Relaciones difíciles

Buenos días, intentaré ser lo más breve posible, pero explicando todos los detalles. Estoy casada desde hace 17 años, tengo dos hijos de 16 y 13 años, a mi marido hace 4 años debido a una enfermedad, le dieron la invalidez permanente, y una pensión de 411 euros, además y durante 2 años recibe una prestacióhn de 426 euros. Cuando nos casamos tuvimos que pedir una hipoteca para hacernos la casa, la cual todavía estamos pagando. A mi marido lo incapacitaron para su profesión habitual, no para otra profesión de acuerdo con su problema de salud. Y aquí surge el problema, no se ha planteado el reciclarse, el buscar otro medio de trabajo de acuerdo con sus posibilidades, por eso, ante la difícil situación económica que atravesábamos, me decidí a pedir a mi padre un bajo de su propiedad y montar un pequeño negocio. He tenido que solicitar un préstamo en el banco para poder montarlo, y todavía el negocio no marcha como debiera o como yo esperaba. Tengo que decir que cuando nos casamos nos quedamos a vivir con mi padre, pero a los tres años tuvimos que irnos con cajas destempladas, como se suele decir, pues la situación se hizo insostenible, mi marido es una persona orgullosa, y chocó de forma rotunda con mi padre, éste acostumbrado a que viviéramos solos, no soportaba que otra persona dispusiera en la casa. Desde entonces las relaciones con mi padre, y de rebote con mi hermano, no son las que deberían ser, son más bien como si fuésemos unos extraños, pero yo me tuve que tragar mi orgullo cuando le pedí que me dejara el bajo para montar el negocio, pues es la única salida que veía a nuestra situación. Pero mi marido, a pesar de que dice lo contrarío, su actitud hacia ellos y su orgullo impiden que las cosas marchen como deberían, y siempre está a la defensiva ante cualquier propuesta, sugerencia, idea y opinión, ya no sólo de mi padre, sino de mi hermano y de mi cuñada, llegando incluso a veces a tener una actitud infantil en ciertas situaciones, lo que da lugar a tener más de una discusión con él, pero yo siempre llevo las de perder, pues mi marido tiene la costumbre de hacerse siempre la víctima en todas las situaciones, y echarle la culpa a los demás, no sé de qué forma tratarlo, a veces pienso que esta actitud suya parece como si le tuviera envidia a mi hermano, pues él tiene una buena situación económica, un buen trabajo, mi cuñada también, todo lo contrario que nosotros. Con respecto al trabajo, y puesto que no parece muy entusiasmado con el negocio que yo he montado, me gustaría que recapacitara, que bajara de esa nube de fantasía donde está, e intentara reciclarse, y buscar algún trabajo que le permita su estado de salud, pero cuando intento sacar el tema, siempre empiezan las discusiones, sé que la solución pasa por el diálogo, pero cómo se puede dialogar con una persona que piensa que su posición su actitud es la buena, y que somos los demás los equivocados, los que estamos haciendo las cosas mal. Muchas veces me doy cuenta de que aquellas actitudes de mi padre que mi marido criticaba, son las que ahora precisamente él está adoptando, y se lo he hecho saber, pero su contestación es que si no me parece bien, ya sé dónde está la puerta. No sé si su respuesta me ayudará en algo, pero necesitaba desahogarome de alguna manera con alguien, no tengo a nadie directamente que pueda asesorarme o ayudarme o poder contar todas mis preocupaciones. Muchas gracias por su atención.

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1
Lo que pides es muy difícil. Yo doy consejos a personas que quieren
recibirlos pero tu estás intentando que otra persona que no ha pedido
consejo o no quiere cambiar, cambie como a ti te gustaría que fuera.
Tu, cuando decidiste casarte con tu actual marido, seguro que le
encontraste cosas positivas, porque sino no te hubieras casado con él.
En tu pregunta, no mencionas nada positivo de tu marido y eso es porque
no eres tan imparcial como crees ser. De toda la situación que me
explicas seguro que tu marido tiene cosas positivas que tu o tu entorno
familiar no apreciáis.
Con respecto a lo que pides, sólo te puedo decir que el buen ejemplo y
la bondad son los modelos con que las otras personas pueden cambiar a
mejor. Si tu quieres que tu marido cambie a mejor eres tu la que con tu
buen ejemplo y tu bondad le arrastres al cambio.
Te voy a pasar para ti unos consejos muy buenos sobre la vida
matrimonial para que intentes vivir tu matrimonio de una forma generosa
y virtuosa y eso hará que tu marido se enamore más de ti y se haga
mejor marido y mejor persona.
Un cordial saludo con mis mejores deseos para tu felicidad.
Te paso lo que un autor muy bueno, llamado Jorge Loring, indica
para vivir el matrimonio. Tanto para el hombre como para la mujer. Esto
es en general, pero creo que si lo lees, te servirá para aplicar en tu
caso concreto.
e) Cariño matrimonial: Cuéntale a tu mujer las cosas que creas
pueden interesarle. Pídele a veces su parecer sobre asuntos en que
pueda darlo. Esto aumenta la unión y la compenetración.
El hombre prefiere expresar su amor con hechos (trabaja para su
esposa, le es fiel, etc.) pero no debe olvidar que a ella le gusta oír
que se la quiere. Y mucho más si lo oye sin haberlo preguntado.
No debes olvidar que la mujer es mucho más sentimental y afectuosa
que le hombre, y que, por consiguiente, está mucho más necesitada de
muestras de cariño. Dáselas, pues, a menudo. Es notable que muchos que
en el noviazgo tuvieron manifestaciones de amor incluso excesivas,
después de casados, precisamente cuando estas manifestaciones eran más
necesarias para reforzar la unión y el amor matrimonial, se portan con
sus mujeres de una manera fría, seca y hasta desagradable.
La mujer es difícil de comprender. A veces, ni ella misma se
comprende. Pero quien la ama, debe esforzarse por comprenderla. Ella no
puede exigir que se la comprenda. Pero sí que él haga esfuerzos por
comprenderla1 .
No olvides que durante la menopausia es cuando la mujer está más
necesitada de amor, atención, aprecio y comprensión.
Has de saber que hay días del ciclo menstrual de la mujer y del
embarazo en que la encontrarás más nerviosa, irritable, rara,
inestable, triste, deprimida, malhumorada, caprichosa, propensa a las
discusiones o lágrimas, etc. Hay que tener paciencia con ella. En estos
días él debe mostrarse especialmente conciliador, comprensivo, lleno de
ternura y delicadeza. Esos días ni ella misma se entiende. Hasta las
caricias es posible que la molesten y cansen. Lo mejor es dejarla en
paz y esperar.
El amor exige respeto, ternura, delicadeza, generosidad, fidelidad.
Muchos matrimonios fracasan, no por falta de conocimientos
sexuales, sino porque marido y mujer no han llegado a valorarse y
respetarse como personas. Conocer el funcionamiento del sexo es fácil.
Pero esto no basta para querer al otro como persona.
El amor es un ejercicio de jardinería: hay que arrancar lo que hace
daño, preparar el terreno, sembrar, esperar, regar, cuidar. Es decir,
aceptar a su pareja, valorarla, respetarla, admirarla, comprenderla,
darle afecto y ternura, etc.
El amor se alimenta con pequeños detalles.
El acto matrimonial no debe ser una relación mecánica cuerpo a
cuerpo, sino una relación amorosa persona a persona. Debe ir saturado
de amor a la persona.
Este amor es fundamental para que haya familia. «Para que haya
familia tiene que haber matrimonio. Y el matrimonio queda constituido
con la entrega comprometida y definitiva ante Dios y ante la comunidad
de dos personas que así se convierten en esposo y esposa»2 .
El marido no debe considerar su casa como una fonda a la que sólo
va a dormir. Debe dedicar tiempo a su mujer y a sus hijos. Debe saber
hacer sentir a su mujer que necesita de ella. El sentirse necesaria, la
llenará de satisfacción.
Procura reconocer y agradecer las atenciones y delicadezas que tu
mujer tenga contigo. Dile que la comida que te ha preparado está muy
buena. Pero nunca le digas que tu madre lo hacía mejor, aunque sea
verdad. Que no se sienta menospreciada, sino animada a hacer las cosas
a tu gusto.
Y si las cosas no están a tu gusto, no hagas por ello una escena:
Dáselo a entender a ella, pero con cariño.
Cuando tengas que reprenderla, no lo hagas nunca en el mismo
instante en que te ha molestado. Lo más probable es que en ese momento
seas excesivo en tus reproches, ella se resista y la cosa empeore.
Espera un momento oportuno, y en la soledad y con cariño dile
dulcemente lo que quieres.
Dale a tu mujer de buena gana el dinero suficiente para los gastos
de la casa, dejándole un poco de libertad en el modo de gastarlo, y no
exigiendo cuentas demasiado detalladas, aunque ella debe consultar
contigo cuando haya de tomar una resolución importante.
Algunos matrimonios, para evitar conflictos en la administración
del dinero, hacen, de los ingresos destinados a gastos, tres partes
desiguales:
a) una cuota fija para los gastos necesarios de la casa que
administra la mujer;
b) otra cuota fija para los gastos que el marido quiera hacer;
c) Otra cuota fija para que la mujer la gaste en sus cosas con
entera libertad.
De esta última cuota ella debe vestirse, hacer los gastos
superfluos que le parezca, etc.
Llévala contigo siempre que sea posible.
Dedícale algunos ratos para que pueda hablar contigo de lo que ella
quiera, y escúchale de buena gana.
Interésate frecuentemente por su salud y esmérate en atenciones
cuando no se encuentre bien.
Una de las cosas que más ilusiona a una mujer es ver sus deseos
cumplidos, sin necesidad de exponerlos. Procura esforzarte por
adivinarlos y satisfacerlos...
No le regatees alabanzas cuando se presente la ocasión. Sobre todo
si es joven, no dejes de decirle alguna vez que ese vestido le sienta
bien, o que con ese otro peinado te gusta más. Que no le falten tus
elogios a su belleza y a sus cualidades. Es posible que los reciba de
otros hombres y le falten de quien con más razón debe esperarlos.
El amor conyugal está hecho de mil detallitos aparentemente sin
importancia, que sin embargo contribuyen mucho más de lo que se cree a
la felicidad del hogar. El amor se alimenta de pequeñeces, de
insignificantes detalles. Las delicadezas son el lenguaje habitual del
amor.
Es mucho lo que puede contribuir a la felicidad de un hogar la
ternura de un hombre para con su mujer, y los detalles de consideración
y delicadeza que tenga para con ella. Hazle algún regalo por su santo,
en el aniversario de la boda, etc., aunque sea una pequeñez. No es el
valor material de la cosa, sino la delicadeza del recuerdo y del regalo
lo que llega al corazón.
Con más razón debes tener otras atenciones y delicadezas que no
cuestan dinero, como son algunas muestras de cariño, reconocer sus
valores y esfuerzos por atenderte, alabarla delante de otras personas,
mostrarte orgulloso de ella: pocas cosas hacen más feliz a una mujer
que el sentirse apreciada.
Ten cuidado de no prodigar tus alabanzas hacia otras mujeres
delante de la tuya. Evita los piropos o atenciones excesivas a otras
mujeres.
Y si lo que haces es complacerte comentando viejos amores del
pasado, es algo que lógicamente a tu mujer ha de dolerle profundamente.
No elogies los encantos de tu secretaria o de tu vecina. Que de
ninguna manera pueda ella encontrarse subestimada por ti. Por el
contrario, no regatees elogios sinceros a tu esposa, y sé con ella tan
amable y tan atento como cuando te enamoraste de ella.
Vuestra intimidad no debe ser origen de descuidos, desatenciones y
negligencias que enfríen vuestro cariño.
Mucha delicadeza. Si vas a llegar tarde a cenar, procura avisar a
tu mujer.
No manches sin necesidad, ni seas desordenado. Cosas que para ti no
tienen importancia, a ella le ponen nerviosa y serán motivos de
disgustos.
Cuando la mujer se enamora sueña con el hombre ideal. Por eso es
fácil que se sientan molestas, descontentas, o defraudadas ante
pequeños defectos de su marido que hacen derrumbarse a sus ojos el mito
de «hombre ideal» que se habían formado.
Por eso no basta ser fiel, amoroso, y capaz de triunfar en la vida.
Tienen importancia sobre todo, aquellos defectos que en público
pueden ponerla en ridículo: tratar mal a un camarero, dar una propina
tacaña, llevar los zapatos sucios, una mancha en la corbata, petulancia
en querer llevar siempre la razón, vanidad hablando siempre de sí,
presunción poco varonil; contemplarse en los espejos como una mujer,
etc.
También tienen importancia detalles que se relacionan con ella; ir
por la calle a un paso que ella no puede seguir; seguir leyendo el
periódico cuando ella te habla, sin hacerla caso, o escucharla con cara
de mala gana; humillarla (y mucho menos en público) diciéndole cosas
desagradables, como por ejemplo: «Tú cállate, que de esto no entiendes
ni una palabra».
Hay maridos que no hablan con sus mujeres; sólo mandan.
Muchas mujeres se quejan de que su marido sólo es cariñoso con ella
cuando desea relaciones sexuales.
El marido debe ser cariñoso con su esposa aunque no tenga intención
de llegar al acto conyugal.
En este caso debe procurar que sus caricias íntimas no provoquen el
orgasmo, pero si éste se produjese inesperadamente, no debe tener
preocupación moral. Así opina el célebre moralista Häring que añade:
«Es un deber fomentar el amor conyugal no sólo en el contexto del acto
conyugal completo, sino también y especialmente, en los momentos en que
los esposos no tienen intención de practicar el acto conyugal»3 .
Para procurar la felicidad de tu esposa debes caer en la cuenta de
que su psicología es distinta de la tuya.
Puede ser que tu proceder impetuoso para exigir lo que tienes
derecho, a ella -por naturaleza menos pasional que tú- le parezca
brutal.
Debes, por lo tanto, proceder en esto con moderación, delicadeza y
cariño.
La mujer es más lenta y necesita preparación.
«El marido debe darle gran importancia al juego sexual previo. Debe
tratar de crear el deseo sexual de la esposa antes del coito. Tener
sexo sin preparar a la esposa, sin un beso, ni un cariño, es algo que
el esposo no debe nunca hacer. Por lo menos debe dedicar cinco o diez
minutos antes del coito a crear un ambiente sexual. Con palabras de
cariño, con besos, abrazos y las caricias que más halaguen a su esposa.
Debe conquistar en cierto modo, a la esposa cada vez que le va a pedir
sexo»4 .
«El hombre puede alcanzar el orgasmo en dos minutos. En cambio la
mujer es frecuente que necesite de diez a quince minutos de
estimulación activa para llegar al mismo resultado. Es que la
voluptuosidad en la mujer es más un acto psíquico que fisiológico. Es
preciso saberla despertar juiciosamente, sin violencias ni brusquedades
hasta que se entregue totalmente en un acto de amor»5 .
«Por eso el hombre debe evitar ser brusco, desconsiderado,
impaciente. No debe exigir lo que no haya sido capaz de hacer desear a
su mujer. La mujer también se apaga más lentamente después del orgasmo,
por lo tanto, conviene seguir ocupándose de ella, acariciándola durante
unos momentos»6 .
«Es frecuente que a ella le sobrevengan varios orgasmos sucesivos
(Tres o cuatro), abarcando una duración de uno a cinco minutos. Es
esencial que el hombre no se separe durante este período, si quiere dar
a la mujer el placer que desea.(...) La mujer debe quedarse con la
impresión de que se la ama por ella misma; que no es un objeto que se
abandona después de usado.
»Algunos testimonios de profundo amor en el posludio tienen una
importancia capital.(...) La relación conyugal es un acto de amor. Nace
en el amor y aporta a la pareja una intensificación de este amor. Pero
es necesario que sea un amor de donación, un amor generoso en que la
atención al «tú» predomine siempre sobre la búsqueda de la satisfacción
propia»7 .
Si en lo que ocurre en el lecho conyugal no está presente la
ternura, es muy probable que aquello resulte insatisfactorio.
El marido no puede olvidarse de los derechos de su mujer.
Si la deja insatisfecha será para ella una tortura y terminará
aborreciendo el acto conyugal. El acto matrimonial debe ir saturado de
ternura.
Prolongar el cariño en este momento es de los puntos más apreciados
por la mujer. La ternura ennoblece la sensualidad, sin extinguirla.
Cuando ésta falta, el acto conyugal queda enormemente empobrecido. La
unión psíquica del amor vale mucho más que todas las satisfacciones
sensitivas.
El ideal es que el orgasmo sea simultáneo. Por eso el hombre debe
dominarse y no eyacular hasta que la mujer dé indicios de que se acerca
al orgasmo .
«Tras el orgasmo, hombre y mujer deben seguir pendientes el uno del
otro. La separación brusca de los cuerpos en tales momentos es un mal
final, ya que traduce poca ternura. El acto sexual más completo es
aquel que se prolonga tras el orgasmo, manteniendo unida a la pareja en
un abrazo interminable»8 .
Ha dicho el Papa Juan Pablo II: «El marido que trata a su mujer sin
amor, sino sólo como objeto de satisfacción del instinto, adultera con
su propia esposa»9 .
No es raro el fenómeno de la frigidez en la mujer que no llega al
orgasmo en el acto conyugal con su esposo. Eso tiene fácil solución
consultando con un médico. Podría ser solución el que la mujer no se
contente con estar pasivamente dejando que él lo haga todo. Si ella
participa activamente en el juego sexual, puede remediar su mal.
«El primer coito es un momento delicado. El joven, casi siempre
hiperexcitable, puede tener poca paciencia, ante una muchacha poco
despertada sexualmente... Es excepcional que la desfloración sea
realmente dolorosa. Si el esposo la realiza en el ambiente de ternura y
profundo amor que es normal en los primeros días del matrimonio, la
mujer no experimentará ningún trastorno. La mínima hemorragia que se
produce frecuentemente al rasgar el himen, no tiene consecuencias; sin
embargo, conviene dejar que se produzca la cicatrización durante tres o
cuatro días absteniéndose de relaciones sexuales en este breve período.
Es un verdadero sacrificio para el marido, pero será apreciado por la
mujer»10 .
Hoy hay una excesiva preocupación por la técnica sexual y la
mecánica del orgasmo. Esto hace que le coito pierda la espontaneidad de
un acto que debe brotar del amor, y lo que resulta es de un efecto
contrario a lo que se pretendía.
Dice el Dr. May en Love and Will: «No es sorprendente que las
tendencias contemporáneas hacia la mecanización del sexo tengan mucho
que ver con el problema de la impotencia. La característica distintiva
de la máquina es que puede realizar todos los movimientos, pero nunca
siente» .
«Durante algunos años proliferaron abundantemente los libros sobre
técnicas sexuales. Recientemente se ha dicho que más matrimonios se han
visto perjudicados por estos libros que los que se han beneficiado. El
énfasis en la técnica hace que se dé más importancia a la mecánica que
a las propias relaciones.(...) Es un acercamiento egoísta en el que
cada uno busca su propia auto satisfacción. (...) El otro es un
accesorio para su placer solitario»11 .
«En la relación sexual se trata principalmente de amor y no de
técnica. La preocupación por la mecánica sexual puede agotar el amor y
convertirlo en una caricatura desgraciada y artificiosa del mismo. En
cambio, el amor y la generosidad mutua llegarán a conseguir, por sus
insospechados caminos, resultados muy superiores a los "técnicos". Esta
preocupación por las técnicas sexuales tiene su base en el concepto de
que el hombre no es más que un animal desarrollado; y, por lo mismo, lo
más importante en sus relaciones sexuales será la cantidad de placer
físico que ellas puedan producir. Todo esto es una idea absurda y muy
triste acerca de la naturaleza humana y del amor conyugal.
»De esta idea absurda proviene en algunos la obsesiva y maniática
ansiedad por buscar resultados siempre más artificiosos. Ansiedad y
manía que tantas veces lleva al callejón sin salida del hastío sexual o
de las aberraciones sexuales.
»Se asemeja a la actitud del gastrónomo que estuviera estudiando y
planeando laboriosamente cada plato, con ansiedad de conseguir siempre
el máximo placer de su comida. En realidad, éste goza en comer mucho
menos que la gente normal.
»Lo mismo ocurre en la vida conyugal; los "técnicos" se enredan en
ansiedades y preocupaciones artificiosas, mientras que los esposos
normales se aman libres de preocupaciones, sin que la ansiedad por el
máximo placer físico posible pueda empeñar su espontaneidad, su alegría
y su gozo al entregarse mutuamente; factores éstos mucho más
importantes para la plenitud de la felicidad sexual. Volvemos a repetir
que no hay mejor técnica para el ajuste sexual que el verdadero amor
mutuo, la consideración hacia el otro y el deseo de cada uno de hacer
feliz a su pareja.
»En el sexo se repite lo que ocurre en tantos otros aspectos de la
vida: que da mucha más felicidad el dar que el recibir. Aquí tiene esto
una especial significación, porque, esencialmente, el acto conyugal es
un don»12
El amor conyugal no es una simple aventura de goce apasionado. El
goce físico debe estar al servicio de la ternura. La unión sentimental
debe preceder a la unión de los cuerpos: esta última se convertirá así
en expresión de un amor que ya existe en los corazones13 .
El acto conyugal debe ir siempre saturado de ternura. Si este acto
«No nace del amor va contra el recto orden»14 .
«El encuentro genital será de verdad auténtico si entre los esposos
hay una constante y concreta actitud de amor mutuo, demostrada
prácticamente a lo largo de las más diversas situaciones de la vida.
»Es necesario, en efecto, recordar que la unión sexual, para estar
verdaderamente en consonancia con la naturaleza humana, no puede
reducirse solamente a la búsqueda de sensaciones voluptuosas, sino que
debe expresar sobre todo una fusión completa entre el hombre y la
mujer, penetrando simultáneamente sus facultades del cuerpo y del
espíritu»15 .
No es lo mismo amor que deseo. El amor es del alma y el deseo es
del cuerpo. El amor matrimonial debe ser total: de alma y de cuerpo.
Decálogo de la esposa:
1.- El hogar será lo que tú hagas de él. Ésa debe ser la gran obra
de tu vida.
2.- Te corresponde la administración inmediata de los bienes. Sé
previsora, prudente y con gran sentido común.
3.- Que tu buen gusto y tus desvelos -más que tu dinero- hagan del
hogar un refugio acogedor para cuantos constituyen tu familia.
4.- Procura seguir siendo siempre la novia de tu marido. Y que ello
se note tanto en tus palabras como en tu presentación.
5.- Jamás olvides que antes que tus mismos hijos -y por supuesto
tus padres- está tu esposo.
6.- Que tus palabras, tu alegría y tu sosiego sean alivio y
descanso para cuantos constituyen tu hogar, o se acercan a él.
7.- Tu primer deber hacia tus hijos se llama ternura. Sobre ella,
como base, te será fácil ir ejercitando, a una con tu marido, ese arte
difícil y delicado que se llama educar.
8.- No grites, ni pierdas los estribos. Te harás obedecer mejor si
dices a tus hijos las cosas con calma.
9.- Pon especial cuidado en el orden y administración del hogar: en
las horas de las comidas, y en la prudente economía.
10.- Finalmente, si tienes la dicha de tener fe, busca tu apoyo en
Dios, pues en Él encontrarás siempre la fuerza y la gracia que
necesitas para llevar adelante tu hermosa misión en la vida.
Decálogo del esposo:
1.-Soluciona tu vida -al menos en lo fundamental- antes de
constituir una familia
2.- Tu trabajo es importante, pero que no te absorba de tal modo
que te robe un tiempo que debes a los tuyos.
3.-El buen humor, la permanente serenidad de espíritu, es el regalo
más valioso que puedes ofrecer a tu esposa y a tus hijos.
4.- Tu esposa debe ser tu mejor amiga y compañera. Y has de tener
hacia ella las mismas atenciones, al menos, que tenías cuando era sólo
tu novia.
5.- Respeta su campo de trabajo. Pocas cosas hay tan ridículas y
perjudiciales como un marido quisquilloso y entrometido en lo que es
propio de su mujer.
6.- Si tu esposa está en condiciones de ejercer una profesión -
Salvando el cuidado del hogar- permíteselo.
7.- En relación con tus hijos, no olvides que el educar es un arte.
Arte difícil y delicado, integrado por un poco de ciencia, mucho de
buen sentido y, sobre todo, mucho de amor.
8.- El ejemplo es la clave de la educación. Gánate con tu proceder
el respeto y la obediencia.
9.- Sé muy hombre en todo, pero ten presente que esto es
perfectamente compatible con las muestras de afecto que los tuyos
necesitan.
10.- Y si tienes la dicha de ser creyente, que Cristo sea la luz y
la alegría de tu vida en el cumplimiento de tus deberes de padre y
esposo.
Decálogo del matrimonio y del hogar:
1.-Antes que la profesión, incluso antes que los propios hijos -y
precisamente por el bien de ellos- está vuestro amor de esposos, para
el cual tenéis que saber encontrar «vuestro tiempo».
2.- Paternidad responsable, sí; pero si el Señor os da una familia
numerosa, aceptadla como el mayor de los bienes.
3.- Que vuestro hogar esté siempre abierto para vuestros familiares
y amigos.
4.- Que en vuestro hogar haya siempre un sitio de honor -como en
vuestro corazón- para quienes os dieron la vida.
5.- Respetaos mutuamente vuestro campo de acción.
6.- Sed con vuestros hijos enérgicos en lo esencial y flexibles en
lo accidental.
7.- No dramaticéis las cosas sencillas. Simplificad las cosas
trágicas.
8.- La belleza, el buen gusto y el orden deben ser algo
característico de vuestro hogar.
9.- Que una religiosidad sencilla y auténtica envuelva en una sana
espiritualidad vuestro hogar.
10.- Aceptad vuestra situación. Como dice Quoist: «Si no podéis
construir el castillo soñado, construid una cabaña. Pero no seréis
felices en vuestra cabaña mientras sigáis soñando con el castillo»16 .
El psicólogo Bernabé Tierno en la revista EL SEMANAL escribió un
artículo titulado: Cómo matar el amor17 .
Lo resumo así:
- Cada día eche en cara a su pareja todos sus fallos.
- Muéstrese habitualmente malhumorado, aunque no tenga motivo.
- No pierda la ocasión de provocar una tormenta aunque el motivo
sea nimio.
- No reconozca nunca a su pareja mérito o cualidad alguna. No le
alabe nunca.
- No se muestre satisfecho de los detalles que tenga con Vd. Todo
es poco.
- No se le ocurra nunca mirar las cosas desde el punto de vista del
otro.
- Flirtee con otra persona para provocarle celos.
Haz lo contrario de todo esto y fortalecerás tu amor.
f) Procreación de los hijos: «El Señor se ha dignado sanar el amor
de los esposos, perfeccionarlo y elevarlo, por el don especial de la
gracia y de la caridad. Un tal amor, asociando a la vez lo humano y lo
divino, lleva a los esposos a una entrega libre y mutua de sí mismos,
comprobada por sentimientos y actos de ternura, e impregna toda su
vida. Supera, pues, con mucho, la inclinación puramente erótica que,
cultivada con egoísmo, se malogra rápida y lamentablemente»18 .
La Iglesia alaba a las familia numerosas.
Dice el Vaticano II: «Son dignos de mención muy especial los que de
común acuerdo, bien meditado, aceptan con generosidad una prole más
numerosa, para educarla dignamente»19.
Sin embargo también recomienda una paternidad responsable.
«Frecuentemente se ha caricaturizado la posición de la Iglesia
Católica como si recomendase a los esposos tener el mayor número de
hijos que sea posible concebir biológicamente en el interior del
matrimonio.
»¡Y esto es falso!
»La Iglesia invita, ciertamente, a una fecundidad generosa; pero
controlada, es decir, atenta a los diversos factores en juego.
»Pero es verdad que, al insistir sobre la esencial apertura del
amor a la fecundidad, la Iglesia, sobre todo en nuestros días, pone en
tela de juicio los ideales de la sociedad de consumo.
»Ésta inculca a muchas jóvenes parejas que, para su propia dicha, y
la de los futuros hijos, deben (...) establecer sólidamente el confort
doméstico, tras lo cual, podrá venir el hijo.
»Si te dejas atrapar por esta concepción materialista de la
felicidad es claro que serás conducido, como tantos otros, a colocar
los primeros años de tu vida conyugal bajo el signo, no de la
paternidad responsable, sino de la esterilidad sistemática.
»La terrible regresión demográfica que amenaza con la extinción de
los viejos países de la cristiandad en Occidente, manifiesta las
consecuencias mortales de esta sociedad de consumo que, en su hedonismo
egoísta, acaba por vaciarse de consumidores. (...) Por un vuelco
suicida de los valores se encamina hacia la muerte»20 .
«El matrimonio y el amor conyugal están ordenados por su propia
naturaleza a la procreación y educación de los hijos.
»Desde luego, los hijos son don excelentísimo del matrimonio y
contribuyen grandemente al bien de sus mismos padres. (...) En el deber
de transmitir la vida humana y educarla, lo cual hay que considerar
como su propia misión, los cónyuges saben que son cooperadores del amor
de Dios-Creador, y como sus intérpretes.
»Por eso, con responsabilidad humana y cristiana cumplirán su
obligación con dócil reverencia hacia Dios.
»De común acuerdo y esfuerzo se formarán un juicio recto,
atendiendo tanto al bien propio como al bien de los hijos, ya nacidos o
todavía por venir, discerniendo las circunstancias del momento y del
estado de vida, tanto materiales como espirituales, y, finalmente,
teniendo en cuenta el bien de su propia familia, de la sociedad y de la
Iglesia.
»Este juicio, en último término, lo deben formar ante Dios los
esposos personalmente.
»En su modo de obrar, los esposos cristianos tengan en cuenta que
no pueden proceder a su arbitrio, sino que siempre deben regirse por la
conciencia, que hay que ajustar a la ley divina misma, dóciles al
Magisterio de la Iglesia, que interpreta auténticamente aquella, a la
luz del Evangelio. Esa ley divina muestra el pleno sentido del amor
conyugal, lo protege e impulsa a su verdadera perfección humana.
»Así, los esposos cristianos, confiados en la Divina Providencia y
fomentando el espíritu de sacrificio, glorifican al Creador y se
perfeccionan en Cristo cuando con generosidad, sentido humano y
cristiano de su responsabilidad cumplen su misión procreadora.
»Entre los cónyuges que cumplen así la misión que Dios les ha
confiado, son dignos de mención muy especial los que, de común acuerdo,
bien ponderado, aceptan con magnanimidad una prole más numerosa para
educarla dignamente.
»El matrimonio no es solamente para la procreación, sino que la
naturaleza del vínculo indisoluble entre las personas y el bien de la
prole requieren que el amor mutuo de los esposos mismos se manifieste
ordenadamente, progrese y vaya madurando.
»Por eso, si la descendencia, tan deseada a veces, faltara, sigue
en pie el matrimonio, como intimidad y participación de la vida toda, y
conserva su valor fundamental y su indisolubilidad»21 .
Dice el Papa Juan Pablo II: «el cuerpo del hombre y de la mujer no
son sólo para la procreación, sino que deben expresar el amor mutuo, en
una donación recíproca que refleje la unión de los espíritus y la
comunión íntima de las personas, imágenes de Dios»22 .
«Esta funcionalidad amorosa de la actividad sexual es inseparable
del acto mismo, de manera que si carece de ella, el ejercicio sexual no
pasa de un nivel zoológico.
»Por lo tanto, elemento esencial de la bondad ética del ejercicio
sexual es que éste realice de hecho el significado amoroso que le
caracteriza como acción humana.
»El ejercicio puramente biológico de la sexualidad humana es
contrario a la naturaleza racional y espiritual del hombre.
»Bajo este aspecto, la actividad sexual puede quedar éticamente
viciada tanto dentro como fuera del matrimonio por un doble efecto no
siempre coincidente: por estar privada de su comunicación amorosa -
Gozar sin amor- y por no realizarse de manera natural dejando sin
consumar lo que el mecanismo sexual tiende a consumar en conformidad
con el plan establecido por Dios en el orden biológico de los sexos»23
El Concilio Vaticano II, después de hablar de la paternidad
responsable y de revalorizar la función del amor en el matrimonio dice
que «el amor matrimonial se ve frecuentemente profanado por el egoísmo,
el hedonismo y las prácticas ilícitas contra la generación»24 .
El niño debe ser amado y deseado desde el primer momento en que se
conoce su concepción.
Dice Marta Cogollos, psicóloga de niños, que las hormonas que la
mujer embarazada transmite al feto dependen de su estado de ánimo.
Por ellas el niño se entera si es amado y deseado o rechazado.
Numerosos médicos, psiquiatras y psicólogos hablan de este «diálogo
endocrino» en el que el niño se entera del estado de ánimo de su madre
hacia él.
Esto influye en el comportamiento postnatal del niño.
g) Planificación familiar: Los hijos son un don de Dios. A nivel
humano, lo más grande que podemos hacer es transmitir la vida.
«Es también deseo de dar, de comunicar lo que nosotros hemos
recibido. Deseo de fructificar, de contribuir al porvenir de la
humanidad. (...) Es un acto de esperanza. Un sentimiento de que la vida
es un don y de que "lo que no se da, se pierde"»25 .
Los hijos deben ser fruto del amor y de la paternidad responsable26
.
Pablo VI, en la encíclica Humanae vitae, dice: «En la misión de
transmitir la vida, los esposos no quedan libres para proceder
arbitrariamente, como si ellos pudiesen determinar de manera
completamente autónoma los caminos lícitos a seguir, sino que deben
conformar su conducta a la intención creadora de Dios, manifestada en
la misma naturaleza del matrimonio y de sus actos, y constantemente
enseñada por la Iglesia. (...)
»La Iglesia, al exigir que los hombres observen las normas de la
ley natural interpretada por su constante doctrina, enseña que
cualquier acto matrimonial debe quedar abierto a la transmisión de la
vida»27 .
Con todo, los que por alguna razón no lleguen a este ideal «no se
desanimen», dice Pablo VI, sino que «recurran con humilde perseverancia
a la misericordia de Dios»28 .
Con ocasión de la Humanae vitae muchos matrimonios católicos se
inquietaron. Para tranquilizarlos, los obispos franceses publicaron un
documento exponiendo la doctrina tradicional de la moral católica sobre
el conflicto de deberes.
Decían: «Impedir la concepción no puede ser nunca un bien. Es siempre
un desorden. Pero este desorden no es siempre culpable. Puede
efectivamente suceder que un matrimonio se encuentre ante un verdadero
conflicto de deberes, en particular cuando la observancia de los ritmos
naturales no les proporciona una base suficientemente segura para la
regulación de los nacimientos.
Cuando alguien se halla ante una alternativa de deberes, porque no
puede evitar un mal sea cual fuere la decisión que adopte, la prudencia
tradicional aconseja que se considere delante de Dios qué obligación
parece ser la más grave en tal circunstancia»29.
A veces puede haber razones para limitar el número de hijos, o
espaciarlos30
No es prudente que la mujer quede embarazada a partir de los
cuarenta años.
Los métodos naturales de la regulación de nacimientos son morales31
.
La diferencia entre métodos artificiales y naturales en la
planificación familiar es que en aquellos se utilizan medios físicos
(El preservativo, el abortivo DIU), químicos (espermicidas), u
hormonales (píldoras) para frustrar la concepción.
En cambio los métodos naturales se limitan a elegir los días
infecundos, en lo cual no hay nada inmoral.
«Por este motivo todo método natural es llamado también "método de
abstención periódica".
»Como tal, todo método natural es "no-conceptivo" y no
"anticonceptivo", porque no supone ningún acto positivo que tenga por
objeto destruir las posibilidades naturales de una concepción»32.
Utilizar elementos artificiales es sólo lícito cuando se trata de
corregir imperfecciones (dentadura postiza); pero no cuando se trata de
frustrar lo que es conforme a la naturaleza.
«La gran diferencia entre métodos naturales y artificiales está en
que los artificiales, al truncar artificialmente la procreación (...)
Impiden la creación de un alma por parte de Dios. (...)
»El recurso a los métodos naturales de control de nacimientos es
algo cualitativamente diferente, ya que haciendo el acto en el período
infecundo de la mujer, se está haciendo algo que Dios, en su infinita
sabiduría, había previsto.
»No es un acto de rebelión contra Dios, ni un impedimento a su
acción creadora. Es seguir el camino que Él mismo ha establecido, y con
el que ha dado a la mujer espacio infecundo suficiente para que se
pueda realizar el significado unitivo del amor conyugal, cuando el
procreativo no es posible por las circunstancias de la vida.
»La significación moral, por tanto, de los dos métodos es
completamente diferente»33 .
«Recurriendo a los días analgésicos de los ritmos de la fecundidad,
los esposos no se erigen en dueños y señores del don de la vida»34 .
Algunos dicen que los métodos naturales de regulación de la
natalidad, que se someten a los «ritmos biológicos», quitan la
espontaneidad de la vida sexual en el matrimonio. Pero «espontaneidad
no significa comportarse según el impulso del instinto en cada momento.
Lo que al hombre le hace ser hombre es precisamente la capacidad de
integrar, de valorar y de escoger lo que es bueno para sí y para el
otro en cada momento. Por lo tanto, comportarse espontáneamente a nivel
sexual puede significar renunciar al acto sexual por un bien mayor
(...) practicando una abstinencia periódica de las relaciones»35.
Desde el Concilio Vaticano II «, el lenguaje de la Iglesia sobre el
matrimonio ya no distingue entre el fin primario (la procreación) y el
fin secundario (la ayuda mutua de los esposos). Prefiere hablar de dos
dimensiones fundamentales del matrimonio»36 .
«Por la unión de los esposos se realiza el doble fin del
matrimonio: el bien de los esposos y la transmisión de la vida. No se
pueden separar estas dos significaciones o valores del matrimonio sin
alterar la vida espiritual de los cónyuges ni comprometer los bienes
del matrimonio y el porvenir de la familia. Así, el amor conyugal del
hombre y de la mujer queda situado bajo la doble exigencia de la
fidelidad y la fecundidad»37 .
«El amor sexual tiene dos fines esenciales: la unión de las
personas y la transmisión de la vida. Lo que reprueba la Iglesia de
Cristo es perseguir el primero excluyendo el segundo; no sólo a nivel
de intención, sino por una manipulación sobre el vínculo estructural
entre el amor y la fecundidad»38 .Los dos fines son complementarios.
Según el Concilio Vaticano II el matrimonio es una comunidad de
vida y amor orientada a la procreación. Por lo tanto la procreación no
es esencial a cada uno de los actos. Puede haber motivos razonables
para renunciar a la dimensión procreadora, con métodos lícitos
moralmente.
«Aunque los métodos naturales han hecho progresos prometedores, son
desdeñados por muchos. Para algunos es humillante que la Iglesia
tuviese razón en esta materia y fuera auténticamente profética cuando
se la acusaba de ser retrógrada y anticuada39 . Y no olvidemos que en
los métodos artificiales hay en juego grandes intereses económicos
mientras que los métodos naturales son gratuitos.
El Dr.Germán Knaus, austríaco, y el Dr.Yusaku Ogino, japonés,
descubrieron simultáneamente, en 1923, que la ovulación de la mujer
tiene lugar trece días antes del comienzo de la menstruación, con una
fluctuación de dos días antes o después, cualquiera que sea la duración
del ciclo. Puesto que el óvulo vive unas veinticuatro horas, una mujer
puede conocer su período de fertilidad40 . Una tecnificación de este
método es averiguar el día de la ovulación haciendo una gráfica de la
temperatura basal de la mujer. Los termómetros especiales para esto
traen un librito explicando el modo de utilizarlos.
Como el espermatozoide permanece vivo unos dos días dentro del
útero, resulta que los días fecundos se reducen a tres cada mes.
Desde hace algún tiempo se vende en farmacias un aparato llamado
OVULATOR41, que observando la cristalización de la saliva, indica los
días fértiles y estériles del ciclo femenino. Hoy con los trabajos de
fecundación «in vitro» se ha vuelto a hablar de este procedimiento al
que se da una fiabilidad del 90%42 .
En 1975 se ha publicado en España un libro del Dr. Billings,
australiano, que ya lleva veinte ediciones en cuatro idiomas. Billings
ha descubierto un método para regular la natalidad que es muy fácil,
natural, sano y barato (sin instrumentos ni productos), moralmente
lícito y, según parece, el más seguro de todos. Se basa en la
observación del moco vaginal43 . La experiencia de la Organización
Mundial de la Salud, por las estadísticas realizadas en cinco países,
le da al método Billings una eficacia del 99% de éxitos44 . Hoy es
practicado por cincuenta millones de matrimonios en el mundo45 .
El Método Sintotérmico, que es la combinación del Método Billings
con otros parámetros, puede llegar al 99'2% de seguridad, según los
resultados dados por la OMS en Biologic of fertility control by
periodic abstinence (Informe técnico 369/67), si se enseña
adecuadamente siguiendo el Learning Package of Familiar Fertility, OMS,
78.
El Dr. Billings, Decano de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Melbourne (Australia), estuvo en Madrid en mayo de 1984
y afirmó: «Mi método es eficaz, por lo menos, en el 99% de los casos.
Más eficaz que el abortivo DIU y el preservativo.
El método Billings es más seguro que el preservativo. Según la
revista The Medical Letter (XVII, 6/marzo 1995) el preservativo sólo
garantiza el 88% de seguridad46 .
Y tiene la ventaja de ser un método natural, sencillo y barato. Sin
los inconvenientes psíquicos de la ligadura de trompas y vasectomía»47;
Además no tiene los inconvenientes de la píldora.
La píldora anticonceptiva produce cáncer de útero, afirma el Royal
College of General Practitioners, después de 20 años de
investigaciones48 .
En el número de septiembre de 1989 The Lancet, una de las revistas
médicas más importantes del mundo, se dice que las mujeres que toman
anticonceptivos presentan una probabilidad de cáncer de mama 75%
Superior a las mujeres que no las usan49 .
Y en la misma revista, 344(1994)1390, también se dice que la toma
de anticonceptivos orales duplica el riesgo de padecer cáncer de útero.
En el «Vademécum Internacional de Especialidades Farmacéuticas» que
tienen casi todos los médicos españoles se dice que «se ha demostrado
que las mujeres que toman anticonceptivos orales sufren alteraciones
cardiovasculares en proporción superior a las que no las toman».
Los peligros de los anticonceptivos fueron confirmados por el Primer
Ministro inglés Tony Blair. En respuesta a una pregunta en el
parlamento Blair comunicó que durante los últimos diez años 104 mujeres
han muerto en Inglaterra a causa de la píldora. Mientras otras 2.400
mujeres han sufrido serios problemas de salud debido al uso de los
anticonceptivos50
«Los efectos secundarios de la píldora anticonceptiva son muy
conocidos. (...) Un total de cuatrocientos veinticinco accidentes
cerebrales por año podrían ser atribuidos al uso de anticonceptivos
orales en Estados Unidos. (...) Según la revista médica JAMA, ha sido
observada la asociación entre anticonceptivos orales y el cáncer de
pecho»51.
Con razón dice el Dr. Benigno Blanco: «Al consumidor de tabaco se
le advierte que el tabaco perjudica la salud, pero a la usuaria de
anticonceptivos se le oculta los riesgos que asume»52 .
En el telediario de varias cadenas del miércoles 25 de octubre de
1995 se dijo que la píldora anticonceptiva había ocasionado embolia a
varias mujeres que la usaban.
«Madrid.- El Ministerio de Sanidad envió el pasado viernes una
circular a todos los ginecólogos que trabajan en España advirtiéndoles
de que algunos anticonceptivos orales de tercera generación pueden
provocar tromboembolismo venoso, (...) y en ocasiones extremas la
muerte»53.
El Instituto Federal de Medicamentos de Berlín informa que la
píldora anticonceptiva «Diane», de los Laboratorios Schering, puede
producir cáncer de hígado. Esta píldora ha sido utilizada por millones
de mujeres, también en España54
Más de cien mujeres del Reino Unido, que usaron la píldora
anticonceptiva, sufrieron trastornos graves por coágulos de sangre y
trombosis, y siete de ellas murieron. Por eso sus familiares
presentaron una demanda contra los laboratorios Schering, Wyeth y
Organon que las fabricaron55.
Un estudio del gobierno comunista chino demuestra la eficacia del
sistema Billings.
El gobierno chino ha experimentado en la provincia de Nanchino, una
de las más pobladas de la nación, el método de la ovulación, conocido
comúnmente con el nombre de «Método Billings». Los resultados son
categóricos: entre las 922 parejas que lo han adoptado como método de
planificación familiar durante un año, tan sólo cinco mujeres han
quedado embarazadas. Es decir, el 0,5%. El grado de eficacia de este
método es superior, por ejemplo, a los dispositivos de anticoncepción
femeninos utilizados por la mujer.
El resultado arrojado por el estudio de las autoridades chinas
sobre el método Billings aparecerá en el próximo número del «Medical
Journal» de Pekín y fue adelantado el 28 de febrero por el mismo doctor
John Billings en un congreso organizado por la Universidad Católica de
Roma con motivo de la celebración de los treinta años de la publicación
de la encíclica de Pablo VI «Humanae Vitae»56 .
«La reunión del método ogínico con el del Dr. Billings es el modo
más seguro de todos los conocidos»57 .
La organización mundial que lleva la enseñanza y el control del
Método Natural de ovulación Billings es la WOOMB, cuya sede en Madrid
está en la calle JOSÉ CALVO, 23, bajo centro. Teléfono 91 450 50 11.
FAX: 91 450 50 76. - 28039 Madrid.
Se puede recibir información sobre el método Billings en:
www.juanpabloesp.org
http://usuarios.maptel.es/loiola
y en < [email protected]>
En España se enseña en centros de diferentes ciudades, dependiendo
fundamentalmente de las asociaciones Pro-Vida: información en la
Secretaría General, teléfono 93 204 71 11, de Barcelona, o en centros
de ADEHFA: información en el teléfono 91 241 40 83, de Madrid.
Voy a poner aquí las direcciones de los centros WOOMB de
información y enseñanza en distintas capitales de provincia:
Madrid: Dra. Ana Mercedes Rodríguez. c/ José Calvo, 23, bajo
centro.. Tel.:91 450 50 11. FAX: 91 450 50 76. Madrid 28039. E-Mail:
[email protected]
Centro de Regulación. T.:915335659.
Mónica Aisa. Centro de Regulación Natural. San Francisco de Sales,
34. 20003-Madrid. T.: 915 335 659.
Isabel Valdés. Clínica Salvia. López Pozas, 40. 28036.
Madrid. T.:913 507 034.
Centro Virgen de Olaz. Meléndez Valdés, 36,1º, D.28015-Madrid.T.. 915
433 017.
José Ignacio Tubio. Clínica Moncloa. T.: 915 957 000.
Isabel López de Ceballos. T.: 915 626 015.
Albacete: Arancha Merino. Teléfono: 967 502 459.
Alcalá de Henares:Dª Mercedes Otero. T.: 91 888 66 86.
Alicante: Dª Ana Such. T.: 96 512 61 81.
- Dr. J. A. Muñoz Puller: Pl. Navarro Rodrigo, 12,. Bajo. 03007-AB.
T.:965 920 703
Almería: Jorge Díaz. Torrenueva, 65,2ºC. 04600-Huercal (Alm). T.: 950
470 957.
Asturias:Dra. Inmaculada Flores. c/ Oscar Romero, 6.
Oviedo.T.:985110773
Ávila: Dª Ángeles Martín Rodríguez. c/Palencia, 15, bajo. T.: 920
220 328.
José Luis Martín. Cuesta 5. 05693-Umbría (Ávila). T.: 920 342 887.
Badajoz:Margarita Jiménez. La Cruz, 1, 3º A-B. 06200-
Almendralejo.T.:671566
Baleares:Dra. Candelas Cardero. Juan Maragall 37,1º, 1ª.
Palma.T.:971274103
Barcelona: Dª Mª José Blázquez: T.: 93 555 48 01
Dr. José Villanueva. Calle Calderón de la Barca, 34, Bajo, 1ª.
08032-Barcelona. T.: 933 581 504
Nuria Recto. Bonaplata, 42-54. 08034-
Barcelona.T.:932805683.FAX:932047214
Planif. Familiar. : Tel.:93 204 71 11 Tel.: 93 218 61 90
Bilbao:Concepción Rodríguez. Diputación, 8,6º, 1ª. 48008-
Bilbao.:T.:944167212
Coro Goitia. Clínica Euskalduna. Euskalduna, 10, 1º, A. 48008-
Bilbao. T.:944 103 752
Pilar Ruiz Martínez. Centro Cultural Santa Clara. c/ Casilda
Iturrizar, s/n. 48920-Portugalete (Vizcaya). T.: 944 729 220.
Carmen Riega. Av.Guipúzcoa, 35,1º dcha. 48260-Ermua
(Vizcaya).T.:943176209
Burgos: Dra. Dña.Concepción García Tejerina. Calle San José 3-5
Bajo. 09002 Burgos. T.:947264014
Cádiz: Dª Sol Díez de Rivera. Altos del Manantial, 13. 11500-Puerto
de Santa María. (Cádiz) T.: 956 480 446.
Córdoba: Mª Cristina Blanco. Centro Médico «El Camping». c/ Prof.
Lucena Conde, s/n. T.: 957 279 922.14012-Córdoba.
Cuenca: Dª Mónica la Torre Cañizares. T.: 969 22 08 79
Gerona:Dra. Mila del Pozo. Centro de Orientación y Planificación.
T.:972204212
Guadalajara: Dª Concha Aparicio Altamirano. T.: 949 223 490 y 949
224 696.
Huelva: María Asunción Febrer. 21400. Ayamonte. T.: 959 321 047.
Huesca: Dña. Victoria García Caballero. c/ Alta, 1 bis, 28. 22193-
Arascués (Huesca). T.: 974 22 12 27
Jaén: Centro de Salud San Felipe. Mª Dolores Chica. T.: 953 320
377.
La Coruña: Dra. Helvia Temprano. Hospital Teresa Herrera. 15006-La
Coruña. T.:981 178 000, extensión 20 156 - T.: 981 28 54 00, ext. 215.
Las Palmas de Gran Canaria: Carmen Serrano Sánchez. T.: 928 418 990
Laura E. Felipe Gil. Calle Schubert, 11, 3º, pta. 11(Casablanca 1).
35016-Las Palmas. T.: 928 418 990. - Mª. Dolores Hernández. T.: 928 321
073.
León:Purificación Blanco. Cardenal Landázuri 27. 24003-León.T.:987
23 10 20
Asunción Quirós. Calle Monasterio Carracedo, 3-11 C. 24400-
Ponferrada (León). T.: 987 415 689.
Lérida: Arancha Merino Thomas. Obispo Irurita, 12. Escalera, 9,
3º, 1ª. 25006 - Lérida. Tel.: 973 27 35 30. Centro Médico, Av.
Blondel, 70, 1º: T.: 973 27 40 51
María Ferrer. Hospital Arnau Vilanova. T.: 973 248 100
Noelia Más. Av. Blondel, 5, 2º C. 25002-Lérida. T.: 973 274 061.
Málaga:Dr. Joaquín Fernández. Pintor Zorolla, 2. Málaga-
29016.T.:9522243 67
Murcia: Cándida Vicente Gil. Avenida Ronda Norte, 9, 4º dcha.
escalera izq. 30009 - Murcia. Tel.:968 299 606.
Mikaela Menárguez. Calle Isaac Albéniz, 10. 30009-Murcia.
T.:9682833818.- Mikaela Menárguez, e-mail:[email protected]
Orense:Hermelinda Esteve. Quintela Cañedo, 11. 32001-Orense.T.:988215
758
Palma de Mallorca: Dra. Candelas Cardero. Calle Juan Maragall
37,1º,1ª. 07006-Palma.T.: 971 274 103
Pamplona: Dª Teresa Jaurrieta Galdiano. Pl. del Castillo, 44, 3º,
izq. 31001.- Pamplona (Navarra). Tel.: 948 22.90 94.
José María Echevarría. San Fermín, 45, 1º, izq. 31003-Pamplona.
T.:948237413
Ponferrada (León): Dª Asunción Quirós Álvarez. Monasterio de
Carracedo, 3, 11C. 24400 - Ponferrada (León). Tel.: 987 41 26 89.
Reus: Carmen Paya. Calle A. Gaudí, 76, 1º, 1ª. 43203-Reus. Tel.:977
311 476
Salamanca:Pablo Pascual. La Plaza (Farmacia). La Fregeneda. T.: 923
51 50 12 Salamanca - Tel: 923 247 972 Franca Tonini. Universidad
Pontificia de Salamanca. T.: 923 213 039
San Sebastián: Dª Ana Munilla. c/ M. Gardoqui, 1, 1º, izq. 20013-
San Sebastián. Tel.: 943 320 645; 943-27-8193. E-mail: [email protected]
Santa Cruz de Tenerife: Mª Luz Fariña. c/ Santiago Beyro,15. .
38007-Esta. Cruz de Tenerife. T.:922 214 9 63
Segovia: Juana Alonso. Calle Velasco, 17. 40003-Segovia. T.:921
460 655.
Sevilla: Marina Cuadrado Ruiz. Av. Luis de Morales, 24, escalera 3,
3º D. 41018-Sevilla. T.:954 530 001
. Dra. Mª del Carmen de la Cuadra, Apartado 6213. T.: 95 490 50 19
Dra. Mercedes Tarancón Jiménez. Centro de Salud. 41520-Viso del
Alcor (Sevilla). T.: 95 574 12 85.
Soria: Conchita Martínez. Calle Rosell, 12. 42190-Las Casas
(Soria). T.:975 224 713
Tarragona: Dr. J. M. Martínez. Calle Pau Casals, 11, 5º. 43003-
Tarragona. T.: 977 218 262
Carmen Paya. c/ A.Gaudí, 76, 1º, 1ª. 43203-Reus (Tarragona).
Tel.:977 311 476.
Toledo: Dª Mª Carmen Ramos Peñalver. Av.Guadarrama, 8, 5º. 45007-
Toledo. Tel.: Tel: 925 232 768
Dª Concepción Gutiérrez Arias. Bargas (Toledo). Tel.: 925 493 043.-
Valencia: Ana de Andrés Pardo. Burriana, 42. -46005-
Valencia.T.:963528153.
Dra. Ana Otte. T.:96 362 53 67.
Dra. Mª Argaya. C/ Salvador, 6, bajo dcha. 46003-Valencia. T.:
963 918 545
Conchita Medialdea. Porta de la Mar, 6,2º,8ª. 46006-Valencia. T.:
963 517 942.
Valladolid: Dra. Nieves González Rico. Paraíso, 3, 1º dcha. 47003-
Valladolid. Tel.: 983 25 30 07; 983 47 89 87.
Centro Médico. c/ Joaquín Velasco, 5. 47014-Valladolid. T.: 983 333
032.-
Villafranca del Penedés: Elena de Miguel. Pl. Penedés, 1. 08720-
Barcelona. T.:938 915 401
Villanueva de la Cañada: Dª Mª Luisa González Arguello. T.: 91 815
50 33
Vitoria: Fco. Javier Castillo. c/ F. Gª Lorca, 6,7ºB. 01003-
Vitoria. T.:945272518.
Zaragoza: Dra. Pilar Traver. Calle Dr. Casas, 12, 2º, dcha. 50008.-
Zaragoza. Tel.: 976 233 755 y 49 91 96.
En Valencia está el CIFER: Certificadora Internacional de Cursos de
Reconocimiento de la Fertilidad.
Vicente Oltra Climent
Calle Paseo de Ruzafa 9
46002 - Valencia
España
Fax: (+34) 96 352 31 07
www.cifer.info
Sobre el MÉTODO BILLINGS hay una página en INTERNET en inglés. Está
en www.woomb.org
La Humanae vitae ha presentado a los esposos «un ideal de ética
conyugal cristiana, a cuya realización han de tender progresivamente
los fieles, y que exige no pocas veces un gran esfuerzo. Tanto, que en
algunos casos se podrá dudar, con fundamento, de la culpabilidad grave
de los esposos en el incumplimiento de su deber en casos particulares.
Puede ocurrir, dada la fragilidad humana, que los esposos, a pesar de
sus buenas intenciones, no respondan siempre a la exigencia de un amor
fecundo, según la norma cristiana. No por esto han de considerar todo
esfuerzo inútil y apartarse de los sacramentos. Por el contrario, si el
pecado les sorprendiese todavía, no se desanimen, sino que recurran con
humilde perseverancia a la misericordia de Dios, que se concede en el
sacramento de la penitencia»58 .
El Papa Juan Pablo II ha dicho el 22 de noviembre de 1981, en la
Familiaris consortio: «La Iglesia es ciertamente consciente también de
los múltiples y complejos problemas que hoy, en muchos países, afectan
a los esposos en su cometido de transmitir responsablemente la vida.
Conoce también el grave problema del incremento demográfico, como se
plantea en diversas partes del mundo, con las implicaciones morales que
comporta. Ella cree, sin embargo, que una consideración profunda de
todos los aspectos de tales problemas ofrece una nueva y más fuerte
confirmación de la importancia de la doctrina auténtica acerca de la
regulación de la natalidad, propuesta de nuevo en el Concilio Vaticano
II y en la Encíclica Humanae vitae. Por eso, junto con los Padres del
Sínodo, siento el deber de dirigir una acuciante invitación a los
teólogos a fin de que, uniendo sus fuerzas para colaborar con el
Magisterio Jerárquico, se comprometan a iluminar cada vez...

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