Necesito consejo para recuperar el cariño de mi pareja perdido debido a discusiones

Hola !. Soy una madrileña de 24 años y estoy saliendo con un chico de 21 de barcelona. Llevo con él desde hace un año y 2 meses y medio. Ha sido genial aunque duro por la distancia, pero desde hace dos meses hemos tenido varias broncas por distintos motivos. Hace 3 semanas lo dejamos por un tiempo para que la situación se fuera calmando y él aclarara sus sentimientos. Durante esas 3 semanas no supimos nada el uno del otro. Me fue duro pero prefería que se tranquilizarán las cosas. El lunes le llamé, le pedí disculpas por mi actitud de los dos meses anteriores y hablamos en general un poco de todo. El esta dispuesto a volver conmigo pero me ha dicho que debido a las pequeñas broncas que tuvimos ya no se siente tan enamorado e ilusionado como antes yo puedo entenderlo porque a mí me pasa algo parecido, sé que las discusiones queman mucho una relación. Y mi miedo ahora es, si debido a que hayamos perdido un poco la ilusión (aunque yo le quiero un montón), ¿puede esto afectar mucho una relación?. Yo voy a poner todo de mi parte para volver a recuperar su cariño.. Pero espero que él también colabore. ¿Qué ideas puedes aconsejarme para conquistarle de nuevo? Gracias por tu tiempo
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Cómo afrontar una relación de pareja a distancia
Cuando una pareja se enfrenta a una separación no deseada, no debe cuestionarse si estará preparada para afrontarla, si esa complicidad seguirá funcionando en la distancia. Lo que sí es preciso preguntarse es, si se está realmente enamorado de la pareja de la que uno se va a distanciar.
La ausencia del ser querido es dura, e incluso, dificulta el desarrollo deseado de la relación, pero no cabe duda de que el amor es lo suficientemente fuerte para hacerle frente. Para ello, es necesario tener ganas, estar seguro de uno mismo, confiar mutuamente y sin condiciones. Si a esto se añaden pequeñas dosis de empeño, se podrá superar la distancia y favorecer una relación duradera.
Problemas más frecuentes a evitar en las relaciones a distancia
Las relaciones a distancia suponen una prueba de fuego para las parejas que las experimentan. Los principales obstáculos a los que se enfrentan son la falta de contacto físico, la incomunicación personal y directa o la ausencia del apoyo incondicional por parte de la pareja.
La infidelidad forma parte de los riesgos en este tipo de relaciones. La distancia ayuda a establecer nuevos lazos de comunicación en busca de compañía y apoyo, propiciando nuevos sentimientos y atracciones. Por esto, es necesario usar estrategias que favorezcan el mantenimiento de una comunicación continua que impida desenlaces desagradables y traumáticos.
Incluso, la falta del contacto sexual puede provocar crisis internas de la pareja. Éste conforma uno de los signos de afecto y amor que se profesa hacia la otra persona. Por ello, es conveniente que, al menos dos días al mes, se organice un acercamiento, que ayude a mantener ese contacto sexual, y la comunicación directa; ambas necesarias para mantener vivo el sentimiento amoroso.
Estrategias para mantener una buena relación a distancia
La distancia es considerada mala consejera en los temas del amor ya que puede ocasionar anomalías en la relación de pareja, tales como la desconfianza, el independentismo, los celos, el temor o la inseguridad entre otras. Los siguientes consejos pueden prevenir la aparición de éstas y ayudar a mantener y mejorar la relación de pareja en la distancia:
Utilice todos lo medios a su alcance para mantener la comunicación. Para lograr este fin, se pueden utilizar las prestaciones que las nuevas tecnologías ofrecen, como la telefonía móvil o la web cam que propician la comunicación personal, directa y más íntima. El correo electrónico, que permite expresar pensamientos, deseos y sentimientos de una manera profunda e íntima. E incluso el servicio de chat que ofrece actualmente Internet, donde la pareja puede conversar distendidamente, sin perder la estrecha comunicación mantenida hasta el momento, olvidándose de la realidad vivida, y concentrándose el uno en el otro.
Uso de simulaciones. La autora de The long distance romance guide, Leslie Karsner, propone simulaciones que permitan la percepción de la ausencia de fronteras y la sensación de cercanía con el ser amado. Esta técnica consiste en imaginar situaciones cotidianas vividas previamente con la pareja, que le permitirán sentir de forma cercana a la otra persona.
Uso de recordatorios. Leslie Karsner también aboga, como estrategia para mantener una buena relación a distancia, por el uso de objetos que reaviven los recuerdos compartidos por la pareja.
Una vez que tengáis superado este punto de saber mantener esta relación a distancia te comento algo sobre las crisis. Una crisis de pareja no significa necesariamente el fin de una relación pero su presencia hace saltar la alarma y nos alerta de que algo no va bien. Un diálogo sincero es el mejor antídoto.
El amor es un delicado ser vivo dotado de vida propia y rumbo impredecible ante el que no se puede bajar la guardia en ningún momento. La rutina, la pérdida del respeto o una excesiva familiaridad mal entendida amenazan sus cimientos de continuo.
El paso del tiempo es el enemigo a combatir y la conquista diaria la única arma para mantener encendido su fuego sagrado. Mientras que al inicio de una relación se suele padecer una ceguera transitoria para con los defectos del ser amado, las virtudes parecen desvanecerse con los años y a veces se instala en los corazones un sesgo perceptivo que por norma coloca en primer plano las imperfecciones del otro, como si se mirara a través de una lente de aumento. Si a esta circunstancia se suma la infidelidad, será mejor que se despida de los favores del caprichoso Cupido.
Dentro de un orden, las crisis de pareja forman parte de la relación amorosa. Se trata de momentos difíciles en los que parece tocarse fondo y sobre los que sobrevuela bajo el fantasma de la separación. El conflicto se vive como una amenaza que abre brecha en nuestra siempre frágil seguridad emocional. El desenlace dependerá de cómo sepamos afrontar esta especie de naufragio transitorio; sólo un cambio de actitud y de enfoque puede devolvernos el amor.
Ruptura o fortalecimiento
Si una pareja logra remontar este bache, la relación se ve fortalecida y ambos miembros experimentan un crecimiento personal y afectivo. Pero si fracasa en el empeño, la ruptura puede convertirse en la única salida hacia delante. Determinados estados emocionales como la depresión y la ansiedad pueden afectar seriamente una relación y la solución tiene que pasar, en primer lugar, por la curación del miembro que las padece.
A la hora de salvar la situación la capacidad comunicativa y de autocontrol emocional son piezas claves. Aquilino Polaino Lorente, catedrático de Psicopatología de la Universidad Complutense de Madrid, en su libro Madurez personal y amor conyugal. Factores psicológicos y psicopatológicos, puntualiza: "La comunicación entre los cónyuges es una nota esencial del matrimonio sin cuya continua presencia es muy difícil que éste no zozobre, encallando definitivamente. Es un hecho sociológicamente comprobado que la queja más frecuente de las esposas es precisamente la falta de comunicación con sus maridos, la incomunicación que existe entre ellos".
En efecto, los problemas de comunicación son una de las dificultades más graves y habituales que manifiestan las parejas en conflicto y la principal causa que motiva en los matrimonios la necesidad de acudir a un terapeuta familiar. La capacidad de diálogo sincero es un rasgo distintivo de madurez personal. Aunque los expertos aseguran que la mujer tiene mayor habilidad para expresar sus emociones, la transparencia debe caracterizar una comunicación entre iguales, donde no existan dominadores ni dominados, vencedores ni vencidos... Sólo así, puede salvarse el amor, una conducta motivada por la que amante y amado tienden a la fusión.
Vuestro principal problema han sido algunas discusiones, algunas broncas, veamos que ocurre con las discusiones:
Al decir "discutir" a nuestra mente llega la imagen de dos personas, frente a frente, hablando a voces, gesticulando exageradamente con las manos y con las "miradas encendidas".
Tendríamos que empezar a modificar esta imagen, introduciendo otros ingredientes en la escena: diálogo abierto entre dos personas, músculos relajados, negociación, solución, beneficios para las dos partes.
Tener discusiones en la pareja no ha de preocupar, pero sí la forma de resolverlas. "Saber solucionar conflictos" es la habilidad que ambos miembros deberían dominar para hacer frente a una discusión.
Dos grandes pasos para solucionar los conflictos
1. Plantear el problema
Tres aspectos hay que tener claros a la hora de plantear el problema:
Éste ha de ser definido de forma específica y clara<, no dando rodeos o indirectas; breve y objetiva, cuidando que lo que se dice sea cierto, esto significa asegurarse de que se poseen los datos suficientes para llegar a esas conclusiones.
Además del problema, han de expresarse los sentimientos propios. Por ejemplo, "me he sentido dolido/a cuando.".
Para describir el problema, no han de emplearse los insultos, ni las generalizaciones (siempre, nunca) o acusaciones al otro/a ("tú tienes la culpa"). Es más, es importante valorar o reconocer la propia responsabilidad en el problema, siempre que la haya.
2. Esforzarse por solucionarlo
Estos cuatro consejos pueden ser muy útiles a la hora de solucionar el problema:
Se deben buscar alternativas de solución. Para ello es fundamental "no volver al pasado", porque esto a menudo lo que hace es dejar aflorar rencores y bloquear esta búsqueda. Hay que utilizar la "lluvia de ideas", esto es, dejar que la mente genere el mayor número de ideas posible. Al principio, no hay que descartar ninguna, aunque parezca "descabellada", más tarde se elegirá la más apropiada a la situación.
Ambos tienen que poner de su parte en la solución del problema. Los DOS con mayúsculas: si siempre es uno el que más se implica, al final la relación puede empezar a cojear.
Es conveniente que entre los dos lleguen a un acuerdo. En general hay dos tipos de acuerdo: uno, que implicaría un intercambio: "yo hago esto, si tú haces aquello"/i>, y otro, implicaría voluntad definida por una de las partes: "yo hago esto, independientemente de lo que hagas tú".
Por último te doy unas reglas de oro para vuestra mejor convivencia, toma lápiz y papel y apunta!:
Respeto mutuo. La pérdida de respeto lleva inevitablemente al fin de la relación.
Mantener la amistad. Especialmente teniendo en mente lo que le gusta al otro y tratando de complacerle.
Afrontar las dificultades, y hacerlo de forma conjunta. Cuando surjan problemas, es mejor plantarles cara de forma conjunta que tratar de obviarlos o huir de ellos.
De igual a igual. Tratar al otro como un igual y ceder cuando tenga razón también es fundamental.
Crítica constructiva. Cuando algo resulta molesto, hay que decirlo, pero sin arremeter contra el otro, hay formas y formas de decir las cosas.
Aceptar al otro como es. No servirá de nada intentar hacerle cambiar.
Hacer planes conjuntos. No contentarse con resolver el día a día. Ponerse metas conjuntas ayuda a reforzar la sensación de unión.
Hay parejas que se quieren y se desean pero son incapaces de vivir juntas. El motivo es que no saben resolver los problemas que surgen. La clave está, pues, en aprender a discutir, a poner los problemas sobre la mesa y negociar. Pero este aprendizaje no es sencillo. Cuando la pareja se ve incapaz de firmar tablas, conviene acudir a un profesional.
Una de las técnicas empleadas por los terapeutas consiste en juntar a la pareja y dejar que uno hable, con la condición de que el otro no le interrumpa y sin intentar dar soluciones al problema. Cuando ha terminado, el otro tiene que explicar lo que ha oído. De esta forma, el otro puede corregir cualquier malentendido. Pero esta técnica tiene dos mandamientos: que ambos estén dispuestos a trabajar para poder entenderse y que el que escucha no prepare su contraataque sino que intente comprender la posición del otro.
Aprender a discutir
Lo mejor que puede hacer alguien para mejorar la salud de su relación es aprender a discutir. La evasión del conflicto es el principal profeta del divorcio. No batallar, dejar pasar los problemas y evitar los conflictos es lo peor que se puede hacer. Al final, las tensiones terminan por librarse. Las parejas tienen que aprender a discutir sus diferencias sin que afecten a su relación.
No hay que olvidar que el desacuerdo forma parte de una buena relación. La mayoría de las parejas discute por las mismas cosas: dinero, las tareas del hogar, el tiempo, el sexo, las prioridades y los niños. Algunas diferencias son irreconciliables. No haga de ellas el centro de su relación. Una pareja que intenta reparar el daño de una discusión tiene más posibilidades de seguir.
Y en fin, si tienes más dudas puedes volver a escribirme cuando quieras. Besos

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