilmente pueda producir aumento de peso. Para hacerlo habría que ingerir cantidades muy grandes cotidianamente; de otro modo, las cantidades ingeridas son ínfimas como para advertirse en el metabolismo de una persona.