La tercera revolución verde

¿Alguien se lo ha leído?
¿Qué opinión os merece?
¿Dónde puedo informarme sobre este libro?

1 respuesta

Respuesta
1
Narra la evolución y mejora de las plantas cultivadas en la historia, desde el Neolítico hasta nuestros días. También se discuten los posibles riesgos del cultivo y consumo de plantas transgénicas.
Personalmente me parece un libro muy interesante.
Sobre él no conozco mucho en internet, pero en una entrevista que he leido a su autor habla sobre este libro, la tienes en http://www.fcs.es/fcs/esp/eidon/Introesp/eidon1/olmedo1.htm
Shimeria
Hola, shimeria:
Intento entrar al link que me mandaste pero no me deja, puedes aclararme más esto. Gracias.
Como te decía es una entrevista al autor del libro, y es bastante interesante. Te puede dar una idea acerca de su postura.
Te la voy a transcribir aquí:
En mi reciente libro La tercera revolución verde(Debate, 1998) he señalado que los efectos de la revolución agrícola, que tuvo lugar a partir de 1960, no han alcanzado techo, aunque sin duda han perdido vigor en los años noventa. Hace ya unas décadas que los incrementos de producción de alimentos han sido debidos a la mejora de los rendimientos por hectárea de las principales cosechas y no, como en el pasado, al aumento de la superficie cultivada.
Puede decirse que, a escala global, no es posible aumentar sustancialmente el terreno laborable y que, si hace cuarenta años disponíamos de media hectárea de suelo laborable por persona, en la actualidad sólo disponemos de un cuarto de hectárea y, en un par de décadas, tendremos que alimentar a seis o siete personas por hectárea cultivada.
Por otra parte, no parece aconsejable forzar más el uso del agua dulce renovable para fines agrícolas: aunque en algunas zonas se puedan poner en regadío nuevas tierras, una población humana en crecimiento y el resto de la biosfera competirán de forma feroz por dicho recurso.
En resumen, los trigos semienanos de Norman Borlaug y los arroces de ciclo corto, junto con otras aportaciones, han sido esenciales para mantener durante las últimas décadas el aumento de la producción de alimentos por delante del incremento demográfico en todas las regiones del mundo, excepto en el Africa subsahariana. Sin embargo, la batalla ganada sólo ha respondido, de modo temporal, a unos retos que siguen siendo los mismos en 1999 que en 1950, ya que la población sigue creciendo. Se hace necesaria una nueva revolución porque, con la tecnología actual, no parece posible seguir manteniendo el ritmo de crecimiento requerido.
La ingeniería genética no viene a sustituir o a desplazar al rico repertorio técnico de la mejora vegetal convencional que se ha desarrollado a lo largo de más de dos siglos. La nueva tecnología supone un importante complemento y un enriquecimiento de dicho repertorio. Lo importante son las modificaciones genéticas introducidas -los resultados de éstas- y no los métodos seguidos para conseguirlas. Los métodos genéticos tradicionales son óptimos para mejorar caracteres que dependen de muchos genes, tales como la adaptabilidad o el rendimiento potencial. En cambio, las técnicas del ADN recombinado in vitroson mucho más versátiles para la mejora de caracteres que dependen de uno o pocos genes, tales como las resistencias a distintas enfermedades o algunos aspectos del progreso reproductivo. La ingeniería genética permite hacer las alteraciones genéticas con una mayor precisión, y con mayor conocimiento de lo que se modifica, que los métodos precedentes. Por otra parte, facilita la ejecución de operaciones que eran más difíciles o incluso imposibles por los métodos clásicos. Así, se pueden transferir genes entre especies sexualmente aisladas, lo que confiere una gran versatilidad a las modificaciones que se pueden efectuar.
La nueva tecnología ha suscitado recelos en la opinión pública. Éstos son, en su mayoría, infundados. Por esta razón, se han establecido normas estrictas para la evaluación y aprobación de las nuevas variedades. Dicha evaluación tiene que hacerse caso por caso y debe contemplar todos los aspectos relativos a la seguridad del ser humano y a la conservación del medio ambiente.
En contra de la creencia popular, las variedades vegetales modernas de trigo o maíz requieren menos recursos de suelo laborable, fertilizante nitrogenado o plaguicidas por tonelada de alimento producidas que las que les precedieron. Si la agricultura actual es más contaminante que la de hace cuatro décadas es porque ha debido duplicar la cantidad de alimento producido para mantener a una población creciente con una demanda per cápita también creciente. La ingeniería genética ofrece muchas posibilidades de obtener plantas resistentes a plagas, enfermedades y otros factores adversos. Es decir, tiene un gran potencial en relación con el desarrollo de una agricultura más sostenible.
En contra de muchas opiniones, hay que aceptar que la segunda revolución verdeha tenido un balance positivo a escala global: sus beneficios han superado con creces los diversos inconvenientes. Las nuevas variedades fueron creadas y suministradas libres de cargos para los países que más las necesitan y han acabado imponiéndose de forma rotunda. A pesar de todo, existen especies, tales como el sorgo, el mijo o la mandioca, que no fueron sometidas a mejora genética y que son importantes en muchos países en desarrollo. Es urgente que este olvido sea subsanado.
Por otra parte, los nuevos desarrollos tecnológicos de la tercera revolución verdeestán concentrándose en un número reducido de manos privadas, lo que hace mucho más difícil que estos desarrollos puedan aplicarse a resolver los problemas específicos de los países más desfavorecidos. Es imprescindible que se busquen fórmulas que aseguren esa transferencia de tecnología. Aunque se han producido algunas iniciativas en este sentido, no hay a la vista una solución creíble.
Kys. Shimeria

Añade tu respuesta

Haz clic para o

Más respuestas relacionadas