
Super confundida
Hola, pues la cuestión es la siguiente soy una chava de 24 años y actualmente estoy casada desde hace casi 7 años, tengo una niña pequeña. El asunto es que hace tiempo conocí a otro chavo 10 años mayor que yo empecé a verlo a escondidas y vivimos cosas muy lindas, pero tuvimos ciertas diferencias y la relación se termino, perdí la confianza en el por completo, actualmente tengo 2 meses que no tengo comunicación con el, en ocasiones me manda algún mensaje pero no se lo contesto, en ocasiones lo extraño y siento que me hace falta, extraño las charlas largas que tenia con el, sin embargo una amistad creo que no la podría el aceptar y yo tampoco se si podría con eso. ¿Quisiera saber si sera adecuado intentar ser amigos? Creo que no es amor lo que siento por el pero el hecho de sentir que lo extraño y me hace falta me confunde demasiado :S
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Respuesta de Manuel Miguel Hernández Pujadas
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Manuel Miguel Hernández Pujadas, Espiritualidad, Relaciones Humanas, Dirección de Empresas,...
El estar viviendo cosas íntimas con unos y con otros acarrea las
consecuencias que ahora describes. Si los matrimonios se juntan y
se desjuntan fácilmente, sin compromiso para toda la vida, se vive
de ilusiones, cosas fugaces, pero no dan la verdadera felicidad.
El verdadero problema que tienes es que has vivido cosas íntimas
con varios hombres y ahora estás hecha un lio porque no sabes a
cuál quieres. De hecgho no quieres a ninguno, porque demuestras un
amor egoísta que sólo busca sacar beneficio para ti misma. Igual
que te juntaste con él, es posible que ahora desees otra aventura.
Lo mismo le puede pasar a él. Los hombres que actúan así viven su
sexualidad de forma inmadura. Su cerebro no se compromete con la
otra persona para toda la vida. Usan a la mujer como un trofeo de
caza. Cuando lo tienen, se cansan y buscan otra.
En cuanto a la sexualidad hoy en día está sobredimensionada, se la
mete hasta en la sopa. Sales a la calle y todo son incitaciones
sexuales. No te digo nada si navegas por internet. De hecho es uno
de los negocios que mueve más millones de dólares en el mundo. Nos
hacen creer que la sexualidad es un pasatiempo, un juego, un
placer y a muchas personas nos puede hacer mucho daño eso.
La sexualidad es una cosa muy seria. Se involucran las fuerzas
psíquicas y espirituales si se vive plenamente. La parte genital y
de roce de pieles es lo que menos vale, es la parte animal y
mecánica. De hecho los que practican su sexualidad de esa manera,
como animales, no se liberan de nada, no aparece ninguna
"liberación". Al revés se esclavizan, pues la sexualidad sin
control por parte de la parte racional del hombre es como apagar
fuego con gasolina. Cuanto más lo hacen más ganan tienen, y no
quedan satisfechos nunca.
Lo más importante para compartir con un hombre es tu mundo
interior y espiritual: tus ilusiones, tus valores, tu manera de
ser, etc. Para eso hay que querer a la persona y tener un proyecto
de amor indefinido. Si amas a otra persona con condiciones y
pensando que te separarás de ella cuando te interese, entonces no
has descubierto el verdadero amor.
El verdadero amor ama al amado con la salud y en la enfermedad,
con riqueza y con pobreza, siendo guapos y siendo feos. El
verdadero amor implica sacrificio, renuncia, dolor por la persona
amada.
Sinceramente creo que te falta buena formación sobre el tema de
las relaciones hombre -mujer. Creo que te vendrá muy bien que leas
buenos consejos para que tu conciencia se forme rectamente y
puedas tomar decisiones acertadas en la situación en que te
encuentras. Antes de tomar decisiones importantes en la vida hay
que formarse, saber cosas buenas para poder tomar decisiones
correctas. La formación dura toda la vida. Hoy en día sabemos
muchos datos o "conocimientos" que dentro de un mes ya no tienen
ningún valor. La formación es otra cosa, es saber cosas buenas
para aplicar criterios rectos en nuestra vida. Nadie es tan sabio
que en una sola vida pueda saber ni siquiera una parte importante
de lo que debería saber. Por eso necesitamos de los demás, de la
sabiduría popular de los refranes de nuestros mayores, de personas
que han dedicado a los demás su vida aportando criterio recto y
honrado.
Hay un libro estupendo que me leí de joven de Karol Wojtyla (el
Papa Juan Pablo II) que escribió cuando era obispo. Se llama "Amor
y Responsabilidad". Te lo recomiendo.
También leí el libro "Para Salvarte" de Jorge Loring. Habla de
muchas cosas, de noviazgo, de matrimonio, de sexualidad, de hijos.
A mí me sirvió mucho para escoger esposa. Tengo una esposa desde
hace 11 años y tres hijos estupendos. Puedes consultar sobre el P.
Loring en www.arconet.es/loring.
También visita www.encuentra.com y buscas en familia o en mujer.
Allí encontrarás consejos muy buenos. Y en www.interrogantes.net
hay consejos buenísimos sobre mejora personal, relaciones con los
demás, sexualidad, etc.
Que haya suerte. Sé valiente y listo. Si quieres consultarme algo
más no dudes en hacerlo.
Un cordial saludo con mis mejores deseos para tu felicidad
Te paso los consejos de un experto en matrimonio, Jorge Loring,
para llevar una vida matrimonial exitosa.
e) Cariño matrimonial: Cuéntale a tu mujer las cosas que creas
pueden interesarle. Pídele a veces su parecer sobre asuntos en que
pueda darlo. Esto aumenta la unión y la compenetración.
El hombre prefiere expresar su amor con hechos (trabaja para
su esposa, le es fiel, etc.) pero no debe olvidar que a ella le
gusta oír que se la quiere. Y mucho más si lo oye sin haberlo
preguntado.
No debes olvidar que la mujer es mucho más sentimental y
afectuosa que le hombre, y que, por consiguiente, está mucho más
necesitada de muestras de cariño. Dáselas, pues, a menudo. Es
notable que muchos que en el noviazgo tuvieron manifestaciones de
amor incluso excesivas, después de casados, precisamente cuando
estas manifestaciones eran más necesarias para reforzar la unión y
el amor matrimonial, se portan con sus mujeres de una manera fría,
seca y hasta desagradable.
La mujer es difícil de comprender. A veces, ni ella misma se
comprende. Pero quien la ama, debe esforzarse por comprenderla.
Ella no puede exigir que se la comprenda. Pero sí que él haga
esfuerzos por comprenderla1 .
No olvides que durante la menopausia es cuando la mujer está
más necesitada de amor, atención, aprecio y comprensión.
Has de saber que hay días del ciclo menstrual de la mujer y
del embarazo en que la encontrarás más nerviosa, irritable, rara,
inestable, triste, deprimida, malhumorada, caprichosa, propensa a
las discusiones o lágrimas, etc. Hay que tener paciencia con ella.
En estos días él debe mostrarse especialmente conciliador,
comprensivo, lleno de ternura y delicadeza. Esos días ni ella
misma se entiende. Hasta las caricias es posible que la molesten y
cansen. Lo mejor es dejarla en paz y esperar.
El amor exige respeto, ternura, delicadeza, generosidad,
fidelidad.
Muchos matrimonios fracasan, no por falta de conocimientos
sexuales, sino porque marido y mujer no han llegado a valorarse y
respetarse como personas. Conocer el funcionamiento del sexo es
fácil. Pero esto no basta para querer al otro como persona.
El amor es un ejercicio de jardinería: hay que arrancar lo que
hace daño, preparar el terreno, sembrar, esperar, regar, cuidar.
Es decir, aceptar a su pareja, valorarla, respetarla, admirarla,
comprenderla, darle afecto y ternura, etc.
El amor se alimenta con pequeños detalles.
El acto matrimonial no debe ser una relación mecánica cuerpo a
cuerpo, sino una relación amorosa persona a persona. Debe ir
saturado de amor a la persona.
Este amor es fundamental para que haya familia. «Para que haya
familia tiene que haber matrimonio. Y el matrimonio queda
constituido con la entrega comprometida y definitiva ante Dios y
ante la comunidad de dos personas que así se convierten en esposo
y esposa»2 .
El marido no debe considerar su casa como una fonda a la que
sólo va a dormir. Debe dedicar tiempo a su mujer y a sus hijos.
Debe saber hacer sentir a su mujer que necesita de ella. El
sentirse necesaria, la llenará de satisfacción.
Procura reconocer y agradecer las atenciones y delicadezas que
tu mujer tenga contigo. Dile que la comida que te ha preparado
está muy buena. Pero nunca le digas que tu madre lo hacía mejor,
aunque sea verdad. Que no se sienta menospreciada, sino animada a
hacer las cosas a tu gusto.
Y si las cosas no están a tu gusto, no hagas por ello una
escena: dáselo a entender a ella, pero con cariño.
Cuando tengas que reprenderla, no lo hagas nunca en el mismo
instante en que te ha molestado. Lo más probable es que en ese
momento seas excesivo en tus reproches, ella se resista y la cosa
empeore.
Espera un momento oportuno, y en la soledad y con cariño dile
dulcemente lo que quieres.
Dale a tu mujer de buena gana el dinero suficiente para los
gastos de la casa, dejándole un poco de libertad en el modo de
gastarlo, y no exigiendo cuentas demasiado detalladas, aunque ella
debe consultar contigo cuando haya de tomar una resolución
importante.
Algunos matrimonios, para evitar conflictos en la
administración del dinero, hacen, de los ingresos destinados a
gastos, tres partes desiguales:
a) una cuota fija para los gastos necesarios de la casa que
administra la mujer;
b) otra cuota fija para los gastos que el marido quiera hacer;
c) Otra cuota fija para que la mujer la gaste en sus cosas con
entera libertad.
De esta última cuota ella debe vestirse, hacer los gastos
superfluos que le parezca, etc.
Llévala contigo siempre que sea posible.
Dedícale algunos ratos para que pueda hablar contigo de lo que
ella quiera, y escúchale de buena gana.
Interésate frecuentemente por su salud y esmérate en
atenciones cuando no se encuentre bien.
Una de las cosas que más ilusiona a una mujer es ver sus
deseos cumplidos, sin necesidad de exponerlos. Procura esforzarte
por adivinarlos y satisfacerlos...
No le regatees alabanzas cuando se presente la ocasión. Sobre
todo si es joven, no dejes de decirle alguna vez que ese vestido
le sienta bien, o que con ese otro peinado te gusta más. Que no le
falten tus elogios a su belleza y a sus cualidades. Es posible que
los reciba de otros hombres y le falten de quien con más razón
debe esperarlos.
El amor conyugal está hecho de mil detallitos aparentemente
sin importancia, que sin embargo contribuyen mucho más de lo que
se cree a la felicidad del hogar. El amor se alimenta de
pequeñeces, de insignificantes detalles. Las delicadezas son el
lenguaje habitual del amor.
Es mucho lo que puede contribuir a la felicidad de un hogar la
ternura de un hombre para con su mujer, y los detalles de
consideración y delicadeza que tenga para con ella. Hazle algún
regalo por su santo, en el aniversario de la boda, etc., aunque
sea una pequeñez. No es el valor material de la cosa, sino la
delicadeza del recuerdo y del regalo lo que llega al corazón.
Con más razón debes tener otras atenciones y delicadezas que
no cuestan dinero, como son algunas muestras de cariño, reconocer
sus valores y esfuerzos por atenderte, alabarla delante de otras
personas, mostrarte orgulloso de ella: pocas cosas hacen más feliz
a una mujer que el sentirse apreciada.
Ten cuidado de no prodigar tus alabanzas hacia otras mujeres
delante de la tuya. Evita los piropos o atenciones excesivas a
otras mujeres.
Y si lo que haces es complacerte comentando viejos amores del
pasado, es algo que lógicamente a tu mujer ha de dolerle
profundamente.
No elogies los encantos de tu secretaria o de tu vecina. Que
de ninguna manera pueda ella encontrarse subestimada por ti. Por
el contrario, no regatees elogios sinceros a tu esposa, y sé con
ella tan amable y tan atento como cuando te enamoraste de ella.
Vuestra intimidad no debe ser origen de descuidos,
desatenciones y negligencias que enfríen vuestro cariño.
Mucha delicadeza. Si vas a llegar tarde a cenar, procura
avisar a tu mujer.
No manches sin necesidad, ni seas desordenado. Cosas que para
ti no tienen importancia, a ella le ponen nerviosa y serán motivos
de disgustos.
Cuando la mujer se enamora sueña con el hombre ideal. Por eso
es fácil que se sientan molestas, descontentas, o defraudadas ante
pequeños defectos de su marido que hacen derrumbarse a sus ojos el
mito de «hombre ideal» que se habían formado.
Por eso no basta ser fiel, amoroso, y capaz de triunfar en la
vida.
Tienen importancia sobre todo, aquellos defectos que en
público pueden ponerla en ridículo: tratar mal a un camarero, dar
una propina tacaña, llevar los zapatos sucios, una mancha en la
corbata, petulancia en querer llevar siempre la razón, vanidad
hablando siempre de sí, presunción poco varonil; contemplarse en
los espejos como una mujer, etc.
También tienen importancia detalles que se relacionan con
ella; ir por la calle a un paso que ella no puede seguir; seguir
leyendo el periódico cuando ella te habla, sin hacerla caso, o
escucharla con cara de mala gana; humillarla (y mucho menos en
público) diciéndole cosas desagradables, como por ejemplo: «Tú
cállate, que de esto no entiendes ni una palabra».
Hay maridos que no hablan con sus mujeres; sólo mandan.
Muchas mujeres se quejan de que su marido sólo es cariñoso con
ella cuando desea relaciones sexuales.
El marido debe ser cariñoso con su esposa aunque no tenga
intención de llegar al acto conyugal.
En este caso debe procurar que sus caricias íntimas no
provoquen el orgasmo, pero si éste se produjese inesperadamente,
no debe tener preocupación moral. Así opina el célebre moralista
Häring que añade: «Es un deber fomentar el amor conyugal no sólo
en el contexto del acto conyugal completo, sino también y
especialmente, en los momentos en que los esposos no tienen
intención de practicar el acto conyugal»3 .
Para procurar la felicidad de tu esposa debes caer en la
cuenta de que su psicología es distinta de la tuya.
Puede ser que tu proceder impetuoso para exigir lo que tienes
derecho, a ella -por naturaleza menos pasional que tú- le parezca
brutal.
Debes, por lo tanto, proceder en esto con moderación,
delicadeza y cariño.
La mujer es más lenta y necesita preparación.
«El marido debe darle gran importancia al juego sexual previo.
Debe tratar de crear el deseo sexual de la esposa antes del coito.
Tener sexo sin preparar a la esposa, sin un beso, ni un cariño, es
algo que el esposo no debe nunca hacer. Por lo menos debe dedicar
cinco o diez minutos antes del coito a crear un ambiente sexual.
Con palabras de cariño, con besos, abrazos y las caricias que más
halaguen a su esposa. Debe conquistar en cierto modo, a la esposa
cada vez que le va a pedir sexo»4 .
«El hombre puede alcanzar el orgasmo en dos minutos. En cambio
la mujer es frecuente que necesite de diez a quince minutos de
estimulación activa para llegar al mismo resultado. Es que la
voluptuosidad en la mujer es más un acto psíquico que fisiológico.
Es preciso saberla despertar juiciosamente, sin violencias ni
brusquedades hasta que se entregue totalmente en un acto de amor»5
.
«Por eso el hombre debe evitar ser brusco, desconsiderado,
impaciente. No debe exigir lo que no haya sido capaz de hacer
desear a su mujer. La mujer también se apaga más lentamente
después del orgasmo, por lo tanto, conviene seguir ocupándose de
ella, acariciándola durante unos momentos»6 .
«Es frecuente que a ella le sobrevengan varios orgasmos
sucesivos (tres o cuatro), abarcando una duración de uno a cinco
minutos. Es esencial que el hombre no se separe durante este
período, si quiere dar a la mujer el placer que desea.(...) La
mujer debe quedarse con la impresión de que se la ama por ella
misma; que no es un objeto que se abandona después de usado.
»Algunos testimonios de profundo amor en el posludio tienen
una importancia capital.(...) La relación conyugal es un acto de
amor. Nace en el amor y aporta a la pareja una intensificación de
este amor. Pero es necesario que sea un amor de donación, un amor
generoso en que la atención al «tú» predomine siempre sobre la
búsqueda de la satisfacción propia»7 .
Si en lo que ocurre en el lecho conyugal no está presente la
ternura, es muy probable que aquello resulte insatisfactorio.
El marido no puede olvidarse de los derechos de su mujer.
Si la deja insatisfecha será para ella una tortura y terminará
aborreciendo el acto conyugal. El acto matrimonial debe ir
saturado de ternura.
Prolongar el cariño en este momento es de los puntos más
apreciados por la mujer. La ternura ennoblece la sensualidad, sin
extinguirla. Cuando ésta falta, el acto conyugal queda enormemente
empobrecido. La unión psíquica del amor vale mucho más que todas
las satisfacciones sensitivas.
El ideal es que el orgasmo sea simultáneo. Por eso el hombre
debe dominarse y no eyacular hasta que la mujer dé indicios de que
se acerca al orgasmo .
«Tras el orgasmo, hombre y mujer deben seguir pendientes el
uno del otro. La separación brusca de los cuerpos en tales
momentos es un mal final, ya que traduce poca ternura. El acto
sexual más completo es aquel que se prolonga tras el orgasmo,
manteniendo unida a la pareja en un abrazo interminable»8 .
Ha dicho el Papa Juan Pablo II: «El marido que trata a su
mujer sin amor, sino sólo como objeto de satisfacción del
instinto, adultera con su propia esposa»9 .
No es raro el fenómeno de la frigidez en la mujer que no llega
al orgasmo en el acto conyugal con su esposo. Eso tiene fácil
solución consultando con un médico. Podría ser solución el que la
mujer no se contente con estar pasivamente dejando que él lo haga
todo. Si ella participa activamente en el juego sexual, puede
remediar su mal.
«El primer coito es un momento delicado. El joven, casi
siempre hiperexcitable, puede tener poca paciencia, ante una
muchacha poco despertada sexualmente... Es excepcional que la
desfloración sea realmente dolorosa. Si el esposo la realiza en el
ambiente de ternura y profundo amor que es normal en los primeros
días del matrimonio, la mujer no experimentará ningún trastorno.
La mínima hemorragia que se produce frecuentemente al rasgar el
himen, no tiene consecuencias; sin embargo, conviene dejar que se
produzca la cicatrización durante tres o cuatro días absteniéndose
de relaciones sexuales en este breve período. Es un verdadero
sacrificio para el marido, pero será apreciado por la mujer»10 .
Hoy hay una excesiva preocupación por la técnica sexual y la
mecánica del orgasmo. Esto hace que le coito pierda la
espontaneidad de un acto que debe brotar del amor, y lo que
resulta es de un efecto contrario a lo que se pretendía.
Dice el Dr. May en Love and Will: «No es sorprendente que las
tendencias contemporáneas hacia la mecanización del sexo tengan
mucho que ver con el problema de la impotencia. La característica
distintiva de la máquina es que puede realizar todos los
movimientos, pero nunca siente» .
«Durante algunos años proliferaron abundantemente los libros
sobre técnicas sexuales. Recientemente se ha dicho que más
matrimonios se han visto perjudicados por estos libros que los que
se han beneficiado. El énfasis en la técnica hace que se dé más
importancia a la mecánica que a las propias relaciones.(...) Es un
acercamiento egoísta en el que cada uno busca su propia
auto satisfacción. (...) El otro es un accesorio para su placer
solitario»11 .
«En la relación sexual se trata principalmente de amor y no de
técnica. La preocupación por la mecánica sexual puede agotar el
amor y convertirlo en una caricatura desgraciada y artificiosa del
mismo. En cambio, el amor y la generosidad mutua llegarán a
conseguir, por sus insospechados caminos, resultados muy
superiores a los "técnicos". Esta preocupación por las técnicas
sexuales tiene su base en el concepto de que el hombre no es más
que un animal desarrollado; y, por lo mismo, lo más importante en
sus relaciones sexuales será la cantidad de placer físico que
ellas puedan producir. Todo esto es una idea absurda y muy triste
acerca de la naturaleza humana y del amor conyugal.
»De esta idea absurda proviene en algunos la obsesiva y
maniática ansiedad por buscar resultados siempre más artificiosos.
Ansiedad y manía que tantas veces lleva al callejón sin salida del
hastío sexual o de las aberraciones sexuales.
»Se asemeja a la actitud del gastrónomo que estuviera
estudiando y planeando laboriosamente cada plato, con ansiedad de
conseguir siempre el máximo placer de su comida. En realidad, éste
goza en comer mucho menos que la gente normal.
»Lo mismo ocurre en la vida conyugal; los "técnicos" se
enredan en ansiedades y preocupaciones artificiosas, mientras que
los esposos normales se aman libres de preocupaciones, sin que la
ansiedad por el máximo placer físico posible pueda empeñar su
espontaneidad, su alegría y su gozo al entregarse mutuamente;
Factores éstos mucho más importantes para la plenitud de la
felicidad sexual. Volvemos a repetir que no hay mejor técnica para
el ajuste sexual que el verdadero amor mutuo, la consideración
hacia el otro y el deseo de cada uno de hacer feliz a su pareja.
»En el sexo se repite lo que ocurre en tantos otros aspectos
de la vida: que da mucha más felicidad el dar que el recibir. Aquí
tiene esto una especial significación, porque, esencialmente, el
acto conyugal es un don»12
El amor conyugal no es una simple aventura de goce apasionado.
El goce físico debe estar al servicio de la ternura. La unión
sentimental debe preceder a la unión de los cuerpos: esta última
se convertirá así en expresión de un amor que ya existe en los
corazones13 .
El acto conyugal debe ir siempre saturado de ternura. Si este
acto «no nace del amor va contra el recto orden»14 .
«El encuentro genital será de verdad auténtico si entre los
esposos hay una constante y concreta actitud de amor mutuo,
demostrada prácticamente a lo largo de las más diversas
situaciones de la vida.
»Es necesario, en efecto, recordar que la unión sexual, para
estar verdaderamente en consonancia con la naturaleza humana, no
puede reducirse solamente a la búsqueda de sensaciones
voluptuosas, sino que debe expresar sobre todo una fusión completa
entre el hombre y la mujer, penetrando simultáneamente sus
facultades del cuerpo y del espíritu»15 .
No es lo mismo amor que deseo. El amor es del alma y el deseo
es del cuerpo. El amor matrimonial debe ser total: de alma y de
cuerpo.
Decálogo de la esposa:
1.- El hogar será lo que tú hagas de él. Ésa debe ser la gran
obra de tu vida.
2.- Te corresponde la administración inmediata de los bienes.
Sé previsora, prudente y con gran sentido común.
3.- Que tu buen gusto y tus desvelos -más que tu dinero- hagan
del hogar un refugio acogedor para cuantos constituyen tu familia.
4.- Procura seguir siendo siempre la novia de tu marido. Y que
ello se note tanto en tus palabras como en tu presentación.
5.- Jamás olvides que antes que tus mismos hijos -y por
supuesto tus padres- está tu esposo.
6.- Que tus palabras, tu alegría y tu sosiego sean alivio y
descanso para cuantos constituyen tu hogar, o se acercan a él.
7.- Tu primer deber hacia tus hijos se llama ternura. Sobre
ella, como base, te será fácil ir ejercitando, a una con tu
marido, ese arte difícil y delicado que se llama educar.
8.- No grites, ni pierdas los estribos. Te harás obedecer
mejor si dices a tus hijos las cosas con calma.
9.- Pon especial cuidado en el orden y administración del
hogar: en las horas de las comidas, y en la prudente economía.
10.- Finalmente, si tienes la dicha de tener fe, busca tu
apoyo en Dios, pues en Él encontrarás siempre la fuerza y la
gracia que necesitas para llevar adelante tu hermosa misión en la
vida.
Decálogo del esposo:
1.-Soluciona tu vida -al menos en lo fundamental- antes de
constituir una familia
2.- Tu trabajo es importante, pero que no te absorba de tal
modo que te robe un tiempo que debes a los tuyos.
3.-El buen humor, la permanente serenidad de espíritu, es el
regalo más valioso que puedes ofrecer a tu esposa y a tus hijos.
4.- Tu esposa debe ser tu mejor amiga y compañera. Y has de
tener hacia ella las mismas atenciones, al menos, que tenías
cuando era sólo tu novia.
5.- Respeta su campo de trabajo. Pocas cosas hay tan ridículas
y perjudiciales como un marido quisquilloso y entrometido en lo
que es propio de su mujer.
6.- Si tu esposa está en condiciones de ejercer una profesión
-Salvando el cuidado del hogar- permíteselo.
7.- En relación con tus hijos, no olvides que el educar es un
arte. Arte difícil y delicado, integrado por un poco de ciencia,
mucho de buen sentido y, sobre todo, mucho de amor.
8.- El ejemplo es la clave de la educación. Gánate con tu
proceder el respeto y la obediencia.
9.- Sé muy hombre en todo, pero ten presente que esto es
perfectamente compatible con las muestras de afecto que los tuyos
necesitan.
10.- Y si tienes la dicha de ser creyente, que Cristo sea la
luz y la alegría de tu vida en el cumplimiento de tus deberes de
padre y esposo.
Decálogo del matrimonio y del hogar:
1.-Antes que la profesión, incluso antes que los propios hijos
-Y precisamente por el bien de ellos- está vuestro amor de
esposos, para el cual tenéis que saber encontrar «vuestro tiempo».
2.- Paternidad responsable, sí; pero si el Señor os da una
familia numerosa, aceptadla como el mayor de los bienes.
3.- Que vuestro hogar esté siempre abierto para vuestros
familiares y amigos.
4.- Que en vuestro hogar haya siempre un sitio de honor -como
en vuestro corazón- para quienes os dieron la vida.
5.- Respetaos mutuamente vuestro campo de acción.
6.- Sed con vuestros hijos enérgicos en lo esencial y
flexibles en lo accidental.
7.- No dramaticéis las cosas sencillas. Simplificad las cosas
trágicas.
8.- La belleza, el buen gusto y el orden deben ser algo
característico de vuestro hogar.
9.- Que una religiosidad sencilla y auténtica envuelva en una
sana espiritualidad vuestro hogar.
10.- Aceptad vuestra situación. Como dice Quoist: «Si no
podéis construir el castillo soñado, construid una cabaña. Pero no
seréis felices en vuestra cabaña mientras sigáis soñando con el
castillo»16 .
El psicólogo Bernabé Tierno en la revista EL SEMANAL escribió
un artículo titulado: Cómo matar el amor17 .
Lo resumo así:
- Cada día eche en cara a su pareja todos sus fallos.
- Muéstrese habitualmente malhumorado, aunque no tenga motivo.
- No pierda la ocasión de provocar una tormenta aunque el
motivo sea nimio.
- No reconozca nunca a su pareja mérito o cualidad alguna. No
le alabe nunca.
- No se muestre satisfecho de los detalles que tenga con Vd.
Todo es poco.
- No se le ocurra nunca mirar las cosas desde el punto de
vista del otro.
- Flirtee con otra persona para provocarle celos.
Haz lo contrario de todo esto y fortalecerás tu amor.
f) Procreación de los hijos: «El Señor se ha dignado sanar el
amor de los esposos, perfeccionarlo y elevarlo, por el don
especial de la gracia y de la caridad. Un tal amor, asociando a la
vez lo humano y lo divino, lleva a los esposos a una entrega libre
y mutua de sí mismos, comprobada por sentimientos y actos de
ternura, e impregna toda su vida. Supera, pues, con mucho, la
inclinación puramente erótica que, cultivada con egoísmo, se
malogra rápida y lamentablemente»18 .
La Iglesia alaba a las familia numerosas.
Dice el Vaticano II: «Son dignos de mención muy especial los
que de común acuerdo, bien meditado, aceptan con generosidad una
prole más numerosa, para educarla dignamente»19.
Sin embargo también recomienda una paternidad responsable.
«Frecuentemente se ha caricaturizado la posición de la Iglesia
Católica como si recomendase a los esposos tener el mayor número
de hijos que sea posible concebir biológicamente en el interior
del matrimonio.
»¡Y esto es falso!
»La Iglesia invita, ciertamente, a una fecundidad generosa;
Pero controlada, es decir, atenta a los diversos factores en
juego.
»Pero es verdad que, al insistir sobre la esencial apertura
del amor a la fecundidad, la Iglesia, sobre todo en nuestros días,
pone en tela de juicio los ideales de la sociedad de consumo.
»Ésta inculca a muchas jóvenes parejas que, para su propia
dicha, y la de los futuros hijos, deben (...) establecer
sólidamente el confort doméstico, tras lo cual, podrá venir el
hijo.
»Si te dejas atrapar por esta concepción materialista de la
felicidad es claro que serás conducido, como tantos otros, a
colocar los primeros años de tu vida conyugal bajo el signo, no de
la paternidad responsable, sino de la esterilidad sistemática.
»La terrible regresión demográfica que amenaza con la
extinción de los viejos países de la cristiandad en Occidente,
manifiesta las consecuencias mortales de esta sociedad de consumo
que, en su hedonismo egoísta, acaba por vaciarse de consumidores.
(...) Por un vuelco suicida de los valores se encamina hacia la
muerte»20 .
«El matrimonio y el amor conyugal están ordenados por su
propia naturaleza a la procreación y educación de los hijos.
»Desde luego, los hijos son don excelentísimo del matrimonio y
contribuyen grandemente al bien de sus mismos padres. (...) En el
deber de transmitir la vida humana y educarla, lo cual hay que
considerar como su propia misión, los cónyuges saben que son
cooperadores del amor de Dios-Creador, y como sus intérpretes.
»Por eso, con responsabilidad humana y cristiana cumplirán su
obligación con dócil reverencia hacia Dios.
»De común acuerdo y esfuerzo se formarán un juicio recto,
atendiendo tanto al bien propio como al bien de los hijos, ya
nacidos o todavía por venir, discerniendo las circunstancias del
momento y del estado de vida, tanto materiales como espirituales,
y, finalmente, teniendo en cuenta el bien de su propia familia, de
la sociedad y de la Iglesia.
»Este juicio, en último término, lo deben formar ante Dios los
esposos personalmente.
»En su modo de obrar, los esposos cristianos tengan en cuenta
que no pueden proceder a su arbitrio, sino que siempre deben
regirse por la conciencia, que hay que ajustar a la ley divina
misma, dóciles al Magisterio de la Iglesia, que interpreta
auténticamente aquella, a la luz del Evangelio. Esa ley divina
muestra el pleno sentido del amor conyugal, lo protege e impulsa a
su verdadera perfección humana.
»Así, los esposos cristianos, confiados en la Divina
Providencia y fomentando el espíritu de sacrificio, glorifican al
Creador y se perfeccionan en Cristo cuando con generosidad,
sentido humano y cristiano de su responsabilidad cumplen su misión
procreadora.
»Entre los cónyuges que cumplen así la misión que Dios les ha
confiado, son dignos de mención muy especial los que, de común
acuerdo, bien ponderado, aceptan con magnanimidad una prole más
numerosa para educarla dignamente.
»El matrimonio no es solamente para la procreación, sino que
la naturaleza del vínculo indisoluble entre las personas y el bien
de la prole requieren que el amor mutuo de los esposos mismos se
manifieste ordenadamente, progrese y vaya madurando.
»Por eso, si la descendencia, tan deseada a veces, faltara,
sigue en pie el matrimonio, como intimidad y participación de la
vida toda, y conserva su valor fundamental y su indisolubilidad»21
.
Dice el Papa Juan Pablo II: «el cuerpo del hombre y de la
mujer no son sólo para la procreación, sino que deben expresar el
amor mutuo, en una donación recíproca que refleje la unión de los
espíritus y la comunión íntima de las personas, imágenes de
Dios»22 .
«Esta funcionalidad amorosa de la actividad sexual es
inseparable del acto mismo, de manera que si carece de ella, el
ejercicio sexual no pasa de un nivel zoológico.
»Por lo tanto, elemento esencial de la bondad ética del
ejercicio sexual es que éste realice de hecho el significado
amoroso que le caracteriza como acción humana.
»El ejercicio puramente biológico de la sexualidad humana es
contrario a la naturaleza racional y espiritual del hombre.
»Bajo este aspecto, la actividad sexual puede quedar
éticamente viciada tanto dentro como fuera del matrimonio por un
doble efecto no siempre coincidente: por estar privada de su
comunicación amorosa -gozar sin amor- y por no realizarse de
manera natural dejando sin consumar lo que el mecanismo sexual
tiende a consumar en conformidad con el plan establecido por Dios
en el orden biológico de los sexos»23
El Concilio Vaticano II, después de hablar de la paternidad
responsable y de revalorizar la función del amor en el matrimonio
dice que «el amor matrimonial se ve frecuentemente profanado por
el egoísmo, el hedonismo y las prácticas ilícitas contra la
generación»24 .
El niño debe ser amado y deseado desde el primer momento en
que se conoce su concepción.
Dice Marta Cogollos, psicóloga de niños, que las hormonas que
la mujer embarazada transmite al feto dependen de su estado de
ánimo.
Por ellas el niño se entera si es amado y deseado o rechazado.
Numerosos médicos, psiquiatras y psicólogos hablan de este
«Diálogo endocrino» en el que el niño se entera del estado de
ánimo de su madre hacia él.
Esto influye en el comportamiento postnatal del niño.
g) Planificación familiar: Los hijos son un don de Dios. A
Nivel humano, lo más grande que podemos hacer es transmitir la
vida.
«Es también deseo de dar, de comunicar lo que nosotros hemos
recibido. Deseo de fructificar, de contribuir al porvenir de la
humanidad. (...) Es un acto de esperanza. Un sentimiento de que la
vida es un don y de que "lo que no se da, se pierde"»25 .
Los hijos deben ser fruto del amor y de la paternidad
responsable26 .
Pablo VI, en la encíclica Humanae vitae, dice: «En la misión
de transmitir la vida, los esposos no quedan libres para proceder
arbitrariamente, como si ellos pudiesen determinar de manera
completamente autónoma los caminos lícitos a seguir, sino que
deben conformar su conducta a la intención creadora de Dios,
manifestada en la misma naturaleza del matrimonio y de sus actos,
y constantemente enseñada por la Iglesia. (...)
»La Iglesia, al exigir que los hombres observen las normas de
la ley natural interpretada por su constante doctrina, enseña que
cualquier acto matrimonial debe quedar abierto a la transmisión de
la vida»27 .
Con todo, los que por alguna razón no lleguen a este ideal «no
se desanimen», dice Pablo VI, sino que «recurran con humilde
perseverancia a la misericordia de Dios»28 .
Con ocasión de la Humanae vitae muchos matrimonios católicos se
inquietaron. Para tranquilizarlos, los obispos franceses
publicaron un documento exponiendo la doctrina tradicional de la
moral católica sobre el conflicto de deberes.
Decían: «Impedir la concepción no puede ser nunca un bien. Es
siempre un desorden. Pero este desorden no es siempre culpable.
Puede efectivamente suceder que un matrimonio se encuentre ante un
verdadero conflicto de deberes, en particular cuando la
observancia de los ritmos naturales no les proporciona una base
suficientemente segura para la regulación de los nacimientos.
Cuando alguien se halla ante una alternativa de deberes, porque no
puede evitar un mal sea cual fuere la decisión que adopte, la
prudencia tradicional aconseja que se considere delante de Dios
qué obligación parece ser la más grave en tal circunstancia»29.
A veces puede haber razones para limitar el número de hijos, o
espaciarlos30
No es prudente que la mujer quede embarazada a partir de los
cuarenta años.
Los métodos naturales de la regulación de nacimientos son
morales31 .
La diferencia entre métodos artificiales y naturales en la
planificación familiar es que en aquellos se utilizan medios
físicos (el preservativo, el abortivo DIU), químicos
(Espermicidas), u hormonales (píldoras) para frustrar la
concepción.
En cambio los métodos naturales se limitan a elegir los días
infecundos, en lo cual no hay nada inmoral.
«Por este motivo todo método natural es llamado también "método
de abstención periódica".
»Como tal, todo método natural es "no-conceptivo" y no
"anticonceptivo", porque no supone ningún acto positivo que tenga
por objeto destruir las posibilidades naturales de una
concepción»32.
Utilizar elementos artificiales es sólo lícito cuando se trata
de corregir imperfecciones (dentadura postiza); pero no cuando se
trata de frustrar lo que es conforme a la naturaleza.
«La gran diferencia entre métodos naturales y artificiales
está en que los artificiales, al truncar artificialmente la
procreación (...) impiden la creación de un alma por parte de
Dios. (...)
»El recurso a los métodos naturales de control de nacimientos
es algo cualitativamente diferente, ya que haciendo el acto en el
período infecundo de la mujer, se está haciendo algo que Dios, en
su infinita sabiduría, había previsto.
»No es un acto de rebelión contra Dios, ni un impedimento a su
acción creadora. Es seguir el camino que Él mismo ha establecido,
y con el que ha dado a la mujer espacio infecundo suficiente para
que se pueda realizar el significado unitivo del amor conyugal,
cuando el procreativo no es posible por las circunstancias de la
vida.
»La significación moral, por tanto, de los dos métodos es
completamente diferente»33 .
«Recurriendo a los días analgésicos de los ritmos de la
fecundidad, los esposos no se erigen en dueños y señores del don
de la vida»34 .
Algunos dicen que los métodos naturales de regulación de la
natalidad, que se someten a los «ritmos biológicos», quitan la
espontaneidad de la vida sexual en el matrimonio. Pero
«Espontaneidad no significa comportarse según el impulso del
instinto en cada momento. Lo que al hombre le hace ser hombre es
precisamente la capacidad de integrar, de valorar y de escoger lo
que es bueno para sí y para el otro en cada momento. Por lo tanto,
comportarse espontáneamente a nivel sexual puede significar
renunciar al acto sexual por un bien mayor (...) practicando una
abstinencia periódica de las relaciones»35.
Desde el Concilio Vaticano II «, el lenguaje de la Iglesia
sobre el matrimonio ya no distingue entre el fin primario (la
procreación) y el fin secundario (la ayuda mutua de los esposos).
Prefiere hablar de dos dimensiones fundamentales del matrimonio»36
.
«Por la unión de los esposos se realiza el doble fin del
matrimonio: el bien de los esposos y la transmisión de la vida. No
se pueden separar estas dos significaciones o valores del
matrimonio sin alterar la vida espiritual de los cónyuges ni
comprometer los bienes del matrimonio y el porvenir de la familia.
Así, el amor conyugal del hombre y de la mujer queda situado bajo
la doble exigencia de la fidelidad y la fecundidad»37 .
«El amor sexual tiene dos fines esenciales: la unión de las
personas y la transmisión de la vida. Lo que reprueba la Iglesia
de Cristo es perseguir el primero excluyendo el segundo; no sólo a
nivel de intención, sino por una manipulación sobre el vínculo
estructural entre el amor y la fecundidad»38 .Los dos fines son
complementarios.
Según el Concilio Vaticano II el matrimonio es una comunidad
de vida y amor orientada a la procreación. Por lo tanto la
procreación no es esencial a cada uno de los actos. Puede haber
motivos razonables para renunciar a la dimensión procreadora, con
métodos lícitos moralmente.
«Aunque los métodos naturales han hecho progresos
prometedores, son desdeñados por muchos. Para algunos es
humillante que la Iglesia tuviese razón en esta materia y fuera
auténticamente profética cuando se la acusaba de ser retrógrada y
anticuada39 . Y no olvidemos que en los métodos artificiales hay
en juego grandes intereses económicos mientras que los métodos
naturales son gratuitos.
El Dr.Germán Knaus, austríaco, y el Dr.Yusaku Ogino, japonés,
descubrieron simultáneamente, en 1923, que la ovulación de la
mujer tiene lugar trece días antes del comienzo de la
menstruación, con una fluctuación de dos días antes o después,
cualquiera que sea la duración del ciclo. Puesto que el óvulo vive
unas veinticuatro horas, una mujer puede conocer su período de
fertilidad40 . Una tecnificación de este método es averiguar el
día de la ovulación haciendo una gráfica de la temperatura basal
de la mujer. Los termómetros especiales para esto traen un librito
explicando el modo de utilizarlos.
Como el espermatozoide permanece vivo unos dos días dentro del
útero, resulta que los días fecundos se reducen a tres cada mes.
Desde hace algún tiempo se vende en farmacias un aparato
llamado OVULATOR41, que observando la cristalización de la saliva,
indica los días fértiles y estériles del ciclo femenino. Hoy con
los trabajos de fecundación «in vitro» se ha vuelto a hablar de
este procedimiento al que se da una fiabilidad del 90%42 .
En 1975 se ha publicado en España un libro del Dr. Billings,
australiano, que ya lleva veinte ediciones en cuatro idiomas.
Billings ha descubierto un método para regular la natalidad que es
muy fácil, natural, sano y barato (sin instrumentos ni productos),
moralmente lícito y, según parece, el más seguro de todos. Se basa
en la observación del moco vaginal43 . La experiencia de la
Organización Mundial de la Salud, por las estadísticas realizadas
en cinco países, le da al método Billings una eficacia del 99% de
éxitos44 . Hoy es practicado por cincuenta millones de matrimonios
en el mundo45 .
El Método Sintotérmico, que es la combinación del Método
Billings con otros parámetros, puede llegar al 99'2% de seguridad,
según los resultados dados por la OMS en Biologic of fertility
control by periodic abstinence (Informe técnico 369/67), si se
enseña adecuadamente siguiendo el Learning Package of Familiar
Fertility, OMS, 78.
El Dr. Billings, Decano de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Melbourne (Australia), estuvo en Madrid en mayo de
1984 y afirmó: «Mi método es eficaz, por lo menos, en el 99% de
los casos. Más eficaz que el abortivo DIU y el preservativo.
El método Billings es más seguro que el preservativo. Según
la revista The Medical Letter (XVII, 6/marzo 1995) el preservativo
sólo garantiza el 88% de seguridad46 .
Y tiene la ventaja de ser un método natural, sencillo y
barato. Sin los inconvenientes psíquicos de la ligadura de trompas
y vasectomía»47;
Además no tiene los inconvenientes de la píldora.
La píldora anticonceptiva produce cáncer de útero, afirma el
Royal College of General Practitioners, después de 20 años de
investigaciones48 .
En el número de septiembre de 1989 The Lancet, una de las
revistas médicas más importantes del mundo, se dice que las
mujeres que toman anticonceptivos presentan una probabilidad de
cáncer de mama 75% superior a las mujeres que no las usan49 .
Y en la misma revista, 344(1994)1390, también se dice que la
toma de anticonceptivos orales duplica el riesgo de padecer cáncer
de útero.
En el «Vademécum Internacional de Especialidades
Farmacéuticas» que tienen casi todos los médicos españoles se dice
que «se ha demostrado que las mujeres que toman anticonceptivos
orales sufren alteraciones cardiovasculares en proporción superior
a las que no las toman».
Los peligros de los anticonceptivos fueron confirmados por el
Primer Ministro inglés Tony Blair. En respuesta a una pregunta en
el parlamento Blair comunicó que durante los últimos diez años 104
mujeres han muerto en Inglaterra a causa de la píldora. Mientras
otras 2.400 mujeres han sufrido serios problemas de salud debido
al uso de los anticonceptivos50
«Los efectos secundarios de la píldora anticonceptiva son muy
conocidos. (...) Un total de cuatrocientos veinticinco accidentes
cerebrales por año podrían ser atribuidos al uso de
anticonceptivos orales en Estados Unidos. (...) Según la revista
médica JAMA, ha sido observada la asociación entre anticonceptivos
orales y el cáncer de pecho»51.
Con razón dice el Dr. Benigno Blanco: «Al consumidor de tabaco
se le advierte que el tabaco perjudica la salud, pero a la usuaria
de anticonceptivos se le oculta los riesgos que asume»52 .
En el telediario de varias cadenas del miércoles 25 de octubre
de 1995 se dijo que la píldora anticonceptiva había ocasionado
embolia a varias mujeres que la usaban.
«Madrid.- El Ministerio de Sanidad envió el pasado viernes una
circular a todos los ginecólogos que trabajan en España
advirtiéndoles de que algunos anticonceptivos orales de tercera
generación pueden provocar tromboembolismo venoso, (...) y en
ocasiones extremas la muerte»53.
El Instituto Federal de Medicamentos de Berlín informa que la
píldora anticonceptiva «Diane», de los Laboratorios Schering,
puede producir cáncer de hígado. Esta píldora ha sido utilizada
por millones de mujeres, también en España54
Más de cien mujeres del Reino Unido, que usaron la píldora
anticonceptiva, sufrieron trastornos graves por coágulos de sangre
y trombosis, y siete de ellas murieron. Por eso sus familiares
presentaron una demanda contra los laboratorios Schering, Wyeth y
Organon que las fabricaron55.
Un estudio del gobierno comunista chino demuestra la eficacia
del sistema Billings.
El gobierno chino ha experimentado en la provincia de
Nanchino, una de las más pobladas de la nación, el método de la
ovulación, conocido comúnmente con el nombre de «Método Billings».
Los resultados son categóricos: entre las 922 parejas que lo han
adoptado como método de planificación familiar durante un año, tan
sólo cinco mujeres han quedado embarazadas. Es decir, el 0,5%. El
grado de eficacia de este método es superior, por ejemplo, a los
dispositivos de anticoncepción femeninos utilizados por la mujer.
El resultado arrojado por el estudio de las autoridades chinas
sobre el método Billings aparecerá en el próximo número del
«Medical Journal» de Pekín y fue adelantado el 28 de febrero por
el mismo doctor John Billings en un congreso organizado por la
Universidad Católica de Roma con motivo de la celebración de los
treinta años de la publicación de la encíclica de Pablo VI
«Humanae Vitae»56 .
«La reunión del método ogínico con el del Dr. Billings es el
modo más seguro de todos los conocidos»57 .
La organización mundial que lleva la enseñanza y el control
del Método Natural de ovulación Billings es la WOOMB, cuya sede en
Madrid está en la calle JOSÉ CALVO, 23, bajo centro. Teléfono 91
450 50 11. FAX: 91 450 50 76. - 28039 Madrid.
Se puede recibir información sobre el método Billings en:
www.juanpabloesp.org
http://usuarios.maptel.es/loiola
y en < [email protected]>
En España se enseña en centros de diferentes ciudades,
dependiendo fundamentalmente de las asociaciones Pro-Vida:
Información en la Secretaría General, teléfono 93 204 71 11, de
Barcelona, o en centros de ADEHFA: información en el teléfono 91
241 40 83, de Madrid.
Voy a poner aquí las direcciones de los centros WOOMB de
información y enseñanza en distintas capitales de provincia:
Madrid: Dra. Ana Mercedes Rodríguez. c/ José Calvo, 23, bajo
centro.. Tel.:91 450 50 11. FAX: 91 450 50 76. Madrid 28039. E-
mail: [email protected]
Centro de Regulación. T.:915335659.
Mónica Aisa. Centro de Regulación Natural. San Francisco de
Sales, 34. 20003-Madrid. T.: 915 335 659.
Isabel Valdés. Clínica Salvia. López Pozas, 40. 28036.
Madrid. T.:913 507 034.
Centro Virgen de Olaz. Meléndez Valdés, 36,1º, D.28015-
Madrid. T..915 433 017.
- Dr. J. A. Muñoz Puller: Pl. Navarro Rodrigo, 12,. Bajo. 03007
-AB. T.:965 920 703
Almería: Jorge Díaz.Torrenueva,65,2ºC.04600-Huercal (Alm). T.:
950 470 957.
Asturias:Dra. Inmaculada Flores. c/ Oscar Romero, 6.
Oviedo.T.:985110773
Ávila: Dª Ángeles Martín Rodríguez. c/Palencia, 15, bajo. T.:
920 220 328.
José Luis Martín. Cuesta 5. 05693-Umbría (Ávila). T.: 920 342
887.
Badajoz:Margarita Jiménez. La Cruz, 1, 3º A-B. 06200-
Almendralejo.T.:671566
Baleares:Dra. Candelas Cardero. Juan Maragall 37,1º, 1ª.
Palma.T.:971274103
Barcelona: Dª Mª José Blázquez: T.: 93 555 48 01
Dr. José Villanueva. Calle Calderón de la Barca, 34, Bajo, 1ª.
08032-Barcelona. T.: 933 581 504
Nuria Recto. Bonaplata, 42-54. 08034-
Barcelona.T.:932805683.FAX:932047214
Planif. Familiar. : Tel.:93 204 71 11 Tel.: 93 218 61 90
Bilbao:Concepción Rodríguez. Diputación, 8,6º, 1ª. 48008-
Bilbao.:T.:944167212
Coro Goitia. Clínica Euskalduna. Euskalduna, 10, 1º, A. 48008
-Bilbao. T.:944 103 752
Pilar Ruiz Martínez. Centro Cultural Santa Clara. c/ Casilda
Iturrizar, s/n. 48920-Portugalete (Vizcaya). T.: 944 729 220.
Carmen Riega. Av.Guipúzcoa, 35,1º dcha. 48260-Ermua
(Vizcaya).T.:943176209
Burgos: Dra. Dña.Concepción García Tejerina. Calle San José 3
-5 Bajo. 09002 Burgos. T.:947264014
Cádiz: Dª Sol Díez de Rivera. Altos del Manantial, 13. 11500-
Puerto de Santa María. (Cádiz) T.: 956 480 446.
Córdoba: Mª Cristina Blanco. Centro Médico «El Camping». c/
Prof. Lucena Conde, s/n. T.: 957 279...
consecuencias que ahora describes. Si los matrimonios se juntan y
se desjuntan fácilmente, sin compromiso para toda la vida, se vive
de ilusiones, cosas fugaces, pero no dan la verdadera felicidad.
El verdadero problema que tienes es que has vivido cosas íntimas
con varios hombres y ahora estás hecha un lio porque no sabes a
cuál quieres. De hecgho no quieres a ninguno, porque demuestras un
amor egoísta que sólo busca sacar beneficio para ti misma. Igual
que te juntaste con él, es posible que ahora desees otra aventura.
Lo mismo le puede pasar a él. Los hombres que actúan así viven su
sexualidad de forma inmadura. Su cerebro no se compromete con la
otra persona para toda la vida. Usan a la mujer como un trofeo de
caza. Cuando lo tienen, se cansan y buscan otra.
En cuanto a la sexualidad hoy en día está sobredimensionada, se la
mete hasta en la sopa. Sales a la calle y todo son incitaciones
sexuales. No te digo nada si navegas por internet. De hecho es uno
de los negocios que mueve más millones de dólares en el mundo. Nos
hacen creer que la sexualidad es un pasatiempo, un juego, un
placer y a muchas personas nos puede hacer mucho daño eso.
La sexualidad es una cosa muy seria. Se involucran las fuerzas
psíquicas y espirituales si se vive plenamente. La parte genital y
de roce de pieles es lo que menos vale, es la parte animal y
mecánica. De hecho los que practican su sexualidad de esa manera,
como animales, no se liberan de nada, no aparece ninguna
"liberación". Al revés se esclavizan, pues la sexualidad sin
control por parte de la parte racional del hombre es como apagar
fuego con gasolina. Cuanto más lo hacen más ganan tienen, y no
quedan satisfechos nunca.
Lo más importante para compartir con un hombre es tu mundo
interior y espiritual: tus ilusiones, tus valores, tu manera de
ser, etc. Para eso hay que querer a la persona y tener un proyecto
de amor indefinido. Si amas a otra persona con condiciones y
pensando que te separarás de ella cuando te interese, entonces no
has descubierto el verdadero amor.
El verdadero amor ama al amado con la salud y en la enfermedad,
con riqueza y con pobreza, siendo guapos y siendo feos. El
verdadero amor implica sacrificio, renuncia, dolor por la persona
amada.
Sinceramente creo que te falta buena formación sobre el tema de
las relaciones hombre -mujer. Creo que te vendrá muy bien que leas
buenos consejos para que tu conciencia se forme rectamente y
puedas tomar decisiones acertadas en la situación en que te
encuentras. Antes de tomar decisiones importantes en la vida hay
que formarse, saber cosas buenas para poder tomar decisiones
correctas. La formación dura toda la vida. Hoy en día sabemos
muchos datos o "conocimientos" que dentro de un mes ya no tienen
ningún valor. La formación es otra cosa, es saber cosas buenas
para aplicar criterios rectos en nuestra vida. Nadie es tan sabio
que en una sola vida pueda saber ni siquiera una parte importante
de lo que debería saber. Por eso necesitamos de los demás, de la
sabiduría popular de los refranes de nuestros mayores, de personas
que han dedicado a los demás su vida aportando criterio recto y
honrado.
Hay un libro estupendo que me leí de joven de Karol Wojtyla (el
Papa Juan Pablo II) que escribió cuando era obispo. Se llama "Amor
y Responsabilidad". Te lo recomiendo.
También leí el libro "Para Salvarte" de Jorge Loring. Habla de
muchas cosas, de noviazgo, de matrimonio, de sexualidad, de hijos.
A mí me sirvió mucho para escoger esposa. Tengo una esposa desde
hace 11 años y tres hijos estupendos. Puedes consultar sobre el P.
Loring en www.arconet.es/loring.
También visita www.encuentra.com y buscas en familia o en mujer.
Allí encontrarás consejos muy buenos. Y en www.interrogantes.net
hay consejos buenísimos sobre mejora personal, relaciones con los
demás, sexualidad, etc.
Que haya suerte. Sé valiente y listo. Si quieres consultarme algo
más no dudes en hacerlo.
Un cordial saludo con mis mejores deseos para tu felicidad
Te paso los consejos de un experto en matrimonio, Jorge Loring,
para llevar una vida matrimonial exitosa.
e) Cariño matrimonial: Cuéntale a tu mujer las cosas que creas
pueden interesarle. Pídele a veces su parecer sobre asuntos en que
pueda darlo. Esto aumenta la unión y la compenetración.
El hombre prefiere expresar su amor con hechos (trabaja para
su esposa, le es fiel, etc.) pero no debe olvidar que a ella le
gusta oír que se la quiere. Y mucho más si lo oye sin haberlo
preguntado.
No debes olvidar que la mujer es mucho más sentimental y
afectuosa que le hombre, y que, por consiguiente, está mucho más
necesitada de muestras de cariño. Dáselas, pues, a menudo. Es
notable que muchos que en el noviazgo tuvieron manifestaciones de
amor incluso excesivas, después de casados, precisamente cuando
estas manifestaciones eran más necesarias para reforzar la unión y
el amor matrimonial, se portan con sus mujeres de una manera fría,
seca y hasta desagradable.
La mujer es difícil de comprender. A veces, ni ella misma se
comprende. Pero quien la ama, debe esforzarse por comprenderla.
Ella no puede exigir que se la comprenda. Pero sí que él haga
esfuerzos por comprenderla1 .
No olvides que durante la menopausia es cuando la mujer está
más necesitada de amor, atención, aprecio y comprensión.
Has de saber que hay días del ciclo menstrual de la mujer y
del embarazo en que la encontrarás más nerviosa, irritable, rara,
inestable, triste, deprimida, malhumorada, caprichosa, propensa a
las discusiones o lágrimas, etc. Hay que tener paciencia con ella.
En estos días él debe mostrarse especialmente conciliador,
comprensivo, lleno de ternura y delicadeza. Esos días ni ella
misma se entiende. Hasta las caricias es posible que la molesten y
cansen. Lo mejor es dejarla en paz y esperar.
El amor exige respeto, ternura, delicadeza, generosidad,
fidelidad.
Muchos matrimonios fracasan, no por falta de conocimientos
sexuales, sino porque marido y mujer no han llegado a valorarse y
respetarse como personas. Conocer el funcionamiento del sexo es
fácil. Pero esto no basta para querer al otro como persona.
El amor es un ejercicio de jardinería: hay que arrancar lo que
hace daño, preparar el terreno, sembrar, esperar, regar, cuidar.
Es decir, aceptar a su pareja, valorarla, respetarla, admirarla,
comprenderla, darle afecto y ternura, etc.
El amor se alimenta con pequeños detalles.
El acto matrimonial no debe ser una relación mecánica cuerpo a
cuerpo, sino una relación amorosa persona a persona. Debe ir
saturado de amor a la persona.
Este amor es fundamental para que haya familia. «Para que haya
familia tiene que haber matrimonio. Y el matrimonio queda
constituido con la entrega comprometida y definitiva ante Dios y
ante la comunidad de dos personas que así se convierten en esposo
y esposa»2 .
El marido no debe considerar su casa como una fonda a la que
sólo va a dormir. Debe dedicar tiempo a su mujer y a sus hijos.
Debe saber hacer sentir a su mujer que necesita de ella. El
sentirse necesaria, la llenará de satisfacción.
Procura reconocer y agradecer las atenciones y delicadezas que
tu mujer tenga contigo. Dile que la comida que te ha preparado
está muy buena. Pero nunca le digas que tu madre lo hacía mejor,
aunque sea verdad. Que no se sienta menospreciada, sino animada a
hacer las cosas a tu gusto.
Y si las cosas no están a tu gusto, no hagas por ello una
escena: dáselo a entender a ella, pero con cariño.
Cuando tengas que reprenderla, no lo hagas nunca en el mismo
instante en que te ha molestado. Lo más probable es que en ese
momento seas excesivo en tus reproches, ella se resista y la cosa
empeore.
Espera un momento oportuno, y en la soledad y con cariño dile
dulcemente lo que quieres.
Dale a tu mujer de buena gana el dinero suficiente para los
gastos de la casa, dejándole un poco de libertad en el modo de
gastarlo, y no exigiendo cuentas demasiado detalladas, aunque ella
debe consultar contigo cuando haya de tomar una resolución
importante.
Algunos matrimonios, para evitar conflictos en la
administración del dinero, hacen, de los ingresos destinados a
gastos, tres partes desiguales:
a) una cuota fija para los gastos necesarios de la casa que
administra la mujer;
b) otra cuota fija para los gastos que el marido quiera hacer;
c) Otra cuota fija para que la mujer la gaste en sus cosas con
entera libertad.
De esta última cuota ella debe vestirse, hacer los gastos
superfluos que le parezca, etc.
Llévala contigo siempre que sea posible.
Dedícale algunos ratos para que pueda hablar contigo de lo que
ella quiera, y escúchale de buena gana.
Interésate frecuentemente por su salud y esmérate en
atenciones cuando no se encuentre bien.
Una de las cosas que más ilusiona a una mujer es ver sus
deseos cumplidos, sin necesidad de exponerlos. Procura esforzarte
por adivinarlos y satisfacerlos...
No le regatees alabanzas cuando se presente la ocasión. Sobre
todo si es joven, no dejes de decirle alguna vez que ese vestido
le sienta bien, o que con ese otro peinado te gusta más. Que no le
falten tus elogios a su belleza y a sus cualidades. Es posible que
los reciba de otros hombres y le falten de quien con más razón
debe esperarlos.
El amor conyugal está hecho de mil detallitos aparentemente
sin importancia, que sin embargo contribuyen mucho más de lo que
se cree a la felicidad del hogar. El amor se alimenta de
pequeñeces, de insignificantes detalles. Las delicadezas son el
lenguaje habitual del amor.
Es mucho lo que puede contribuir a la felicidad de un hogar la
ternura de un hombre para con su mujer, y los detalles de
consideración y delicadeza que tenga para con ella. Hazle algún
regalo por su santo, en el aniversario de la boda, etc., aunque
sea una pequeñez. No es el valor material de la cosa, sino la
delicadeza del recuerdo y del regalo lo que llega al corazón.
Con más razón debes tener otras atenciones y delicadezas que
no cuestan dinero, como son algunas muestras de cariño, reconocer
sus valores y esfuerzos por atenderte, alabarla delante de otras
personas, mostrarte orgulloso de ella: pocas cosas hacen más feliz
a una mujer que el sentirse apreciada.
Ten cuidado de no prodigar tus alabanzas hacia otras mujeres
delante de la tuya. Evita los piropos o atenciones excesivas a
otras mujeres.
Y si lo que haces es complacerte comentando viejos amores del
pasado, es algo que lógicamente a tu mujer ha de dolerle
profundamente.
No elogies los encantos de tu secretaria o de tu vecina. Que
de ninguna manera pueda ella encontrarse subestimada por ti. Por
el contrario, no regatees elogios sinceros a tu esposa, y sé con
ella tan amable y tan atento como cuando te enamoraste de ella.
Vuestra intimidad no debe ser origen de descuidos,
desatenciones y negligencias que enfríen vuestro cariño.
Mucha delicadeza. Si vas a llegar tarde a cenar, procura
avisar a tu mujer.
No manches sin necesidad, ni seas desordenado. Cosas que para
ti no tienen importancia, a ella le ponen nerviosa y serán motivos
de disgustos.
Cuando la mujer se enamora sueña con el hombre ideal. Por eso
es fácil que se sientan molestas, descontentas, o defraudadas ante
pequeños defectos de su marido que hacen derrumbarse a sus ojos el
mito de «hombre ideal» que se habían formado.
Por eso no basta ser fiel, amoroso, y capaz de triunfar en la
vida.
Tienen importancia sobre todo, aquellos defectos que en
público pueden ponerla en ridículo: tratar mal a un camarero, dar
una propina tacaña, llevar los zapatos sucios, una mancha en la
corbata, petulancia en querer llevar siempre la razón, vanidad
hablando siempre de sí, presunción poco varonil; contemplarse en
los espejos como una mujer, etc.
También tienen importancia detalles que se relacionan con
ella; ir por la calle a un paso que ella no puede seguir; seguir
leyendo el periódico cuando ella te habla, sin hacerla caso, o
escucharla con cara de mala gana; humillarla (y mucho menos en
público) diciéndole cosas desagradables, como por ejemplo: «Tú
cállate, que de esto no entiendes ni una palabra».
Hay maridos que no hablan con sus mujeres; sólo mandan.
Muchas mujeres se quejan de que su marido sólo es cariñoso con
ella cuando desea relaciones sexuales.
El marido debe ser cariñoso con su esposa aunque no tenga
intención de llegar al acto conyugal.
En este caso debe procurar que sus caricias íntimas no
provoquen el orgasmo, pero si éste se produjese inesperadamente,
no debe tener preocupación moral. Así opina el célebre moralista
Häring que añade: «Es un deber fomentar el amor conyugal no sólo
en el contexto del acto conyugal completo, sino también y
especialmente, en los momentos en que los esposos no tienen
intención de practicar el acto conyugal»3 .
Para procurar la felicidad de tu esposa debes caer en la
cuenta de que su psicología es distinta de la tuya.
Puede ser que tu proceder impetuoso para exigir lo que tienes
derecho, a ella -por naturaleza menos pasional que tú- le parezca
brutal.
Debes, por lo tanto, proceder en esto con moderación,
delicadeza y cariño.
La mujer es más lenta y necesita preparación.
«El marido debe darle gran importancia al juego sexual previo.
Debe tratar de crear el deseo sexual de la esposa antes del coito.
Tener sexo sin preparar a la esposa, sin un beso, ni un cariño, es
algo que el esposo no debe nunca hacer. Por lo menos debe dedicar
cinco o diez minutos antes del coito a crear un ambiente sexual.
Con palabras de cariño, con besos, abrazos y las caricias que más
halaguen a su esposa. Debe conquistar en cierto modo, a la esposa
cada vez que le va a pedir sexo»4 .
«El hombre puede alcanzar el orgasmo en dos minutos. En cambio
la mujer es frecuente que necesite de diez a quince minutos de
estimulación activa para llegar al mismo resultado. Es que la
voluptuosidad en la mujer es más un acto psíquico que fisiológico.
Es preciso saberla despertar juiciosamente, sin violencias ni
brusquedades hasta que se entregue totalmente en un acto de amor»5
.
«Por eso el hombre debe evitar ser brusco, desconsiderado,
impaciente. No debe exigir lo que no haya sido capaz de hacer
desear a su mujer. La mujer también se apaga más lentamente
después del orgasmo, por lo tanto, conviene seguir ocupándose de
ella, acariciándola durante unos momentos»6 .
«Es frecuente que a ella le sobrevengan varios orgasmos
sucesivos (tres o cuatro), abarcando una duración de uno a cinco
minutos. Es esencial que el hombre no se separe durante este
período, si quiere dar a la mujer el placer que desea.(...) La
mujer debe quedarse con la impresión de que se la ama por ella
misma; que no es un objeto que se abandona después de usado.
»Algunos testimonios de profundo amor en el posludio tienen
una importancia capital.(...) La relación conyugal es un acto de
amor. Nace en el amor y aporta a la pareja una intensificación de
este amor. Pero es necesario que sea un amor de donación, un amor
generoso en que la atención al «tú» predomine siempre sobre la
búsqueda de la satisfacción propia»7 .
Si en lo que ocurre en el lecho conyugal no está presente la
ternura, es muy probable que aquello resulte insatisfactorio.
El marido no puede olvidarse de los derechos de su mujer.
Si la deja insatisfecha será para ella una tortura y terminará
aborreciendo el acto conyugal. El acto matrimonial debe ir
saturado de ternura.
Prolongar el cariño en este momento es de los puntos más
apreciados por la mujer. La ternura ennoblece la sensualidad, sin
extinguirla. Cuando ésta falta, el acto conyugal queda enormemente
empobrecido. La unión psíquica del amor vale mucho más que todas
las satisfacciones sensitivas.
El ideal es que el orgasmo sea simultáneo. Por eso el hombre
debe dominarse y no eyacular hasta que la mujer dé indicios de que
se acerca al orgasmo .
«Tras el orgasmo, hombre y mujer deben seguir pendientes el
uno del otro. La separación brusca de los cuerpos en tales
momentos es un mal final, ya que traduce poca ternura. El acto
sexual más completo es aquel que se prolonga tras el orgasmo,
manteniendo unida a la pareja en un abrazo interminable»8 .
Ha dicho el Papa Juan Pablo II: «El marido que trata a su
mujer sin amor, sino sólo como objeto de satisfacción del
instinto, adultera con su propia esposa»9 .
No es raro el fenómeno de la frigidez en la mujer que no llega
al orgasmo en el acto conyugal con su esposo. Eso tiene fácil
solución consultando con un médico. Podría ser solución el que la
mujer no se contente con estar pasivamente dejando que él lo haga
todo. Si ella participa activamente en el juego sexual, puede
remediar su mal.
«El primer coito es un momento delicado. El joven, casi
siempre hiperexcitable, puede tener poca paciencia, ante una
muchacha poco despertada sexualmente... Es excepcional que la
desfloración sea realmente dolorosa. Si el esposo la realiza en el
ambiente de ternura y profundo amor que es normal en los primeros
días del matrimonio, la mujer no experimentará ningún trastorno.
La mínima hemorragia que se produce frecuentemente al rasgar el
himen, no tiene consecuencias; sin embargo, conviene dejar que se
produzca la cicatrización durante tres o cuatro días absteniéndose
de relaciones sexuales en este breve período. Es un verdadero
sacrificio para el marido, pero será apreciado por la mujer»10 .
Hoy hay una excesiva preocupación por la técnica sexual y la
mecánica del orgasmo. Esto hace que le coito pierda la
espontaneidad de un acto que debe brotar del amor, y lo que
resulta es de un efecto contrario a lo que se pretendía.
Dice el Dr. May en Love and Will: «No es sorprendente que las
tendencias contemporáneas hacia la mecanización del sexo tengan
mucho que ver con el problema de la impotencia. La característica
distintiva de la máquina es que puede realizar todos los
movimientos, pero nunca siente» .
«Durante algunos años proliferaron abundantemente los libros
sobre técnicas sexuales. Recientemente se ha dicho que más
matrimonios se han visto perjudicados por estos libros que los que
se han beneficiado. El énfasis en la técnica hace que se dé más
importancia a la mecánica que a las propias relaciones.(...) Es un
acercamiento egoísta en el que cada uno busca su propia
auto satisfacción. (...) El otro es un accesorio para su placer
solitario»11 .
«En la relación sexual se trata principalmente de amor y no de
técnica. La preocupación por la mecánica sexual puede agotar el
amor y convertirlo en una caricatura desgraciada y artificiosa del
mismo. En cambio, el amor y la generosidad mutua llegarán a
conseguir, por sus insospechados caminos, resultados muy
superiores a los "técnicos". Esta preocupación por las técnicas
sexuales tiene su base en el concepto de que el hombre no es más
que un animal desarrollado; y, por lo mismo, lo más importante en
sus relaciones sexuales será la cantidad de placer físico que
ellas puedan producir. Todo esto es una idea absurda y muy triste
acerca de la naturaleza humana y del amor conyugal.
»De esta idea absurda proviene en algunos la obsesiva y
maniática ansiedad por buscar resultados siempre más artificiosos.
Ansiedad y manía que tantas veces lleva al callejón sin salida del
hastío sexual o de las aberraciones sexuales.
»Se asemeja a la actitud del gastrónomo que estuviera
estudiando y planeando laboriosamente cada plato, con ansiedad de
conseguir siempre el máximo placer de su comida. En realidad, éste
goza en comer mucho menos que la gente normal.
»Lo mismo ocurre en la vida conyugal; los "técnicos" se
enredan en ansiedades y preocupaciones artificiosas, mientras que
los esposos normales se aman libres de preocupaciones, sin que la
ansiedad por el máximo placer físico posible pueda empeñar su
espontaneidad, su alegría y su gozo al entregarse mutuamente;
Factores éstos mucho más importantes para la plenitud de la
felicidad sexual. Volvemos a repetir que no hay mejor técnica para
el ajuste sexual que el verdadero amor mutuo, la consideración
hacia el otro y el deseo de cada uno de hacer feliz a su pareja.
»En el sexo se repite lo que ocurre en tantos otros aspectos
de la vida: que da mucha más felicidad el dar que el recibir. Aquí
tiene esto una especial significación, porque, esencialmente, el
acto conyugal es un don»12
El amor conyugal no es una simple aventura de goce apasionado.
El goce físico debe estar al servicio de la ternura. La unión
sentimental debe preceder a la unión de los cuerpos: esta última
se convertirá así en expresión de un amor que ya existe en los
corazones13 .
El acto conyugal debe ir siempre saturado de ternura. Si este
acto «no nace del amor va contra el recto orden»14 .
«El encuentro genital será de verdad auténtico si entre los
esposos hay una constante y concreta actitud de amor mutuo,
demostrada prácticamente a lo largo de las más diversas
situaciones de la vida.
»Es necesario, en efecto, recordar que la unión sexual, para
estar verdaderamente en consonancia con la naturaleza humana, no
puede reducirse solamente a la búsqueda de sensaciones
voluptuosas, sino que debe expresar sobre todo una fusión completa
entre el hombre y la mujer, penetrando simultáneamente sus
facultades del cuerpo y del espíritu»15 .
No es lo mismo amor que deseo. El amor es del alma y el deseo
es del cuerpo. El amor matrimonial debe ser total: de alma y de
cuerpo.
Decálogo de la esposa:
1.- El hogar será lo que tú hagas de él. Ésa debe ser la gran
obra de tu vida.
2.- Te corresponde la administración inmediata de los bienes.
Sé previsora, prudente y con gran sentido común.
3.- Que tu buen gusto y tus desvelos -más que tu dinero- hagan
del hogar un refugio acogedor para cuantos constituyen tu familia.
4.- Procura seguir siendo siempre la novia de tu marido. Y que
ello se note tanto en tus palabras como en tu presentación.
5.- Jamás olvides que antes que tus mismos hijos -y por
supuesto tus padres- está tu esposo.
6.- Que tus palabras, tu alegría y tu sosiego sean alivio y
descanso para cuantos constituyen tu hogar, o se acercan a él.
7.- Tu primer deber hacia tus hijos se llama ternura. Sobre
ella, como base, te será fácil ir ejercitando, a una con tu
marido, ese arte difícil y delicado que se llama educar.
8.- No grites, ni pierdas los estribos. Te harás obedecer
mejor si dices a tus hijos las cosas con calma.
9.- Pon especial cuidado en el orden y administración del
hogar: en las horas de las comidas, y en la prudente economía.
10.- Finalmente, si tienes la dicha de tener fe, busca tu
apoyo en Dios, pues en Él encontrarás siempre la fuerza y la
gracia que necesitas para llevar adelante tu hermosa misión en la
vida.
Decálogo del esposo:
1.-Soluciona tu vida -al menos en lo fundamental- antes de
constituir una familia
2.- Tu trabajo es importante, pero que no te absorba de tal
modo que te robe un tiempo que debes a los tuyos.
3.-El buen humor, la permanente serenidad de espíritu, es el
regalo más valioso que puedes ofrecer a tu esposa y a tus hijos.
4.- Tu esposa debe ser tu mejor amiga y compañera. Y has de
tener hacia ella las mismas atenciones, al menos, que tenías
cuando era sólo tu novia.
5.- Respeta su campo de trabajo. Pocas cosas hay tan ridículas
y perjudiciales como un marido quisquilloso y entrometido en lo
que es propio de su mujer.
6.- Si tu esposa está en condiciones de ejercer una profesión
-Salvando el cuidado del hogar- permíteselo.
7.- En relación con tus hijos, no olvides que el educar es un
arte. Arte difícil y delicado, integrado por un poco de ciencia,
mucho de buen sentido y, sobre todo, mucho de amor.
8.- El ejemplo es la clave de la educación. Gánate con tu
proceder el respeto y la obediencia.
9.- Sé muy hombre en todo, pero ten presente que esto es
perfectamente compatible con las muestras de afecto que los tuyos
necesitan.
10.- Y si tienes la dicha de ser creyente, que Cristo sea la
luz y la alegría de tu vida en el cumplimiento de tus deberes de
padre y esposo.
Decálogo del matrimonio y del hogar:
1.-Antes que la profesión, incluso antes que los propios hijos
-Y precisamente por el bien de ellos- está vuestro amor de
esposos, para el cual tenéis que saber encontrar «vuestro tiempo».
2.- Paternidad responsable, sí; pero si el Señor os da una
familia numerosa, aceptadla como el mayor de los bienes.
3.- Que vuestro hogar esté siempre abierto para vuestros
familiares y amigos.
4.- Que en vuestro hogar haya siempre un sitio de honor -como
en vuestro corazón- para quienes os dieron la vida.
5.- Respetaos mutuamente vuestro campo de acción.
6.- Sed con vuestros hijos enérgicos en lo esencial y
flexibles en lo accidental.
7.- No dramaticéis las cosas sencillas. Simplificad las cosas
trágicas.
8.- La belleza, el buen gusto y el orden deben ser algo
característico de vuestro hogar.
9.- Que una religiosidad sencilla y auténtica envuelva en una
sana espiritualidad vuestro hogar.
10.- Aceptad vuestra situación. Como dice Quoist: «Si no
podéis construir el castillo soñado, construid una cabaña. Pero no
seréis felices en vuestra cabaña mientras sigáis soñando con el
castillo»16 .
El psicólogo Bernabé Tierno en la revista EL SEMANAL escribió
un artículo titulado: Cómo matar el amor17 .
Lo resumo así:
- Cada día eche en cara a su pareja todos sus fallos.
- Muéstrese habitualmente malhumorado, aunque no tenga motivo.
- No pierda la ocasión de provocar una tormenta aunque el
motivo sea nimio.
- No reconozca nunca a su pareja mérito o cualidad alguna. No
le alabe nunca.
- No se muestre satisfecho de los detalles que tenga con Vd.
Todo es poco.
- No se le ocurra nunca mirar las cosas desde el punto de
vista del otro.
- Flirtee con otra persona para provocarle celos.
Haz lo contrario de todo esto y fortalecerás tu amor.
f) Procreación de los hijos: «El Señor se ha dignado sanar el
amor de los esposos, perfeccionarlo y elevarlo, por el don
especial de la gracia y de la caridad. Un tal amor, asociando a la
vez lo humano y lo divino, lleva a los esposos a una entrega libre
y mutua de sí mismos, comprobada por sentimientos y actos de
ternura, e impregna toda su vida. Supera, pues, con mucho, la
inclinación puramente erótica que, cultivada con egoísmo, se
malogra rápida y lamentablemente»18 .
La Iglesia alaba a las familia numerosas.
Dice el Vaticano II: «Son dignos de mención muy especial los
que de común acuerdo, bien meditado, aceptan con generosidad una
prole más numerosa, para educarla dignamente»19.
Sin embargo también recomienda una paternidad responsable.
«Frecuentemente se ha caricaturizado la posición de la Iglesia
Católica como si recomendase a los esposos tener el mayor número
de hijos que sea posible concebir biológicamente en el interior
del matrimonio.
»¡Y esto es falso!
»La Iglesia invita, ciertamente, a una fecundidad generosa;
Pero controlada, es decir, atenta a los diversos factores en
juego.
»Pero es verdad que, al insistir sobre la esencial apertura
del amor a la fecundidad, la Iglesia, sobre todo en nuestros días,
pone en tela de juicio los ideales de la sociedad de consumo.
»Ésta inculca a muchas jóvenes parejas que, para su propia
dicha, y la de los futuros hijos, deben (...) establecer
sólidamente el confort doméstico, tras lo cual, podrá venir el
hijo.
»Si te dejas atrapar por esta concepción materialista de la
felicidad es claro que serás conducido, como tantos otros, a
colocar los primeros años de tu vida conyugal bajo el signo, no de
la paternidad responsable, sino de la esterilidad sistemática.
»La terrible regresión demográfica que amenaza con la
extinción de los viejos países de la cristiandad en Occidente,
manifiesta las consecuencias mortales de esta sociedad de consumo
que, en su hedonismo egoísta, acaba por vaciarse de consumidores.
(...) Por un vuelco suicida de los valores se encamina hacia la
muerte»20 .
«El matrimonio y el amor conyugal están ordenados por su
propia naturaleza a la procreación y educación de los hijos.
»Desde luego, los hijos son don excelentísimo del matrimonio y
contribuyen grandemente al bien de sus mismos padres. (...) En el
deber de transmitir la vida humana y educarla, lo cual hay que
considerar como su propia misión, los cónyuges saben que son
cooperadores del amor de Dios-Creador, y como sus intérpretes.
»Por eso, con responsabilidad humana y cristiana cumplirán su
obligación con dócil reverencia hacia Dios.
»De común acuerdo y esfuerzo se formarán un juicio recto,
atendiendo tanto al bien propio como al bien de los hijos, ya
nacidos o todavía por venir, discerniendo las circunstancias del
momento y del estado de vida, tanto materiales como espirituales,
y, finalmente, teniendo en cuenta el bien de su propia familia, de
la sociedad y de la Iglesia.
»Este juicio, en último término, lo deben formar ante Dios los
esposos personalmente.
»En su modo de obrar, los esposos cristianos tengan en cuenta
que no pueden proceder a su arbitrio, sino que siempre deben
regirse por la conciencia, que hay que ajustar a la ley divina
misma, dóciles al Magisterio de la Iglesia, que interpreta
auténticamente aquella, a la luz del Evangelio. Esa ley divina
muestra el pleno sentido del amor conyugal, lo protege e impulsa a
su verdadera perfección humana.
»Así, los esposos cristianos, confiados en la Divina
Providencia y fomentando el espíritu de sacrificio, glorifican al
Creador y se perfeccionan en Cristo cuando con generosidad,
sentido humano y cristiano de su responsabilidad cumplen su misión
procreadora.
»Entre los cónyuges que cumplen así la misión que Dios les ha
confiado, son dignos de mención muy especial los que, de común
acuerdo, bien ponderado, aceptan con magnanimidad una prole más
numerosa para educarla dignamente.
»El matrimonio no es solamente para la procreación, sino que
la naturaleza del vínculo indisoluble entre las personas y el bien
de la prole requieren que el amor mutuo de los esposos mismos se
manifieste ordenadamente, progrese y vaya madurando.
»Por eso, si la descendencia, tan deseada a veces, faltara,
sigue en pie el matrimonio, como intimidad y participación de la
vida toda, y conserva su valor fundamental y su indisolubilidad»21
.
Dice el Papa Juan Pablo II: «el cuerpo del hombre y de la
mujer no son sólo para la procreación, sino que deben expresar el
amor mutuo, en una donación recíproca que refleje la unión de los
espíritus y la comunión íntima de las personas, imágenes de
Dios»22 .
«Esta funcionalidad amorosa de la actividad sexual es
inseparable del acto mismo, de manera que si carece de ella, el
ejercicio sexual no pasa de un nivel zoológico.
»Por lo tanto, elemento esencial de la bondad ética del
ejercicio sexual es que éste realice de hecho el significado
amoroso que le caracteriza como acción humana.
»El ejercicio puramente biológico de la sexualidad humana es
contrario a la naturaleza racional y espiritual del hombre.
»Bajo este aspecto, la actividad sexual puede quedar
éticamente viciada tanto dentro como fuera del matrimonio por un
doble efecto no siempre coincidente: por estar privada de su
comunicación amorosa -gozar sin amor- y por no realizarse de
manera natural dejando sin consumar lo que el mecanismo sexual
tiende a consumar en conformidad con el plan establecido por Dios
en el orden biológico de los sexos»23
El Concilio Vaticano II, después de hablar de la paternidad
responsable y de revalorizar la función del amor en el matrimonio
dice que «el amor matrimonial se ve frecuentemente profanado por
el egoísmo, el hedonismo y las prácticas ilícitas contra la
generación»24 .
El niño debe ser amado y deseado desde el primer momento en
que se conoce su concepción.
Dice Marta Cogollos, psicóloga de niños, que las hormonas que
la mujer embarazada transmite al feto dependen de su estado de
ánimo.
Por ellas el niño se entera si es amado y deseado o rechazado.
Numerosos médicos, psiquiatras y psicólogos hablan de este
«Diálogo endocrino» en el que el niño se entera del estado de
ánimo de su madre hacia él.
Esto influye en el comportamiento postnatal del niño.
g) Planificación familiar: Los hijos son un don de Dios. A
Nivel humano, lo más grande que podemos hacer es transmitir la
vida.
«Es también deseo de dar, de comunicar lo que nosotros hemos
recibido. Deseo de fructificar, de contribuir al porvenir de la
humanidad. (...) Es un acto de esperanza. Un sentimiento de que la
vida es un don y de que "lo que no se da, se pierde"»25 .
Los hijos deben ser fruto del amor y de la paternidad
responsable26 .
Pablo VI, en la encíclica Humanae vitae, dice: «En la misión
de transmitir la vida, los esposos no quedan libres para proceder
arbitrariamente, como si ellos pudiesen determinar de manera
completamente autónoma los caminos lícitos a seguir, sino que
deben conformar su conducta a la intención creadora de Dios,
manifestada en la misma naturaleza del matrimonio y de sus actos,
y constantemente enseñada por la Iglesia. (...)
»La Iglesia, al exigir que los hombres observen las normas de
la ley natural interpretada por su constante doctrina, enseña que
cualquier acto matrimonial debe quedar abierto a la transmisión de
la vida»27 .
Con todo, los que por alguna razón no lleguen a este ideal «no
se desanimen», dice Pablo VI, sino que «recurran con humilde
perseverancia a la misericordia de Dios»28 .
Con ocasión de la Humanae vitae muchos matrimonios católicos se
inquietaron. Para tranquilizarlos, los obispos franceses
publicaron un documento exponiendo la doctrina tradicional de la
moral católica sobre el conflicto de deberes.
Decían: «Impedir la concepción no puede ser nunca un bien. Es
siempre un desorden. Pero este desorden no es siempre culpable.
Puede efectivamente suceder que un matrimonio se encuentre ante un
verdadero conflicto de deberes, en particular cuando la
observancia de los ritmos naturales no les proporciona una base
suficientemente segura para la regulación de los nacimientos.
Cuando alguien se halla ante una alternativa de deberes, porque no
puede evitar un mal sea cual fuere la decisión que adopte, la
prudencia tradicional aconseja que se considere delante de Dios
qué obligación parece ser la más grave en tal circunstancia»29.
A veces puede haber razones para limitar el número de hijos, o
espaciarlos30
No es prudente que la mujer quede embarazada a partir de los
cuarenta años.
Los métodos naturales de la regulación de nacimientos son
morales31 .
La diferencia entre métodos artificiales y naturales en la
planificación familiar es que en aquellos se utilizan medios
físicos (el preservativo, el abortivo DIU), químicos
(Espermicidas), u hormonales (píldoras) para frustrar la
concepción.
En cambio los métodos naturales se limitan a elegir los días
infecundos, en lo cual no hay nada inmoral.
«Por este motivo todo método natural es llamado también "método
de abstención periódica".
»Como tal, todo método natural es "no-conceptivo" y no
"anticonceptivo", porque no supone ningún acto positivo que tenga
por objeto destruir las posibilidades naturales de una
concepción»32.
Utilizar elementos artificiales es sólo lícito cuando se trata
de corregir imperfecciones (dentadura postiza); pero no cuando se
trata de frustrar lo que es conforme a la naturaleza.
«La gran diferencia entre métodos naturales y artificiales
está en que los artificiales, al truncar artificialmente la
procreación (...) impiden la creación de un alma por parte de
Dios. (...)
»El recurso a los métodos naturales de control de nacimientos
es algo cualitativamente diferente, ya que haciendo el acto en el
período infecundo de la mujer, se está haciendo algo que Dios, en
su infinita sabiduría, había previsto.
»No es un acto de rebelión contra Dios, ni un impedimento a su
acción creadora. Es seguir el camino que Él mismo ha establecido,
y con el que ha dado a la mujer espacio infecundo suficiente para
que se pueda realizar el significado unitivo del amor conyugal,
cuando el procreativo no es posible por las circunstancias de la
vida.
»La significación moral, por tanto, de los dos métodos es
completamente diferente»33 .
«Recurriendo a los días analgésicos de los ritmos de la
fecundidad, los esposos no se erigen en dueños y señores del don
de la vida»34 .
Algunos dicen que los métodos naturales de regulación de la
natalidad, que se someten a los «ritmos biológicos», quitan la
espontaneidad de la vida sexual en el matrimonio. Pero
«Espontaneidad no significa comportarse según el impulso del
instinto en cada momento. Lo que al hombre le hace ser hombre es
precisamente la capacidad de integrar, de valorar y de escoger lo
que es bueno para sí y para el otro en cada momento. Por lo tanto,
comportarse espontáneamente a nivel sexual puede significar
renunciar al acto sexual por un bien mayor (...) practicando una
abstinencia periódica de las relaciones»35.
Desde el Concilio Vaticano II «, el lenguaje de la Iglesia
sobre el matrimonio ya no distingue entre el fin primario (la
procreación) y el fin secundario (la ayuda mutua de los esposos).
Prefiere hablar de dos dimensiones fundamentales del matrimonio»36
.
«Por la unión de los esposos se realiza el doble fin del
matrimonio: el bien de los esposos y la transmisión de la vida. No
se pueden separar estas dos significaciones o valores del
matrimonio sin alterar la vida espiritual de los cónyuges ni
comprometer los bienes del matrimonio y el porvenir de la familia.
Así, el amor conyugal del hombre y de la mujer queda situado bajo
la doble exigencia de la fidelidad y la fecundidad»37 .
«El amor sexual tiene dos fines esenciales: la unión de las
personas y la transmisión de la vida. Lo que reprueba la Iglesia
de Cristo es perseguir el primero excluyendo el segundo; no sólo a
nivel de intención, sino por una manipulación sobre el vínculo
estructural entre el amor y la fecundidad»38 .Los dos fines son
complementarios.
Según el Concilio Vaticano II el matrimonio es una comunidad
de vida y amor orientada a la procreación. Por lo tanto la
procreación no es esencial a cada uno de los actos. Puede haber
motivos razonables para renunciar a la dimensión procreadora, con
métodos lícitos moralmente.
«Aunque los métodos naturales han hecho progresos
prometedores, son desdeñados por muchos. Para algunos es
humillante que la Iglesia tuviese razón en esta materia y fuera
auténticamente profética cuando se la acusaba de ser retrógrada y
anticuada39 . Y no olvidemos que en los métodos artificiales hay
en juego grandes intereses económicos mientras que los métodos
naturales son gratuitos.
El Dr.Germán Knaus, austríaco, y el Dr.Yusaku Ogino, japonés,
descubrieron simultáneamente, en 1923, que la ovulación de la
mujer tiene lugar trece días antes del comienzo de la
menstruación, con una fluctuación de dos días antes o después,
cualquiera que sea la duración del ciclo. Puesto que el óvulo vive
unas veinticuatro horas, una mujer puede conocer su período de
fertilidad40 . Una tecnificación de este método es averiguar el
día de la ovulación haciendo una gráfica de la temperatura basal
de la mujer. Los termómetros especiales para esto traen un librito
explicando el modo de utilizarlos.
Como el espermatozoide permanece vivo unos dos días dentro del
útero, resulta que los días fecundos se reducen a tres cada mes.
Desde hace algún tiempo se vende en farmacias un aparato
llamado OVULATOR41, que observando la cristalización de la saliva,
indica los días fértiles y estériles del ciclo femenino. Hoy con
los trabajos de fecundación «in vitro» se ha vuelto a hablar de
este procedimiento al que se da una fiabilidad del 90%42 .
En 1975 se ha publicado en España un libro del Dr. Billings,
australiano, que ya lleva veinte ediciones en cuatro idiomas.
Billings ha descubierto un método para regular la natalidad que es
muy fácil, natural, sano y barato (sin instrumentos ni productos),
moralmente lícito y, según parece, el más seguro de todos. Se basa
en la observación del moco vaginal43 . La experiencia de la
Organización Mundial de la Salud, por las estadísticas realizadas
en cinco países, le da al método Billings una eficacia del 99% de
éxitos44 . Hoy es practicado por cincuenta millones de matrimonios
en el mundo45 .
El Método Sintotérmico, que es la combinación del Método
Billings con otros parámetros, puede llegar al 99'2% de seguridad,
según los resultados dados por la OMS en Biologic of fertility
control by periodic abstinence (Informe técnico 369/67), si se
enseña adecuadamente siguiendo el Learning Package of Familiar
Fertility, OMS, 78.
El Dr. Billings, Decano de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Melbourne (Australia), estuvo en Madrid en mayo de
1984 y afirmó: «Mi método es eficaz, por lo menos, en el 99% de
los casos. Más eficaz que el abortivo DIU y el preservativo.
El método Billings es más seguro que el preservativo. Según
la revista The Medical Letter (XVII, 6/marzo 1995) el preservativo
sólo garantiza el 88% de seguridad46 .
Y tiene la ventaja de ser un método natural, sencillo y
barato. Sin los inconvenientes psíquicos de la ligadura de trompas
y vasectomía»47;
Además no tiene los inconvenientes de la píldora.
La píldora anticonceptiva produce cáncer de útero, afirma el
Royal College of General Practitioners, después de 20 años de
investigaciones48 .
En el número de septiembre de 1989 The Lancet, una de las
revistas médicas más importantes del mundo, se dice que las
mujeres que toman anticonceptivos presentan una probabilidad de
cáncer de mama 75% superior a las mujeres que no las usan49 .
Y en la misma revista, 344(1994)1390, también se dice que la
toma de anticonceptivos orales duplica el riesgo de padecer cáncer
de útero.
En el «Vademécum Internacional de Especialidades
Farmacéuticas» que tienen casi todos los médicos españoles se dice
que «se ha demostrado que las mujeres que toman anticonceptivos
orales sufren alteraciones cardiovasculares en proporción superior
a las que no las toman».
Los peligros de los anticonceptivos fueron confirmados por el
Primer Ministro inglés Tony Blair. En respuesta a una pregunta en
el parlamento Blair comunicó que durante los últimos diez años 104
mujeres han muerto en Inglaterra a causa de la píldora. Mientras
otras 2.400 mujeres han sufrido serios problemas de salud debido
al uso de los anticonceptivos50
«Los efectos secundarios de la píldora anticonceptiva son muy
conocidos. (...) Un total de cuatrocientos veinticinco accidentes
cerebrales por año podrían ser atribuidos al uso de
anticonceptivos orales en Estados Unidos. (...) Según la revista
médica JAMA, ha sido observada la asociación entre anticonceptivos
orales y el cáncer de pecho»51.
Con razón dice el Dr. Benigno Blanco: «Al consumidor de tabaco
se le advierte que el tabaco perjudica la salud, pero a la usuaria
de anticonceptivos se le oculta los riesgos que asume»52 .
En el telediario de varias cadenas del miércoles 25 de octubre
de 1995 se dijo que la píldora anticonceptiva había ocasionado
embolia a varias mujeres que la usaban.
«Madrid.- El Ministerio de Sanidad envió el pasado viernes una
circular a todos los ginecólogos que trabajan en España
advirtiéndoles de que algunos anticonceptivos orales de tercera
generación pueden provocar tromboembolismo venoso, (...) y en
ocasiones extremas la muerte»53.
El Instituto Federal de Medicamentos de Berlín informa que la
píldora anticonceptiva «Diane», de los Laboratorios Schering,
puede producir cáncer de hígado. Esta píldora ha sido utilizada
por millones de mujeres, también en España54
Más de cien mujeres del Reino Unido, que usaron la píldora
anticonceptiva, sufrieron trastornos graves por coágulos de sangre
y trombosis, y siete de ellas murieron. Por eso sus familiares
presentaron una demanda contra los laboratorios Schering, Wyeth y
Organon que las fabricaron55.
Un estudio del gobierno comunista chino demuestra la eficacia
del sistema Billings.
El gobierno chino ha experimentado en la provincia de
Nanchino, una de las más pobladas de la nación, el método de la
ovulación, conocido comúnmente con el nombre de «Método Billings».
Los resultados son categóricos: entre las 922 parejas que lo han
adoptado como método de planificación familiar durante un año, tan
sólo cinco mujeres han quedado embarazadas. Es decir, el 0,5%. El
grado de eficacia de este método es superior, por ejemplo, a los
dispositivos de anticoncepción femeninos utilizados por la mujer.
El resultado arrojado por el estudio de las autoridades chinas
sobre el método Billings aparecerá en el próximo número del
«Medical Journal» de Pekín y fue adelantado el 28 de febrero por
el mismo doctor John Billings en un congreso organizado por la
Universidad Católica de Roma con motivo de la celebración de los
treinta años de la publicación de la encíclica de Pablo VI
«Humanae Vitae»56 .
«La reunión del método ogínico con el del Dr. Billings es el
modo más seguro de todos los conocidos»57 .
La organización mundial que lleva la enseñanza y el control
del Método Natural de ovulación Billings es la WOOMB, cuya sede en
Madrid está en la calle JOSÉ CALVO, 23, bajo centro. Teléfono 91
450 50 11. FAX: 91 450 50 76. - 28039 Madrid.
Se puede recibir información sobre el método Billings en:
www.juanpabloesp.org
http://usuarios.maptel.es/loiola
y en < [email protected]>
En España se enseña en centros de diferentes ciudades,
dependiendo fundamentalmente de las asociaciones Pro-Vida:
Información en la Secretaría General, teléfono 93 204 71 11, de
Barcelona, o en centros de ADEHFA: información en el teléfono 91
241 40 83, de Madrid.
Voy a poner aquí las direcciones de los centros WOOMB de
información y enseñanza en distintas capitales de provincia:
Madrid: Dra. Ana Mercedes Rodríguez. c/ José Calvo, 23, bajo
centro.. Tel.:91 450 50 11. FAX: 91 450 50 76. Madrid 28039. E-
mail: [email protected]
Centro de Regulación. T.:915335659.
Mónica Aisa. Centro de Regulación Natural. San Francisco de
Sales, 34. 20003-Madrid. T.: 915 335 659.
Isabel Valdés. Clínica Salvia. López Pozas, 40. 28036.
Madrid. T.:913 507 034.
Centro Virgen de Olaz. Meléndez Valdés, 36,1º, D.28015-
Madrid. T..915 433 017.
- Dr. J. A. Muñoz Puller: Pl. Navarro Rodrigo, 12,. Bajo. 03007
-AB. T.:965 920 703
Almería: Jorge Díaz.Torrenueva,65,2ºC.04600-Huercal (Alm). T.:
950 470 957.
Asturias:Dra. Inmaculada Flores. c/ Oscar Romero, 6.
Oviedo.T.:985110773
Ávila: Dª Ángeles Martín Rodríguez. c/Palencia, 15, bajo. T.:
920 220 328.
José Luis Martín. Cuesta 5. 05693-Umbría (Ávila). T.: 920 342
887.
Badajoz:Margarita Jiménez. La Cruz, 1, 3º A-B. 06200-
Almendralejo.T.:671566
Baleares:Dra. Candelas Cardero. Juan Maragall 37,1º, 1ª.
Palma.T.:971274103
Barcelona: Dª Mª José Blázquez: T.: 93 555 48 01
Dr. José Villanueva. Calle Calderón de la Barca, 34, Bajo, 1ª.
08032-Barcelona. T.: 933 581 504
Nuria Recto. Bonaplata, 42-54. 08034-
Barcelona.T.:932805683.FAX:932047214
Planif. Familiar. : Tel.:93 204 71 11 Tel.: 93 218 61 90
Bilbao:Concepción Rodríguez. Diputación, 8,6º, 1ª. 48008-
Bilbao.:T.:944167212
Coro Goitia. Clínica Euskalduna. Euskalduna, 10, 1º, A. 48008
-Bilbao. T.:944 103 752
Pilar Ruiz Martínez. Centro Cultural Santa Clara. c/ Casilda
Iturrizar, s/n. 48920-Portugalete (Vizcaya). T.: 944 729 220.
Carmen Riega. Av.Guipúzcoa, 35,1º dcha. 48260-Ermua
(Vizcaya).T.:943176209
Burgos: Dra. Dña.Concepción García Tejerina. Calle San José 3
-5 Bajo. 09002 Burgos. T.:947264014
Cádiz: Dª Sol Díez de Rivera. Altos del Manantial, 13. 11500-
Puerto de Santa María. (Cádiz) T.: 956 480 446.
Córdoba: Mª Cristina Blanco. Centro Médico «El Camping». c/
Prof. Lucena Conde, s/n. T.: 957 279...
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