Como ayudar a mi hijo

<address>Hola, mi hijo dentro de poco cumplirá 20 años, dejó sus estudios aunque estoy intentando que los retome, parece que le cuesta mucho esfuerzo hacer cosas, es como si no tuviera alicientes y le diera todo igual, no sale casi de casa y yo le digo que se va a quedar sin amigos , no tiene ilusión ¿puede tener un trastorno de la personalidad?, si es asi ¿como se soluciona?.Gracias.</address>

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Con los síntomas que me cuentas no necesariamente tiene que tener un trastorno de personalidad (diagnóstico que además tiene poca consistencia en psiquiatría, queriendo decir que si un psiquiatra lo diagnostica, no hay unas posibilidades muy elevadas de que otro también coincida con el diagnóstico), ni otra patología (como síntomas de depresión, o un trastorno de adaptación, etc.); al poner el remedio que te diré, se verá más claramente.
Como dices: no tiene alicientes, y creo que esto es la clave, y un factor en el que podrías colaborar. Tú le dices que se va a quedar sin amigos; este intento de motivación no es válido (podría valer en algún caso, pero siempre en aspectos parciales, pero no cuando son necesarias motivaciones de más peso, y para asuntos más nucleares, como sería su vida entera), ya que intentas motivarlo con sus intereses personales, esto es, con sus motivaciones más egoístas. Yo te recomendaría que intentaras motivarlo (lo cual no quiere decir necesariamente decírselo claramente), con motivaciones más generosas; yo te diría que ayudes a tu hijo, no meramente a tener amigos o a que no le falte de nada, sino a aprovechar la vida en el sentido de hacer el mayor bien que pueda a las personas; yo te diría que pudieras servirle de guía, con sensibilidad, por supuesto, en este sentido, para lo cual, es fundamental que también lo vivas tú. Te dejo para mayor explicación abajo un blog sobre actitudes saludables.
Piensa, además, que las cosas no suceden sin causa, y que los avisos hay que atenderlos; generalmente unos síntomas en un niño, o en un chico de la edad de tu hijo, hay que pensar en la mejoría de factores de toda la familia.
No sé si el cambio ha sido muy brusco o más progresivo.
Para empezar, te recomendaría, como cosas concretas:
1.- No agobiar ni estar encima; sí observar, pero sin que se note, y adoptando, también sin que necesariamente se note, las medidas necesarias.
2.- Procurar un momento en el que se pueda hablar, pero no como interrogatorio, sino con sensibilidad, más o menos le puedes decir varias cosas, que pueden venir bien en general, o contarle algo de alguna otra cuestión; si sabes que le gusta alguna materia, hacerle alguna pregunta concreta, o pedirle una ayuda que creas que le puede ayudar.
3.-Que no se preocupe si tiene dificultades, o no está animado; yo le recomendaría el poner los medios e ir viendo. Medios que puede ser un aproximado horario con alguna actividad (aunque sea ligera como alguna lectura, o alguna película; te recomiendo algún escrito o la vida de santos, y como películas, hay varias muy buenas en convicciontv.cl/peliculas), etc. Se trataría de brindar ayuda, y guía, pero no de imponer nada. También, por supuesto, incluyendo el descanso, que pudiera necesitar, y que siempre puede venir bien; y, por supuesto, sin forzar más allá de lo que él pueda.
4.- Todo lo que sea mejorar el medio familiar, vendrá bien; no me dices nada de su padre. Ya que tú eres la que pide ayuda yo te diría, como te dije arriba, el fomentar una vida más generosa, y también transmitirla al padre del chico y demás personas. Si el padre faltase por algún motivo, piensa que te vendrá bien ser generosa, e incluso rectificar si se hubiese cometido un error; los casos pueden ser múltiples, pero piensa que al niño le vendrá bien el tener buena actitud hacia el padre, conocerlo si no lo conociese, todo esto independientemente del comportamiento del padre; ayúdalo a que afronte generosamente las circunstancias: lo más correctamente que pueda y con buena intención hacia todos; tienes que educarlo en que de él depende su propia conducta, pero no directamente la de los demás, que no puede juzgar a nadie, es decir, atribuir una responsabilidad aunque sea por una conducta errónea de otra persona, sino que la intención de mejorar es lo que ve le ayudará más; por supuesto, que si se tratase de una separación, yo te recomendaría, si fuera el caso, el respetar la validez del matrimonio por la Iglesia, y mirarlo todo, incluso lo ya pasado, desde la generosidad, siempre se puede rectificar y aprender, al menos en lo que respecta a la parte de uno; incluso cuando uno cree que uno tiene muchas razones, podrá tener razones, pero le falta la razón, con mayúsculas, que es el amor, el procurar el bien de la otra persona desde cualquier situación en la que se encuentre. Si el padre vive en la casa, también reforzar la buena intención hacia él (pensando en su bien como persona, por encima de bienes materiales).
5.-Tu objetivo hacia tu hijo que no sólo sea pensando en su bien material, sino que piensa en su bien como persona; lo que te dije, que viva como la persona más generosa posible. Este objetivo también te hará superar tus propios intereses. Si sólo procurases sus intereses materiales, tampoco tendrías que superar los tuyos.
6.- Una vez que hayas hecho lo que puedas, tanto en tu mejora, en la mejora del enfoque de tu vida, en la mejora del entorno, y en la mejora del objetivo con el que te guías hacia tu hijo, tendrás que confiar en que de esto saldrán los mejores resultados posibles, sean los que sean, en lo que respecta a tu parte.
Gracias por tus consejos, por la manera que tienes de hacer tus comentarios me da la sensación de que eres religiosa o algo parecido ¿es así?
En cuanto al padre del chico estamos casados lo que pasa que él no está tan pendiente como yo y no se preocupa tanto.
Lo primero que quiero es su bien como persona, pero su bien material también ya que hay que ser realistas y buscarse un medio de vida, nadie regala nada y hay que comer. Creo que también es importante que tenga amigos y vida social, no que se quede en casa como un ermitaño.
Efectivamente muchas cosas de las que citas no son cosas malas y pueden estar bien en su medida y en su orden.
¿Qué es lo que ordena todo de la mejor manera? El tener como objetivo último el hacer el mayor bien posible. La manutención puede ser un objetivo válido dentro del anterior; nunca como prioritario en la vida, ni por encima del objetivo prioritario.
Como dices, ya le has dicho que salga, y eso no ha servido. Y yo te preguntaría, ¿por qué quieres que tenga amigos y vida social? Sencillamente pregúntatelo. ¿Para pensar que sencillamente "es normal"? Creo que este objetivo se puede depurar.
Claro que la persona humana tiene necesidades materiales, pero éstas no son buenas como objetivo prioritario en la vida. Curiosamente si uno piensa en hacer algo bueno en la vida, no le falta de nada; y si piensa prioritariamente en sí mismo, le puede faltar de todo.
Se trataría de ocuparse del asunto, pero no dejarse llevar por preocupaciones excesivas, ni estar sólo pendiente de tu hijo (lo cual no le vendría bien ni a él ni a ti). Yo te diría que tú también atiendas a otros asuntos de forma más generosa, y de esa manera, como te dije, y eso se lo puedes transmitir a tu hijo.
Con la pregunta de ¿por qué quieres que salga? Me quieres decir que un chico de 20 años ¿es normal que no salga de casa?, no tiene que ser a una discoteca, le pueden gustar millones de cosas pero lo que no considero normal es que se quede en casa metido sin alicientes de ningún tipo, es lo que quiero fomentar en él, que tenga ganas de hacer cosas y las haga pero no sé como.
No me has contestado si eres religiosa, cuando me contestes, te diré porqué te lo pregunto.
Gracias.
Dices: "qué tenga ganas de hacer cosas".
Piensa si te estás guiando por un criterio de "normalidad". Es como si dijeses: quiero que sea "normal, como los demás".
Yo te diría que no se trata de hacer cosas, sino de hacer cosas buenas, y por eso mi primera contestación. No se trata de salir como sea, lo cual, por cierto, también tiene sus riesgos.
Yo te recomendaría: profundo respeto por tu hijo (al igual que por cualquier persona); no se trata de que él se adapte a ningún patrón preestablecido. Piensa que él es único, y no le ayudas pretendiendo que él sea "como los demás".
Como madre, no cabe duda de que tienes que mirar por el bien de tu hijo. Yo te diría que con sensibilidad, sin forzar, te encamines a que él aproveche la vida al máximo en el sentido de hacer todo el bien que pueda. Para ello, yo te diría que esto te lo replanteases tú también. Si tú ayudas a que él haga todo el bien que pueda, todo de forma armónica irá mejorando en el mejor sentido. De otro modo, si tú fuerzas una determinada conducta sin que ésta tenga un buen motivo (como por ejemplo: hay que salir), esto además de no ser bueno en sí mismo, puede ser peligroso. Piensa que las motivaciones siempre son complejas, y en ocasiones podría ocurrir que uno evita una situación dado que no se siente en condiciones de afrontar sus consecuencias; y no se trata de forzar, sino de guiar. ¿Quién es uno para saber a ciencia cierta lo que es mejor para otra persona, en cuanto a una conducta concreta, no necesariamente mala en sí misma?
Yo te diría que más que centrarte en una conducta concreta, te centres en hacer lo que puedas por mejorar la motivación de tu hijo, en el sentido que te dije. Todo lo que venga por ahí será bueno; de otro modo, podría ser tanto ineficaz, como peligroso.
Tienes que ayudar a tu hijo a ser la mejor persona posible. Te recomiendo alguna película de las siguientes: convicciontv.cl/peliculas. Tu hijo puede ser un gran santo (y tú también): no lo animes a otra cosa. Puedes leer los desvelos de otra madre: Santa Mónica, madre nada menos que de San Agustín de Hipona.
A ver, eso es lo que quiero: mejorar la motivación de mi hijo, pero no sé como, es lo que quiero que me digas, hacia donde le puedo orientar, pero algo concreto : algo que pueda hacer para tener su vida más llena y algo que hacer, no estar en casa perdiendo el tiempo.
Gracias y un saludo.
Pues algo concreto es que te replantees tú tu vida, si estás realmente haciendo todo el bien que puedes. Como cosa concreta, puedes dedicarle a pensar ello unas dos horas al día en la siguiente semana. Puedes imaginarte en la hora de la muerte, qué vida te hubiera gustado haber llevado en aquel momento, de supuesta mayor clarividencia.
Piensa si estás haciendo con tu vida todo el bien posible por las personas, o, por el contrario, estás sencillamente dedicándote a sobrevivir, sólo ocupándote de tus asuntos, y buscando el bienestar, no el bien, de los tuyos o allegados.
Empieza a pensar en el bien real, no sólo en el bienestar o en el interés de las personas, y, muy importante, que esto esté por encima de tus intereses personales. Así como si piensas en el mero bienestar de los que te rodean, esto no te obliga a superar tus intereses, el pensar en el bien real sí, ya que enseguida verás la dificultad y verás trabas, si lo haces bien.
Si vives de verdad el amor a las personas, el amor se va haciendo universal (es decir, libre de condicionamientos), y abarca a toda tu vida.
No sólo existe tu hijo. Busca también el bien del padre, y haz todos los esfuerzos que puedas en este sentido; confía en que si haces lo que puedas, surgirán los resultados, aunque no los veas. Tú siempre correcta con todos (descarta por supuesto, respuestas airadas, irritabilidad, riñas, etc.), y con buena intención real, que no significa estar siempre haciendo cosas de forma evidente ni mucho menos.
Todo requiere preparación. Puedes dedicarle dos horas a pensar cómo puedes ayudar más directamente a tu hijo. No te lances de cualquier manera. Evita conductas que ya has visto que son inútiles; piensa que su repetición sólo pretenderían servir inútilmente para cubrir tus necesidades emocionales, pero no el bien de nadie. Puedes pensar desde pedirle ayuda a tu hijo para tal cosa (para que te ayude en lo que sea, algo puedes encontrar; sé humilde; ahí demostrarás tu buena intención; no pienses que la ayuda que prestes a tu hijo va a venir desde una posición de evidente posición de ayuda o superioridad; se me ocurre que tal cosa en el coche, que tal cosa en el trabajo, un consejo para una amiga con otro hijo que te haya autorizado, por supuesto, a comentarlo, sin necesidad de dar nombres si no es necesario, etc.; ir a ver a un enfermo, hacer una visita, hacer una compra, comprar un libro, pedirle consejo para irte de Ejercicios Espirituales, mejor con tu marido; que qué le parece tal libro para regalar a un chico (y le das un libro previamente escogido para él, como una vida de un santo o así). Por supuesto, que nada de impaciencias, y mucho respeto por la persona de tu hijo; nada de no respetar su negativa a todo lo anterior; si has hecho lo que has podido, procurado abordarlo en el momento oportuno (no en un momento inoportuno, de mala manera; puedes decirle previamente que quieres consultarle algo o preguntarle algo, que cuándo tiene un rato), etc., no dudes de que esto va haciendo su efecto, y hará mucho efecto tu respuesta también respetuosa (si no lo logras, no desesperas, aprendes). Bríndale el hacer desde casa ejercicios espirituales (se pueden hacer de San Ignacio por Internet); invítalo a ver una de las películas que te dije; hazle el desayuno, la merienda, un plato que le guste; si puedes desayuna, come, y cena con él, y si es posible con el resto de la familia; previamente habrás pensado en algo para comentar; pero nada de hacer demandas a otro; haz tú tu parte; ves los resultados pero para mejorar tu parte y seguir actuando; yo te diría que, en esta situación, en principio elimines las recriminaciones, que sólo sirven para cansar al personal. No te tomes la conversación como un interrogatorio, ni que él vea que lo miras con angustia; hablas de un tema edificante, y si hubiera silencio, tú sigues haciendo lo que es mejor (no dudes de sus efectos; si al final, se ríen, a lo mejor que es que has hecho algo).
Si tú vives lo que quieres transmitir a tu hijo lograrás mucho más; yo te diría que le transmites un ejemplo muy pobre si sólo estuvieras pendiente de él. Así es que tú encaminas bien tu vida; dentro de esto, pero no por encima, haces todo el bien que puedas por tu familia. Y muy importante, confía en los resultados; lo que tienes que hacer es mejorar cada día más tu parte. Y por ahí vendrá todo lo mejor que pueda venir.
No te obsesiones con que tu hijo salga, porque de verdad que la calle tiene muchos peligros. Salir puede estar bien, pero cuando tenga bien ancladas unas buenas motivaciones.
Sí todo ésto está muy bien pero ¿cómo puede encontrar un trabajo sin estudios? ¿Cómo le podría motivar para que estudie algo?
Yo hablo con él todos los días y procuro no agobiarle, es un buen chico y muy sensible pero tiene que seguir su vida, no estar encerrado en casa, tiene que sacar el carnet de conducir por ejemplo que no quiere y buscarse un futuro aunque no sea convencional como tú dices, pero tener algún aliciente sea el que sea, yo le apoyo en todo.
Primero no le fuerces a nada, menos a algo tan potencialmente peligroso como sacarse el carnet de conducir. Lo ideal es ayudarle con sus motivaciones y que él vaya tomando ya sus propias decisiones, sino hay mucho riesgo de equivocarse.
Trabajar puede hacerlo con o sin estudios. Yo te diría ayudarlo para hacer algo bueno en la vida, pero sin ideas predeterminadas.
Yo creo que debes tranquilizarte; veo que os lleváis bien. En esta sociedad más bien estamos educados en trabajar como máquinas sin pensar ni nada; eso no es bueno, ya que muchas veces se trabaja principalmente por el interés personal, y no por aportar bien alguno.
No quieras resultados como sea; si quieres resultados buenos, pon los medios, como el estudiante, si quiere aprobar, tendrá que estudiar, no estar todo el día diciendo que quiere aprobar. Pero no te guíes por unos únicos resultados concretos.
Yo te diría que releas un poco lo que te he puesto, también el blog que te he dejado. Lee algo de lo que te he dicho (algún libro de algún santo; mira, busca Las Moradas, o La Vida, de Santa Teresa de Jesús), y aprovecha la oportunidad para mejorar tú, y ayudar a tu hijo a ser la mejor persona posible, que es lo único que vale la pena. Si quieres acelerar el paso, yo te diría que te acerques a los sacramentos de la Iglesia Católica; aunque no todo el mundo que acude es santa ni perfecta, sin la ayuda de la gracia, poco se puede hacer el bien, que es tan contracorriente hoy en día; quizá siempre lo ha sido.
Ponte a la tarea de replantearte tu vida y servir de buena guía a tu hijo; no partas de ideas preconcebidas con respecto a lo que es bueno para tu hijo, porque así, de esta manera, no lo puedes saber (otra cosa es que a la vista de las motivaciones de tu hijo, pudieras aconsejarle, por ejemplo ayudándole a descartar motivaciones egoístas, y acogiendo motivaciones auténticamente generosas); y tranquila que un tiempo de descanso y reflexión no viene mal.
Y yo te diría que no estés todo el día hablando del tema con él; eso agobia y no ayuda; la buena intención te irá proporcionando más sensibilidad al respecto; lo puedes ayudar también con muchas acciones indirectas, no hablando del tema todo el día.
Unas buenas lecturas le pueden venir muy bien. De la siguiente página le puedes imprimir algo http://www.statveritas.com.ar/Libros/Libros-INDICE.htm
Hace un rato he estado hablando con él y dice que tiene falta de concentración, por eso no estudia.
También me ha dicho que quiere ver el interior de las personas no solo lo superficial, y que quiere saber como ver si una persona es falsa o va de frente...
Yo no se que contestarle.
Gracias.
Lo primero, la falta de concentración, es un síntoma que puede obedecer a muchas causas, entre ellas la ansiedad. Y con lo que te digo se puede ir delimitando con más claridad.
Con respecto a lo segundo, dile que lo importante no es ver cómo sean otros, con respecto a él, sino que a él le tiene que importar, y tiene que mejorar su propia parte (esto no es egoísmo, sino todo lo contrario: fijarse en lo que ya directamente depende de uno para mejorar a las personas). Lo que más protege no es la desconfianza, en la que uno mira al otro en función de los propios intereses, sino que lo que más protege, en el plano natural, es la buena intención de verdad hacia los demás.
En el plano natural:
- Él tiene que poner su confianza en hacer él correctamente y con buena intención su parte.
- Tú tienes que ayudarlo a actuar lo más correctamente posible y con la mejor intención posible. Con respecto a la mejor intención con respecto a las personas me refiero a buscar el bien real (no sólo el bien material) de las personas, por encima de los propios intereses. De esa manera irá madurando su propia personalidad.
- No tiene que poner su confianza en lo que otros hagan o le hagan, ni en general en factores que no dependan de él.
-Tiene que saber que si actúa con la mejor intención (mira arriba a lo que me refiero, que, por supuesto, no es dejarse manipular), eso es lo que más le proteger de posibles malas intenciones de otras personas en las que no pudiera hacer nada, y en casos en los que sí pudiera hacer algo, le ayuda a mejorar a las otras personas, al tiempo que él también crece como persona.
- ¿Ves lo malo de guiarse en la vida por resultados y no por acciones?, que uno siente desconfianza e inseguridad. Todo lo que te dije arriba le vendrá muy bien. Tiene que saber que hay un mundo en el que él no manda, hay muchas personas en las que él tampoco influye directamente, y que eso es así, y no debe preocuparle por sus propios intereses; en este mundo él tiene una vida, que es una oportunidad, y de la que tendrá que dar cuenta en su día; de él depende su parte voluntaria, y es la que tiene que hacer el esfuerzo de mejorar; la mejor forma de mejorarla es querer hacer todo el bien que pueda, por las personas, con su vida. De esta manera, esto le acercará a comprender la parte que se pueda comprender de las otras personas (cuando ya el objetivo no sea mera curiosidad o sencillamente saber para sentirse uno seguro, como cuando uno pone la seguridad en algo tan endeble como el pretender tener la seguridad de que no le hagan daño a uno), y no sólo comprender (ya te digo con la mejor intención), sino mejorar.
-De hacer él su parte de la mejor manera posible (que te recalco que no es dejarse manipular, lo cual ocurriría más frecuentemente no cuando uno busca el bien de la otra persona, sino cuando uno hace lo que tiene que hacer por el bien material de otra persona (su mera complacencia por ejemplo), buscando de forma consciente o inconsciente los propios intereses. Por eso te decía arriba que hay que buscar el bien real de la otra persona, no su bien material, o mera complacencia, y de esto nunca uno se equivoca, y esto es lo que hace superar los propios intereses, y crecer como persona, además de ser lo que más protege de lo adverso evitable, no por supuesto, de lo derivado de la buena actuación, que en ningún caso sería inútil.
- La forma de afrontar cualquier situación, con un amigo por ejemplo, tiene que estar dentro de una vida también generosamente enfocada. Lo importante es mejorar su parte, para contribuir al mayor bien de verdad de la humanidad. Y así irá poniendo su confianza en algo que ya depende de él.
-Esta buena intención de verdad es la que más le va a ayudar a aceptar la incertidumbre de la vida.
-Tiene que acostumbrarse a verlo todo generosamente, para mejorarlo, y no egoístamente, desde el punto de vista de sus intereses. Lo primero le hará crecer, y lo segundo menguar, y retraerse, dependiendo de la personalidad (además de que luego las personas desconfiadas, más fácilmente caen en el engaño del peor; y hay que reconocer que es el egoísmo propio el que hace caer, y el otro puede utilizar para los propios intereses).
-La buena intención es la que delimitará la sana prudencia (ni poca ni mucha), cuando el objetivo no es ya uno mismo, sino que es aprovechar de la mejor manera la vida para hacer todo el bien posible. Las personas aunque se acerquen a él con muchos defectos, pueden mejorar con su buena intención. No es ver a la gente para condenarla o juzgarla, sino para mejorarla.

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