Hola. Llevo cinco años casada con mi segunda pareja y tengo un niño . Hasta ahora nuestra relación ha ido bastante bien. Hemos tenido algún problema debido a que mi marido es una persona muy susceptible y se ofende fácilmente, pero han sido episodios aislados. Esto cambio hace unos meses. Un hermano suyo que estaba pasando por un proceso de divorcio y que estaba bastante alterado, la tomo conmigo porque mantenía buenas relaciones con su ex-mujer. Me ataco verbalmente en varias ocasiones, y cuando le explique a mi marido que no quería tener más trato con su hermano, este se altero mucho y se puso en contra mía. Ademas su hermano tuvo varias conversaciones con el, obviamente desprestigiandome a mi. Fue una gran crisis, que dude varias veces poder superar, a pesar de los cinco años de paz.
Ahora han pasado tres meses y aunque parecía que todo volvía a la normalidad, he observado que todo lo que hablo irrita a mi marido. No puedo expresar una opinión personal, no puedo gastar una broma, no puedo decir si el niño lleva mucha o poca ropa, etc. El otro día sin ir más lejos se enfado porque no le gusto que al contestarle al teléfono, dijera "dime". He hablado con el, y la respuesta que he conseguido, es que el no se irrita por lo que yo digo, pero es que sabe que cada vez que hablo, estoy buscando la manera de fastidiarlo. Según el busco crear situaciones de tensión y enfados, con el objetivo de llegar a una separación. Le aseguro que en ningún momento es mi intención tal cosa. Empiezo a pensar que sufre algún tipo de obsesión por algo de lo que le haya dicho su hermano. No tengo claro que quiero hacer. Es mi segundo matrimonio y no estoy dispuesta a aguantar otra vez. Siento que tengo que pensar cinco veces las cosas antes de hablar y aun así meto la pata. Y tampoco estoy dispuesta a permanecer en silencio. ¿Es posible que la actitud de mi marido sea un trastorno de algún tipo? El ya estuvo en tratamiento una vez por depresión . ¿seria aconsejable ir a terapia de pareja? ¿O seria preferible que acudiera a un psicólogo él? Aunque no se si lo podre convencer, porque según él, no tiene ningún problema. Muchas gracias por su atención
En primer lugar te felicito, porque te has sabido comportar como una mujer responsable y sensata. Por desgracia lo que te ha pasado a ti le pasa a más mujeres, casos literalmente iguales que el tuyo. La causa profunda del mal es una sociedad sin valores humanos, donde los "dioses" son el dinero, el poder y el sexo. Esos "dioses", como son falsos no satisfacen en absoluto al que los adora. Todo el aspecto psicológico y moral de la persona: su capacidad de amar, de sacrificarse, de ser amable, de ser responsable, de cumplir los compromisos personales, de ser fiel, de dominar sus instintos animales bajo la ley de la razón, etc queda reducido a cero. Es como si una escoba fuera utilizada barriendo con el palo, del revés. El orden justo y lógico es: primero Dios; segundo el hombre en sus potencias de hombre (inteligencia, voluntad, raciocinio, espiritualidad); tercero el hombre en sus potencias animales (comer, beber, dormir, sexo, adquisición de cosas materiales con dinero, etc.). Para ser felices, el tercero ha de estar sometido al segundo, y éste al primero. Por desgracia en nuestra sociedad hay gente como tu marido que es gobernado por el tercero, y el segundo y el primero no rigen a su persona. Estos son esclavos de lo menos valioso del hombre. Y por eso son infelices, porque son gobernados por lo que menos vale, y su inteligencia les dice que querrían liberarse de esta esclavitud, pero no pueden. Es como estar enganchado a drogas, tu mente quisiera hacer una cosa, pero su cuerpo les obliga a hacer otras. Para darte respuesta a tu pregunta, te diré que en primer lugar HAS DE CUIDARTE TU. Esto significa cuidar tu mente y tu cuerpo. Sé virtuosa: amable, simpática, paciente, optimista, solidaria, respetuosa con los demás, sencilla, etc. Nunca te muevas de ese camino de perfección personal tuyo. Los vaivenes de la vida de otras personas, de tu marido, de tus padres, de tus hijos, de algún pariente o de cualquier otro no han de influir en tu deseo de mejora personal. Es un reto tuyo contigo misma, no lo olvides. También cuida tu cuerpo. Come y duerme saludablemente. A los demás no les vas a poder curar nunca. Ellos ya son adultos y nadie (ni siquiera tu) va a poder curarlos de nada si ellos no desean primero curarse. Las relaciones que se vayan produciendo con esas personas en el futuro ya se verán en su momento. Ahora no se puede predecir el futuro. En el momento adecuado, la persona bien formada y equilibrada (que habrás de ser TÚ) tomará las decisiones adecuadas. El primer y más importante objetivo eres tú. Respétate como persona y que no te haga vacilar en la consecución de tus metas personales las caídas al fango de otras personas. Una vez garantizado eso, cuida de tus hijos, de tus familiares, de tus amigos y amigas, dales buenos ejemplos (más que palabras). Dales todos aquellos ejemplos que desearías que la mejor madre del mundo te diera a ti. Lo importante no es que les des regalos (materiales) caros. No hagas a tus hijos esclavos del dinero, del egoísmo, de la soberbia, de la vanidad, de la necedad. Enséñales a ser felices como eres tú, con las cosas buenas que tenemos todos los días a nuestro alrededor: el sol, el aire, la vida, la sonrisa de un niño, la capacidad de amar y ayudar... ESO ES LO QUE MÁS VALE, el desarrollo del espíritu. Lo material, con lo mínimo para vivir decentemente, es suficiente. Respeta a todo el mundo que se cruce contigo cada día en le camino de tu vida. No existen las casualidades. El Poderoso autor de la vida y de tu vida permite a veces males para que aprendamos a buscar los verdaderos bienes. Con esta experiencia de tu vida mejorarás como persona y puedes hacer felices a muchas personas de tu alrededor. A las personas que te molestan trátales siempre con amor, con respeto. Aunque una y otra vez te devuelvan mal por bien. No te rindas siempre dales bienes, no les pagues con la misma moneda que él usa contigo. Te recomiendo que frecuentes lecturas positivas para tu moral que te ayuden a ver la luz en esta sociedad tan oscura de valores y tan llena de odio, desamor, traición, soberbia, inmadurez y muerte. Te recomiendo que leas un libro que se llama:"Para Salvarte" de Jorge Loring. Si buscas allí te dará criterios sobre el matrimonio, los hijos y muchas otras cosas. Puedes visitar las páginas de internet: www.arconet.es/loring . También te recomiendo el catecismo de la iglesia católica que puedes adquirir en cualquier librería católica, que te dará formación para muchos temas tuyos, incluyendo la formación para tu hija y para la situación que estás viviendo ahora. Yo visito una página que se llama www.interrogantes.net que cuenta algunas cosas muy interesantes sobre nuestra sociedad a nivel mundial. También en http://www.crecimiento-personal.com/presentaciones_pps.htm verás consejos mu y útliles para tu vida. Sobretodo, lee cada día uno llamado "Solo por hoy". Un cordial saludo con mis mejores deseos para tu felicidad. Hola hilgllaves: En primer lugar te felicito, porque te has sabido comportar como una mujer responsable y sensata. Por desgracia lo que te ha pasado a ti le pasa a más mujeres, casos literalmente iguales que el tuyo. La causa profunda del mal es una sociedad sin valores humanos, donde los "dioses" son el dinero, el poder y el sexo. Esos "dioses", como son falsos no satisfacen en absoluto al que los adora. Todo el aspecto psicológico y moral de la persona: su capacidad de amar, de sacrificarse, de ser amable, de ser responsable, de cumplir los compromisos personales, de ser fiel, de dominar sus instintos animales bajo la ley de la razón, etc queda reducido a cero. Es como si una escoba fuera utilizada barriendo con el palo, del revés. El orden justo y lógico es: primero Dios; segundo el hombre en sus potencias de hombre (inteligencia, voluntad, raciocinio, espiritualidad); tercero el hombre en sus potencias animales (comer, beber, dormir, sexo, adquisición de cosas materiales con dinero, etc.).Para ser felices, el tercero ha de estar sometido al segundo, y éste al primero. Por desgracia en nuestra sociedad hay gente como tu marido que es gobernado por el tercero, y el segundo y el primero no rigen a su persona. Estos son esclavos de lo menos valioso del hombre. Y por eso son infelices, porque son gobernados por lo que menos vale, y su inteligencia les dice que querrían liberarse de esta esclavitud, pero no pueden. Es como estar enganchado a drogas, tu mente quisiera hacer una cosa, pero su cuerpo les obliga a hacer otras. Para darte respuesta a tu pregunta, te diré que en primer lugar HAS DE CUIDARTE TU. Esto significa cuidar tu mente y tu cuerpo. Sé virtuosa: amable, simpática, paciente, optimista, solidaria, respetuosa con los demás, sencilla, etc. Nunca te muevas de ese camino de perfección personal tuyo. Los vaivenes de la vida de otras personas, de tu marido, de tus padres, de tus hijos, de algún pariente o de cualquier otro no han de influir en tu deseo de mejora personal. Es un reto tuyo contigo misma, no lo olvides. También cuida tu cuerpo. Come y duerme saludablemente. A los demás no les vas a poder curar nunca. Ellos ya son adultos y nadie (ni siquiera tu) va a poder curarlos de nada si ellos no desean primero curarse. Las relaciones que se vayan produciendo con esas personas en el futuro ya se verán en su momento. Ahora no se puede predecir el futuro. En el momento adecuado, la persona bien formada y equilibrada (que habrás de ser TÚ) tomará las decisiones adecuadas. El primer y más importante objetivo eres tú. Respétate como persona y que no te haga vacilar en la consecución de tus metas personales las caídas al fango de otras personas. Una vez garantizado eso, cuida de tus hijos, de tus familiares, de tus amigos y amigas, dales buenos ejemplos (más que palabras). Dales todos aquellos ejemplos que desearías que la mejor madre del mundo te diera a ti. Lo importante no es que les des regalos (materiales) caros. No hagas a tus hijos esclavos del dinero, del egoísmo, de la soberbia, de la vanidad, de la necedad. Enséñales a ser felices como eres tú, con las cosas buenas que tenemos todos los días a nuestro alrededor: el sol, el aire, la vida, la sonrisa de un niño, la capacidad de amar y ayudar... ESO ES LO QUE MÁS VALE, el desarrollo del espíritu. Lo material, con lo mínimo para vivir decentemente, es suficiente. Respeta a todo el mundo que se cruce contigo cada día en le camino de tu vida. No existen las casualidades. El Poderoso autor de la vida y de tu vida permite a veces males para que aprendamos a buscar los verdaderos bienes. Con esta experiencia de tu vida mejorarás como persona y puedes hacer felices a muchas personas de tu alrededor. A las personas que te molestan trátales siempre con amor, con respeto. Aunque una y otra vez te devuelvan mal por bien. No te rindas siempre dales bienes, no les pagues con la misma moneda que él usa contigo. Te recomiendo que frecuentes lecturas positivas para tu moral que te ayuden a ver la luz en esta sociedad tan oscura de valores y tan llena de odio, desamor, traición, soberbia, inmadurez y muerte. Te recomiendo que leas un libro que se llama:"Para Salvarte" de Jorge Loring. Si buscas allí te dará criterios sobre el matrimonio, los hijos y muchas otras cosas. Puedes visitar las páginas de internet: www.arconet.es/loring . También te recomiendo el catecismo de la iglesia católica que puedes adquirir en cualquier librería católica, que te dará formación para muchos temas tuyos, incluyendo la formación para tu hija y para la situación que estás viviendo ahora. Yo visito una página que se llama www.interrogantes.net que cuenta algunas cosas muy interesantes sobre nuestra sociedad a nivel mundial. También en http://www.crecimiento-personal.com/presentaciones_pps.htm verás consejos mu y útliles para tu vida. Sobretodo, lee cada día uno llamado "Solo por hoy".
Hola. Llevo cinco años casada con mi segunda pareja y tengo un niño . hasta ahora nuestra relación ha ido bastante bien. Hemos tenido algún problema debido a que mi marido es una persona muy susceptible y se ofende fácilmente, pero han sido episodios aislados. Esto cambio hace unos meses. Un hermano suyo que estaba pasando por un proceso de divorcio y que estaba bastante alterado, la tomo conmigo porque mantenía buenas relaciones con su ex-mujer. Me ataco verbalmente en varias ocasiones, y cuando le explique a mi marido que no quería tener más trato con su hermano, este se altero mucho y se puso en contra mía. Ademas su hermano tuvo varias conversaciones con el, obviamente desprestigiandome a mi. Fue una gran crisis, que dude varias veces poder superar, a pesar de los cinco años de paz. Ahora han pasado tres meses y aunque parecía que todo volvía a la normalidad, he observado que todo lo que hablo irrita a mi marido. No puedo expresar una opinión personal, no puedo gastar una broma, no puedo decir si el niño lleva mucha o poca ropa, etc. el otro día sin ir más lejos se enfado porque no le gusto que al contestarle al teléfono, dijera "dime". He hablado con el, y la respuesta que he conseguido, es que el no se irrita por lo que yo digo, pero es que sabe que cada vez que hablo, estoy buscando la manera de fastidiarlo. Según el busco crear situaciones de tensión y enfados, con el objetivo de llegar a una separación. Le aseguro que en ningún momento es mi intención tal cosa. Empiezo a pensar que sufre algún tipo de obsesión por algo de lo que le haya dicho su hermano. No tengo claro que quiero hacer. Es mi segundo matrimonio y no estoy dispuesta a aguantar otra vez. Siento que tengo que pensar cinco veces las cosas antes de hablar y aun así meto la pata. Y tampoco estoy dispuesta a permanecer en silencio. ¿Es posible que la actitud de mi marido sea un trastorno de algún tipo? El ya estuvo en tratamiento una vez por depresión . ¿seria aconsejable ir a terapia de pareja? ¿O seria preferible que acudiera a un psicólogo él? Aunque no se si lo podre convencer, porque según él, no tiene ningún problema. Muchas gracias por su atención
Muchas gracias. Me he sentido bien al leer tu respuesta. Tengo claro que las decisiones son mías, pero me has hecho sentir apoyada moralmente y reconfortada. Me alegro de haber tenido la oportunidad de haber intercambiado expresiones contigo. Debes ser una gran persona. Un beso y gracias