El yo individualista

Más que de características del Yo, hablemos de características constitutivas de la Persona de nuestros tiempos, pues de Personas es, al fin y al cabo, de quien estamos hablando.
La primera, sin duda, el narcisismo (como no podía ser de otra manera): ajeno a lo que no le afecte a él, pero hiper-afectado por todo lo que tenga que ver con él, con su privacidad (mirándose el ombligo), preguntándose permanentemente ¿cómo me siento ahora?.
La segunda, el hedonismo como ideología popular. A la pregunta ¿cómo me siento ahora? No puede contestarse con un "mal", porque la felicidad es obligatoria, de hecho, se ha erigido en la finalidad de la misma vida. Una felicidad, por supuesto, desgajada, desarraigada en sentido estricto, de la Virtud (como desvirtuación del concepto griego de felicidad). Y, a la par, el sufrimiento, el dolor, la muerte, se apartan de la vida como algo indeseable, como algo que "no-debería-ser". Vivir para ser felices es hoy tan aceptable y aceptado como lo fue en su día "ser un hombre de provecho".
La tercera, el infantilismo que dijo bruckner, consecuencia precisamente de desgajar de la felicidad la virtud, la renuencia a las responsabilidades, el victimismo, la corrosión del carácter que dijo Bauman.
Y la última, y consecuencia de todas ellas, es la resistencia al compromiso con los otros en pues de un compromiso consigo mismo ("mis" principios, mis ideas, mis sentimientos...), de tal suerte que finalmente uno es tan poco com-prometido consigo mismo como poco com-prometido es con los demás, digamos que ambos son inversamente proporcionales.
Estas cuatro características, puestas en funcionamiento en la vida, van generando un inevitable poso de insatisfacción e inseguridad, que es la materia prima para la construcción de las llamadas enfermedades mentales, la depresión, la ansiedad,... que no serían sino los caminos normativos por los que discurre dicha insatisfacción y miedo cuando rebasa. Los caminos -las normas de la locura, por decirlo poéticamente, son los trastornos mentales de la oms.
Y "esta Persona" es la que tiene que habérselas con un mundo que va a velocidad de vértigo, donde ya hace tiempo que lo sólido se ha desvanecido en el aire (Berman) y donde los vínculos se han vuelto más líquidos que nunca (Bauman).
Me gustaría añadir que la Soledad, a mi juicio, es la experiencia subjetiva más común de esta época y la más dañina para el ser humano, para el individuo de la especie homo-sapiens. Porque si el género Homo llegó-a-ser, fue precisamente porque sus individuos se unieron en grupos (vinculados cooperativamente;la inteligencia no hubiera tenido valor supervivencial sin la cooperación). La necesidad de vincularnos, por tanto, la necesidad de sentirnos miembros de un grupo, comprometido-con-nosotros, no cualquier grupo sino uno comprometido, es una necesidad biológica y constitutiva del ser humano. De tal suerte que en nuestra especie, serían tres las necesidades biológicas básicas: alimentarnos, reproducirnos, y Vincularnos, que una sociedad debería cubrir a los individuos que la componen. La vinculación tiene sus gestos seleccionados evolutivamente, la sonrisa y el llanto húmedo, que si genéticamente se han mantenido hasta hoy es porque son la primeras "armas" (del bebé humano) para conseguir que los demás (el grupo) se vinculen con él y le cuiden. Pues bien, es por ello que ninguna sociedad, entendida aquí como grupo-humano, puede tener futuro de continuidad si sus individuos no comen, si no pueden reproducirse y si no pueden vincularse, si están y se sienten solos. Y hoy, más de la mitad del mundo se muere de hambre, y la otra mitad de pena (de soledad). Y Mientras que una gran parte del mundo tiene que tener muchos hijos para que alguno sobreviva, la otra parte tiene que tener pocos hijos si quiere que sobrevivan.
No he pretendido agotar todo las características que conforman a la persona de la era postmoderna, sino más bien proponer esas cuatro como el núcleo sobre el cual entender las demás características y relaciones entre ellas.