Habría que analizar la intensidad de esos síntomas y si están acompañados de otros, como por ejemplo la obsesión por algún tipo de actividad específica. Lo que te aconsejo es que vayas a un profesional que haga un análisis in situ, pero también te recomiendo no obsesionarte con la etiqueta que se le ponga a tu hijo, pues a veces no es tan importante como se catalogue al problema en sí, ya que muchas ténicas y soluciones son compartidas entre diferentes cuadros.
Lo crucial es que tu hijo se adapte al entorno, y para ello va a ser muy importante que pase gran parte del día haciendo una actividad de la que disfrute y se le dé bien. De esta manera podrá ir cogiendo confianza y aumentando sus relaciones sociales. La exposición gradual a situaciones de contacto social es imprescindible, pero siempre sin obligarle, de manera sutil y poco a poco. De lo contrario puede ser contraproducente.
En el caso de que una experiencia traumática pasada sea la causante de sus síntomas, habrá que lidiar con ella antes y solucionar los cabos sueltos sobre la misma. Ánimo.