Déficit atencional.

Primero que todo, quiero agradecer su atención y darle muchísimas gracias por adelantado.
Mi pregunta se refiere en muchas partes a varias personas, esto es porque la he publicado en un foro antes de esto... Espero no sea problema, creo que con la descripción que doy en ella usted se podrá hacer una idea.
Gracias.
Soy paciente con Déficit atencional con hiperactividad... Lo he sido desde pequeño (obvio, claro) y lo sigo siendo ahora.
Para los que no saben (que creo son pocos) este trastorno evita que las personas se puedan concentrar en cualquier actividad como cualquier otra persona (como usted, que lee esto y no lo deja a medio leer porque vio una mosca en la pared), siendo que cualquier (CUALQUIER) cosa, hasta la misma imaginación, llega a distraerlo a uno de lo que está haciendo.
Ya no sé qué debo hacer... Tardé tres años más que los demás jóvenes en terminar la secundaria porque en los exámenes de matemáticas dejaba operaciones inconclusas, cambiaba números por otros y cometía errores involuntarios.. No es que no pudiera resolverlos, si no que en mi cabeza la operación se completaba y tenía buen resultado, pero en el papel las cosas eran escritas de una forma distinta ya que al no poder concentrarme bien, no ponía en él lo que pensaba.
Esto es sólo un ejemplo, ya se imaginarán ustedes el resto.
Durante un tiempo en mi adolescencia, fui tratado por médicos que me recetaron muchos tipos distintos de medicamentos... Ninguno hizo el mínimo cambio, a excepción de uno: El infame Ritalin.
Con éste medicamento logré llevar un par de años normales, e inclusive, excelentes, en los que mis notas y comportamiento mejoraron de una forma que jamás hubiera imaginado: Me podía concentrar, leer, podía completar los trabajos, obtuve mi primer 100 en matemáticas, etc.
En pocas palabras, pude actuar como cualquier otro estudiante y demostré que mi rendimiento no era por vagancia o por falta de esfuerzo si no por no poder aplicar el mínimo de atención.
En esos años, mis padres (yo era menor de edad) se unieron a un movimiento hippiesco de anti-psiquiatría el cual condenaba el uso del Ritalin, diciendo que era "para dominar las mentes de los niños", por lo que el medicamento me fue retirado y ningún otro tratamiento se aplicó de ahí en adelante.
Ahí empecé a padecer (sí, padecer suena duro, pero fue así).
Ahora, con la universidad, me surgen cursos que puedo llevar relativamente bien, pero otros, como los de matemáticas, realmente me están matando... He tenido que retirar muchas veces, atrasándome obviamente, cursos por no poder concentrarme en ellos.
Me siento frustrado, inútil, estúpido, defectuoso... Comprendo la materia, dedico mis horas de estudio y hago lo posible, pero no logro más que lo de siempre, equivocarme.
Las cosas se complican y no sé qué hacer... Pienso en salirme de la universidad y conseguir un empleo, que es lo único que me queda.
He ido varias veces (por varias, léase muchas) a donde especialistas: Neurólogos, psiquiatras, psicólogos... Y aunque todos siguen coincidiendo en el diagnóstico, sólo se dedican a recetarme pastillitas de la felicidad (antidepresivos: Prozac, amitriptilina, etc) para que me vaya con una "sonrisita" y deje de molestar.
Después de probarlos todos y de seguir al dedillo las instrucciones de cada uno, nada cambia.
Cuando resalto que el único medicamento que realmente me ha hecho bien es el Ritalin, todos me saltan con la cantaleta de que "es peligroso", ridículo, porque como mayor de edad, puedo aceptar los riesgos con todas las de la ley.
Además, me vuelven a ver con cara de estar pensando que seguramente yo la muelo y la aspiro o algo así.
La verdad es que estoy cansado y no sé qué hacer... Ya estoy más que atrasado en la universidad por haber entrado mucho después de lo que debería, como para tener que atrasarme más por las materias que no puedo pasar debido a esto.
Me siento defectuoso y lo más ridículo es que estos "especialistas" me dicen siempre que lo que tengo de problema, es que estoy deprimido... Tal vez no comprenden que no es triste lo que estoy, si no frustrado.
Si voy a andar así toda la vida, no veo el sentido de vivir fracasado.

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Te cito textualmente un trabajo de revisión hecho en Chile.
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0034-98872003001000015&script=sci_arttext
El metilfenidato (Ritalín®) en adultos, ha mostrado una efectividad significativa al mejorar la capacidad de atención, reducir la impulsividad y disminuir notoriamente la hiperactividad motora, aunque su uso ha sido cuestionado por sus efectos secundarios y riesgo de dependencia, distintas investigaciones han confirmado su indicación en este trastorno. Incluso pacientes que presentaban comorbilidad con abuso de drogas o dependencia a cocaína en los cuales la adherencia al tratamiento es menor, mostraron mejoría. Para iniciar el tratamiento, se recomienda una dosis de 5 mg al desayuno (se debe ingerir con las comidas ya que mejora su absorción), y luego ir aumentando cada 3 ó 4 días según la respuesta del paciente, hasta alcanzar una dosis máxima de 60 mg/día, dividida en 2-3 dosis de 20 ó 30 mg, aunque debiera ser indicado sólo por especialistas.
Los antidepresivos también han demostrado ser eficaces en el tratamiento de esta patología, con la ventaja adicional de cubrir la comorbilidad depresiva. Según el tipo de antidepresivo, pueden aumentar los niveles de dopamina y/o norepinefrina. Es importante recalcar que pese a ser efectivos, sus resultados son más modestos que con las anfetaminas. El bupropión es un antidepresivo dopaminérgico y noradrenérgico, está indicado en dosis diarias de 150 a 300 mg. Los antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, imipramina), se sugieren en dosis tan bajas como 10 mg o 25 mg por día. Si no hay respuesta, se pueden incrementar hasta alcanzar los 150-300 mg al día. También se han usado antidepresivos IMAO, con una eficacia menor y se reservan para aquellos pacientes refractarios a otros medicamentos. Los inhibidores de la recaptación de serotonina (fluoxetina, paroxetina, sertralina, citalopram), estarían indicados en TDAH cuando -además de un trastorno afectivo- hay comorbilidad con ansiedad u obsesividad.
La atomoxetina, un potente inhibidor presináptico del transportador de norepinefrina, ha sido recientemente aprobado por la Food and Drug Administration de los Estados Unidos de Norteamérica (FDA) para el tratamiento de esta patología. Si bien existen pocos estudios en adultos, éstos demuestran que es superior a placebo en dosis de 76 a 90 mg/día, diferenciándose de las anfetaminas en que no produciría dependencia. Sus efectos adversos más comunes son cefalea, disminución del apetito, sequedad bucal, náuseas y vómitos.
En relación a la psicoterapia, las técnicas cognitivo-conductuales y la terapia sistémica tendrían efectos en la baja autoestima, en el control de la impulsividad, en el aprendizaje de destrezas para resolver problemas y disponer de nuevos repertorios para enfrentar conflictos en las relaciones interpersonales, mejorando la calidad de vida del paciente tanto familiar como laboral. El tratamiento en conjunto de terapia conductual y metilfenidato es más efectivo que cada uno por separado. También será importante considerar una adecuada elección de la actividad laboral, la que debe ser compatible con las características que son propias de esta enfermedad.
En conclusión el TDAH del adulto es una entidad clínica frecuente; sin embargo, es subdiagnosticada y, por lo tanto, subtratada. Las consecuencias para la persona que lo sufre y su entorno pueden ser desastrosas (conflictos matrimoniales, laborales, accidentes). De este modo, el TDAH debe ser considerado en la práctica médica general, teniendo presente los criterios aportados por la American Psychiatric Association en el DSM-IV-TR. Una vez identificado el trastorno, debe ser derivado al médico especialista para su correcto tratamiento. Este debe estar basado en la farmacoterapia, principalmente a través de estimulantes para mejorar la atención, la concentración y la hiperactividad si es que existe. También debe realizarse un tratamiento de psicoterapia cognitivo-conductual y sistémica (sea individual, matrimonial o familiar) que ayuden al paciente y a su entorno a desenvolverse en forma adecuada en su vida cotidiana, evitando que sintomatología no tratada afecte la vida laboral, familiar y social. Estamos seguros que es el médico general quien más puede colaborar en la pesquisa precoz y por lo mismo derivación oportuna de estos pacientes.
Consulta con un buen Neuropsiquiatra. Como no sé en qué país te encuentras, no te puedo recomendar a nadie.
Muchísimas gracias por su respuesta, en serio agradezco la labor que personas como usted hacen de manera desinteresada.
Ya acabo de consultar al centro médico de mi universidad y me han remitido a neurología de manera urgente, así que recupero algo de esperanzas de que pueda cambiar la situación.
Una vez más, gracias.

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