No se que me pasa con mi cuerpo

Soy una mujer de 35 años operada de tinoides y con sobrepeso. Mido 170 cm. Y peso 99 kg. Tengo una hija de 20 meses y desde que tenía 25 años he ido engordando poco a poco a lo largo del tiempo y sobre todo desde que me operé de tiroides. Siempre he estado haciendo algún tipo de actividad física para intentar contrarrestar el aumento de peso, a pesar de que odio el ejercicio físico. Después de tener a mi hija, me quedé con 6 kg. Más sobre mi peso inicial, que he sido incapaz de quitarme, y aquí viene el problema, porque cada vez que intento ponerme a dieta, no puedo evitar pensar que en el fondo me estoy comiendo a mi misma, que mi cuerpo se nutre de mi propio cuerpo y esto me produce mucho asco y rechazo que termina en un abandono de la dieta. Si bien no me doy el atracón, si que como lo que me apetece en ese momento y aunque creo que no me paso en lo que como, si lo hago en las cantidades.
Después de pensarlo mucho, creo que finalmente este es mi problema, no puedo evitar pensar que me estoy comiendo a mi misma y cada vez que lo pienso, puedo llegar al extremo de sentir nauseas.
Te ruego que me indiques que puedo hacer para dejar de lado estos pensamientos que me bloquean en mis intentos de cambiar mi aspecto.
Un saludo.
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Con respecto a lo que dices; no es cierto que uno cuando adelgaza se coma a sí misma; entre otras cosas, el cuerpo está continuamente cambiando, como todo ser vivo, pero no por ello perdemos nuestra identidad, nuestra esencia. El cuerpo está en continuo metabolismo, y si uno ingiriese menos comida de la que necesita, es cierto, que el cuerpo buscaría reservas acumuladas, lo cual no sería malo, sino bueno, ya que el cuerpo elimina aquello que no necesita, y que le puede perjudicar. Piensa además que lo fundamental del ser humano es el alma, y eso no varía en absoluto con la dieta. El cuerpo no está para idolatrarlo, es decir, para que vivamos para él, sino al contrario, ya que el cuerpo debe estar al servicio de favorecer la óptima dirección del alma inmortal que alberga, incluyendo su destino o finalidad últimos.
Por supuesto, que la dieta hay que hacerla lentamente, y en condiciones, para no dañar. Las mujeres han sufrido mucha presión cultural al respecto de la figura y de la dieta, así es que no es fácil estar ajeno, ni desembarazarse de todo esto (en tu caso, pudo haber tenido una influencia muy grande tu problema del tiroides). Creo que sólo atendiendo a valores superiores, que permitan descentrarse de uno mismo, por supuesto auténticos, se puede llevar a cabo. En este sentido, te dejo una dirección de actitudes saludables. Tener una vida con sentido, con un norte, dirigida a hacer todo el bien que uno pueda con la propia vida, es lo que permite una mayor maduración de la personalidad, y un orden de cualquier otro factor, lo cual estaría muy dificultado, o sería imposible, sin orden, sin una finalidad óptima y generosa, acorde con la naturaleza humana.
Una vez aclarada la finalidad que yo considero óptima para hacer cualquier tipo de cambio de forma fiable y duradera, con respecto a los pensamientos que consideras no razonables, y en lo concreto, te diría lo siguiente: no los atiendas (ya que todo lo que se atiende se refuerza), y menos luchar contra ellos; si ves que surgen, en vez de atenderlo o luchar contra ellos, atiende a otro asunto; y, en tercer lugar, se me ocurre que apliques la voluntad a hacer lo que realmente crees que tienes que hacer sin hacer caso del pensamiento momentáneo, sino que haz lo que te has planificado, y haz que cualquier pensamiento de este tipo no tenga un efecto inmediato, sino que acuerda que ya lo llevarás al momento de oportuna reflexión sobre el tema (momento que tiene que estar libre de factores emocionales, es decir, alejado del momento de comer, en donde se me ocurre que puedes decidir lo que harás al respecto de la comida en los próximos 7, 15 días, o lo que determines).
Y te diría que no te desanimes; el tema de la comida y el peso es un tema difícil. Lo que sí te diría que es importante es hacer todo lo posible para, al menos, frenarte en el ascenso de kilos. Ya se sabe que así como es difícil perderlos, se ganan con mayor facilidad, sobre todo si se tiene propensión a ello. Y, por supuesto, estar en manos de un buen especialista en la materia.
Un saludo.
Ana Vázquez
[email protected]
Te agradezco mucho tu interés. En tu respuesta me indicas que no les haga caso cuando me surjan estos pensamientos, lo que me resulta bastante difícil porque ya lo intenté, incluso lo de aparcar el pensamiento para reflexionar sin tensión emocional, pero no lo consigo y no sé como hacerlo ya que esta idea me produce esta reacción desagradable a cualquier hora que la tenga, ya sea sin comer o a la hora de haberlo hecho, lo que me hace pensar que va más allá de una simple ansiedad o fijación y además me asusta porque no me había sucedido nunca.
Concretando, me gustaría que me indicases algunas pautas alternativas, cuando estas que me indicas no funcionan, o si debo intentar tener alguna actitud concreta ante esto (aparte de la de quererme y valorarme, que necesitaría otra consulta solo para este tema).
Muchísimas gracias y un saludo.
De lo que me dices puedes hacer lo siguiente:
Hacer lo que tienes que hacer y no guiarte por resultados inmediatos. Es decir, dices que has intentado aparcar los pensamientos ; como te dije, no se trata de luchar contra ellos, o intentar evitarlos, forzando la situación, con lo cual se agravarían, sino que aceptarlos como se acepta la realidad (como quien acepta cualquier otra contrariedad, o limitación, y para ello es fundamental, verles un sentido, es decir, verlos desde una perspectiva generosa en la vida), y también te puede ser útil atender a otra cosa (hay mucho bien por hacer; seguir con tu vida).
Y, como segundo punto, de lo que me dices, no preocuparte de los resultados inmediatos de lo anterior. Dices que continúas con los pensamientos. Yo te diría que no te preocupes; has hecho lo que tenías que hacer, sigues con tu vida, comes lo que consideres que tienes que comer, y, muy importante, haces todo el bien que puedes (te recomiendo leer las actitudes saludables, al menos el resumen); pues yo te diría que ya estarías en el camino correcto, que más te acercaría a su resolución, si la hubiera (hay que saber, lo cual no quiere decir que sea el caso, que no todo es tratable, pero en muchas ocasiones el daño no procede de la limitación o problema en sí, sino de cómo uno lo vive, sin aceptarlo, ya que sólo lo mira desde la perspectiva de los particulares intereses).
Lo peor que puedes hacer es querer resultados inmediatos, esto va en contra de un tratamiento real.
Yo te diría que a partir de este momento no puedes considerar la eliminación de ningún factor circunstancial ajeno a tu voluntad (como esos pensamientos, etc.), como algo imprescindible. Yo te diría que empieza a enfocar generosamente la vida tal como está (date cuenta de que las limitaciones o problemas también enseñan mucho), y confíes en que, por tu parte, estás haciendo el máximo que puedes. Esto no es incompatible con querer honestamente mejorar algunos aspectos, como el que citas, pero es importante tener claro la jerarquía de objetivos por la que te guías: primero aprovechar la vida para hacer todo el bien que puedas, y todo lo demás supeditado, y ordenado a ello; date cuanta de que cuando uno quiere un resultado de forma obsesiva o imperiosa, aunque éste sea aparentemente bueno, se tiene que encender una luz de alarma, que indique que uno se está dejando llevar por intereses personales, y estos, de forma desordenada, guían mal, ya que todo tiene que estar supeditado u ordenado a hacer el bien, así uno no se obsesionará, al menos a nivel consciente (hará lo que esté en su mano), con resultado alguno.
Yo te diría que, en principio, hagas esto. Intenta también, de forma moderada, intentar ver de dónde te puede venir el síntoma, pero siempre todo guiado por hacer el mayor bien posible (que es lo único que dará luz a ese asunto también, evitará, si fuera el caso, el entretenerse en culpabilidades inútiles, sino que lo mirará todo para mejorarlo en este generoso sentido).
No sé si ya estás en contacto con una endocrinóloga que te indique una dieta, etc. Relativiza un poco el síntoma; ponle un poco un remedio que podría venirte muy bien tanto para el síntoma como para crecer como persona, y por ahí seguro que irás viendo de la mejor forma. En muchas ocasiones uno pretende quitarse el síntoma como sea, porque su enfoque sigue siendo el de sus intereses personales; por ahí los síntomas pueden empeorar; se trataría de poner los medios desde la raíz, y confiar en los resultados de actuar bien (pero confiar significa saber que serán los mejores posibles, si uno ha hecho lo mejor que podía, pase lo que pase, no sólo estar pendiente de finalmente conseguir los interesados objetivos); por supuesto, que esto no es incompatible con ver periódicamente la evolución (con objetividad, no en cada momento y con mayor emotividad), para evaluar los siguientes pasos a seguir, siempre teniendo clara la jerarquía de objetivos.
Muchas gracias por tu pronta respuesta. Voy a intentar poner en practica lo que entiendo que me quieres indicar ya que hay cosas que se me escapan (como lo de tener una perspectiva generosa de la vida ¿? ). Pienso que no puedes centrar tus energías y tus objetivos en tener unas actitudes saludables, cuando no las estas poniendo en práctica contigo mismo, es decir, no puedes hacer el bien a los demás si no sabes como hacértelo a ti mismo y eso no es egoísmo, sino sentido común.
De todas formas reitero mi agradecimiento por tu tiempo y tu esfuerzo en entender mi problema. Un cordial saludo.

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